El trenzadito termino de realizar todas las compras para el mes y regreso lo más rápido posible a su departamento, estaba preocupado por Bill y por el hecho de que podría estar pasando hambre.
Cuando iba saliendo por el ascensor cargado con todas las bolsas de compras nuevamente se volvió a encontrar con su misteriosa vecina, pero no por coincidencia sino porque ésta se encontraba esperándole ansiosamente y cuando vio que se aproximaba hizo como si casualmente lo encontraba.
- Hola Tom, tal parece que el destino se esta afanando porque nos encontremos.
- Eso me parece a mí también.
- ¿Te ayudo?
- No, no te preocupes de seguro tu llevas prisa.
- Para nada, tengo todo el tiempo del mundo iba a correr un rato pero prefiero quedarme ayudándote con todo esto (comienza a tomar algunas de las muchas bolsas que Tom traía).
- No por favor deja, no quiero importunarte.
- No lo haces papi digo Tom, es que se me olvida tu nombre.
- Esta bien a veces nos puede ocurrir eso.
El trenzadito abre la puerta de su apartamento y deja entrar caballerosamente primero a Cala.
- Pasa por favor, estas en tu casa.
- Gracias Tom (mira hacia el sofá y ve al crestadito que esta con el control remoto en la mano frente al televisor y exclama). Hola –
Bill extrañado porque Tom ha llegado acompañado con gran molestia dijo:
- Hola y tú quien eres (viéndola de pies a cabeza con gran repugnancia).
- Soy su vecina Cala, mucho gusto (dijo extendiéndole la mano al crestadito tratando de ser amable).
- Si mucho gusto – Respondió Bill dejándola con la mano estirada y se puso nuevamente a pasar el televisor una y otra vez.
El trenzadito salio de la cocina de dejar todos los comprados y cuando salio exclamo:
- Bill mira ella es nuestra nueva vecina su nombre es Cala.
- Si ya nos presentamos – Expreso el crestadito de mal modo.
- Tom puedo ayudarte a acomodar las cosas si gustas.
- No Cala ya me ayudaste demasiado, fuiste muy linda ayudándome a entrar las cosas (mientras el trenzadito decía esto, Bill lo remedaba haciendo muecas siguiendo con sus labios lo que Tom expresaba). Es agradable tener una vecina tan servicial como tú (el crestadito saco la lengua en señal de asco, le molesta en gran manera la presencia de la chica, no le da ninguna buena vibración). Me gustaría invitarte a cenar como un gesto de agradecimiento.
Al escuchar esto Bill abrió los ojos en sobre manera y comenzó a fingir gran dolor para que la mala compañía se fuera.
- Ay ay Tom, me siento mal me duele mucho el cuerpo. Hay no lo soporto – Se retorcía de un lado a otro haciendo una gran actuación, tanto que el trenzadito se la creyó completa.
- Bill que tienes. Te sientes muy mal.
- Si Tom, me duele mucho el cuerpo creo que es porque aun no me he tomado las medicinas.
- Pequeño es cierto olvide dártelas antes de irme. Discúlpame ahorita te las daré. (Se dirige a Cala) discúlpame pero tendremos que dejar nuestra cena para otro día, este no es un buen momento.
- Pero que le sucede al chico, porque se retuerce así.
Tom piensa en que nadie tiene porque saber la verdad de Bill por lo que miente magistralmente.
- Bill es mi hermano y hace unos días tuvo un accidente de transito en el que resulto muy golpeado, es por ello de sus grandes dolores.
- Oh pobre, (se dirige al crestadito quien seguía con su gran actuación) de seguro te duele mucho verdad.
Bill con gran grosería responde:
- Pues claro que piensas que me retuerzo así por el gusto que me causan los dolores. Que pregunta más tonta.
- Creo que lo mejor es que me vaya, nos vemos luego Tom. Adiós Bill espero que sigas mejor.
Bill en su mente expreso:
- Estaré bien cuando salgas de aquí arpía – Pensó viéndole con ojos penetrantemente destructores.
- Gracias por todo Cala, adiós – Expreso Tom cerrando la puerta y saliendo corriendo hacia Bill para darle sus medicinas – Toma pequeño aquí tienes tus medicinas, tómalas despacio no te me vayas a ahogar.
- Ya esta Tommy, de seguro ya me voy a poner bien porque ay como me duele.
- Calma pequeño ya te pasara – Dijo Tom a la vez que abrazo al crestadito tiernamente.
- Tommy porque trajiste a esa chica.
El trenzadito se separo de él viéndole extrañado ante tal pregunta.
- ¿Por qué lo dices Bill?
- No me simpatizo nada Tommy, se ve que es una ofrecida.
- Vamos no la conoces, no te expreses así.
- ¿Tienes mucho de conocerla?
- No la conocí cuando iba para el supermercado, me contó que tiene poco de vivir aquí apenas tres días. Sabes vive aquí a la par en el 21.
- Que bueno – Expreso en tono de "no me importa" el crestadito.
- Me parece una buena chica.
- Si claro – Agrega incómodamente por la plática Bill.
- Ya veras que cuando la conozcas mejor te caerá bien y notaras que no era lo que tu creías.
- No me interesa conocerla, es mas no quiero volver a verla aquí – Grito exaltado el crestadito ante la mirada incrédula de Tom.
- Bill que te pasa, porque actúas así.
No podía permitir que Tom descubriera que estaba celoso así que nuevamente empezó a actuar.
- Oh Tommy discúlpame, todo lo que he pasado me ha puesto mal de los nervios y siento temor de las personas que no conozco, no quiero ver a nadie. Discúlpame – Dijo mientras se le ponían llorosos los ojos y se abrazaba a Tom.
- Soy un tonto pequeño como se me ocurre traer a una desconocida a casa, no volverá a ocurrir te lo prometo.
El crestadito dio una sonrisa de felicidad y se separo fingiendo gran sentimiento al darle la cara al trenzadito.
- Gracias por ser tan comprensivo Tommy, eres tan lindo – Le acaricio el rostro a su amado Tom.
El crestadito tomando la mano que lo acariciaba con tanta dulzura agrega:
- No tienes nada que agradecer pequeño hermoso, tú mereces toda mi comprensión. Ahora te preparare algo rico para que comas ok.
- Si Tommy.
El trenzadito se dirigió a la cocina y poniendo en practica todos sus conocimientos culinarios preparo una deliciosa cena que fue del completo agrada del crestadito. Se cepillaron los dientes, vieron por unas horas televisión y luego se prepararon para ir a la cama, Bill se puso su pijama y Tom como era su costumbre se quedo únicamente en bóxer.
- Me vas a arropar Tommy.
- Claro que si, haber te arropare muy bien para que no pases nada de frío (el trenzadito arropo bien al crestadito mientras éste lo veía hipnotizadamente).
- Hay Tommy quede bien abrigadito.
- Eso quiero, que duermas bien calientito.
- Tommy puedo preguntarte algo.
- Claro Bill, dime que quieres saber.
- Por qué le dijiste a la calavera que somos hermanos.
- La calavera huy y de donde sacaste eso.
- Bueno la chica se llama Cala y no sé como que le queda mejor calavera pues a mi eso me pareció.
- Hay Bill eres tremendo.
- Lo sé (risas traviesas). Pero respóndeme Tommy porque le dijiste eso.
- Porque si le decía la verdad ella podía pensar que somos algo mas que solo amigos por vivir juntos.
- Y a ti te molestaría que ella pensara eso.
- Para que voy a dar a suponer cosas que no son Bill, con que objeto yo debería permitir eso.
- Si claro tienes razón Tom. Tengo mucho sueño, estoy muy cansado.
- Te dejo dormir entonces pequeño. Buenas noches.
- Buenas noches Tom.
El trenzadito se dirigió a su habitación mientras el crestadito se quedo en la suya llorando en silencio su desdicha por ver que jamás tendrá una oportunidad con Tom, hasta que por fin se quedo dormido.
Mientras el crestadito dormía subconscientemente escuchaba unas risas maquiavélicas que le emitían gran temor, sudando excesivamente, moviendo de un lado a otro su cabeza despertó inmediatamente gritando:
- ¡Tom!
El trenzadito se levanto de la cama todo nervioso pues lo había despertado de un profundo sueño y se dirigió de inmediato a donde Bill se encontraba.
- ¿Qué pasa Bill? ¿Por qué gritas?
Al verlo tembloroso y muy sudado comprendió lo que estaba pasando.
- Pequeño tuviste una pesadilla – Se le acerco y lo abrazo.
- No Tommy no era una pesadilla, parecía como si era algo real, algo que estaba ocurriendo y que yo podía escucharlo. No era pesadilla Tommy, no lo era.
- Cálmate Bill, que era eso que supones no fue pesadilla.
- Escuchaba unas risas malévolas Tom, muy macabras.
- ¿Risas macabras? Creo que la película que vimos antes de dormir te hizo mal.
- No Tom esto es real, eran las risas de una mujer, no logre identificarla bien pero si las risas son de mujer. De una mujer muy mala.
- Ya Bill no hagas creer a tu mente cosas que no son, tuviste una pesadilla es todo.
- No es así Tom, se lo que estoy diciendo y si no me quieres creer pues allá tu pero hay una mujer muy mala que se esta burlando de mi.
El trenzadito pensó que a lo mejor las medicinas que Bill toma para eliminar el dolor post operatorio son las que le están haciendo tener pesadillas por lo que ya no quiso seguirle llevando la contraria y mejor opto por brindarle su apoyo.
- Sea lo que sea que hayas escuchado pequeño, no te hará daño porque yo estoy contigo y no lo voy a permitir.
- Nunca me vayas a dejar solo Tommy, tengo mucho miedo.
- No lo haré pequeño.
Se abrazan fuertemente como si fuera la última vez que lo fueran a hacer.
- Tommy por favor no quiero dormir solo, quédate conmigo.
El trenzadito sin dar ninguna respuesta se acostó al lado de Bill y se cobijo junto a él, lo abrazo con sus fuertes y desnudos brazos, el crestadito se sentía en el cielo.
- Así ya no siento miedo Tommy – Agrega viéndole a los ojos, sus miradas se cruzaron quedándose perdidos uno en el otro por varios segundos hasta que el crestadito se empezó a acercar mas y mas al rostro de Tom.
- ¿Qué haces Bill? – Pregunto el trenzadito al sentir la cercanía de Bill.
- Haré algo de lo que me arrepentiré toda mi vida si no lo hago ahora.
Cuando sus labios estaban apenas a un centímetro de distancia el trenzadito salto nervioso.
- No Bill que intentas hacer.
- Quiero besarte Tommy, me muero por besar tus dulces labios.
- No, no Bill eso no esta bien.
- No me importa si esta bien o no, yo lo quiero hacer y lo voy a hacer ahora – Dijo el crestadito firmemente a la vez que se subió encima del trenzadito, se sentó sobre su abdomen dejando sus piernas una de cada lado y mientras sus manos se posaban sobre el bien formado pecho de Tom prosiguió a besarlo, lo beso como jamás nadie antes lo había hecho con tal pasión y entrega que el trenzadito no pudo continuar negándose y correspondió ante tal prueba de amor.
Sus labios se rozaban suavemente, sus lenguas se combinaban en perfecta armonía con su dulce saliva. Era una sensación maravillosa la que estaban experimentando.
- No Bill, para – Expreso el trenzadito jadeando de éxtasis.
- Yo sé que no quieres que pare Tom, quieres que te siga besando y que continúe a lo largo de todo tu cuerpo – Agrego mientras le besaba el cuello.
- No por favor, si sigues creo que no podré contenerme y no quiero hacerte daño.
Seductoramente tocando su cuerpo el crestadito siguiendo encima de Tom le pregunto:
- ¿Te gusto Tommy?
- No Bill, como puedes preguntar eso.
- Anda Tommy, dime ¿te parezco atractivo?
- Bien sabes que eres un chico muy lindo Bill, no sé porque me lo preguntas.
- Solo quiero que me lo digas. (Comienza a rozar de arriba abajo el pecho a Tom). Dime Tommy, no sientes nada al hacerte esto.
- No Bill, para por favor, no sigas (sujeta sus manos y cuidadosamente lo quita de sobre de si).
El crestadito comienza a llorar amargamente al ser rechazado por Tom.
- No llores Bill no quiero lastimarte.
- Ya lo hiciste Tommy, me has lastimado y mucho.
- Bill estoy impresionado por lo que has hecho.
- He hecho lo que mi corazón me dicta. Tom eres un ciego o que. No te habías dado cuenta que estoy locamente enamorado de ti.
El trenzadito abrió los ojos ante tal admiración que le causaba tal declaración.
- Jamás lo pensé Bill.
- Pues ya lo sabes, te amo Tom Kaulitz, te amo con toda mi alma.
- Bill no sé que decirte.
- No es necesario que digas nada, con tu rechazo me has dicho mucho. Creo que será mejor que duerma solo.
- Pero y tu temor.
- Mi temor tendré que afrontarlo. Ahora por favor déjame solo.
- Esta bien como tu digas. Buenas noches.
El trenzadito se fue a su cama y no dejo de pensar en el beso que se había dado con Bill le pareció tan lindo, le gusto mucho. El crestadito le parece un chico lindísimo pero siente extraño por tratarse de un hombre.
- Bill debes estar equivocado sobre tus sentimientos hacia mí. Poner distancia entre los dos podría ayudarte a salir de tu error pero; no puedo dejarte porque me necesitas y para que me hago tonto yo no quiero dejarte. Debo cuidar de ti y darte todo lo que este en mi alcance. Pero que tentación es tenerte cerca de veras que quisiera corresponderte eres un encanto, pequeño pero es que porque no fuiste mujer, todo fuera muy diferente si así hubiera sido.