Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Parte II: Capitulo 7

    Alisson Kaulitz
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    Mensaje  Alisson Kaulitz Mar Ago 30, 2011 7:46 pm

    Parecía que el silencio se había apoderado del apartamento. Cuando James se levantó halló a su amigo desayunando de pie en la cocina. Sus miradas se cruzaron apenas unos segundos y luego se dieron la espalda. David siguió tomándose su café con calma y James se fue a preparar unas tostadas. Se sentó en la mesa con ellas y abriendo el periódico se puso a leerlo ignorando a David, que tras terminar de desayunar salió del apartamento rompiendo el silencio con un ligero portazo.

    -Gilipollas-murmuró James resoplando.

    Dejó el periódico a un lado y también el desayuno que apenas había probado. Fijó la mirada en la ventana y se quedó pensado…

    Conocía a David desde que eran niños, habían ido juntos al instituto y luego a la universidad. Eran muy buenos amigos, y como ya le había recordado el otro día, lamentó mucho hacerle ver que la chica con la que salía era una golfa sin escrúpulos. Pero David se lo perdonó y jamás se lo echó en cara.

    Y él le pagaba el favor ligándose a un niño en sus narices…

    -Tiene 17 años, joder-se dijo a sí mismo-Y que si soy…si soy gay, David me tiene que apoyar, que para eso es mi amigo.

    Se levantó y cogiendo el móvil y la cartera salió a dar un paseo. Sus pies le traicionaron y cuando alzó la mirada vio que se encontraba frente al restaurante de Bill.

    Le vio desde la ventana, se encontraba tras la barra charlando con un hombre que debería ser su padre. Tenía un brazo puesto sobre sus hombros y le acercaba a su cuerpo y abrazaba.

    Vio a Bill asentir con la cabeza y solo entonces su padre le soltó. Entonces alzó la mirada y le pilló espiando por la ventana. Se apartó de inmediato, viendo como Bill salía del restaurante y se le acercaba.

    -No era mi intención espiarte-se justificó James.

    -No pasa nada-dijo Bill sonriendo.

    James asintió y le estudió en silencio. Se le veía muy bello, con el pelo limpio y suelto, y esos pantalones de uniforme negro que le marcaban el trasero…

    -Estás soñando despierto-rió Bill chasqueando ante sus ojos los dedos.

    Pestañeó y carraspeó nervioso. Volvió la mirada al restaurante y vio que esa vez era el padre de Bill quien los espiaba.

    -¿Es ese tu padre?-preguntó girándose.

    -Si-contestó Bill suspirando-Me estaba aconsejando.

    Asintió en silencio, sabía más o menos de que iba ese consejo.

    -Esta mañana me he levantado muy feliz gracias a ti-explicó Bill-Y mi padre lo ha notado, me ha preguntado y le he tenido que decir que me estoy viendo con un chico.

    -¿Le has hablado de mi? ¿Qué te ha dicho?-preguntó James algo asustado.

    -Me ha dicho que se me ve muy feliz, y eso es lo que importa-contestó Bill sonriendo-Y bueno…luego ha adoptado el papel de padre y me ha pedido que vaya con cuidado y todas esas cosas que se dicen cuando….cuando dos personas…

    -Mantendrán relaciones sexuales-terminó James por él la frase.

    Bill asintió suspirando, lo había pasado algo mal con su padre dándole una lección de algo que ya había aprendido en clase. Una vez al año había una charla sobre el sexo y problemas de contagio y ya tenía toda la información que necesitaba. Aún así, su padre le recordó que usara siempre protección hasta que su relación se afianzara y pudieran disfrutar del sexo con toda su alma.

    También le dijo que iba a vivir una experiencia muy bonita y que la primera vez sería muy especial. Que se relajara y disfrutara todo lo que pudiera de ella, pues solo ocurría una vez en la vida.

    -Ahora eres tú el que sueñas despierto-rió James chasqueando los dedos.

    -Pensaba en cuando…si tú y yo alguna vez….-murmuró Bill sonrojándose.

    -¿Haremos el amor?-preguntó James.

    Le vio asentir con lentitud. Suspiró y cogiéndole de la mano se lo llevó aparte. Vio un callejón a la derecha de restaurante y se metió en él para hablar con mayor comodidad.

    -Bill, claro que me gustaría hacerte el amor, pero….ayer me dijiste que soy el primero y bueno, eres aún muy joven y….

    -¿Cuándo perdiste tú la virginidad?-se atrevió a preguntar Bill.

    -¿Yo? A los 15…pero es un caso aparte-aclaró James-Hacerlo con una chica es muy distinto a hacerlo con un chico. Hay que estar bien informados, no quiero hacerte daño. He estado leyendo y necesitaremos algunos extras.

    -Lubricante-apuntó Bill sonrojándose.

    -Si, o te puedo hacer mucho daño-murmuró James-Tenemos que ir con calma y cuando estemos los dos bien preparados….

    -Haremos el amor-susurró Bill acercándoselo.

    Se apoderó de sus labios y James le estrechó entre sus brazos. Dejó que tomara el control del beso esa vez, ya no era tan torpe como en el primero que se dieron. Su lengua había ganado más confianza y la sentía frotarse contra la suya desesperada.

    Su cuerpo reaccionó y tuvo que dar el beso por finalizado.

    -Vaya…-susurró Bill jadeando.

    -Tiempo…démonos un poco de tiempo-rió James entre jadeos.

    -Es verdad, perdona-rió Bill aún entre sus brazos-Hablamos de ir despacio y a la menor mi lengua invade tu boca.

    James se echó a reír a carcajadas. Bill parecía muy ingenuo e inocente a veces, y otras te sorprendía. Jamás pensó que le haría eso que le hizo el otro día, y menos en mitad del parque con gente pasando a escasos metros.

    -¿A qué hora sales hoy?-preguntó James poniéndose serio.

    -A las 6-contestó Bill resoplando-Se ha puesto enfermo un camarero y cubriré su turno.

    -Te recojo entonces-dijo James asintiendo-Damos un paseo y te invito a un helado.

    -De chocolate-apuntó Bill pasándose la lengua por los labios.

    Asintió y le dio un breve beso en ellos antes de soltarlo. Le acompañó hasta la puerta del restaurante y prometió estar de vuelta a las 6 en punto. Regresó entonces al apartamento e hizo algunas compras por el camino.

    Cuando entró halló a David inmerso en la cocina. Cogió aire y dejó sobre la mesa las compras que traía en las manos.

    -Me tocaba a mi-murmuró David sin mirarle.

    -No importa-murmuró James a su vez.

    David se encogió de hombros y siguió con lo que estaba. James le echó una mano e hicieron la comida entre los dos en absoluto silencio. Comieron de igual manera y pensando que lo mejor era “huir” de su amigo, James entró en su habitación y salió al cabo de un minuto con el móvil y la cartera de la mano.

    -¿Te vas?-preguntó David extrañado.

    -Necesito que me de el aire….y tranquilo, que no he quedado con Bill-murmuró James.

    -No lo digo por eso-dijo David ofendido-Habíamos quedado para jugar al basket, aunque ya veo que se te ha olvidado.

    Le vio alzar la mirada y maldecir por lo bajo. Era verdad, hacía dos días sus compañeros de universidad habían llamado y acordaron echar un último partido antes de que cada uno se fuera de vacaciones.

    -Pero bueno, si tienes planes…-empezó a decir David.

    -No, no…iré a jugar-cortó James resoplando.

    Estaba algo distraído, trataba de guardar una cosa en la cartera y no lo lograba. Al final esta se le resbaló de las manos y cayó al suelo, revelando su pequeño…”secreto”.

    Los avispados ojos de David se dirigieron a la alfombra y arrugó la frente al ver el envoltorio redondo de plástico que su amigo trataba de guardar celosamente en la cartera.

    -No vengas a jugar si no quieres-murmuró pasando por su lado-No sea que luego te canses o tengas agujetas.

    Entró en su habitación y como iba siendo una costumbre pegó un portazo. James maldijo por lo alto y entró en la suya a cambiarse de ropa. Se puso unos pantalones cortos negros y una camiseta de tirantes roja. Se ató las playeras y en 15 minutos estaba en el coche con su amigo, que puso la radio cansado ya del incómodo silencio que había entre los dos.


    El partido se alargó más de lo que se esperaron, pero a pesar de eso James no se fue. No quería dejar a sus amigos tirados, sobre todo porque David podría contarles donde iba y con quien con pelos y señales.

    Se quedó jugando media hora más tratando de concentrarse en el juego, pero las palabras de Bill resonaban en su cabeza una y otra vez…

    “Haremos el amor….”

    No lo vio venir, uno de sus amigos corría con el balón en su dirección y no se apartó cuando saltó a encestar. Cayó sobre él con pesadez haciéndole caer a él hacia atrás y que se golpeara la cabeza contra los hierros de la canasta.

    -¡James!

    Todos hicieron un corro alrededor suyo esperando que se moviera. Respiraron aliviado al escucharle maldecir y llevarse una mano a la cabeza.

    -No estás a lo que estás-riñó David tendiéndole una mano.

    La aceptó y se puso en pie, frotándose la parte de atrás de la cabeza con la mano.

    -Lo dejamos, de todos modos estábamos ganando…-rió uno de los amigos.

    Se despidieron hasta la vuelta de las vacaciones y David y James regresaron al apartamento. Eran las 5 y cuarto y James tenía que ducharse, pero…

    -¿Seguro que estás bien?-preguntó David preocupado.

    -Se me pasará tumbándome un rato-murmuró James recostándose en el sofá-Estoy algo mareado por el golpe, no es nada.

    -Vayamos al médico, puede ser grave-dijo David.

    -Me va a salir un chichón, nada más-murmuró James.

    -Pensaba salir, pero me quedo hasta que estés bien-dijo David con firmeza.

    -Gracias, David-susurró James suspirando.

    Vio como su amigo asentía e iba al baño a ducharse. Entonces cogió el móvil y marcó el número de Bill.

    -Bill…soy yo-saludó con voz grave.

    -¿James? ¿Te pasa algo?-preguntó Bill asustándose.

    -Había quedado con mis compañeros de clase para jugar al basket y me he dado un buen golpe-explicó James sonriendo con esfuerzo-Me temo que tenemos que aplazar nuestra cita.

    -Claro, si te sientes mal…

    -Me siento mal pero por dejarte plantado-confesó James.

    -Tonto, que no pasa nada-dijo Bill sonriendo.

    Se despidió de James con un beso y colgó suspirando. Se había arreglado con esmero y al final…le habían plantado. Salió de la habitación y bajó al restaurante, sentándose a la barra con su padre.

    -¿Ya no sales?-preguntó Gordon preocupado.

    -James ha tenido un pequeño accidente-contestó Bill suspirando.

    -¿Es grave?

    -No, se ha dado un golpe jugando al basket-explicó Bill-Mañana nos veremos, no pasa nada.

    Gordon asintió y sirvió un café a su hijo. Le notaba algo nervioso y aunque no quería confesárselo, se le veía muy preocupado por su amigo. Seguro que querría estar a su lado en esos momentos, y no sentado con su padre encerrado en las 4 paredes del restaurante. A veces pensaba que no había tenido una buena infancia, que le tendría que haber obligado a salir más y distraerse, que viera que había más vida tras la barra….






    Llegó la noche y con ella una sorpresa inesperada. Se encontraba ayudando a recoger las mesas cuando la puerta se abrió y entró la persona que jamás pensó volver a ver por allí…

    -¿David?-susurró Bill arrugando la frente.

    -Bill….tienes que venir…-dijo David entre jadeos.

    -¿Qué…y James?-preguntó Bill muy asustado.

    -Ven conmigo, por favor-insistió David rompiendo a llorar-Ven antes de que sea tarde…



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