Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Parte I: Capitulo 2

    Alisson Kaulitz
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    Mensaje  Alisson Kaulitz Jue Ago 18, 2011 8:37 pm

    Gracias a los medicamentos que le habían administrado, pasó tranquilo su primera noche en el hospital, solo se despertó cuando le fueron a tomar la temperatura a primera hora de la mañana. Tenía ganas de ir al baño, pero en su estado estaba aún muy débil para dejar la cama y tuvo que usar el utensilio que le pasó una enfermera sin decir nada. Le corrió una cortina dejándole la intimidad necesaria y cuando terminó pudo volver a cerrar los ojos y descansar.

    Eran solo las 7 de la mañana, a las 9 iría el padre de Georg a hacer su ronda y entonces sería cuando llamaría a sus padres. Vivían en la misma ciudad y no tardarían más de una hora en llegar. Ya se imaginaba a su madre llorando por el camino, preguntándose porque era tan cruel el destino...

    Desde que supo que su único hijo estaba enfermo del corazón, era como si la luz de sus ojos se hubiera apagado, no podía evitar sobre protegerle a pesar de que ya no era un niño y eso era lo que a Tom le "molestaba". Quería vivir el tiempo que le quedaba sin que nadie le recordara lo enfermo que estaba, y en eso su madre no era una gran ayuda. Pero en el fondo, la entendía. No poder seguir ella con su vida hasta que su hijo no estuviera a salvo del todo.

    Por eso no se extrañó que se le echara a llorar nada más contestar su llamada. El doctor Listing había ido 15 minutos antes de su ronda para poder hablar él mismo con su madre si a él le fallaba la voz preso de la emoción. Pero se pudo contener y marcó el número de sus padres con dedos firmes.

    -¡Tom!-gritó Simone sin poderse contener.

    Era muy pronto para una llamada cordial, a esas horas solo quería decir que algo iba mal.

    -Mamá, tranquilízate-suplicó Tom en vano.

    -Tom...-sollozó Simone sin poderlo evitar.

    -Pásame a papá, por favor-pidió Tom sabiendo que con su madre era imposible hablar.

    Escuchó un susurro ahogado mientras que su madre llamaba a su padre, que cogió el teléfono de inmediato.

    -Hijo-contestó Jörg tragando con esfuerzo.

    -Estoy en el hospital, papá-empezó a explicar Tom-Ayer...ayer tuve un ligero infarto, pero...a pesar de lo leve que fue, yo...

    No sabía como contarle que su corazón no resistiría más y se encontraba el primero de una larga lista de espera debido a su gravedad. Sentía los ojos llenos de lágrimas y era incapaz de hablar, solo tuvo que alzar la mirada y el doctor Listing se hizo cargo del teléfono.

    Se recostó en la cama y escuchó como le explicaba a su padre la situación, suavizándola todo lo que podía. Pero su estado era grave, y la palabra transplante era inevitable de mencionar. Cerró los ojos imaginándose la situación, su padre al teléfono y su madre al lado rota de dolor, pensando que su hijo se iba a morir con apenas 19 años de edad...

    Abrió los ojos cuando escuchó que se despedían, quedando el doctor Listing en recibirlos en una hora, lo que tardaría su madre en preparar una maleta pues no pensaba separarse de su hijo de ahora en adelante.

    -¿Está bien mi madre?-preguntó Tom con un hilo de voz.

    -He podido calmarla un poco-contestó Moritz sentándose en el borde de la cama-Tranquilízate, recuerda que no debes alterarte.

    -Tal vez debí llamarla ayer-murmuró Tom resoplando-Habrá pensado que no quería tenerla a mi lado, cuando es todo lo contrario.

    -Lo hiciste por su bien-dijo Moritz con firmeza-Ahora déjame que te ausculte y tome la tensión.

    Tom asintió dejándose hacer. Dejó que el doctor Listing le retirara la sábana del pecho y cogiendo su estetoscopio comprobó lo lento que latía su corazón. La puerta de la habitación se abrió y aparecieron un par de enfermeras, que se pusieron a trabajar de inmediato siguiendo las órdenes que el doctor Listing les mandaba con voz seria.

    -Necesito un electrocardiograma-ordenó Moritz levantándose de la cama-Y administrarle Lanoxin.

    Las enfermeras asintieron y mientras que una de ellas iba a por la medicina solicitada, la otra le preparaba para el electrocardiograma

    -¿Qué es eso que me van a inyectar?-preguntó en voz baja Tom, no pudiendo ocultar lo asustado que estaba.

    -Una medicina que te ralentizará el ritmo cardíaco-explicó Moritz-No queremos que se te canse el corazón. Te sentirás algo mareado y puede que te duela la cabeza, pero por lo demás verás como poco a poco te vas sintiendo menos cansado.

    Tom asintió y cerró los ojos mientras le hacían el electrocardiograma, no abriéndolos hasta que el doctor Listing le dijo que habían terminado y que se pasaría en un par de horas para ver cómo se encontraba.

    -Mientras, puedes recibir una visita-dijo señalando la puerta.

    Por ella aparecieron Georg y Gustav al momento, esbozando ambos una amplia sonrisa forzada. En sus manos llevaban una bolsa con algunas de sus pertenencias, como su ordenador portátil, algunos cd´s y dvd´s, y las revistas que él solía leer. Querían que el tiempo que iba a pasar allí le fuera lo más ameno posible.

    El doctor Listing les dejó a solas, haciéndoles prometer que no le harían hablar mucho y que si veían que se cansaba le dejaran descansar.

    -Contadme algo-pidió Tom recostándose en las almohadas.

    Antes de que pudieran hablar, regresó una de las enfermeras que le habían atendido y le dejó una bandeja con su desayuno sobre una mesa que le acercó a la cama. Luego se retiró sin decir nada, dejando que sus amigos le pusieran al tanto de las novedades.

    -Todos te mandan saludos-empezó a decir Gustav-Michelle se echó a llorar al saberlo, pero Mark la consoló diciendo que eras un hueso duro de roer y que cuando menos lo esperara estarías dando guerra de nuevo.

    Tom sonrió al escucharlo, Mark y Michelle eran dos de sus mejores amigos, además de novios. Él mismo los había presentado y llevaban ya 3 años largos, incluso cuando era su aniversario le hacían a él un regalo...

    -Querían venir a verte, pero no es hora de visita y mi padre ha podido hacer una excepción con nosotros dos-explicó Georg-Pero esta tarde si estás para visita nos verás a los 4.

    Tom asintió sonriendo, sus amigos eran de los mejores que podía haber encontrado. Pasaron casi una hora hablando mientras que Georg y Gustav le "decoraban" la habitación y él desayunaba. Sentía un nudo en la garganta, pero se obligó a comer algo. No quería que su madre dijera que le veía muy delgado y se preocupara más de lo que ya lo estaba.

    Observó en silencio como Gustav colocaba una foto de ellos sobre el cabecero de la cama, hecha la primera noche que pasaron en el apartamento. Sonrió al recordarla, se les veía a los tres muy pequeños, él incluso llevaba sus largas rasta rubias que había cambiado hacía apenas una semana por unas trenzas morenas.

    Suspiró pensando en lo feliz que se le veía en esa época, cuando no sospechaba que a su corazón le quedaban pocas fuerzas. Tenía toda una vida por delante y en esos momentos tenía que agradecer cada minuto que pasaba y sentía que no se ahogaba...

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