Esa noche apenas pudo dormir, su cabeza estaba llena de los momentos que había compartido con Bill. Había tenido tiempo de fijarse en él con todo tipo de detalle. Sabía perfectamente cual era el sonido de su risa, la manera en la que resoplaba cuando el pelo le molestaba...como le miraba cuando le hablaba...
Se estremeció en la cama, un escalofrío había recorrido su espalda y...había algo que le llamó más la atención. Su cuerpo había respondido con solo pensar en lo guapo que se veía Bill cuando sonreía... se había puesto duro sin poder evitarlo y sentía un calor subir por su cuerpo al tiempo que sus mejillas se sonrojaban.
¿Qué le estaba pasando? ¿Desde cuándo se sentía fuertemente atraído por alguien de su mismo sexo?
"Desde que tienes un corazón nuevo"-se contestó a sí mismo.
Resopló y se dio la vuelta en la cama y trató de respirar profundamente para que su cuerpo se relajara, no quería levantarse en mitad de la noche y darse una ducha fría para aliviarse. Si Georg o Gustav le pillaban le iban a mirar con una expresión rara en la cara.
¿Qué les iba a decir? ¿Que su cuerpo tenía vida propia? ¿Que no podía sacarse de la cabeza a Bill?
"O hago algo o me da algo un día de estos"-pensó cerrando los ojos con fuerza-"Tengo que saber si estos sentimientos son míos y no fruto de mi loca imaginación. ¿Qué pasa? ¿Qué me han dado un corazón que ya tenía dueño?"
Se echó a reír con nerviosismo, de solo pensar en esa posibilidad le daban escalofríos. Era todo muy sobrenatural, el tal James muere y él recibe su corazón con todos sus sentimientos y recuerdos incluidos.
"Estás desvariando"-se riñó a sí mismo-"Para empezar, no sabes si Bill conoce a James, y tampoco le vas a preguntar, ¿oye, tuviste un novio llamado James que murió de repente? Es que me han dado su corazón y dejó un mensaje para ti en él"
Resopló y se concentró en dormirse y dejar de pensar en chorradas. Es que sonaba ridículo, ¿qué mensaje le quería transmitir desde el más allá James a Bill?
"Que le echo mucho de menos"-escuchó entre sueños...
Al día siguiente sus ojeras delataban que no había pasado buena noche. Tenía mala cara y sus amigos ya le miraban con expresión preocupada.
-No he dormido nada-dijo para tranquilizarlos.
-¿Alguien te robaba el sueño?-preguntó Georg sonriendo con picardía.
Le fulminó con la mirada para que se callase, Gustav los miraba a la espera de una explicación de esas palabras.
-¿Me he perdido algo?-preguntó al cabo de unos silenciosos minutos.
-No-contestó con firmeza Tom.
-Era solo una broma-apuntó Georg.
-Ya veo-murmuró Gustav, no muy convencido de que lo fuera.
Siguieron desayunando en silencio hasta Gustav anunció que se iba. Kate y él habían quedado para dar un paseo y luego comerían juntos. Se despidió de sus amigos y una vez a solas Tom le echó a Georg una merecida bronca.
-Cállate la boca-siseó fulminando con la mirada a su amigo.
-Vamos Tom, deja de pensártelo más-dijo resoplando Georg-Sientes algo por Bill y él por ti, y cuanto antes lo aceptes mejor para todos. Veremos que ya estás bien del todo y con muchas ganas de vivir, y todo gracias a Bill.
-Es que no sé...si esto que siento lo siento yo o...-empezó a decir Tom.
-¿Quién lo va a sentir si no?-preguntó Georg arrugando la frente.
-James-contestó Tom sin pensárselo dos veces.
-¿Y quién es James?-inquirió Georg.
-Es...quien me donó el corazón-explicó Tom carraspeando-Si, sé que parece una locura pero desde que llevo su corazón me siento atraído por Bill. He llegado a pensar que ellos dos se conocían y además de su corazón me han transplantado sus sentimientos.
-Que fuerte-murmuró Georg.
-¿Crees que puede ser posible?-preguntó Tom mordiéndose el labio.
Su amigo le miró sin saber que contestarle, la verdad es que lo que le había dicho sonaba a ciencia ficción. La única respuesta lógica era que se había enamorado de Bill la primera vez que le vio, echando por tierra sus 19 años hetero. No pasaba nada, a él mismo le pasó de la misma manera. No se decidió hasta que lo tuvo muy claro, y en el caso de Tom...se decidió en el poco tiempo que duró esa cena. Fue ver a Bill y pensar "me lo pido", como si formara parte del menú.
-No quiero empezar algo con Bill sin saber si lo que siento es de verdad o fruto de mi imaginación-explicó Tom-No quiero que me despierte un día y me de cuenta que no era yo, que todo era cosa de James y he sido utilizado sin tener derecho a voto ni nada.
-Habla con Bill-dijo Georg con firmeza-No digo que le preguntes si tuvo un novio llamado James ni nada parecido, habla con él y pídele una cita. Dad un paseo, iros conociendo y según veas sus reacciones pues te lo piensas de nuevo.
-Es una buena idea-murmuró Tom sonriendo-Iré ahora mismo, tengo tiempo antes de ir a comer a casa de mis padres.
Se levantó y corrió a vestirse. Se puso lo primero que pilló, unos vaqueros azules y una camiseta de manga corta blanca. Cogió las llaves del coche y la cartera y salio del apartamento tras despedirse de Georg, que le deseó toda la suerte del mundo.
Aparcó delante del restaurante y se quedó observando. No veía a Bill por ningún lado. Se quedó pensando a lo mejor tenía ese día libre ya que el anterior estuvo duramente trabajando. ¿Y si había salio a dar un paseo? ¿O quedado con alguien?
Decidió esperar unos minutos. Bajó la ventanilla del coche y apoyó el codo en ella. Se sentía muy nervioso y en esos momentos echaba de menos poder fumarse un cigarro. Pero no lo haría, debía cuidarse el doble. La vida le había dado una segunda oportunidad...y se lo debía a James...
No pasaron ni 20 minutos cuando vio a Bill. Venía paseando y no estaba solo, un chico algo mayor que él caminaba a su lado. No sabía que le estaría diciendo, pero la expresión de Bill era muy triste. Se puso tenso, ¿y si ese chico era su novio? ¿Y si estaban rompiendo y Bill estaba triste por eso?
Se quedó espiando para ver su reacción. Vio como se paraban en la puerta del restaurante y Bill se despedía de él con un fuerte abrazo...pero nada más. Ni un beso en la mejilla ni en los labios. Respiró algo más aliviado y se quedó viendo como Bill entraba y el otro chico cruzaba la calle en su dirección. Se le quedó mirando extrañado, llevaba los ojos llenos de lágrimas...
Esperó hasta que se hubo alejado y solo entonces subió la ventanilla y bajó del coche. Cruzó la calle corriendo y entró en el restaurante. No veía a Bill, pero una de las camareras con la que trabajó el día anterior le reconoció y fue hacia él.
-¿Has visto a Bill?-preguntó Tom tras saludarla.
-Entró a la cocina-le explicó la chica-Pasa, como si estuvieras en tu casa.
Sonrió y le dio las gracias. Se coló tras la barra y llamó a la puerta de la cocina antes de atravesarla.
-¿Puedo pasar?-preguntó desde el marco.
-Tom, claro que puedes pasar-contestó el padre de Bill.
Entró del todo y vio que el ambiente estaba algo cargado. Andreas cocinaba sin quitarle los ojos de encima a Bill, que sentado en un rincón se limpiaba las mejillas de lágrimas. Se sentía muy incómodo al verle así, sin poder consolarle como debiera al haber tanta gente.
-Mi hijo no se siente bien-explicó el padre de Bill-¿Por qué no subes y le haces un poco de compañía? Si no tienes nada que hacer, claro.
Asintió de inmediato. Esperó a que Bill se levantara y subió con él escaleras arriba. Esa vez se sentaron en el sofá del salón. Se sentó a su lado no sabiendo por donde empezar a hablar.
-Te pusieron un corazón nuevo-susurró Bill pillando a Tom por sorpresa.
-Gracias a el sigo vivo-contestó carraspeando.
Le vio alzar la cara y mirarle. Una lágrima le bajaba por la mejilla llegando hasta sus labios. Levantó una mano y pasando el pulgar por ellos la recogió suspirando. Los labios de Bill eran muy suaves, se los quedó mirando pensando que un beso suyo sería muy dulce...
No se pudo contener, se inclinó y los probó con un breve beso. Pero fue un error, Bill se levantó de golpe y cubriéndose la cara con ambas manos rompió a llorar tras ellas.
-¿Bill?-llamó Tom también levantándose.
-No...no puedo...-susurró Bill entre sollozos.
-Lo siento-murmuró Tom retrocediendo un paso-Me he dejado llevar. Si he hecho algo que no debiera, lo siento mucho.
-Me has besado-susurró Bill entre sollozos.
-Lo sé, y lo siento-repitió Tom de nuevo.
-¿Por qué?-preguntó Bill mirándole fijamente-¿Sientes algo por mi?
Tom se le quedó mirando sin saber que contestar, pues ni él mismo lo sabía. ¿Le besó porque realmente sentía algo por él? ¿Por qué quería consolarlo? ¿O por que James lo quería?
-¿Tom?-llamó Bill al ver que no contestaba.
-¿Quién es James?-preguntó Tom sin poderse contener.
Se estremeció en la cama, un escalofrío había recorrido su espalda y...había algo que le llamó más la atención. Su cuerpo había respondido con solo pensar en lo guapo que se veía Bill cuando sonreía... se había puesto duro sin poder evitarlo y sentía un calor subir por su cuerpo al tiempo que sus mejillas se sonrojaban.
¿Qué le estaba pasando? ¿Desde cuándo se sentía fuertemente atraído por alguien de su mismo sexo?
"Desde que tienes un corazón nuevo"-se contestó a sí mismo.
Resopló y se dio la vuelta en la cama y trató de respirar profundamente para que su cuerpo se relajara, no quería levantarse en mitad de la noche y darse una ducha fría para aliviarse. Si Georg o Gustav le pillaban le iban a mirar con una expresión rara en la cara.
¿Qué les iba a decir? ¿Que su cuerpo tenía vida propia? ¿Que no podía sacarse de la cabeza a Bill?
"O hago algo o me da algo un día de estos"-pensó cerrando los ojos con fuerza-"Tengo que saber si estos sentimientos son míos y no fruto de mi loca imaginación. ¿Qué pasa? ¿Qué me han dado un corazón que ya tenía dueño?"
Se echó a reír con nerviosismo, de solo pensar en esa posibilidad le daban escalofríos. Era todo muy sobrenatural, el tal James muere y él recibe su corazón con todos sus sentimientos y recuerdos incluidos.
"Estás desvariando"-se riñó a sí mismo-"Para empezar, no sabes si Bill conoce a James, y tampoco le vas a preguntar, ¿oye, tuviste un novio llamado James que murió de repente? Es que me han dado su corazón y dejó un mensaje para ti en él"
Resopló y se concentró en dormirse y dejar de pensar en chorradas. Es que sonaba ridículo, ¿qué mensaje le quería transmitir desde el más allá James a Bill?
"Que le echo mucho de menos"-escuchó entre sueños...
Al día siguiente sus ojeras delataban que no había pasado buena noche. Tenía mala cara y sus amigos ya le miraban con expresión preocupada.
-No he dormido nada-dijo para tranquilizarlos.
-¿Alguien te robaba el sueño?-preguntó Georg sonriendo con picardía.
Le fulminó con la mirada para que se callase, Gustav los miraba a la espera de una explicación de esas palabras.
-¿Me he perdido algo?-preguntó al cabo de unos silenciosos minutos.
-No-contestó con firmeza Tom.
-Era solo una broma-apuntó Georg.
-Ya veo-murmuró Gustav, no muy convencido de que lo fuera.
Siguieron desayunando en silencio hasta Gustav anunció que se iba. Kate y él habían quedado para dar un paseo y luego comerían juntos. Se despidió de sus amigos y una vez a solas Tom le echó a Georg una merecida bronca.
-Cállate la boca-siseó fulminando con la mirada a su amigo.
-Vamos Tom, deja de pensártelo más-dijo resoplando Georg-Sientes algo por Bill y él por ti, y cuanto antes lo aceptes mejor para todos. Veremos que ya estás bien del todo y con muchas ganas de vivir, y todo gracias a Bill.
-Es que no sé...si esto que siento lo siento yo o...-empezó a decir Tom.
-¿Quién lo va a sentir si no?-preguntó Georg arrugando la frente.
-James-contestó Tom sin pensárselo dos veces.
-¿Y quién es James?-inquirió Georg.
-Es...quien me donó el corazón-explicó Tom carraspeando-Si, sé que parece una locura pero desde que llevo su corazón me siento atraído por Bill. He llegado a pensar que ellos dos se conocían y además de su corazón me han transplantado sus sentimientos.
-Que fuerte-murmuró Georg.
-¿Crees que puede ser posible?-preguntó Tom mordiéndose el labio.
Su amigo le miró sin saber que contestarle, la verdad es que lo que le había dicho sonaba a ciencia ficción. La única respuesta lógica era que se había enamorado de Bill la primera vez que le vio, echando por tierra sus 19 años hetero. No pasaba nada, a él mismo le pasó de la misma manera. No se decidió hasta que lo tuvo muy claro, y en el caso de Tom...se decidió en el poco tiempo que duró esa cena. Fue ver a Bill y pensar "me lo pido", como si formara parte del menú.
-No quiero empezar algo con Bill sin saber si lo que siento es de verdad o fruto de mi imaginación-explicó Tom-No quiero que me despierte un día y me de cuenta que no era yo, que todo era cosa de James y he sido utilizado sin tener derecho a voto ni nada.
-Habla con Bill-dijo Georg con firmeza-No digo que le preguntes si tuvo un novio llamado James ni nada parecido, habla con él y pídele una cita. Dad un paseo, iros conociendo y según veas sus reacciones pues te lo piensas de nuevo.
-Es una buena idea-murmuró Tom sonriendo-Iré ahora mismo, tengo tiempo antes de ir a comer a casa de mis padres.
Se levantó y corrió a vestirse. Se puso lo primero que pilló, unos vaqueros azules y una camiseta de manga corta blanca. Cogió las llaves del coche y la cartera y salio del apartamento tras despedirse de Georg, que le deseó toda la suerte del mundo.
Aparcó delante del restaurante y se quedó observando. No veía a Bill por ningún lado. Se quedó pensando a lo mejor tenía ese día libre ya que el anterior estuvo duramente trabajando. ¿Y si había salio a dar un paseo? ¿O quedado con alguien?
Decidió esperar unos minutos. Bajó la ventanilla del coche y apoyó el codo en ella. Se sentía muy nervioso y en esos momentos echaba de menos poder fumarse un cigarro. Pero no lo haría, debía cuidarse el doble. La vida le había dado una segunda oportunidad...y se lo debía a James...
No pasaron ni 20 minutos cuando vio a Bill. Venía paseando y no estaba solo, un chico algo mayor que él caminaba a su lado. No sabía que le estaría diciendo, pero la expresión de Bill era muy triste. Se puso tenso, ¿y si ese chico era su novio? ¿Y si estaban rompiendo y Bill estaba triste por eso?
Se quedó espiando para ver su reacción. Vio como se paraban en la puerta del restaurante y Bill se despedía de él con un fuerte abrazo...pero nada más. Ni un beso en la mejilla ni en los labios. Respiró algo más aliviado y se quedó viendo como Bill entraba y el otro chico cruzaba la calle en su dirección. Se le quedó mirando extrañado, llevaba los ojos llenos de lágrimas...
Esperó hasta que se hubo alejado y solo entonces subió la ventanilla y bajó del coche. Cruzó la calle corriendo y entró en el restaurante. No veía a Bill, pero una de las camareras con la que trabajó el día anterior le reconoció y fue hacia él.
-¿Has visto a Bill?-preguntó Tom tras saludarla.
-Entró a la cocina-le explicó la chica-Pasa, como si estuvieras en tu casa.
Sonrió y le dio las gracias. Se coló tras la barra y llamó a la puerta de la cocina antes de atravesarla.
-¿Puedo pasar?-preguntó desde el marco.
-Tom, claro que puedes pasar-contestó el padre de Bill.
Entró del todo y vio que el ambiente estaba algo cargado. Andreas cocinaba sin quitarle los ojos de encima a Bill, que sentado en un rincón se limpiaba las mejillas de lágrimas. Se sentía muy incómodo al verle así, sin poder consolarle como debiera al haber tanta gente.
-Mi hijo no se siente bien-explicó el padre de Bill-¿Por qué no subes y le haces un poco de compañía? Si no tienes nada que hacer, claro.
Asintió de inmediato. Esperó a que Bill se levantara y subió con él escaleras arriba. Esa vez se sentaron en el sofá del salón. Se sentó a su lado no sabiendo por donde empezar a hablar.
-Te pusieron un corazón nuevo-susurró Bill pillando a Tom por sorpresa.
-Gracias a el sigo vivo-contestó carraspeando.
Le vio alzar la cara y mirarle. Una lágrima le bajaba por la mejilla llegando hasta sus labios. Levantó una mano y pasando el pulgar por ellos la recogió suspirando. Los labios de Bill eran muy suaves, se los quedó mirando pensando que un beso suyo sería muy dulce...
No se pudo contener, se inclinó y los probó con un breve beso. Pero fue un error, Bill se levantó de golpe y cubriéndose la cara con ambas manos rompió a llorar tras ellas.
-¿Bill?-llamó Tom también levantándose.
-No...no puedo...-susurró Bill entre sollozos.
-Lo siento-murmuró Tom retrocediendo un paso-Me he dejado llevar. Si he hecho algo que no debiera, lo siento mucho.
-Me has besado-susurró Bill entre sollozos.
-Lo sé, y lo siento-repitió Tom de nuevo.
-¿Por qué?-preguntó Bill mirándole fijamente-¿Sientes algo por mi?
Tom se le quedó mirando sin saber que contestar, pues ni él mismo lo sabía. ¿Le besó porque realmente sentía algo por él? ¿Por qué quería consolarlo? ¿O por que James lo quería?
-¿Tom?-llamó Bill al ver que no contestaba.
-¿Quién es James?-preguntó Tom sin poderse contener.
