Dos días después tenía lugar la cena prometida. Michelle y Mark ya los esperaban en el restaurante tomando una copa mientras hablaban. Gustav había ido a por esa amiga a la que había invitado y Tom se terminaba de arreglar en el baño.
-Eso, tú ponte guapo-rió Georg desde la puerta.
Rió con él y le sacó la lengua por el espejo. Se echó un vistazo, se había puesto unos vaqueros claros con un jersey de trenzas gris oscuro. Llevaba las trenzas peinadas hacia atrás y un pañuelo negro a la frente anudado.
-Ese es Gustav-murmuró Georg al escuchar la puerta del apartamento.
Salieron de baño y bajaron a recibir a su amigo, que no venía solo. Dos chicas iban tras él y Tom se las quedó mirando arrugando la frente extrañado.
-Tom, ella es Kate-presentó Gustav cogiendo de la cintura a una morena alta y de ojos azules-Y ella su amiga Chantelle.
Tom miró a la otra chica que no dejaba de sonreír y ponerse tiesa. Era alta, casi como él y rubia oxigenada. Llevaba un vestido azul ceñido que le llegaba por encima de las rodillas y lucía un generoso escote. Vio que daba un paso en su dirección y se preparó para recibir un beso en cada mejilla.
-Hola-suspiró Chantelle.
-Hola...si-tartamudeó.
No le gustaba como olía, se había echado un perfume demasiado fuerte y le hizo atragantar.
-Y él es Georg-terminó de presentar Gustav.
Por suerte Chantelle no estaba interesada en él y se libro de sus besos.
-Encantada de conocerte Tom-saludo Kate-Gustav no deja de hablar bien de ti y me alegro mucho de conocerte al fin en persona.
-Gracias-dijo Tom algo cortado.
-Yo ya la conocía-explicó Georg tras sonreír a Kate-Esto...Tom, ¿me prestas algo de...colonia?
Tom le miró extrañado, pero asintió al ver que se señalaba una mejilla con disimulo.
-Ahora bajamos-murmuró Tom.
Echó a andar escaleras arriba y fue al baño, donde Georg se reunió con él.
-Chantelle te manchó de carmín-le explicó.
Tom ya lo había visto cuando se miró en el espejo y abriendo el grifo mojó la esquina de una toalla y se limpió con ella. Terminó y se volvió, pero en vez de salir del baño cogió a su amigo de la muñeca y le hizo entrar cerrando tras él la puerta.
-¿Qué haces, Tom?-preguntó Georg sin entender.
-Aquí hay gato encerrado-contestó Tom en voz baja.
Vio como su amigo resoplaba y ponía los ojos en blanco.
-¿Qué os traéis entre manos?-insistió Tom.
-No sé de que hablas...-empezó a decir Georg poniéndose rojo.
-Sabes que se te da fatal mentir-cortó Tom -Ya estás confesando.
-Gustav me va a matar-resopló Georg-Queríamos que tuvieras a alguien con quien...hablar durante la cena...
-¿Me habéis preparado una cita a ciegas?-gritó Tom sin poder evitarlo.
-Fue idea de Gustav, lo prometo-explicó Georg retrocediendo un paso-Pensó que tras un año entero de celibato te gustaría volver a los viejos tiempos cuando con solo sonreír a una chica la tenías entre tus brazos en menos de un minuto.
-Reconozco que es verdad en parte, pero...aún es pronto para pensar en irme con una chica a la cama-dijo Tom sin aliento-Además, no la conozco de nada y sabéis que en la primera cita jamás termino con una chica bajo las sábanas. Y menos con esa...
-Da miedo verla, ¿verdad?-rió Georg sin poder evitarlo.
-Parece a punto de saltar sobre mí de un momento a otro-confesó Tom-Pero no lo entiendo, me habéis traído una chica a mi, ¿y tú? ¿O es que ahora pasas de las chicas?
Vio como su amigo dejaba de reír y volvía a sonrojarse, lo que le daba una clara idea de lo que pasaba.
-Vaya yo....no tenía ni idea-murmuró todo cortado.
-Ya bueno, hace unos días que asumí mi homosexualidad-confesó Georg restándole importancia-Los demás ya lo saben y quería esperar a decírtelo, ahora no debes llevarte fuertes impresiones.
-Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea-dijo Tom con firmeza-Podemos hablar de todo, no tengas ningún reparo.
-Sabía que no te ibas a escandalizar-comentó Georg sonriendo de nuevo-No es que los demás lo hicieran, pero tú y yo siempre hemos estado de "caza" juntos y que te salga con esto así de repente...
-Georg, que no pasa en serio-insistió Tom-Pero tienes mucho que contarme.
Georg asintió y salieron del baño. Bajaron y se reunieron con Gustav y las chicas. Tom llevaría a Georg y a Chantelle en su coche, y Gustav iría en el suyo con Kate. Tuvo que soportar que Chantelle se sentara a su lado mientra que Georg le miraba con cara de lástima desde el asiento trasero.
Llegaron al restaurante y ocuparon sus asientos tras las presentaciones. Una vez más, Chantelle se sentó al lado de Tom, que se escondió tras la carta mientras que pensaba que pedir.
-Te recomiendo unos tortellini de carne-dijo Michelle mirando a Tom.
-Di que no, la carne tiene mucha grasa-intervino Chantelle-Mejor de queso, pedimos una ración y la compartimos.
No tuvo tiempo de replicar, una camarera se le acercó y Chantelle pidió para los dos.
-¿Algo de beber?
Levantó la cabeza extrañado, había echado un leve vistazo a la camera y resultaba que era él y no ella. Vestía una camisa blanca de manga larga y unos pantalones negros de pinza. Llevaba el pelo por los hombros cortado a media melena...e iba ligeramente maquillado, lo que le había confundido más si se podía.
-Agua por favor, y embotellada-pidió Chantelle sin alzar la mirada de la carta siquiera-¿Qué clase de agua tienen?
-Pues...muy buena, es suiza-contestó el chico algo cortado.
-La mejor del mundo-apuntó Chantelle asintiendo-Ah, la beberé en la botella y con una pajita.
El chico asintió y apuntó su pedido en la libreta. Luego miró a los demás y apuntó también sus pedidos.
-Yo quiero el agua del tiempo, si no es mucha molestia-pidió Michelle.
-No lo es, gracias-contestó el chico sonriendo ampliamente-¿Y usted, que quiere de beber?
Un ligero codazo de Chantelle hizo que Tom reaccionara. Se había quedado embobado mirando al camarero y no sabía que le estaban hablando.
-También agua, gracias-murmuró carraspeando.
Alzó la mirada y se quedó mirando el cartel que llevaba el camarero en su pecho con su nombre impreso.
-Bill-susurró al tiempo que pegaba un bote.
-¿Si? ¿Quiere algo más?-preguntó Bill arrugando la frente.
-No...no gracias-murmuró Tom tragando con esfuerzo.
-Enseguida les traigo su pedido-se despidió Bill.
Esperaron a que se fuera y entonces todas las miradas se dirigieron a Tom, que con una mano en el pecho respiraba con algo de dificultad.
-Tom, ¿estás bien?-preguntó Mark poniéndose en pie.
-Si...no es nada...-susurró Tom cerrando los ojos.
No sabía que le pasaba, había comenzado a sentirse mal desde que viera al tal Bill. Y fue conocer su nombre lo que hizo que el corazón le diera un vuelco en su agitado pecho. Respiró hondo un par de veces y cuando abrió los ojos tenía un vaso de agua ante ellos. Mark había ido a la barra corriendo a pedirlo y se lo ofrecía en esos momentos.
-Bebe despacio-pidió sonriendo con esfuerzo.
Cogió el vaso y dio dos sorbos. Empezó a sentirse mejor, el color volvió a sus mejillas y empezó a respirar con normalidad.
-Dejamos la cena para otro día-dijo Michelle también levantándose.
-No, ya pasó-murmuró Tom-No ha sido nada, una pequeña taquicardia. El padre de Georg me dijo que sería frecuente cuando hubiera algo que me impresionara, que respirara con normalidad y me relajara.
-Vale, nos quedamos pero si te vuelve a dar nos vamos directos a urgencias-accedió Mark a regañadientes.
Gustav y Georg se unieron a Mark y Tom asintió. Cogió el vaso de agua y bebió otro sorbo mientras paseaba la mirada por el restaurante. Bill estaba atendiendo otra mesa y desde donde estaba le veía de espaldas. Pero de repente se volvió como si presintiera que le miraba, y le sonrió ampliamente. No se lo pensó dos veces y le devolvió la sonrisa, pensando que era tan dulce y cálida como recordaba...
-Eso, tú ponte guapo-rió Georg desde la puerta.
Rió con él y le sacó la lengua por el espejo. Se echó un vistazo, se había puesto unos vaqueros claros con un jersey de trenzas gris oscuro. Llevaba las trenzas peinadas hacia atrás y un pañuelo negro a la frente anudado.
-Ese es Gustav-murmuró Georg al escuchar la puerta del apartamento.
Salieron de baño y bajaron a recibir a su amigo, que no venía solo. Dos chicas iban tras él y Tom se las quedó mirando arrugando la frente extrañado.
-Tom, ella es Kate-presentó Gustav cogiendo de la cintura a una morena alta y de ojos azules-Y ella su amiga Chantelle.
Tom miró a la otra chica que no dejaba de sonreír y ponerse tiesa. Era alta, casi como él y rubia oxigenada. Llevaba un vestido azul ceñido que le llegaba por encima de las rodillas y lucía un generoso escote. Vio que daba un paso en su dirección y se preparó para recibir un beso en cada mejilla.
-Hola-suspiró Chantelle.
-Hola...si-tartamudeó.
No le gustaba como olía, se había echado un perfume demasiado fuerte y le hizo atragantar.
-Y él es Georg-terminó de presentar Gustav.
Por suerte Chantelle no estaba interesada en él y se libro de sus besos.
-Encantada de conocerte Tom-saludo Kate-Gustav no deja de hablar bien de ti y me alegro mucho de conocerte al fin en persona.
-Gracias-dijo Tom algo cortado.
-Yo ya la conocía-explicó Georg tras sonreír a Kate-Esto...Tom, ¿me prestas algo de...colonia?
Tom le miró extrañado, pero asintió al ver que se señalaba una mejilla con disimulo.
-Ahora bajamos-murmuró Tom.
Echó a andar escaleras arriba y fue al baño, donde Georg se reunió con él.
-Chantelle te manchó de carmín-le explicó.
Tom ya lo había visto cuando se miró en el espejo y abriendo el grifo mojó la esquina de una toalla y se limpió con ella. Terminó y se volvió, pero en vez de salir del baño cogió a su amigo de la muñeca y le hizo entrar cerrando tras él la puerta.
-¿Qué haces, Tom?-preguntó Georg sin entender.
-Aquí hay gato encerrado-contestó Tom en voz baja.
Vio como su amigo resoplaba y ponía los ojos en blanco.
-¿Qué os traéis entre manos?-insistió Tom.
-No sé de que hablas...-empezó a decir Georg poniéndose rojo.
-Sabes que se te da fatal mentir-cortó Tom -Ya estás confesando.
-Gustav me va a matar-resopló Georg-Queríamos que tuvieras a alguien con quien...hablar durante la cena...
-¿Me habéis preparado una cita a ciegas?-gritó Tom sin poder evitarlo.
-Fue idea de Gustav, lo prometo-explicó Georg retrocediendo un paso-Pensó que tras un año entero de celibato te gustaría volver a los viejos tiempos cuando con solo sonreír a una chica la tenías entre tus brazos en menos de un minuto.
-Reconozco que es verdad en parte, pero...aún es pronto para pensar en irme con una chica a la cama-dijo Tom sin aliento-Además, no la conozco de nada y sabéis que en la primera cita jamás termino con una chica bajo las sábanas. Y menos con esa...
-Da miedo verla, ¿verdad?-rió Georg sin poder evitarlo.
-Parece a punto de saltar sobre mí de un momento a otro-confesó Tom-Pero no lo entiendo, me habéis traído una chica a mi, ¿y tú? ¿O es que ahora pasas de las chicas?
Vio como su amigo dejaba de reír y volvía a sonrojarse, lo que le daba una clara idea de lo que pasaba.
-Vaya yo....no tenía ni idea-murmuró todo cortado.
-Ya bueno, hace unos días que asumí mi homosexualidad-confesó Georg restándole importancia-Los demás ya lo saben y quería esperar a decírtelo, ahora no debes llevarte fuertes impresiones.
-Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea-dijo Tom con firmeza-Podemos hablar de todo, no tengas ningún reparo.
-Sabía que no te ibas a escandalizar-comentó Georg sonriendo de nuevo-No es que los demás lo hicieran, pero tú y yo siempre hemos estado de "caza" juntos y que te salga con esto así de repente...
-Georg, que no pasa en serio-insistió Tom-Pero tienes mucho que contarme.
Georg asintió y salieron del baño. Bajaron y se reunieron con Gustav y las chicas. Tom llevaría a Georg y a Chantelle en su coche, y Gustav iría en el suyo con Kate. Tuvo que soportar que Chantelle se sentara a su lado mientra que Georg le miraba con cara de lástima desde el asiento trasero.
Llegaron al restaurante y ocuparon sus asientos tras las presentaciones. Una vez más, Chantelle se sentó al lado de Tom, que se escondió tras la carta mientras que pensaba que pedir.
-Te recomiendo unos tortellini de carne-dijo Michelle mirando a Tom.
-Di que no, la carne tiene mucha grasa-intervino Chantelle-Mejor de queso, pedimos una ración y la compartimos.
No tuvo tiempo de replicar, una camarera se le acercó y Chantelle pidió para los dos.
-¿Algo de beber?
Levantó la cabeza extrañado, había echado un leve vistazo a la camera y resultaba que era él y no ella. Vestía una camisa blanca de manga larga y unos pantalones negros de pinza. Llevaba el pelo por los hombros cortado a media melena...e iba ligeramente maquillado, lo que le había confundido más si se podía.
-Agua por favor, y embotellada-pidió Chantelle sin alzar la mirada de la carta siquiera-¿Qué clase de agua tienen?
-Pues...muy buena, es suiza-contestó el chico algo cortado.
-La mejor del mundo-apuntó Chantelle asintiendo-Ah, la beberé en la botella y con una pajita.
El chico asintió y apuntó su pedido en la libreta. Luego miró a los demás y apuntó también sus pedidos.
-Yo quiero el agua del tiempo, si no es mucha molestia-pidió Michelle.
-No lo es, gracias-contestó el chico sonriendo ampliamente-¿Y usted, que quiere de beber?
Un ligero codazo de Chantelle hizo que Tom reaccionara. Se había quedado embobado mirando al camarero y no sabía que le estaban hablando.
-También agua, gracias-murmuró carraspeando.
Alzó la mirada y se quedó mirando el cartel que llevaba el camarero en su pecho con su nombre impreso.
-Bill-susurró al tiempo que pegaba un bote.
-¿Si? ¿Quiere algo más?-preguntó Bill arrugando la frente.
-No...no gracias-murmuró Tom tragando con esfuerzo.
-Enseguida les traigo su pedido-se despidió Bill.
Esperaron a que se fuera y entonces todas las miradas se dirigieron a Tom, que con una mano en el pecho respiraba con algo de dificultad.
-Tom, ¿estás bien?-preguntó Mark poniéndose en pie.
-Si...no es nada...-susurró Tom cerrando los ojos.
No sabía que le pasaba, había comenzado a sentirse mal desde que viera al tal Bill. Y fue conocer su nombre lo que hizo que el corazón le diera un vuelco en su agitado pecho. Respiró hondo un par de veces y cuando abrió los ojos tenía un vaso de agua ante ellos. Mark había ido a la barra corriendo a pedirlo y se lo ofrecía en esos momentos.
-Bebe despacio-pidió sonriendo con esfuerzo.
Cogió el vaso y dio dos sorbos. Empezó a sentirse mejor, el color volvió a sus mejillas y empezó a respirar con normalidad.
-Dejamos la cena para otro día-dijo Michelle también levantándose.
-No, ya pasó-murmuró Tom-No ha sido nada, una pequeña taquicardia. El padre de Georg me dijo que sería frecuente cuando hubiera algo que me impresionara, que respirara con normalidad y me relajara.
-Vale, nos quedamos pero si te vuelve a dar nos vamos directos a urgencias-accedió Mark a regañadientes.
Gustav y Georg se unieron a Mark y Tom asintió. Cogió el vaso de agua y bebió otro sorbo mientras paseaba la mirada por el restaurante. Bill estaba atendiendo otra mesa y desde donde estaba le veía de espaldas. Pero de repente se volvió como si presintiera que le miraba, y le sonrió ampliamente. No se lo pensó dos veces y le devolvió la sonrisa, pensando que era tan dulce y cálida como recordaba...