Su bungalow quedaba cerca y llegaron en dos minutos. Una vez más como la noche anterior Bill abrió la puerta y dejó pasar esa vez a Logan, quien como si nada entró del todo hasta el dormitorio y ayudó a tumbarse a Tom sobre una de las deshechas camas.
-Ve al baño, moja una toalla y tráemela-pidió a Bill mientras se sentaba a un lado de un silencioso Tom.
Bill obedeció de inmediato, entró en el baño y al momento regresó con una toalla de la mano que tendió a Logan.
-Dime que está bien, por favor-suplicó Bill sentándose en la cama también.
Pero Logan no sabía que decirle, tenía un corte profundo en el labio y ya le había echado un vistazo al pecho. Varios cardenales destacaban en su tostada piel, y sabía que su amigo se había contenido. Steven era cinturón negro en karate y si hubiera querido habría matado a Tom con sus propias manos, pero además de un gran conocimiento en artes marciales también tenía dos dedos de frente y sabía a lo que se exponía si utilizara ese conocimiento contra alguien.
Solo cabía esperar que Tom no le demandase por la injusta paliza, pero sus amigos no sabían en esos momentos cual era la verdad y solo estaban ayudando a una persona que lo estaba pasando realmente mal.
Como en esos momentos, Tom se dejaba lavar la sangre reseca de su cara sin decir nada. Estaba con los ojos cerrados, parecía que estaba durmiendo o que había vuelto a perder el conocimiento. Nadie lo sabía.
Y mientras que Logan le lavaba la cara, Bill le cogía una mano y llevándosela a su mejilla la apretaba como si de esa manera pudiera así devolverle a su hermano la vida.
-Tranquilo, no es nada-dijo Logan tratando de consolarle.
-Mira en el lío que le he metido-susurró Bill entre lágrimas-Todo ha sido culpa mía, jamás debimos venir aquí. Tom quería irse de viaje solo conmigo, si le hubiera dicho que si me hubiera pasado toda la semana tomando el sol en la playa y disfrutando de su compañía, no enamorándome del primero que se me cruza y haciendo que a él le peguen una paliza por mis sucias mentiras.
Calló de golpe, le faltaba el aire y en esos momentos llamaban a la puerta. Logan se encargó de abrirla y dejó pasar al médico del hotel seguido de sus amigos. Esperaron en el salón mientras atendían al herido bajo la triste mirada de Bill.
-Por suerte no tiene nada grave-comentó el médico tras reconocerle-Unas contusiones y la herida del labio no necesita puntos.
-¿De verdad?-preguntó Bill sin podérselo creer-Sangraba mucho.
-Suele pasar, pero tranquilo que tu hermano es duro de pelar-dijo el médico sonriendo.
Sus palabras le hicieron saber a Bill que les habían reconocido. Nadie le había dicho al médico que eran hermanos, y no era la primera vez que Tom se metía en alguna pelea saliendo nada más que con unos cuántos rasguños. Como esa vez, aunque al verlo así él se había llevado un buen susto.
-¿Quieres que le mande un informe al médico de la discográfica?-preguntó el médico en voz baja, confirmando así sus sospechas.
-No por favor-contestó Bill bajando también la voz-Se supone que estamos de vacaciones sin la vigilancia de un adulto y si saben que a Tom le han dado una paliza...
-Tal vez la policía...-empezó a decir el médico.
-Ha sido todo un malentendido, de verdad-se apresuró a decir Bill-Si avisa a la policía solo nos daría mala publicidad y en el fondo...todo ha sido culpa mía y prometo que no volverá a pasar.
Al médico no le quedó otra que confiar en su palabra, y tras terminar de curar al herido y recetarle unos analgésicos para el dolor, se despidió de los chicos y salió de bungalow.
-Nosotros también nos vamos-dijo Eric antes de que Bill regresara al dormitorio.
-No sabes cuanto lo siento-intervino Steven-Logan nos lo ha contado todo, creía que te estaba ayudando y mira a...a tu hermano.
-Todo ha sido culpa mía-dijo Bill con firmeza-Me siento un idiota por haber dicho todas esas mentiras, siento mucho haberos estropeado las vacaciones.
-Olvidemos lo pasado-dijo Steven suspirando aliviado.
Bill asintió y se despidió de ellos, quedándose a solas con Logan. ¿Qué le había contado realmente aparte de que eran realmente hermanos? ¿Les habría contado con pelos y señales como se lo montaron la anterior noche? ¿O que esa mañana se revolcaron en la playa? ¿O ese beso que le propinó a Logan pensando que sus sentimientos eran correspondidos?
-Tranquilo que solo les he dicho lo necesario-dijo Logan, como si le hubiera leído la mente.
-Gracias-murmuró Bill suspirando.
Empezaba a tener frío, aún con el bañador medio mojado y tras la experiencia vivida necesitaba una ducha caliente y ponerse algo de ropa encima. Y una vez más como si pudiera saber que estaba pensando, Logan se ofreció a cuidar de Tom mientras se daba una ducha.
-Si se despierta te llamo-prometió Logan.
-¿Sabes?-dijo Bill sonriendo con esfuerzo-Mi hermano y yo somos gemelos idénticos, aunque no nos parezcamos en absoluto, pero...en más de una ocasión hemos sabido lo que pensaba el otro sin decir una palabra.
Logan sonrió al escucharlo, era lo que le estaba pasando en esos momentos. Con solo ver a Bill sabía lo que pensaba.
-Tenemos una relación muy especial-siguió explicando Bill-Siempre hemos dicho que viviríamos juntos y que nada ni nadie lograría separarnos...
"Hasta que el amor se mete por medio, entonces mejor tener cuidado o uno de los dos saldrá herido"-pensó suspirando.
Sacudió la cabeza y dejando a Tom al cuidado de Logan cogió ropa limpia, entró en el baño y cerró la puerta. Se dio una ducha con agua caliente y salió ya vestido. No se había dado cuenta, había cogido la primera ropa de abrigo que vio y resultó ser la sudadera que él mismo había diseñado, blanca y negra con la misma estrella que llevaba tatuada en su cadera. Bajo ella ponía el nombre del grupo, pero Logan no dijo nada cuando le vio, solo comentó que era muy chula.
-¿Podemos hablar?-preguntó de repente Bill.
Logan asintió, sabía que aún había algunos cabos sueltos que atar y ahora más que nunca no quería irse a Francia dejando a los dos hermanos peleados
Decidieron hablar en el amplio salón con el que contaba el bungalow, dejando la puerta del dormitorio abierta por si Tom les necesitaba. Dormitaba bajo los efectos de un analgésico que se había tomado y tras comprobar que estaba bien arropado, Bill siguió a Logan.
Se sentaron en el sofá que había frente a una de los grandes ventanales a través del cual tenían una bonita vista de la playa. Logan esperó en silencio dándole tiempo a Bill a que pusiera en orden sus pensamientos, había muchas cosas que aclarar y había llegado el momento.
-Tom es mi hermano gemelo-empezó a decir Bill suspirando.
-Lo sé-dijo Logan asintiendo con la cabeza.
-Y cuando le propuse mi loco plan accedió sin pensárselo-siguió diciendo Bill-Bueno...tuve que contarle primero lo mal que le había hecho quedar ante ti y se enfadó mucho. Pensé que iba a dejarme de hablar en toda su vida, pero unos minutos después me perdonó y dijo que sí.
-Porque te quiere mucho-dijo de repente Logan-¿Sabes? Tengo una hermana pequeña a la que adoro y la defendería con uñas y dientes si alguien trata de hacerla algo. Y también la ayudaría en todo lo que pudiera si me necesitase. Porque la quiero mucho.
-Si, solo que ella no está tan loca como yo y no te pediría que te hicieras pasar por su novio para llamar la atención de un chico-murmuró Bill.
-No estás loco Bill, solo enamorado-repitió Logan-Creías estarlo, y cuando uno lo está hace un montón de locuras. Créeme....como yo ayer...
-¿Ayer?-repitió Bill sin entender.
-¿Recuerdas la camarera de la que te hablé?-preguntó Logan, viéndole asentir con la cabeza-Tras dejaros a tí y a Tom hablando en la playa regresé a la barra y estaba ella. No entendía como te podía gustar alguien como Tom....bueno, en esos momentos no sabía que era tu hermano y estabais jugando, pero lo que pasa es que no entendía que le pudieras amar, y no se me ocurría nada más para ayudarte. Vi a la camarera y le pedí algo más fuerte que los cocktails que estábamos tomando, me notó triste y se quedó hablando conmigo el resto de la noche. Era muy simpática y supo hacerme sonreír. Cuando terminó su turno me invitó a otra copa...esa vez en su habitación y no le dije que no. Sabía que yo le gustaba y ella a mí. Nunca antes me había ido con una desconocida a la cama, pero…me sentía realmente mal, así que...no dejé escapar la oportunidad.
Bill le escuchaba en silencio tragándose esas lágrimas que luchaban por salir, sintiéndolas aferradas a su gargantas impeliéndole respirar. Dolía escucharle hablar de como se sentía atraído por una chica y había pasado la noche con ella...
-¡Un momento!-dijo de repente.
-¿Qué?-preguntó Logan sin entender.
-Te fuiste...te fuiste mientras Tom y yo hablábamos-repitió Bill, viéndole asentir.
-Si, pero sabiendo que Tom estaría borracho por mi culpa le pedí a Eric que os echara un vistazo-explicó Logan-Me contó luego que te vio a ti de pie mirando a un inconsciente Tom si saber que hacer, y entonces decidió echarte una mano con él.
-¿Y no vio nada?-preguntó Bill, más a sí mismo-¿Nadie vio nada?
-No-contestó Logan sin entender-Luego Eric regresó al bungalow que compartimos y esta mañana cuando regresé de mi aventura nocturna me lo dijo.
-Tu aventura nocturna-repitió Bill respirando con esfuerzo-¿A qué hora te fuiste? ¿No estuviste antes paseando en la playa?
De repente había tenido una corazonada....una fea y asquerosa corazonada, que Logan le confirmó negando con la cabeza.
-Regresé casi a las 10-explicó Logan-Me duché y camino de la playa te vi tumbado dormido en una tumbona de la piscina y fui a ver que tal estabas.
-Ya...ya veo...-susurró Bill.
-¿Pasa algo?-preguntó Logan preocupado-Te has puesto muy pálido de repente.
-¿Puedes dejarme a solas con mi hermano?-preguntó Bill poniéndose en pie.
Logan asintió aún sin entender que pasaba y tras quedar en volver a verse antes de que regresara a Francia salió del bungalow que ambos hermanos compartía.
Bill no esperó mucho, cogió aire profundamente y fue hacia la cama donde su hermano dormitaba...o eso era lo que él pensaba. Le encontró recostado contra las almohadas, mirándole con una triste expresión en la cara.
-¡Me besaste!-gritó Bill sin poderse contener.
-Te besé-repitió Tom con un hilo de voz.
-Sabías que Logan no estaba mirando y te aprovechaste de mi-siguió gritando Bill-Me besaste...me tocaste.... ¡Tom! ¡Hiciste que me corriera en tu mano!
No podía dejar de gritar y llorar a la vez, dando rienda suelta a tantas lágrimas acumuladas. Tom le miraba sin hacer ni decir nada, con miedo de estropear más la situación de lo que ya lo estaba.
-¿Cómo pudiste hacerlo?-preguntó Bill entre lágrimas.
-¿Y qué esperabas?-estalló Tom-Me diste permiso para hacerlo.
-Pero...somos hermanos-dijo Bill, como si no fuera obvio.
-Un hermano jamás le pide a otro que se haga pasar por su novio-se defendió Tom-No le pide que le toque o bese si el chico que le gusta está mirando, solo porque no...no tiene los huevos necesarios para decirle que está enamorado.
"¿Cómo yo?"-pensó Tom con dolor-"Soy un maldito cobarde, te amo y no encuentro el momento para confesártelo, y me escudo en tu mentira solo para poder probar tu cuerpo y tus labios..."
-Todo es culpa mía-dijo Bill suspirando-Jamás debí pedirte nada, solo he conseguido separarnos.
-¿Cómo?-preguntó Tom sin entender.
-¿Qué quieres que hagamos tras esto, Tom?-preguntó Bill a su vez-Hemos traspasado una línea que jamás debimos ni rozar. Y tú te has vengado de mí, de todas mis mentiras. Has jugado conmigo de una cruel manera y no sé si te lo podré perdonar.
-¿Por qué?-susurró Tom.
-Porque lo que hemos hecho no está bien-estalló Bill-Porque no debiste besarme, no tocarme de esa íntima manera. ¿Cómo quieres que actuemos tras esto? No puedo ni mirarte sin...sin...
Dejó de hablar y negó con la cabeza, las palabras salían de sus labios como si tuviera vida propia y no podía permitirlo.
-¿Sin qué?-insistió Tom levantándose de la cama y haciéndole retroceder.
Pero Bill se negaba a contestar, sentía las palabras querer escapar de su boca pero no iba a dejar que saliera. Mentiría de nuevo, no había otra salida...
-Dilo Bill-insistió Tom sin dejar de ir tras él.
Le acorraló contra la pared sin darle oportunidad de escapar, había visto en sus ojos un atisbo de esperanza y no pensaba desperdiciarla.
-No....no quiero decirlo-susurró Bill apretando todo lo que podía la espalda contra la pared.
Quería escapar de allí...y en el fondo no quería. Había algo en él que Tom había despertado con un simple roce de sus labios, sentía su cuerpo hambriento de las emociones vividas allí en esa solitaria cala. Sentía cosas que no debía por su hermano, más porque no eran correspondidas...
-Te amo Bill-dijo Tom de repente.
Bill negó con la cabeza al escucharle, no quería oír nada porque en el fondo era una mentira más que añadir a esa montaña que había formado.
-Te amo con toda mi alma-repitió Tom poniendo una mano en la pared, justo rozando el suave pelo de Bill.
-Deja de mentir, por favor-pidió en un susurro Bill.
-Termina la frase que ibas a decir-insistió de nuevo Tom-No puedes mirarme sin...
-Sin recordarlo-se le escapó en un susurro a Bill.
Se dio cuenta demasiado tarde, cuando las palabras ya habían salido de su labios y una sonrisa iluminaba la cara de Tom.
-No...no quise decir eso, yo no...-trató de negar.
-Deja tú de mentir-murmuró Tom-Lo que siento por ti es verdad, es muy fuerte y no lo puedo frenar. No quiero.
-Es imposible una cosa así, somos hermanos y no debemos...
-Desde hace unos meses atrás siento por ti algo que no debiera-confesó en un susurro Tom-Y que me contaras tu plan fue la guinda del pastel. No me pude negar....ni tampoco a correrme 3 veces pensando en ti...
Bill abrió los labios por la sorpresa, no sabía nada de esos sentimientos tan fuertes. Ni de que su hermano se...se tocara pensando tal vez que era él quien lo hacía. Lo deseaba....¡no! No deseaba nada, eso era una atrocidad que no pensaba cometer. Estaban confusos, tanto calor había afectado sus cerebros de tal manera que se creyeron sus mentiras. Y cuando regresaran a casa se les pasaría la tontería e incluso se reirían.
Pero Tom no pensaba de la misma manera. Le vio separar los labios y lo tomó como una aceptación. Se inclinó sobre él y puso una mano sobre su estómago, que subía y bajaba agitado por los sentimientos que hacían que su corazón no parase de latir feliz.
Le vio negar con la cabeza al tiempo que se pasaba la lengua por sus resecos labios, pero no cesó en su empeño y llevando la mano más arriba acarició su cuello con la punta de su dedo.
-Párame, dime que esto que te estoy haciendo no está bien-pidió en un susurro Tom.
-No puedo-susurró Bill también.
-¿Por qué?-preguntó Tom con voz ronca.
-Porque si paras...moriré...-contestó Bill con un hilo de voz.
-Ve al baño, moja una toalla y tráemela-pidió a Bill mientras se sentaba a un lado de un silencioso Tom.
Bill obedeció de inmediato, entró en el baño y al momento regresó con una toalla de la mano que tendió a Logan.
-Dime que está bien, por favor-suplicó Bill sentándose en la cama también.
Pero Logan no sabía que decirle, tenía un corte profundo en el labio y ya le había echado un vistazo al pecho. Varios cardenales destacaban en su tostada piel, y sabía que su amigo se había contenido. Steven era cinturón negro en karate y si hubiera querido habría matado a Tom con sus propias manos, pero además de un gran conocimiento en artes marciales también tenía dos dedos de frente y sabía a lo que se exponía si utilizara ese conocimiento contra alguien.
Solo cabía esperar que Tom no le demandase por la injusta paliza, pero sus amigos no sabían en esos momentos cual era la verdad y solo estaban ayudando a una persona que lo estaba pasando realmente mal.
Como en esos momentos, Tom se dejaba lavar la sangre reseca de su cara sin decir nada. Estaba con los ojos cerrados, parecía que estaba durmiendo o que había vuelto a perder el conocimiento. Nadie lo sabía.
Y mientras que Logan le lavaba la cara, Bill le cogía una mano y llevándosela a su mejilla la apretaba como si de esa manera pudiera así devolverle a su hermano la vida.
-Tranquilo, no es nada-dijo Logan tratando de consolarle.
-Mira en el lío que le he metido-susurró Bill entre lágrimas-Todo ha sido culpa mía, jamás debimos venir aquí. Tom quería irse de viaje solo conmigo, si le hubiera dicho que si me hubiera pasado toda la semana tomando el sol en la playa y disfrutando de su compañía, no enamorándome del primero que se me cruza y haciendo que a él le peguen una paliza por mis sucias mentiras.
Calló de golpe, le faltaba el aire y en esos momentos llamaban a la puerta. Logan se encargó de abrirla y dejó pasar al médico del hotel seguido de sus amigos. Esperaron en el salón mientras atendían al herido bajo la triste mirada de Bill.
-Por suerte no tiene nada grave-comentó el médico tras reconocerle-Unas contusiones y la herida del labio no necesita puntos.
-¿De verdad?-preguntó Bill sin podérselo creer-Sangraba mucho.
-Suele pasar, pero tranquilo que tu hermano es duro de pelar-dijo el médico sonriendo.
Sus palabras le hicieron saber a Bill que les habían reconocido. Nadie le había dicho al médico que eran hermanos, y no era la primera vez que Tom se metía en alguna pelea saliendo nada más que con unos cuántos rasguños. Como esa vez, aunque al verlo así él se había llevado un buen susto.
-¿Quieres que le mande un informe al médico de la discográfica?-preguntó el médico en voz baja, confirmando así sus sospechas.
-No por favor-contestó Bill bajando también la voz-Se supone que estamos de vacaciones sin la vigilancia de un adulto y si saben que a Tom le han dado una paliza...
-Tal vez la policía...-empezó a decir el médico.
-Ha sido todo un malentendido, de verdad-se apresuró a decir Bill-Si avisa a la policía solo nos daría mala publicidad y en el fondo...todo ha sido culpa mía y prometo que no volverá a pasar.
Al médico no le quedó otra que confiar en su palabra, y tras terminar de curar al herido y recetarle unos analgésicos para el dolor, se despidió de los chicos y salió de bungalow.
-Nosotros también nos vamos-dijo Eric antes de que Bill regresara al dormitorio.
-No sabes cuanto lo siento-intervino Steven-Logan nos lo ha contado todo, creía que te estaba ayudando y mira a...a tu hermano.
-Todo ha sido culpa mía-dijo Bill con firmeza-Me siento un idiota por haber dicho todas esas mentiras, siento mucho haberos estropeado las vacaciones.
-Olvidemos lo pasado-dijo Steven suspirando aliviado.
Bill asintió y se despidió de ellos, quedándose a solas con Logan. ¿Qué le había contado realmente aparte de que eran realmente hermanos? ¿Les habría contado con pelos y señales como se lo montaron la anterior noche? ¿O que esa mañana se revolcaron en la playa? ¿O ese beso que le propinó a Logan pensando que sus sentimientos eran correspondidos?
-Tranquilo que solo les he dicho lo necesario-dijo Logan, como si le hubiera leído la mente.
-Gracias-murmuró Bill suspirando.
Empezaba a tener frío, aún con el bañador medio mojado y tras la experiencia vivida necesitaba una ducha caliente y ponerse algo de ropa encima. Y una vez más como si pudiera saber que estaba pensando, Logan se ofreció a cuidar de Tom mientras se daba una ducha.
-Si se despierta te llamo-prometió Logan.
-¿Sabes?-dijo Bill sonriendo con esfuerzo-Mi hermano y yo somos gemelos idénticos, aunque no nos parezcamos en absoluto, pero...en más de una ocasión hemos sabido lo que pensaba el otro sin decir una palabra.
Logan sonrió al escucharlo, era lo que le estaba pasando en esos momentos. Con solo ver a Bill sabía lo que pensaba.
-Tenemos una relación muy especial-siguió explicando Bill-Siempre hemos dicho que viviríamos juntos y que nada ni nadie lograría separarnos...
"Hasta que el amor se mete por medio, entonces mejor tener cuidado o uno de los dos saldrá herido"-pensó suspirando.
Sacudió la cabeza y dejando a Tom al cuidado de Logan cogió ropa limpia, entró en el baño y cerró la puerta. Se dio una ducha con agua caliente y salió ya vestido. No se había dado cuenta, había cogido la primera ropa de abrigo que vio y resultó ser la sudadera que él mismo había diseñado, blanca y negra con la misma estrella que llevaba tatuada en su cadera. Bajo ella ponía el nombre del grupo, pero Logan no dijo nada cuando le vio, solo comentó que era muy chula.
-¿Podemos hablar?-preguntó de repente Bill.
Logan asintió, sabía que aún había algunos cabos sueltos que atar y ahora más que nunca no quería irse a Francia dejando a los dos hermanos peleados
Decidieron hablar en el amplio salón con el que contaba el bungalow, dejando la puerta del dormitorio abierta por si Tom les necesitaba. Dormitaba bajo los efectos de un analgésico que se había tomado y tras comprobar que estaba bien arropado, Bill siguió a Logan.
Se sentaron en el sofá que había frente a una de los grandes ventanales a través del cual tenían una bonita vista de la playa. Logan esperó en silencio dándole tiempo a Bill a que pusiera en orden sus pensamientos, había muchas cosas que aclarar y había llegado el momento.
-Tom es mi hermano gemelo-empezó a decir Bill suspirando.
-Lo sé-dijo Logan asintiendo con la cabeza.
-Y cuando le propuse mi loco plan accedió sin pensárselo-siguió diciendo Bill-Bueno...tuve que contarle primero lo mal que le había hecho quedar ante ti y se enfadó mucho. Pensé que iba a dejarme de hablar en toda su vida, pero unos minutos después me perdonó y dijo que sí.
-Porque te quiere mucho-dijo de repente Logan-¿Sabes? Tengo una hermana pequeña a la que adoro y la defendería con uñas y dientes si alguien trata de hacerla algo. Y también la ayudaría en todo lo que pudiera si me necesitase. Porque la quiero mucho.
-Si, solo que ella no está tan loca como yo y no te pediría que te hicieras pasar por su novio para llamar la atención de un chico-murmuró Bill.
-No estás loco Bill, solo enamorado-repitió Logan-Creías estarlo, y cuando uno lo está hace un montón de locuras. Créeme....como yo ayer...
-¿Ayer?-repitió Bill sin entender.
-¿Recuerdas la camarera de la que te hablé?-preguntó Logan, viéndole asentir con la cabeza-Tras dejaros a tí y a Tom hablando en la playa regresé a la barra y estaba ella. No entendía como te podía gustar alguien como Tom....bueno, en esos momentos no sabía que era tu hermano y estabais jugando, pero lo que pasa es que no entendía que le pudieras amar, y no se me ocurría nada más para ayudarte. Vi a la camarera y le pedí algo más fuerte que los cocktails que estábamos tomando, me notó triste y se quedó hablando conmigo el resto de la noche. Era muy simpática y supo hacerme sonreír. Cuando terminó su turno me invitó a otra copa...esa vez en su habitación y no le dije que no. Sabía que yo le gustaba y ella a mí. Nunca antes me había ido con una desconocida a la cama, pero…me sentía realmente mal, así que...no dejé escapar la oportunidad.
Bill le escuchaba en silencio tragándose esas lágrimas que luchaban por salir, sintiéndolas aferradas a su gargantas impeliéndole respirar. Dolía escucharle hablar de como se sentía atraído por una chica y había pasado la noche con ella...
-¡Un momento!-dijo de repente.
-¿Qué?-preguntó Logan sin entender.
-Te fuiste...te fuiste mientras Tom y yo hablábamos-repitió Bill, viéndole asentir.
-Si, pero sabiendo que Tom estaría borracho por mi culpa le pedí a Eric que os echara un vistazo-explicó Logan-Me contó luego que te vio a ti de pie mirando a un inconsciente Tom si saber que hacer, y entonces decidió echarte una mano con él.
-¿Y no vio nada?-preguntó Bill, más a sí mismo-¿Nadie vio nada?
-No-contestó Logan sin entender-Luego Eric regresó al bungalow que compartimos y esta mañana cuando regresé de mi aventura nocturna me lo dijo.
-Tu aventura nocturna-repitió Bill respirando con esfuerzo-¿A qué hora te fuiste? ¿No estuviste antes paseando en la playa?
De repente había tenido una corazonada....una fea y asquerosa corazonada, que Logan le confirmó negando con la cabeza.
-Regresé casi a las 10-explicó Logan-Me duché y camino de la playa te vi tumbado dormido en una tumbona de la piscina y fui a ver que tal estabas.
-Ya...ya veo...-susurró Bill.
-¿Pasa algo?-preguntó Logan preocupado-Te has puesto muy pálido de repente.
-¿Puedes dejarme a solas con mi hermano?-preguntó Bill poniéndose en pie.
Logan asintió aún sin entender que pasaba y tras quedar en volver a verse antes de que regresara a Francia salió del bungalow que ambos hermanos compartía.
Bill no esperó mucho, cogió aire profundamente y fue hacia la cama donde su hermano dormitaba...o eso era lo que él pensaba. Le encontró recostado contra las almohadas, mirándole con una triste expresión en la cara.
-¡Me besaste!-gritó Bill sin poderse contener.
-Te besé-repitió Tom con un hilo de voz.
-Sabías que Logan no estaba mirando y te aprovechaste de mi-siguió gritando Bill-Me besaste...me tocaste.... ¡Tom! ¡Hiciste que me corriera en tu mano!
No podía dejar de gritar y llorar a la vez, dando rienda suelta a tantas lágrimas acumuladas. Tom le miraba sin hacer ni decir nada, con miedo de estropear más la situación de lo que ya lo estaba.
-¿Cómo pudiste hacerlo?-preguntó Bill entre lágrimas.
-¿Y qué esperabas?-estalló Tom-Me diste permiso para hacerlo.
-Pero...somos hermanos-dijo Bill, como si no fuera obvio.
-Un hermano jamás le pide a otro que se haga pasar por su novio-se defendió Tom-No le pide que le toque o bese si el chico que le gusta está mirando, solo porque no...no tiene los huevos necesarios para decirle que está enamorado.
"¿Cómo yo?"-pensó Tom con dolor-"Soy un maldito cobarde, te amo y no encuentro el momento para confesártelo, y me escudo en tu mentira solo para poder probar tu cuerpo y tus labios..."
-Todo es culpa mía-dijo Bill suspirando-Jamás debí pedirte nada, solo he conseguido separarnos.
-¿Cómo?-preguntó Tom sin entender.
-¿Qué quieres que hagamos tras esto, Tom?-preguntó Bill a su vez-Hemos traspasado una línea que jamás debimos ni rozar. Y tú te has vengado de mí, de todas mis mentiras. Has jugado conmigo de una cruel manera y no sé si te lo podré perdonar.
-¿Por qué?-susurró Tom.
-Porque lo que hemos hecho no está bien-estalló Bill-Porque no debiste besarme, no tocarme de esa íntima manera. ¿Cómo quieres que actuemos tras esto? No puedo ni mirarte sin...sin...
Dejó de hablar y negó con la cabeza, las palabras salían de sus labios como si tuviera vida propia y no podía permitirlo.
-¿Sin qué?-insistió Tom levantándose de la cama y haciéndole retroceder.
Pero Bill se negaba a contestar, sentía las palabras querer escapar de su boca pero no iba a dejar que saliera. Mentiría de nuevo, no había otra salida...
-Dilo Bill-insistió Tom sin dejar de ir tras él.
Le acorraló contra la pared sin darle oportunidad de escapar, había visto en sus ojos un atisbo de esperanza y no pensaba desperdiciarla.
-No....no quiero decirlo-susurró Bill apretando todo lo que podía la espalda contra la pared.
Quería escapar de allí...y en el fondo no quería. Había algo en él que Tom había despertado con un simple roce de sus labios, sentía su cuerpo hambriento de las emociones vividas allí en esa solitaria cala. Sentía cosas que no debía por su hermano, más porque no eran correspondidas...
-Te amo Bill-dijo Tom de repente.
Bill negó con la cabeza al escucharle, no quería oír nada porque en el fondo era una mentira más que añadir a esa montaña que había formado.
-Te amo con toda mi alma-repitió Tom poniendo una mano en la pared, justo rozando el suave pelo de Bill.
-Deja de mentir, por favor-pidió en un susurro Bill.
-Termina la frase que ibas a decir-insistió de nuevo Tom-No puedes mirarme sin...
-Sin recordarlo-se le escapó en un susurro a Bill.
Se dio cuenta demasiado tarde, cuando las palabras ya habían salido de su labios y una sonrisa iluminaba la cara de Tom.
-No...no quise decir eso, yo no...-trató de negar.
-Deja tú de mentir-murmuró Tom-Lo que siento por ti es verdad, es muy fuerte y no lo puedo frenar. No quiero.
-Es imposible una cosa así, somos hermanos y no debemos...
-Desde hace unos meses atrás siento por ti algo que no debiera-confesó en un susurro Tom-Y que me contaras tu plan fue la guinda del pastel. No me pude negar....ni tampoco a correrme 3 veces pensando en ti...
Bill abrió los labios por la sorpresa, no sabía nada de esos sentimientos tan fuertes. Ni de que su hermano se...se tocara pensando tal vez que era él quien lo hacía. Lo deseaba....¡no! No deseaba nada, eso era una atrocidad que no pensaba cometer. Estaban confusos, tanto calor había afectado sus cerebros de tal manera que se creyeron sus mentiras. Y cuando regresaran a casa se les pasaría la tontería e incluso se reirían.
Pero Tom no pensaba de la misma manera. Le vio separar los labios y lo tomó como una aceptación. Se inclinó sobre él y puso una mano sobre su estómago, que subía y bajaba agitado por los sentimientos que hacían que su corazón no parase de latir feliz.
Le vio negar con la cabeza al tiempo que se pasaba la lengua por sus resecos labios, pero no cesó en su empeño y llevando la mano más arriba acarició su cuello con la punta de su dedo.
-Párame, dime que esto que te estoy haciendo no está bien-pidió en un susurro Tom.
-No puedo-susurró Bill también.
-¿Por qué?-preguntó Tom con voz ronca.
-Porque si paras...moriré...-contestó Bill con un hilo de voz.