Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    *w* Chapter 12

    Thomas Kaulitz
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    Mensaje  Thomas Kaulitz Dom Ago 07, 2011 6:36 pm

    Terminada la cena se dirigieron a la playa, donde estaban casi todos los huéspedes del hotel. Habían encendido fogatas aquí y allá y sentados ante ellas había varios grupos disfrutando de la velada.

    -Aquí saben como montárselo-comentó Georg dejándose caer en la arena.

    Gustav y Tom le imitaron, pero Bill temía mancharse la ropa y prefirió usar una de las tumbonas. Se sentó en ella y al momento apareció una camarera llevando en sus manos una bandeja.

    -Aún no hemos pedido-se apresuró a decir Gustav.

    -Unos amigos les han invitado-explicó la chica sonriendo al tiempo que señalaba una hoguera a su derecha.

    Las miradas de los chicos se dirigieron hacia ella, descubriendo a Logan y sus amigos saludándoles con las manos.

    -Que amables-murmuró Tom resoplando.

    Estiró una mano y cogió una de las cuatro copas que la camarera le tendía.

    -¿Qué es?-preguntó antes de beber.

    -Zumo de piña, mango y naranja-explicó la chica-Con unas gotas de ron.

    "¿Solo unas gotas?"-pensó Tom arrugando la nariz.

    Su copa olía a ron que tiraba para atrás, pero pensando en el berenjenal que le había metido su hermano echó un trago para calmar un poco los nervios.

    -¿Vamos con ellos?-preguntó Gustav tomando su bebida.

    -Aquí se está bien-contestó Tom por todos.

    No le apetecía en absoluto compartir la buena noche que hacía con su enemigo. Aún le debía los balonazos de la mañana y se lo pensaba hacer pagar como pudiera.

    Georg y Gustav vieron como se ponía serio su amigo y decidieron no insistier en el tema. Ya les habían dicho a Logan y sus amigos que según dijeran Bill y Tom, tomarían unas copas juntos. Y estaba claro que la respuesta era un rotundo no.



    Mientras, la camarera terminó de repartir las bebidas y después de dar un amplio rodeo se dirigió a la fogata donde estaban Logan y sus amigos.

    -¿Hecho?-preguntó Logan poniéndose en pie.

    -Tu amigo recibió la copa que me pediste-explicó la chica en voz baja-Espero que no se enfade con la broma, no me gustaría perder el trabajo por culpa de vuestra travesura.

    -No te preocupes, que a Tom no le importará-se apresuró a decir Logan.

    Sacó la cartera y le entregó un billete de 50€ tal y como le había prometido. La chica lo cogió y se lo guardó en el escote del top ceñidísimo que llevaba.

    -Tendrás un billete como este por cada copa como esa que le sirvas a mi amigo-murmuró Logan mirando a la chica fijamente.

    -Te va a salir cara la broma-comentó la chica asintiendo.

    -Tranquila, es un precio que pagaré encantado-dijo Logan desviando la mirada.

    Sus ojos volaron a Bill, que sentado a solas en su tumbona jugueteaba con la sombrillita de su copa.



    -Está rico, ¿verdad?-preguntó Georg tras terminarse la bebida de un trago-¿Pedimos otra?

    Antes de que nadie pudiera decir nada levantó la mano y llamó a la misma camarera que les había atendido antes, señalando la copa al mismo tiempo.

    -Un poco fuerte para mi gusto-comentó Tom carraspeando.

    -¿Qué pasa, blandito?-preguntó Gustav entre risas.

    Tom fulminó con la mirada a su amigo, no le gustaba que le llamasen blandito pero tampoco se iba a coger un pedo así por la bobada. Se recostó en la arena mientras llegaba la camarera y echó un vistazo a su alrededor.

    Había varias fogatas dispersadas y a su izquierda habían montado la barra. Alguien se encargaba de amenizar la velada con una música no demasiado alta para no molestar a los clientes del hotel que no se había apuntado a esa acampada nocturna.

    Pero Tom juraría que estaban todos allí. Era una noche magnífica como para pasarla metida en un bungalow. Claro que...con la persona adecuada al lado lo mejor era buscar la intimidad necesaria.

    Y eso mismo debía pensar en esos momentos Georg. Una chica rubia de pelo largo se le había acercado para pedirle un cigarro, y entre una cosa y otra...ya le estaba devorando los labios. Sonrió al pensar en lo afortunado que era su amigo, y viendo que otra chica se acercaba a la hoguera donde estaba decidió "desaparecer", no quería que le vieran y pasara lo mismo que en la playa esa mañana cuando sin querer espantó a las dos chicas que habían llevado sus amigos.

    Se puso en pie con cuidado de no llamar mucho la atención y se dirigió a una zona algo alejada. En ella había varias tumbonas amontonadas y ocupó una de ellas suspirando. Se sentía algo mareado, y eso que solo había tomado una maldita copa. Cerró los ojos...y no los abrió hasta que sintió que se acercaba alguien.

    -¿Estás bien?

    Sonrió ampliamente. Bill se acercaba con una copa en cada mano y le miraba preocupado.

    -Si-contestó suspirando-Georg y Gustav están ocupados y no quise molestar.

    -Si, ya los he visto-dijo Bill imitándole-Esta noche se lo van a pasar muy bien.

    Tom asintió y apartando las piernas le dejó sitio a su hermano a los pies, cogiéndole una de las copas que llevaba y echando un trago de ella. Nuevamente sintió lo cargada que estaba, pero no dijo nada. Estando a solas con su hermano en esa noche estrellada, con el sonido del mar retumbando en sus oídos...quien sabe lo que podía pasar. Necesitaba reunir todo el valor que podía, y el alcohol le ayudaría.

    -Que noche más bonita, ¿verdad?-dijo Bill suspirando.

    -La de veces que nos hemos pasado despiertos mirando las estrellas-comentó Tom mirando fijamente a su hermano.

    Bill asintió sonriendo. Con tantos conciertos dados en ciudades diferentes, se pasaban media vida de aquí para allá. Viajaban de noche para ahorrar tiempo en el gran autobús de dos pisos que la discográfica había puesto a su disposición con todas las comodidades que podían desear. Y más de una vez que el insomnio podía con él se bajaba al piso inferior a tomarse una taza caliente de té.

    Y en más de una ocasión Tom le hacía compañía, aprovechando que estaban a solas para hablar de lo bien que les había ido el concierto o de la próxima visita que harían a sus padres.

    -¿Te acuerdas del último viaje?-preguntó Tom de repente entre risas.

    Bill rió al recordarlo, volvían de Oberhausen donde habían dado uno de los mejores conciertos, que había sido grabado para ponerse luego a la venta para deleite de las miles de fans que tenían.

    -Una vez más Georg comió algo que le sentó mal-recordó Bill entre risas.

    -Si, se pasó toda la noche abrazado a la taza del inodoro y juró nunca más volver a probar una maldita pizza-comentó Tom echando un trago a su bebida.

    -Y dos días después rompía su promesa-dijo Bill sacudiendo la cabeza-Enseguida olvida los malos momentos que le hace pasar su estómago, jamás podría renunciar a la comida.

    “Ni yo a ti”-pensó Tom poniéndose de repente serio.

    Siguió bebiendo en silencio viendo como Bill solo se mojaba los labios con los ojos fijos en algún punto tras ellos. No hizo falta que dijera nada, sabía de sobra que Logan estaba a su espalda.

    -Bill-le llamó con voz ronca.

    -Está ahí-susurró Bill sin necesidad.

    -Acércate-pidió Tom tendiendo una mano.

    Bill le miró sin entender, viendo como dejaba la copa vacía sobre la arena e incorporándose le tomaba por la muñeca con firmeza.

    -Ponte sobre mí-indicó Tom en voz baja.

    -¿Cómo?-preguntó Bill sintiendo la boca seca.

    -Sobre mi estómago, a horcajadas-explicó Tom con calma.

    -Pero...nos verán...-susurró Bill.

    -Bueno, de eso se trata ¿no?-rió Tom por lo bajo.

    -Ya, pero aparte de Logan están Georg y Gustav-aclaró Bill.

    -¡Esos están cada uno a los suyo!-exclamó Tom bufando-Les dará igual si estamos en la fiesta o hemos vuelto al bungalow. Y seguro que a estas horas están ellos en el suyo, o en algún rincón apartado como nosotros dos.

    Y sin decir más tiró de Bill que no tuvo más remedio que hacer lo que le había pedido. Pasó las piernas a ambos lados de su cuerpo pero no llegó a sentarse sobre ese agitado estómago que subía y bajaba.

    -Logan nos mira-le recordó Tom entre cerrando los ojos.

    Bill lo sabía, había visto como Tom se levantaba y alejaba de la fogata y fue tras él...no sin antes echar una mirada donde se encontraba Logan con los ojos fijos en él, atento a cada movimiento suyo o de Tom. Sabía que si iba tras su hermano él los seguiría, y lo haría solo. Así que se levantó y topándose con la camarera que llevaba sus bebidas cogió las dos copas que le ofrecía y fue tras los pasos de su hermano.

    Pero no pensaba que tuviera que ponerse encima de él para llamar la atención de Logan, pensaba que solo iban a hablar o estar en silencio mirando al mar y que Logan creyera lo que quisiera.

    -Venga, démosle un poco de celos-picó Tom sonriendo traviesamente.

    Celos. Ese había sido su plan desde el primer momento, hacer que Logan se sintiera atraído por él y sufriera al verle tontear con su falso novio, quien desde la tumbona le dirigía una suplicante mirada.

    Asintió y poniendo las manos sobre el pecho de Tom poco a poco se sentó todo lo que pudo sobre su estómago, evitando su entrepierna.

    -¿Te molesto?-preguntó al escucharle gemir.

    Tom negó con la cabeza. ¡Molestarle! Todo lo contrario, había estado observando como se sentaba con lentitud sobre él, sintiendo lo incómodo que estaba y la vergüenza que le daba y no pudo evitar ponerse algo cachondo, más cuando sus nalgas rozaron su miembro al acomodarse mejor.

    -¿Qué...que hace Logan?-preguntó con esfuerzo.

    Tenía que hablar, recordarse qué les había llevado a estar como estaban... recordarse que para su hermano solo era un juego, o le tomaba en ese mismo momento...

    -No le veo…creo que está tras una palmera-explicó Bill mirando con disimulo.

    Esa noche no había salido la luna y de las fogatas le llegaba un débil resplandor, lo que le dificultaba saber con exactitud donde estaba Logan.

    -Inclínate sobre mí-pidió Tom.

    Esa vez Bill le obedeció sin poner pegas. Logan no quitaría los ojos de él, pensando seguro en lo que se estaba perdiendo y deseando ser Tom en esos momentos.

    Se mordió el labio para no sonreír y se inclinó sobre Tom al tiempo que ponía las manos sobre la tumbona a ambos lados de la cabeza de su hermano. Se inclinó todo lo que pudo, cualquiera que los viera pensaría que se estaban besando o a punto.

    Tom no se esperaba que se le acercara tanto, se le secó la boca y tuvo que humedecerse los labios dos veces.

    -Apestas a alcohol-comentó Bill de repente.

    Tan cerca como estaba podía respirar el aliento de su hermano un olor fuerte le llegó hasta la nariz.

    -Es...la copa esa-explicó Tom levantando las manos.

    Las puso sobre las caderas de Bill, dejándolas ahí quietas.

    -Si apenas llevaba alcohol-siguió diciendo Bill.

    -Pues la mía si-murmuró Tom cerrando los ojos.

    No podía evitarlo, o no quería...el ligero mareo que tenía al principio se había intensificado y no sabía lo que hacía. Sus manos parecían haber tomado vida propia y en esos momentos subían el fino jersey que Bill llevaba hasta dejar al aire libre su piel. Puso las manos sobre ella y empezó a acariciar al tiempo que ligeramente empujaba.

    -¿Qué haces?-preguntó Bill en voz baja.

    -¡Calla!-pidió Tom en un susurro-¿Dónde está Logan?

    -Pues...seguirá tras la palmera, atento a nuestros movimientos-contestó Bill carraspeando.

    Tom asintió sonriendo. No, si en el fondo le iba a tener que agradecer a Logan que fuera un maldito mirón. Por su culpa tenía a Bill sobre él, y gracias a como le iba moviendo ligeramente de arriba abajo él se iba poniendo duro por momentos. Seguro que según les miraba Logan pensaría que se lo estaba follando ahí en mitad de la playa.

    -Estupendo-gimió Tom sonriendo.

    Bill le miraba sin entender. De repente las cosas se le habían salido de quicio, de repente se hallaba a horcajadas sobre su hermano que para colmo estaba ligeramente bebido. Se había fijado que en la cena apenas había probado bocado seguramente por los nervios, y esas dos copas que se había tomado se le habían subido pronto a la cabeza.

    Y no era la primera vez que le veía borracho, costaba controlarlo y temía que en esos momentos poco podía hacer para hacerle entender...que no estaba bien lo que hacía.

    Porque esos movimientos...esas manos que le hacían moverse de atrás a adelante, que le hacían frotar cierta parte de la anatomía de Tom que sentía dura contra sus nalgas...no, no podía estar pasando. Bill no terminaba de entender porque en esos momentos había puesto cachondo a su hermano sin querer y la cosa parecía querer llegar hasta el final.

    No lo podía permitir, jamás se perdonaría que se...que Tom tuviera un orgasmo con él fruto del alcohol.

    -Para Tom-pidió con un hilo de voz.

    Pero Tom o no le oía o pasaba de él, porque aferró con más fuerzas sus caderas y le apretó más sobre él.

    -Vamos, esto que hacemos no está bien-dijo Bill ya más serio.

    -Por favor...-suplicó Tom abriendo los ojos y fijándolos en Bill-No me pares, por favor...

    Bill se quedó petrificado al ver esa mirada que no había visto nunca antes. Era como si le hubiera hipnotizado y no pudiera apartar los ojos, dejando que pasara lo que tenía que pasar sin que pudiera hacer nada por evitarlo.

    Tan cerca como estaba pudo ver como las pupilas de Tom se dilataban, sentir como su cuerpo se tensaba y como esos dedos que aferraban su cadera se clavaban en su piel sin querer. Estaba pasando, un orgasmo recorría el cuerpo sobre el que estaba sentado. Y lo había permitido.

    Se mordió el labio para no llorar esa vez, no tenía que haber metido a Tom en ese lío, obligándole a hacer algo que era imposible que se le hubiera pasado alguna vez por la cabeza… ¡hacerle el amor a su propio hermano! Eso solo pasaría si estuviera enfermo, o borracho como era el caso.

    -Mmmmmm.....Bill.....-susurró Tom entre gemidos incontrolados.

    Bill no podía creer que hubiera dicho eso, y tampoco que los ojos de Tom estuvieran fijos en él. Se sentía...desnudo ante su mirada, pero era incapaz de desviar la suya. Era como un castigo, tenía que ver hasta donde había hecho llegar su hermano por su culpa. Así aprendería la próxima vez que sus sucias mentiras le metieran en un lío como ese.

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