Sin apartar la mirada del espejo, Tom no podía dejar de sonreír mientras pensaba en el descabellado plan que pasaba por su cabeza.
“Estamos los dos enfermos”-pensó sacudiendo la cabeza.
Suspiró y dando media vuelta salió del baño. Bill continuaba donde le había dejado, de pie en medio del dormitorio con la cara cubierta sin parar de llorar. Se sujetó con firmeza la sábana a la cintura y caminó hacia él. Le cogió por los brazos y le volvió a sentar sobre su cama.
-Perdóname Tom-susurró Bill sin atreverse a mirarle.
-Te perdono-dijo Tom con firmeza.
Bill levantó la cabeza y se le quedó mirando sin podérselo creer. ¿Así de fácil? ¿Sin ningún reproche ni gritos, como antes?
-Bill, lo que has hecho ha estado muy mal pero…cuando uno está enamorado hace y dice muchas tonterías-dijo Tom quitándole importancia al asunto.
-¿Tonterías?-repitió Bill alzando una ceja-Logan cree que eres un violador en serie.
Tom no se esperaba esa respuesta, que hubiera hecho creer a alguien que era una persona así de cruel. Estuvo a punto de gritarle de nuevo pero pensando en su plan, respiró hondo y simplemente sonrió.
-Te perdono-repitió forzando una sonrisa.
-Tom, eres el mejor hermano del mundo-gritó Bill echándose a sus brazos.
Le recibió en ellos, ¡qué remedio! Le estrechó con fuerza suspirando, si al final obtenía su amor tendría que perdonárselo todo.
-Hay una cosa en la que te equivocaste-murmuró Bill de repente.
-¿Qué?-preguntó Tom confundido.
-Yo…no me he acostado con Logan-explicó Bill con torpeza-Esta mañana paseamos hasta una cala pero solo hablamos. Logan es bueno escuchando, pero entre nosotros no ha pasado aún nada.
Tom no podía ser más feliz. Ya había dado por hecho que habían probado su cuerpo, pero pensar que aún tenía una sola oportunidad….haría todo lo que estuviera en su mano para conseguirla…
Sintió que Bill se separaba y le soltó. Esbozó una amplia sonrisa y él mismo le limpió las lágrimas de las mejillas.
-¿Podrás ayudarme?-preguntó Bill en voz baja.
-En lo que sea-contestó Tom con firmeza.
-Ayúdame a conseguir a Logan-pidió Bill mordiéndose el labio-Me gusta mucho, de verdad.
-¿Pero estás seguro de que él también es...es...?-preguntó Tom alzando una ceja.
“No me cuentes la verdad, por favor”-pensaba sin atreverse a respirar-“Vuelve a mentirme, no me rompas aún más el corazón…”
-¿Gay? Pues a primera vista no me lo pareció, pero según hablábamos he podido notar que siente algo por mí-explicó Bill.
"Lástima...porque con el cuento que le he soltado...."-pensó suspirando.
-Pero...no sabes nada de él, es un completo extraño y ya estás pensando en...acostarte con...con él-dijo Tom atragantándose con las últimas palabras.
Volvía a sentir revuelto el estómago de solo imaginar a su hermano gozando en los brazos de un extraño...
-¿Qué dices?-gritó Bill sin querer-Solo quiero...compartir unos besos, nada más.
-¿Y crees que ese Logan se conformará con eso?-preguntó Tom resoplando-Te debe sacar unos cuantos años y fijo que te ha mirado y pensado que estás muy bien para un par de polvos esporádicos.
-Desde luego, eres único para matar el romanticismo-murmuró Bill resoplando-Olvida lo que he dicho...tendría que haberme quedado callado...
Se levantó de la cama, pero Tom le cogió con firmeza de la mano y le obligó de nuevo a sentarse.
-Perdona mi brusquedad, pero solo quiero que pienses donde te vas a meter antes de...de que te puedan hacer daño-dijo Tom ya más calmado.
-Sé donde me meto-murmuró Bill mirando con firmeza a su hermano-Sé que Logan puede pensar de mí que seré un amor de verano y que cuando cada uno regrese a su casa se olvidará del todo, pero...a pesar de eso, quiero experimentar ese amor porque sé que nunca más volveré a encontrar la oportunidad de estar con otra persona sin miles de flashes captando un momento tan íntimo, y sin nadie que me señale con el dedo por ser algo que va en contra de sus principios.
Tom escuchaba cada una de sus palabras y comprendía a la perfección. Sabía que gracias a que estaban en una isla alejada de la mano de Dios se podían comportar como si fueran 4 desconocidos más, y hacer todo lo que se les antojaran sin tener que dar una explicación.
Y enamorarse era algo que perfectamente podrían hacer...
-Dime que quieras que haga, y lo haré-prometió con firmeza Tom.
-Quiero que te hagas pasar por mi novio-pidió Bill conteniendo el aliento.
Tom no podía estar más “feliz” de lo que ya lo estaba. ¿Había escuchado bien sus palabras? ¿Su hermano le estaba pidiendo que se hiciera pasar por algo que llevaba años soñando en secreto?
-¿Tom?-llamó Bill al ver que no decía nada.
Pero Tom siguió en las mismas, solo levantó una mano y pidió algo más de tiempo para pensar. Estaban Gustav y Georg a los que podrían incluir en el plan si empezaban a ver o creer algo que no era...del todo cierto, claro.
-Sé que te pido algo...bastante descabellado-empezó a decir Bill-Y que puedes pensar que estoy loco por habértelo pedido, pero es muy importante para mí y sé que solo tú y nadie más que tú me puede ayudar porque eres mi hermano y el que mejor me conoce y sabe que…
-Sí-dijo Tom con firmeza, interrumpiendo el monólogo de su hermano.
-¿Lo harás?-preguntó en voz baja Bill, aún sin podérselo creer.
-Si, porque como tú bien has dicho soy el único que te puedo ayudar, tu hermano y el mejor que te conoce y sabe quien eres-repitió sus palabras.
-Oh Tom... ¡muchas gracias!-gritó Bill echándose de nuevo a sus brazos-No sabes el miedo que tenía, no de que dijeras que no sino de que...
-Te entiendo-murmuró Tom abrazándolo con fuerza.
Sabía lo que su hermano le quería decir. Tenía miedo de que aceptara y pusieran su plan en marcha. A partir de ese momento debían comportarse como dos novios dejando atrás que eran hermanos. Tendrían que empezar a mirarse con el deseo brillando en sus ojos, de tocarse como jamás lo habrían hecho antes...e incluso... ¿besarse?
Todo podía ser, y pensar en esa posibilidad fue lo que hizo a Tom suspirar...
Unos golpes dados en la puerta les hizo dar un salto y ponerse en pie. Se miraron y sonrieron sonrojándose. Por sus cabezas pasaba la misma idea, era como si hubieran sido pillados haciendo algo que no debieran y hubieran tenido que separarse por la vergüenza.
-Debemos ensayar esta parte-murmuró Tom carraspeando.
-Debe ser el servicio de habitaciones-murmuró Bill a su vez.
-Abre mientras me visto-pidió Tom sujetando con firmeza la sábana con la que se cubría.
-Yo también debería cambiarme de ropa. Me siento húmedo-dijo Bill con naturalidad.
Segundos después pensaba en lo que había dicho y sintió como se sonrojaba hasta la punta de las orejas. Se mordió el labio suspirando y dando la espalda a su hermano fue a abrir la puerta, escuchando por el camino una ahogada carcajada.
Sacudió la cabeza y se apresuró a dejar paso al camarero que traía su pedido. Le indicó donde dejarlo y tras darle una generosa propina regresó al dormitorio, donde para alivio suyo Tom ya estaba vestido.
-¿Comemos en la terraza?-preguntó Tom mientras se sujetaba en un moño alto sus rastas.
Asintió y hurgando en el cajón de la cómoda que había en la habitación sacó otro bañador. Era negro, y algo más corto y justo que el floreado que llevaba. Entró en el baño y se cambió con rapidez. Cuando salió Tom le esperaba sentado en la terraza. Había una mesa con dos cómodas sillas, y ocupó una de ellas.
Comieron en silencio, no sabían de que hablar que no fuera su plan. Había algunos cabos sueltos que atar, pero tras la conversación anterior solo querían algo de paz. Hicieron un pacto silencioso de no hablarlo hasta que llegase la hora de la cena, cuando dejarían a un lado que eran hermanos y empezarían a portarse como dos enamorados.
Y llegada esa hora los dos no podían evitar sentirse muy nerviosos. Tras el almuerzo se echaron una siesta. Cada uno tumbado en su cama se durmieron dándose la espalda, pero cuando se despertaron y Bill abrió los ojos...sintió fijos en ellos los de su contrario, y ambos sonrieron.
Se levantaron y viendo la hora que era decidieron empezar a arreglarse. Una vez más Tom cedió la ducha a Bill de nuevo. Cuando terminó le tocó a él, pero antes de entrar una mirada de su hermano le hizo saber que había llegado la hora de hablar, extrañándose ambos de la naturalidad con la que salían las palabras, como si nada hubiera pasado, pudiendo hablar de un tema tan serio e incluso bromear.
Dada la familiaridad que había entre ellos, mientras que Tom se duchaba Bill se maquillaba mientras le iba contando qué impresión se había llevado la primera vez que vio a Logan.
-Te vas a reír de mi pero creo que fue amor a primera vista-decía Bill mientras se perfilaba los labios-Fue verle en la recepción del hotel y sentir que algo me impedía respirar.
-Tal vez era por...esa camiseta ajustada que llevabas-bromeó Tom mientras se duchaba.
-Muy gracioso-resopló Bill sonriendo-Pero no, no lo era. Y luego en la playa, al verle con ese bañador rojo tan minúsculo y marcándolo todo...
-Joder-masculló Tom cerrando los ojos.
¿Cómo le decía esas cosas? Ya se le hacía raro saber al fin ese secreto a voces de su hermano como para encima tener que escucharle hablar de otro chico y de lo bien dotado que estaba o dejaba de estar, dando por hecho que lo que le estaría pasando por la cabeza a su hermano en esos momentos eran él y ese chico juntos en una cama haciendo el amor bajo las sábanas...
-Yo ya terminé-anunció Bill ajeno a su mal estar-Date prisa.
Esperó a escucharle salir, sabiendo que iba a empezar a elegir el vestuario adecuado lo que le dejaba al menos 15 minutos más de soledad. Y los necesitaba...fue pensar en su hermano desnudo en una cama y ponerse duro de inmediato. En esos momentos lucía una bonita erección que tuvo que aliviar mientras se mordía los labios para no gritar.
Aún con los ojos cerrados, llevó una de sus manos a su revoltoso miembro y masajeó y siguió masajeando hasta que minutos después se derramaba entre sus dedos entre profundos jadeos.
-Mierda...Bill, mierda...-susurró con un hilo de voz.
¿Por qué era tan cruel el destino con él? ¿Qué delito había cometido para que le condenaran a pasar la vida entera al lado de la persona menos indicada pero a la vez la más adecuada? No quería tener a Bill de hermano, quería que fuera su amante, la persona con la que pasar el resto de su vida y a la que le haría el amor sin remordimiento alguno...
Salió de la ducha una vez hubo dejado todo como estaba y con una ajustada toalla en su cadera entró en el dormitorio donde su hermano se vestía dándole la espalda. Sobre una de las camas estaba la ropa que había elegido, unos vaqueros estrechos negros y un jersey también negro de manga larga fino.
Desde donde estaba le veía en boxers mientras cogía el jersey y se lo pasaba por la cabeza con cuidado de no despeinarse. Gimió sin darse cuenta, al imaginar como sería pasarle las manos por esa desnuda espalda e ir más abajo, apoyando la cara en la curva de su cuello y besar esa vena que con tanta fuerza palpitaba.
-¿Tendremos que besarnos?-preguntó Bill de repente volviéndose.
La pregunta pilló a Tom completamente descolocado...además de con la boca abierta y babeando. No podía apartar los ojos de su hermano, de sus labios tan jugosos y sus mejillas sonrosas gracias al sol que habían tomado ese día, al igual que las suyas.
Carraspeó y pasando a su lado abrió el armario y se puso a buscar en su ropa muy "interesado".
-¿Me has escuchado, Tom?-llamó Bill, al ver que le ignoraba.
-No perdona, ¿decías algo?-preguntó Tom carraspeando.
-Estaba pensando que tal vez...si Logan no me hiciera mucho caso nos tendríamos dar un breve beso...en los labios-explicó Bill con torpeza.
Tom se le quedó mirando sin saber que decir, o más bien porque sentía la garganta reseca. Claro que él había pensado en esa posibilidad también, iba a hacer todo lo que estuviera en su mano para ayudarle incluido ciertas cosas que nunca antes hubiera imaginado que pudiera pasar. Abrazaría a su hermano con más fuerza con nunca, intercambiarían miradas que nunca antes se habían echado, y si nada de eso funcionaba un simple beso en los labios sería la guinda del pastel...
Y si aún así Logan no cayera a los pies de Bill....ya le daba igual, porque él habría hecho una parte de su sueño realidad.
-Perdona, creo que me he pasado-susurró Bill carraspeando.
-Si-dijo Tom casi gritando.
Entonces le tocó a Bill el turno de mirarle sin saber que decir.
-Quiero decir que…que si nos tenemos que besar para que Logan te haga caso, lo haremos-aclaró Tom.
-Un roce en los labios -apuntó Bill sonrojándose.
-Un breve beso -apuntó Tom asintiendo.
Una vez aclarado esa parte del plan, los dos hermanos se vistieron en silencio. Habían quedado en verse con sus compañeros en el hall del hotel. Mientras su hermano entraba de nuevo en el baño a retocarse los labios, Tom se miraba al espejo. Se había puesto unos vaqueros y una sudadera marrón a juego con la gorra que llevaba. Sus rastas, como siempre recogidas en una cola alta.
-Ya estoy-anunció Bill saliendo del baño.
-¿Nervioso?-preguntó Tom girándose.
-Un poco-asintió Bill sonriendo.
Tom le imitó y tras coger el móvil y la cartera salió del bungalow seguido de su hermano. Se dirigieron al vestíbulo del hotel donde habían quedado con sus amigos.
-¿Qué vamos a decir?-preguntó de repente Bill, parándose de golpe.
-¿Qué? ¿A quienes?-murmuró Tom sin entender.
-A Gustav y a Georg-aclaró Bill.
-Nada-contestó Tom sin pensárselo mucho.
-Pero…nos van a notar más raros de lo normal, y quizás vean o escuchen cosas que…-empezó a decir Bill.
-No digamos nada de momento, si hacen alguna pregunta yo me encargo de ellos-dijo Tom con firmeza.
Bill asintió suspirando aliviado, lo último que deseaba era confesarle a sus amigos también que era gay y tenía previsto tontear con un chico que había conocido en el hotel. Sabía que podía confiar en su hermano, que hallaría las palabras necesarias para contar más o menos la situación y hacerles prometer que no le dijeran nada para no avergonzarle más de lo que lo estaba.
Tom le escuchó suspirar, podía ver brillar el miedo en los ojos de su hermano. No se lo pensó dos veces y le dio un fuerte abrazo, besándole en la mejilla de paso.
-Te quiero mucho-susurró en su oído.
Bill sonrió satisfecho...pero no por lo que le había dicho su hermano, sino porque detrás de ellos se encontraba Logan sin poder apartar los ojos de ellos. No se lo pensó dos veces él también y subiendo las manos por la espalda de su hermano las entrelazó tras su cuello y se colgó a él sonriendo.
-Yo también te quiero-dijo tan alto como pudo para que Logan le escuchara.
Tom asintió suspirando y soltó a su hermano, quien se colgó de su brazo sin dejar de sonreír ampliamente. Se reunieron con sus amigos, y Bill no podía dejar de pensar que todo estaba saliendo a pedir de boca.
Tom le había perdonado y accedido a ayudarle, y después de haberlos visto abrazados y tan enamorados los ojos de Logan no podían dejar de fulminar a Tom por ser el afortunado de tener a alguien tan especial a su lado.
“Estamos los dos enfermos”-pensó sacudiendo la cabeza.
Suspiró y dando media vuelta salió del baño. Bill continuaba donde le había dejado, de pie en medio del dormitorio con la cara cubierta sin parar de llorar. Se sujetó con firmeza la sábana a la cintura y caminó hacia él. Le cogió por los brazos y le volvió a sentar sobre su cama.
-Perdóname Tom-susurró Bill sin atreverse a mirarle.
-Te perdono-dijo Tom con firmeza.
Bill levantó la cabeza y se le quedó mirando sin podérselo creer. ¿Así de fácil? ¿Sin ningún reproche ni gritos, como antes?
-Bill, lo que has hecho ha estado muy mal pero…cuando uno está enamorado hace y dice muchas tonterías-dijo Tom quitándole importancia al asunto.
-¿Tonterías?-repitió Bill alzando una ceja-Logan cree que eres un violador en serie.
Tom no se esperaba esa respuesta, que hubiera hecho creer a alguien que era una persona así de cruel. Estuvo a punto de gritarle de nuevo pero pensando en su plan, respiró hondo y simplemente sonrió.
-Te perdono-repitió forzando una sonrisa.
-Tom, eres el mejor hermano del mundo-gritó Bill echándose a sus brazos.
Le recibió en ellos, ¡qué remedio! Le estrechó con fuerza suspirando, si al final obtenía su amor tendría que perdonárselo todo.
-Hay una cosa en la que te equivocaste-murmuró Bill de repente.
-¿Qué?-preguntó Tom confundido.
-Yo…no me he acostado con Logan-explicó Bill con torpeza-Esta mañana paseamos hasta una cala pero solo hablamos. Logan es bueno escuchando, pero entre nosotros no ha pasado aún nada.
Tom no podía ser más feliz. Ya había dado por hecho que habían probado su cuerpo, pero pensar que aún tenía una sola oportunidad….haría todo lo que estuviera en su mano para conseguirla…
Sintió que Bill se separaba y le soltó. Esbozó una amplia sonrisa y él mismo le limpió las lágrimas de las mejillas.
-¿Podrás ayudarme?-preguntó Bill en voz baja.
-En lo que sea-contestó Tom con firmeza.
-Ayúdame a conseguir a Logan-pidió Bill mordiéndose el labio-Me gusta mucho, de verdad.
-¿Pero estás seguro de que él también es...es...?-preguntó Tom alzando una ceja.
“No me cuentes la verdad, por favor”-pensaba sin atreverse a respirar-“Vuelve a mentirme, no me rompas aún más el corazón…”
-¿Gay? Pues a primera vista no me lo pareció, pero según hablábamos he podido notar que siente algo por mí-explicó Bill.
"Lástima...porque con el cuento que le he soltado...."-pensó suspirando.
-Pero...no sabes nada de él, es un completo extraño y ya estás pensando en...acostarte con...con él-dijo Tom atragantándose con las últimas palabras.
Volvía a sentir revuelto el estómago de solo imaginar a su hermano gozando en los brazos de un extraño...
-¿Qué dices?-gritó Bill sin querer-Solo quiero...compartir unos besos, nada más.
-¿Y crees que ese Logan se conformará con eso?-preguntó Tom resoplando-Te debe sacar unos cuantos años y fijo que te ha mirado y pensado que estás muy bien para un par de polvos esporádicos.
-Desde luego, eres único para matar el romanticismo-murmuró Bill resoplando-Olvida lo que he dicho...tendría que haberme quedado callado...
Se levantó de la cama, pero Tom le cogió con firmeza de la mano y le obligó de nuevo a sentarse.
-Perdona mi brusquedad, pero solo quiero que pienses donde te vas a meter antes de...de que te puedan hacer daño-dijo Tom ya más calmado.
-Sé donde me meto-murmuró Bill mirando con firmeza a su hermano-Sé que Logan puede pensar de mí que seré un amor de verano y que cuando cada uno regrese a su casa se olvidará del todo, pero...a pesar de eso, quiero experimentar ese amor porque sé que nunca más volveré a encontrar la oportunidad de estar con otra persona sin miles de flashes captando un momento tan íntimo, y sin nadie que me señale con el dedo por ser algo que va en contra de sus principios.
Tom escuchaba cada una de sus palabras y comprendía a la perfección. Sabía que gracias a que estaban en una isla alejada de la mano de Dios se podían comportar como si fueran 4 desconocidos más, y hacer todo lo que se les antojaran sin tener que dar una explicación.
Y enamorarse era algo que perfectamente podrían hacer...
-Dime que quieras que haga, y lo haré-prometió con firmeza Tom.
-Quiero que te hagas pasar por mi novio-pidió Bill conteniendo el aliento.
Tom no podía estar más “feliz” de lo que ya lo estaba. ¿Había escuchado bien sus palabras? ¿Su hermano le estaba pidiendo que se hiciera pasar por algo que llevaba años soñando en secreto?
-¿Tom?-llamó Bill al ver que no decía nada.
Pero Tom siguió en las mismas, solo levantó una mano y pidió algo más de tiempo para pensar. Estaban Gustav y Georg a los que podrían incluir en el plan si empezaban a ver o creer algo que no era...del todo cierto, claro.
-Sé que te pido algo...bastante descabellado-empezó a decir Bill-Y que puedes pensar que estoy loco por habértelo pedido, pero es muy importante para mí y sé que solo tú y nadie más que tú me puede ayudar porque eres mi hermano y el que mejor me conoce y sabe que…
-Sí-dijo Tom con firmeza, interrumpiendo el monólogo de su hermano.
-¿Lo harás?-preguntó en voz baja Bill, aún sin podérselo creer.
-Si, porque como tú bien has dicho soy el único que te puedo ayudar, tu hermano y el mejor que te conoce y sabe quien eres-repitió sus palabras.
-Oh Tom... ¡muchas gracias!-gritó Bill echándose de nuevo a sus brazos-No sabes el miedo que tenía, no de que dijeras que no sino de que...
-Te entiendo-murmuró Tom abrazándolo con fuerza.
Sabía lo que su hermano le quería decir. Tenía miedo de que aceptara y pusieran su plan en marcha. A partir de ese momento debían comportarse como dos novios dejando atrás que eran hermanos. Tendrían que empezar a mirarse con el deseo brillando en sus ojos, de tocarse como jamás lo habrían hecho antes...e incluso... ¿besarse?
Todo podía ser, y pensar en esa posibilidad fue lo que hizo a Tom suspirar...
Unos golpes dados en la puerta les hizo dar un salto y ponerse en pie. Se miraron y sonrieron sonrojándose. Por sus cabezas pasaba la misma idea, era como si hubieran sido pillados haciendo algo que no debieran y hubieran tenido que separarse por la vergüenza.
-Debemos ensayar esta parte-murmuró Tom carraspeando.
-Debe ser el servicio de habitaciones-murmuró Bill a su vez.
-Abre mientras me visto-pidió Tom sujetando con firmeza la sábana con la que se cubría.
-Yo también debería cambiarme de ropa. Me siento húmedo-dijo Bill con naturalidad.
Segundos después pensaba en lo que había dicho y sintió como se sonrojaba hasta la punta de las orejas. Se mordió el labio suspirando y dando la espalda a su hermano fue a abrir la puerta, escuchando por el camino una ahogada carcajada.
Sacudió la cabeza y se apresuró a dejar paso al camarero que traía su pedido. Le indicó donde dejarlo y tras darle una generosa propina regresó al dormitorio, donde para alivio suyo Tom ya estaba vestido.
-¿Comemos en la terraza?-preguntó Tom mientras se sujetaba en un moño alto sus rastas.
Asintió y hurgando en el cajón de la cómoda que había en la habitación sacó otro bañador. Era negro, y algo más corto y justo que el floreado que llevaba. Entró en el baño y se cambió con rapidez. Cuando salió Tom le esperaba sentado en la terraza. Había una mesa con dos cómodas sillas, y ocupó una de ellas.
Comieron en silencio, no sabían de que hablar que no fuera su plan. Había algunos cabos sueltos que atar, pero tras la conversación anterior solo querían algo de paz. Hicieron un pacto silencioso de no hablarlo hasta que llegase la hora de la cena, cuando dejarían a un lado que eran hermanos y empezarían a portarse como dos enamorados.
Y llegada esa hora los dos no podían evitar sentirse muy nerviosos. Tras el almuerzo se echaron una siesta. Cada uno tumbado en su cama se durmieron dándose la espalda, pero cuando se despertaron y Bill abrió los ojos...sintió fijos en ellos los de su contrario, y ambos sonrieron.
Se levantaron y viendo la hora que era decidieron empezar a arreglarse. Una vez más Tom cedió la ducha a Bill de nuevo. Cuando terminó le tocó a él, pero antes de entrar una mirada de su hermano le hizo saber que había llegado la hora de hablar, extrañándose ambos de la naturalidad con la que salían las palabras, como si nada hubiera pasado, pudiendo hablar de un tema tan serio e incluso bromear.
Dada la familiaridad que había entre ellos, mientras que Tom se duchaba Bill se maquillaba mientras le iba contando qué impresión se había llevado la primera vez que vio a Logan.
-Te vas a reír de mi pero creo que fue amor a primera vista-decía Bill mientras se perfilaba los labios-Fue verle en la recepción del hotel y sentir que algo me impedía respirar.
-Tal vez era por...esa camiseta ajustada que llevabas-bromeó Tom mientras se duchaba.
-Muy gracioso-resopló Bill sonriendo-Pero no, no lo era. Y luego en la playa, al verle con ese bañador rojo tan minúsculo y marcándolo todo...
-Joder-masculló Tom cerrando los ojos.
¿Cómo le decía esas cosas? Ya se le hacía raro saber al fin ese secreto a voces de su hermano como para encima tener que escucharle hablar de otro chico y de lo bien dotado que estaba o dejaba de estar, dando por hecho que lo que le estaría pasando por la cabeza a su hermano en esos momentos eran él y ese chico juntos en una cama haciendo el amor bajo las sábanas...
-Yo ya terminé-anunció Bill ajeno a su mal estar-Date prisa.
Esperó a escucharle salir, sabiendo que iba a empezar a elegir el vestuario adecuado lo que le dejaba al menos 15 minutos más de soledad. Y los necesitaba...fue pensar en su hermano desnudo en una cama y ponerse duro de inmediato. En esos momentos lucía una bonita erección que tuvo que aliviar mientras se mordía los labios para no gritar.
Aún con los ojos cerrados, llevó una de sus manos a su revoltoso miembro y masajeó y siguió masajeando hasta que minutos después se derramaba entre sus dedos entre profundos jadeos.
-Mierda...Bill, mierda...-susurró con un hilo de voz.
¿Por qué era tan cruel el destino con él? ¿Qué delito había cometido para que le condenaran a pasar la vida entera al lado de la persona menos indicada pero a la vez la más adecuada? No quería tener a Bill de hermano, quería que fuera su amante, la persona con la que pasar el resto de su vida y a la que le haría el amor sin remordimiento alguno...
Salió de la ducha una vez hubo dejado todo como estaba y con una ajustada toalla en su cadera entró en el dormitorio donde su hermano se vestía dándole la espalda. Sobre una de las camas estaba la ropa que había elegido, unos vaqueros estrechos negros y un jersey también negro de manga larga fino.
Desde donde estaba le veía en boxers mientras cogía el jersey y se lo pasaba por la cabeza con cuidado de no despeinarse. Gimió sin darse cuenta, al imaginar como sería pasarle las manos por esa desnuda espalda e ir más abajo, apoyando la cara en la curva de su cuello y besar esa vena que con tanta fuerza palpitaba.
-¿Tendremos que besarnos?-preguntó Bill de repente volviéndose.
La pregunta pilló a Tom completamente descolocado...además de con la boca abierta y babeando. No podía apartar los ojos de su hermano, de sus labios tan jugosos y sus mejillas sonrosas gracias al sol que habían tomado ese día, al igual que las suyas.
Carraspeó y pasando a su lado abrió el armario y se puso a buscar en su ropa muy "interesado".
-¿Me has escuchado, Tom?-llamó Bill, al ver que le ignoraba.
-No perdona, ¿decías algo?-preguntó Tom carraspeando.
-Estaba pensando que tal vez...si Logan no me hiciera mucho caso nos tendríamos dar un breve beso...en los labios-explicó Bill con torpeza.
Tom se le quedó mirando sin saber que decir, o más bien porque sentía la garganta reseca. Claro que él había pensado en esa posibilidad también, iba a hacer todo lo que estuviera en su mano para ayudarle incluido ciertas cosas que nunca antes hubiera imaginado que pudiera pasar. Abrazaría a su hermano con más fuerza con nunca, intercambiarían miradas que nunca antes se habían echado, y si nada de eso funcionaba un simple beso en los labios sería la guinda del pastel...
Y si aún así Logan no cayera a los pies de Bill....ya le daba igual, porque él habría hecho una parte de su sueño realidad.
-Perdona, creo que me he pasado-susurró Bill carraspeando.
-Si-dijo Tom casi gritando.
Entonces le tocó a Bill el turno de mirarle sin saber que decir.
-Quiero decir que…que si nos tenemos que besar para que Logan te haga caso, lo haremos-aclaró Tom.
-Un roce en los labios -apuntó Bill sonrojándose.
-Un breve beso -apuntó Tom asintiendo.
Una vez aclarado esa parte del plan, los dos hermanos se vistieron en silencio. Habían quedado en verse con sus compañeros en el hall del hotel. Mientras su hermano entraba de nuevo en el baño a retocarse los labios, Tom se miraba al espejo. Se había puesto unos vaqueros y una sudadera marrón a juego con la gorra que llevaba. Sus rastas, como siempre recogidas en una cola alta.
-Ya estoy-anunció Bill saliendo del baño.
-¿Nervioso?-preguntó Tom girándose.
-Un poco-asintió Bill sonriendo.
Tom le imitó y tras coger el móvil y la cartera salió del bungalow seguido de su hermano. Se dirigieron al vestíbulo del hotel donde habían quedado con sus amigos.
-¿Qué vamos a decir?-preguntó de repente Bill, parándose de golpe.
-¿Qué? ¿A quienes?-murmuró Tom sin entender.
-A Gustav y a Georg-aclaró Bill.
-Nada-contestó Tom sin pensárselo mucho.
-Pero…nos van a notar más raros de lo normal, y quizás vean o escuchen cosas que…-empezó a decir Bill.
-No digamos nada de momento, si hacen alguna pregunta yo me encargo de ellos-dijo Tom con firmeza.
Bill asintió suspirando aliviado, lo último que deseaba era confesarle a sus amigos también que era gay y tenía previsto tontear con un chico que había conocido en el hotel. Sabía que podía confiar en su hermano, que hallaría las palabras necesarias para contar más o menos la situación y hacerles prometer que no le dijeran nada para no avergonzarle más de lo que lo estaba.
Tom le escuchó suspirar, podía ver brillar el miedo en los ojos de su hermano. No se lo pensó dos veces y le dio un fuerte abrazo, besándole en la mejilla de paso.
-Te quiero mucho-susurró en su oído.
Bill sonrió satisfecho...pero no por lo que le había dicho su hermano, sino porque detrás de ellos se encontraba Logan sin poder apartar los ojos de ellos. No se lo pensó dos veces él también y subiendo las manos por la espalda de su hermano las entrelazó tras su cuello y se colgó a él sonriendo.
-Yo también te quiero-dijo tan alto como pudo para que Logan le escuchara.
Tom asintió suspirando y soltó a su hermano, quien se colgó de su brazo sin dejar de sonreír ampliamente. Se reunieron con sus amigos, y Bill no podía dejar de pensar que todo estaba saliendo a pedir de boca.
Tom le había perdonado y accedido a ayudarle, y después de haberlos visto abrazados y tan enamorados los ojos de Logan no podían dejar de fulminar a Tom por ser el afortunado de tener a alguien tan especial a su lado.