*w* Chapter 7

Regresó al bungalow y antes de entrar por la puerta respiró hondo un par de veces. No quería que Tom supiera que había estado llorando, le haría preguntas cuya respuestas no podía darle ni aunque quisiera. Se moriría de vergüenza si tuviera que contarle a su hermano todas las mentiras que había soltado en las últimas 24 horas.

Cogió aire por última vez y entró en el bungalow...hallándolo vacío. Suspiró aliviado, no quería encontrarse aún a su hermano. Entró en el dormitorio y cogió su móvil para ver la hora. Ya eran más de las 9 de la mañana y aunque Tom no le había dejado ninguna nota sabía que le encontraría desayunando en el restaurante del hotel.

Y hacia el se dirigió todo lo rápido que pudo, no quería que Logan también fuera allí y viera a Tom solo con sus compañeros de grupo. Le veía capaz de acercársele y partirle la cara por lo de la noche anterior, o advertirle que si le volvía a poner la mano encima le mataba.

Casi echó a correr rezando por el camino que Logan no hubiera aún llegado, no quería que pegaran por su culpa a su hermano. Saldría toda su historia a la luz y él querría morirse allí mismo...

Pero por suerte nada de lo que pensaba se hizo realidad. Tom y sus compañeros estaban sentados en una mesa alejada. Casi corrió hacia ella y se dejó caer al lado de su hermano.

-Buenos días-saludó jadeando.

Cogió la carta y prácticamente se escondió tras ella mientras recuperaba el aliento. Aprovechó para echar un vistazo por el restaurante, descubriendo al otro lado a Logan hablando con sus amigos, quienes le escuchaban con la preocupación pintada en la cara. ¿Qué les podía estar diciendo?

-Me muero de hambre-escuchó decir a Georg.

Sonrió y bajó la carta viendo lo que sus amigos se habían pedido. Georg disfrutaba de unos huevos revueltos con beicon, café y un plato de tortitas con nata. Gustav tomaba también café con solo dos tostadas integrales untadas en mantequilla. Y su hermano...

-¿Un té?-murmuró arrugando la frente.

-Tengo el estómago revuelto-contestó Tom sin mirarle.

No podía hacerlo. Le había visto entrar en el restaurante como una exhalación, había visto sus ojos brillar con una luz especial y sintió ganas de morirse en ese momento. Su hermano lo había hecho, se había entregado a un desconocido que tras esos días de vacaciones le olvidaría.

…l no podría, si tuviera una sola oportunidad de obtener algo de su hermano la aprovecharía y no la dejaría escapar. Y nunca jamás lo olvidaría...

-¿Qué desea tomar?

La voz de la camarera le sacó de sus pensamientos. Escuchó en silencio como su hermano pedía un bol con leches y cereales, y un par de aspirinas que se tomaría con un zumo de naranja.

-¿Te duele la cabeza?-preguntó sin poderlo evitar.

Bill asintió, siendo él esa vez quien desviara la mirada. Tras tantas lágrimas derramadas sentía que su cabeza estaba a punto de explotar. Pero se merecía cada punzada por muy dolorosa que fuera, se merecía arder en el infierno por hacer creer a Logan que él y su hermano disfrutaban acostándose juntos.




Desayunó en silencio mientras que Gustav les hablaba de lo que podían hacer esa mañana y Georg prácticamente engullía su desayuno. Tom tampoco hablaba, apenas había tomado media taza de té y tenía la mirada perdida en la lejanía. Una triste expresión recorría su cara y Bill se sintió culpable de ella.

Suspiró y dejando su zumo a un lado puso su mano sobre el brazo de Tom y se lo apretó con cariño.

-¿Estás bien, Tom?-le llamó en voz baja.

Tom fijó en él la mirada y no pudo por menos que sonreír. Allí estaba su hermano pequeño, esa mirada que le dirigía cuando algo le preocupaba. Y la tristeza que emanaba era lo que en esos momentos le llamaba la atención y perturbaba.

Sonrió con esfuerzo y llevó una mano a la de su contrario, apretándosela también con cariño. …l no tenía culpa alguna de sus desvaríos, y si había encontrado a alguien especial con el que pasar buenos ratos en esa semana de libertad que tenían, él solo debía alegrarse y mostrarle todo su incondicional apoyo...y no culparle de sus sueños frustrados...

-¿Y tú?-preguntó Tom a su vez.

Bill asintió al tiempo que suspiraba aliviado. Su hermano volvía a ser el de antes, seguro que había tenido un mal sueño que aún no le había abandonado y de ahí esa tristeza momentánea. Se prometió a sí mismo estar más pendiente de él esa mañana, y si le veía recaer haría todo lo posible hasta arrancar una sonrisa de sus labios.

-Entonces, nos vamos a la playa, ¿no?-dijo Gustav poniéndose en pie.

-Si no te sientes bien podemos irnos tú y yo al bungalow-murmuró Bill mirando a su hermano.

La idea más tentadora no podía ser, pero en tan reducido espacio Tom corría peligro y más su hermano. No, lo mejor era estar rodeados de gente no fuera que en un desvarío de los suyos le estrechara en sus brazos y le besara.

-Estoy bien, no te preocupes-le aseguró Tom con firmeza-Vayamos a la playa.

Todos asintieron y se pusieron en pie. Pasaron por los bungalows a coger un par de toallas y con ellas sobre el hombro regresaron al mismo sitio que la tarde anterior.

Y no eran los únicos, sentados en sus toallas Logan y sus amigos les miraban con el ceño fruncido.

-¿De verdad que esos dos son pareja?-preguntó Eric, aún incrédulo por lo que su amigo les había explicado en el desayuno.

-Si, pero no quieren que nadie lo sepan y en el hotel han dicho que son hermanos-contestó Logan resoplando.

-¡Qué gilipollez!-saltó Eric imitándole-Tú y yo compartimos bungalow también y no hemos tenido que decir nada en recepción de que fuéramos hermanos para que no pensasen que somos pareja.

-Es...es un rollo que se trae Tom-explicó Logan-Tiene a Bill acobardado, cree que le debe la vida o algo parecido y eso le da derecho a humillarle y...

Se calló de golpe, no había contado esa parte a sus amigos porque le parecía que Bill ya sufría mucho al saber que él estaba al tanto. Pero no hacía falta que dijera nada, Eric lo comprendió a la primera.

-Que...que cabrón-murmuró Eric haciendo crujir sus nudillos-Deberíamos darle una lección.

-Me has leído la mente-dijo Logan poniéndose en pie.

Sus amigos le imitaron. Habían estado observando al grupo de cuatro chicos y vieron que dos de ellos se dirigían al agua a refrescarse.

-¿Qué quieres que hagamos?-preguntó Eric.

-Vayamos con ellos dos-contestó Logan señalando a Gustav y Georg.

-Podemos invitarles a jugar al voleibol-dijo Eric cogiendo la pelota que habían llevado.

Logan asintió y echó a andar seguido de sus amigos, dejando a la parejita feliz tumbada tomando el sol en sus toallas.



-¿De verdad estás bien?-preguntó Tom tumbado al lado de su hermano.

Estaba realmente preocupado, sabía que su hermano nunca había estado con un chico antes y era bien distinto que estar con una chica. Le podían haber hecho daño...no a propósito, claro. Era un tema sobre el que se había estado informando hacía unos meses en Internet por si llegaba algún día en que tuviera el valor de contarle a su hermano lo que sentía por él y veía que sus sentimientos eran correspondidos y decidían dar el gran paso de acostarse juntos.

Sabía que tenía que hacer poco a poco. En el fondo de su neceser guardaba un tubito de lubricante como oro en paño, lo último que quería era hacerle daño a Bill y menos en un momento tan especial como el que estarían viviendo.

Y si...y si esa mañana él y Logan habían hecho algo que los dos desearan, allí en mitad de la cala sin ayuda ni nada, su hermano a lo mejor estaría algo resentido. Quería que le contara que tal había ido, solo para saber que realmente estaba bien. Además, él mismo le había hablado de su primera vez y de cada una de las chicas que se había tirado. Entre los dos se podían apoyar y si tenía alguna duda hallarían la solución adecuada.

-Claro que estoy bien-contestó Bill sin saber el motivo de tanta preocupación por él.

-Si te pasa algo...sabes que puedes contármelo-murmuró Tom sin dejar de mirarle.

-No me pasa nada-aseguró Bill tumbándose de espalda-Y sé que puedo contar contigo para lo que sea.

¿No lo estaba haciendo a su espalda? Gracias a su hermano se había fijado en él un chico muy guapo y no pararía hasta conquistarlo.



En el agua, Georg y Gustav disfrutaban de las vistas. Un par de chicas se les había acercado y empezaron a hablar del buen tiempo que hacía. Hasta que un grupo de chicos se les acercaron e interrumpieron la agradable charla.

-Perdonad que os interrumpamos-dijo Logan esbozando una sonrisa-Mis amigos y yo queremos echar un partido de voleibol y nos falta gente, ¿os apuntáis?

Georg y Gustav se miraron sin saber que decir, les estaban estropeando el plan pero una de las chicas se apuntó de inmediato a hacerles compañía..

-¿Podemos mirar?

-Claro, pero aún nos faltan dos personas más-murmuró Logan cruzando los dedos.

-Seguro que a Bill y a Tom les gustará apuntarse-dijo Georg asintiendo con la cabeza.

-¿Tú crees?-preguntó Gustav soltando una risa-Bill tiene alergia al deporte y Tom se ha levantado hoy raro…cansado diría yo.

-Que cabrón…-murmuró Logan sin poderse reprimir.

-¿Qué?-dijo Gustav mirándole fijamente.

-Que…que ya somos dos-rectificó Logan carraspeando-Tras la fiesta de ayer…

-Es verdad-asintió Georg.

-Pues nada, vayamos a preguntarles-dijo Gustav señalando donde estaban sus amigos.

Echó a andar seguido de las chicas, Logan y sus amigos pensado que ya sabía cual iba a ser la respuesta de Bill. Se negaría en rotundo, más de una vez le habían invitado a hacer escalada con ellos o simplemente salir a dar un paseo y habían recibido una negativa respuesta por su parte mientras se tiraba en el sofá a ver la televisión.

Por eso no se pudo creer que dijera que sí con tanta rapidez cuando les expuso el plan.

-¿Un partido de voleibol?-repitió Tom desde su toalla.

-Vamos Tom, verás como te diviertes-animó Georg.

-Si estás cansado no hace falta que juegues-intervino Logan con cierta frialdad.

Estaba a punto de mandarle a la mierda educadamente cuando vio la mirada que su hermano le dirigía al recién llegado, casi como si pudiera ver a través de su ropa y le estuviera desnudando ante sus ojos.

Sintió que la sangre le hervía y se puso en pie de golpe. Jugaría esa maldita partida y si de paso le daba “sin querer” un balonazo al tal Logan, no lo iba a sentir demasiado.

-Genial, pues juguemos-dijo Georg aplaudiendo.



Decidieron alejarse un poco de donde estaba la gente tomando el sol. Por el camino se presentaron mientras formaban los equipos.

-Yo soy Helen, y ella es mi amiga Alice-se presentaron las chicas sin dejar de mirar a Georg y Gustav.

-Yo soy Logan y él Eric-se presentó a la vez Logan haciendo caso omiso de esas miraditas-Y ellos son Steven y Peter.

-Nosotros Georg y Gustav-dijo Georg, extrañado y agradecido de no haber sido reconocidos-Y ellos dos son Bill y Tom.

-Chicas, sentaos en la sombra. El partido será largo-indicó Logan mirando a Bill.

-Nos tendréis que explicar un poco las normas-dijo Tom poniéndose en medio de esa mirada-Mi hermano y yo no hemos jugado nunca.

-Ya-murmuró Logan carraspeando.

No entendía a Tom, ¿por qué se empeñaba en mentir? ¿Qué más daba que la gente supiera que eran pareja?

-Podemos saltarnos las reglas-intervino Eric sonriendo-Solo queremos pasar un buen rato, no convertirlo en una competición.

-Esta raya hará de red-explicó Steven mientras marcaba una raya en la arena con el pie-Podemos jugar a…10 puntos por ejemplo.

Los chicos asintieron y tras elegir campos ocuparon sus puestos mientras que Helen y Alice se sentaban del lado de Georg y Gustav. Debido a su altura Bill y Tom se pusieron detrás al igual que Logan y Eric, quienes tras intercambiar una mirada entre ellos empezaron el juego.