Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    *w* Chapter 4

    Thomas Kaulitz
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    Fecha de inscripción : 11/07/2011
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    Mensaje  Thomas Kaulitz Dom Ago 07, 2011 6:25 pm

    Se había cansado de estar tumbado con los ojos cerrados y se levantó buscando con la mirada a su hermano. Le descubrió en la orilla hablando con el chico que le había saludado. Se los quedó mirando, observando como su hermano se pasaba una mano por la cara como si estuviera llorando...y el chico le cogía la otra mano, hasta que descubrieron que los estaban observando y se separaron.

    Esperó hasta que su hermano se despidió del todo y caminó hacia donde él estaba aguantándose las ganas de gritarle en mitad de la playa.

    -Te has quemado-dijo Bill nada más acercársele.

    -¿Cómo?-preguntó Tom sin entender.

    -No te distes crema y tienes los hombros rojos-explicó Bill chasqueando la lengua-Siéntate, que te la doy yo.

    Iba a negarse cuando su hermano se le acercó y besó en la mejilla como si nada. Se sentó en la toalla de inmediato, sintiendo que las piernas le temblaban como si fueran gelatinas.

    -Mira que no ponerte crema-resopló Bill a su espalda.

    Suspiró y cogiendo la goma que llevaba en su muñeca se sujetó el pelo en una coleta. Abrió el pequeño neceser que habían bajado y donde aparte de os móviles tenían un tubo de crema, y lo cogió. Lo abrió y arrodillándose en la toalla de su hermano, le echó un poco de crema por sus hombros. Cerró el tubo de nuevo y se la extendió suavemente con las manos.

    -Bill...-gimió Tom con los ojos cerrados.

    Sonrió al escucharlo, alzando la mirada y viendo a Logan en la orilla donde le había dejado. Le estaba observando y sonriendo con malicia se inclinó sobre su hermano, besándole en el cuello suspirando.

    -¿Os dejamos a solas?

    La voz de Georg le hizo maldecir por lo alto y mirarle fulminándole con la mirada.

    -¿Qué demonios estáis haciendo?-preguntó Georg incorporándose.

    -Le estoy dando crema a mi hermano-explicó Bill con naturalidad.

    -No le hagas caso Bill, Georg jamás lo entendería-intervino Tom.

    -¿Qué tengo que entender?-se defendió Georg.

    -Entre Bill y yo hay algo que tú nunca tendrás-dijo con firmeza Tom-Es mi alma gemela, mi otra mitad...nunca hallarás a una persona con la que estés tan compenetrado como lo estamos Bill y yo, compartimos un lazo especial que no podrá romper nadie jamás.

    -Jamás-repitió Bill asintiendo.

    -Nadie-murmuró Tom alzando la cabeza.

    Miró a su hermano y le vio desviar la mirada, sabiendo lo que pensaba...Logan no era nadie...


    Pasada una hora decidieron dar por terminado su primer día de playa, aún estaban cansados por el viaje y tenían el equipaje por deshacer. Regresaron a los bungalows planeando que podrían hacer esa noche tras la cena.

    -En el hotel hay una fiesta-dijo Bill de pronto.

    -¿Cómo te has enterado?-preguntó Georg.

    -Oh...me lo ha dicho alguien-murmuró Bill desviando la mirada.

    "Logan"-pensó Tom resoplando.

    -Pues yo me apunto a esa fiesta-dijo Georg con firmeza.

    -Y yo, será la primera a la que vayamos y en la que podremos disfrutar de ella-apuntó Gustav suspirando-No es que me incomode que me rodee un grupo de chicas guapas, pero todas quieren lo mismo...

    -A Tom-rió Georg.

    -¿Cómo?-preguntó el aludido.

    -Es verdad, todas las que se nos acercan al final acaban diciendo lo mucho que les gustaría... "conocerte"-explicó carraspeando Gustav-Me siento invisible a tu lado.

    -Bueno, no todo es malo-dijo Georg-Al final siempre hay una que se conforma con uno de nosotros.

    -Es una pena-intervino Bill-Estar con alguien mientras piensas que es otra persona inalcanzable.

    -Muy triste, si-apuntó Tom mirando a su hermano.

    ¿Con cuántas chicas se había acostado pensando que estaba en la cama con su propio hermano? ¿A cuántas les había puesto su cara mientras se las tiraba? Con ellas jamás hacía el amor, era simple sexo para compensar sus frustrados sentimientos...para hacer realidad un imposible sueño....




    De vuelta a su bungalow, Tom cedió el baño a su hermano primero. Siempre tardaba dos horas en ducharse y arreglarse, mientras que a él con 5 minutos le bastaban. Se dedicó a deshacer las maletas de ambos, dejando la ropa de su hermano bien colgada. Al menos no había traído mucha como cuando estaban de gira o fuera de casa, sabiendo que eran unas vacaciones y lo que querían era pasar lo más desapercibidos posibles su hermano solo había metido un par de vaqueros, camisas de seda y camisetas, un par de playeras y sus botines de tacón medio.

    Claro, que su otra maleta era solo para su neceser, secador, plancha de pelo y demás enseres. Resopló pensando como se las arreglaría su hermano si estuvieran en una isla desierta sin electricidad, agua caliente ni demás comodidades. ¿Dónde enchufaría el maldito secador?

    "Está más guapo con el pelo alborotado"-pensó sin poder evitarlo, recordando como le veía cada mañana cuando estaban en casa.

    Recién levantado y vistiendo un pantalón de pijama y una de sus camisetas tan ajustadas dejando a la vista su tatuaje estrellado, su hermano se paseaba sin rastro de maquillaje alguno y sin importarle que su pelo estuviera perfectamente liso.

    Entonces era cuando más atractivo le parecía, con su melena salvaje y algún rizo que se le hacía en las puntas. Entonces era cuando...cuando pensaba que si estuvieran solos en casa, se levantaba y estrechaba en sus brazos para apoderarse luego de sus jugosos labios...


    -¡Estás soñando despierto!-dijo de repente Bill chasqueando ante sus ojos los dedos.

    Tom le miró ceñudo, le había interrumpido en la mejor parte de su sueño, cuando le besaba como si no hubiera un maldito mañana.

    Carraspeó y desvió la mirada de su hermano, no facilitaba las cosas tenerle delante recién salido de la ducha con el pelo suelto y húmedo y llevando solo un albornoz blanco sabiendo que no llevaba nada más debajo...

    -Tom-le llamó Bill en voz baja.

    -¿Ya me has dejado libre el baño?-preguntó Tom otra vez carraspeando.

    Le vio asentir y pasó en silencio por su lado. No pudo evitar dar un sonoro portazo, se odiaba a sí mismo por tener esos pensamientos que le convertían en un pervertido.
    Pero... ¿cómo negarse a algo tan prohibido? No podía evitarlo, no era un mero capricho. Sabía que lo que sentía por su hermano era amor verdadero. Aunque jamás se lo confesaría, no quería asustarlo o que se enfadase por sentir lo que no debiera y decidiera irse para siempre de su lado. Moriría si eso pasase...


    Se dio una ducha rápida y cuando salió llevando él también un albornoz vio que su hermano estaba asomado a la terraza. Ya estaba vestido, llevaba unos vaqueros negros con una camisa negra de seda de manga larga.

    Estaba atardeciendo y la gente se retiraba a sus casas dejando vacía la playa. El sol empezaba a ocultarse tras el mar y los débiles rayos que se colaban hacían que el pelo de Bill parecía envuelto en llamas.

    "Un mágico momento para dar un paseo"-pensó Tom suspirando.

    Tener la playa para ti solo, ver como el sol se escondía tras el mar teniendo a tu lado a la persona que amabas con toda tu alma...

    "Y que no se entera de nada"-pensó resoplando.

    Porque así era, Bill no era consciente del daño que le provocaba cada vez que le sonreía o miraba. Pero no podía culparle, solo aprender a vivir con el dolor y tratar que con el paso del tiempo esos sentimientos que sentía en lo más hondo de su corazón se esfumaran.

    Suspiró y cerrando a medias la puerta de la habitación se despojó del albornoz. Cogió una muda limpia y se la puso pensando qué ponerse para su primera noche en la isla.
    Irían a una fiesta así que escogió sus mejores galas, o al menos lo intentó. Pensar que en esa fiesta estaría el tal Logan le hacía sentir un odio intenso, ¿quién se pensaba que era para mirar a su hermano de esa manera?

    No se atrevía a pensar que entre ellos pudiera pasar algo, Logan no le parecía gay y su hermano...sabía que lo era aunque nunca se lo había confesado. Pero no hacía falta, era el único que podía leer en su alma y sabía siempre lo que le pasaba.

    Sabía que a sus 17 años recién cumplidos aún era virgen. Sabía del miedo que tenía a confesar sus sentimientos, más si era a la persona equivocada. Sabía que se reservaba para el amor verdadero...y sabia que no hallaría nadie como él, quien le amaba con toda su alma y nunca dejaría de hacerlo.

    Suspiró resignado al tiempo que se sentaba en la cama y se calzaba, sabía que jamás tendría una oportunidad con su hermano...




    Cansado de esperar a su hermano, Bill dejó la terraza. Había pasado unos minutos mirando al mar, recordando lo bien que se lo había pasado en la playa hablando con Logan...pero su conciencia le recordó todas las mentiras que salieron de su boca, de qué manera dejó a su hermano como si fuera un pervertido o violador en serie.

    Tenía que recompensarlo...sin que él lo supiera, claro. No podía decirle que le perdonara por haberle hecho pasar por su novio ante un chico que le gustaba mucho solo para así atraerle más. Le llamaría loco, ¿quien se enamoraría de su propio hermano? ¡Eso ni en broma!

    Lo mejor sería estar con él como no había estado nunca, atento a cada uno de sus movimientos y ser el mejor hermano pequeño...y si de paso miraba Logan, podría darle un poco más de celos.

    Sacudió la cabeza resoplando, no tenía remedio. Quería aprovecharse del perdón que le debía a su hermano solo para así poder seguir con sus planes.

    Entró en el bungalow y descubrió a su hermano sentado sobre la cama con la mirada perdida. Estaba ya vestido y en sus pies calzaba unas caras playeras negras que él mismo le había regalado sin motivo alguno, solo porque le apeteció...porque un día le vio triste y pensó que eso le animaría.

    Como en esos momentos, en la cara de su hermano había una profunda tristeza reflejada y se preocupó.

    -¿Estás bien, Tom?-preguntó entrando en la habitación.

    La voz de Bill sacó a Tom de sus pensamientos. Carraspeó y sonrió con esfuerzo asintiendo, su hermano le miraba como si llevara una hora esperando por él. ¿Cuánto tiempo había estado perdido en sí mismo? ¿Soñando por algo solo posible en su cabeza?

    -Te noto raro-insistió Bill cruzándose de brazos-Si he hecho algo mal...

    "Algo de lo que te hayas enterado, pues a tu espalda te he puesto a caldo"-se riñó a sí mismo.

    -Solo estoy cansado-murmuró Tom levantándose.

    -Si quieres nos quedamos-dijo Bill con firmeza.

    -¿No querías ir a la fiesta?-preguntó Tom viendo a su hermano dudar-Pues vamos, que tenemos toda una semana para descansar.

    Cogió una sudadera y salió del bungalow precedido de su hermano. Sabía que en el fondo deseaba ir a esa fiesta y divertirse como uno más, pero le había gustado mucho el detalle de que si él decía de no ir se quedaría a hacerle compañía.



    Sus amigos les esperaban en el hall del hotel. Esa noche la cena se serviría a modo de buffet en esa fiesta que se celebraba a escasos metros de ellos. La música flotaba en el ambiente y hacia ella se dirigieron a través de una cristalera que comunicaba con una terraza. Fueron a dar a la piscina del hotel, donde se había montado la fiesta alrededor de ella. En una esquina había un grupo tocando y gente bailando, y en el otro extremo estaba el bar y al lado una gran mesa con comida en ella donde se dirigieron.

    Georg y Gustav iban los primeros, y Bill y Tom les seguían a escasos metros. Bajaron por unas escaleras y al pie de ellas Bill localizó a Logan con sus amigos, sentados en una mesa comiendo y bebiendo cerveza.

    Sonrió para sí mismo y tras colocarse mejor su pelo recién alisado y pasarse la lengua por los labios se colgó como si nada del brazo de su hermano y pasó por su lado mirando al frente, como si no supiera que estaba allí y se le quedaba mirando. Caminó hasta la barra cogido del brazo de un asombrado Tom y antes de llegar a ella y que sus amigos le pillaran se soltó sin dejar de sonreír en ningún momento.

    Mientras que Gustav se encargaba de la bebida, los otros tres se sirvieron unos platos con comidas y localizaron una mesa libre. Allí se sentaron a disfrutar del ambiente mientras llenaban sus estómagos. Aún con el cambio de hora apenas tenían apetito, habían comido en el avión y para ellos era aún de día, y no las 10 de la noche como en realidad era.

    -Creo que esta noche me iré pronto a dormir-anunció Gustav cuando terminaron de comer.

    -Y yo también-apuntó Georg-Estoy cansado.

    Bill miró a su hermano con miedo de que dijera que él también lo estaba, pero le vio negar con la cabeza y suspiró aliviado. Sabía que Logan no le quitaba los ojos de encima y quería que le deseara, que pensara que tras la fiesta él y Tom se irían juntos a la cama...

    No pudo evitar atragantarse con el pan que estaba comiendo en esos momentos, pensando como había sido capaz de tener ese sucio pensamiento. ¡Acostarse con su propio hermano! Esperaba no tener que llegar tan lejos, lo suyo con Logan no llegaría a ser tan serio como para tal sacrificio.

    -Venga, estamos en una fiesta-animó Tom a sus compañeros-¿Quién decía hace una hora que se moría por estar en una donde no nos reconocieran?

    Georg y Gustav se miraron asintiendo, su amigo llevaba razón. No podía irse tan pronto a la cama el primer día, más estando rodeados de chicas que no les quitaban los ojos de encima.

    -Pues si habéis terminado de cenar, vayamos a la barra a pedir algo más fuerte-dijo Tom poniéndose en pie.

    No lo tuvo que decir dos veces, todos le imitaron y le siguieron hasta el bar.

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