Tokio Hotel World

¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 7: Confesemos Lo Nuestro

    Thomas Kaulitz
    Thomas Kaulitz
    Viceprecidente
    Viceprecidente


    Mensajes : 178
    Fecha de inscripción : 11/07/2011
    Edad : 35
    Localización : Leipzig, Alemania

    Capitulo 7: Confesemos Lo Nuestro Empty Capitulo 7: Confesemos Lo Nuestro

    Mensaje  Thomas Kaulitz Lun Ago 01, 2011 10:30 pm

    En las calles de Alemania...




    El sol, justo al centro del cielo sobre la cabeza de Tom quemaba un poco sus brazos. Había caminado sin rumbo por más de una hora y aun no encontraba un bueno lugar donde quedarse, cansado, caminó unos metros más hasta llegar a la puerta de un lindo café. Al abrir la puerta de cristal, la pequeña campanita que anunciaba la entrada de un nuevo cliente sonó dulcemente. Estaba lleno, parece que ya era la hora del almuerzo. Una señora mayor estaba sentada sola, pero era una mesa para dos. Tom estaba cansado y no pensó dos veces antes de acercarse a la anciana.

    -Hola, disculpe, el lugar está lleno pero en verdad me gustaría almorzar aquí, ¿le molestaría si me siento con usted?

    -Oh claro que no es molestia, a mí también me encanta este café, por favor siéntate jovencito.

    -Muchas gracias señora- Tom se sentó y dejó su mochila en el suelo, junto a sus pies- Mi nombre es Tom

    -Pues mucho gusto Tom, me llamo Glenda. -Glenda... ese nombre le recordó mucho al de su madre, bueno, su antigua madre, Brenda.- Tu pareces ser un tremendo muchachito, dime... ¿escapaste de casa, pequeño?

    -En... en parte así es, yo vengo de Suiza y resulta que mi madre vive aquí y vine a conocerla y... es una larga historia

    -Que bueno, porque me hacía falta una para contárselas a mis nietos

    Tom no pudo evitar reírse, la anciana le parecía muy simpática, como sacada de una caricatura.

    -Pues... muy bien, le contaré. Yo vivía en Suiza con una señora, ella no era mi madre, yo pensaba que había fallecido, igual que mi padre. Esa señora, Brenda, un día me confesó que mi madre en realidad no había muerto, y que estaba viviendo en Alemania y quise venir a conocerla...

    -¿Y lo lograste?

    -Sí, de hecho si pero, también descubrí que no era hijo único, que tengo un hermano gemelo. Yo no supe cómo reaccionar al principio y ya después el me cayó muy bien, me invitó a quedarme con él en su apartamento, ya que no tenia donde mas quedarme y... y... -Tom sonaba nervioso, frotaba sus manos entre si y se mordía el labio, Glenda pudo notar su no tan discreta sensación.

    -¿Y?

    -No, no puedo decirlo, es bastante vergonzoso y... no, no se lo puedo decir, dejémoslo en que me peleé con mi hermano, y decidí marcharme de su apartamento para no molestarlo más.

    -Y ahora no tienes a donde ir

    -No...

    -Pues no se diga mas jovencito, te voy a llevar a mi pensión.

    -¿Una pensión?

    -Asi es, y de las mejores, Sonrisas del Paraíso

    -Suena perfecto, una buena sonrisa no me caería mal en este momento- Tom rió ligeramente, mostrando su perfecta sonrisa.

    -Mira que linda sonrisa tienes, no podemos desperdiciarla por una pequeña nube gris en tu cielo

    -Muchas gracias señora- Tom seguía sonriendo, con un lindo y nuevo brillo en sus ojos

    -Buenas tardes, ¿gustan que tome su orden? -Un mesero alto, bronceado, con una libreta en la mano apareció sin que Tom lo notara.

    -Si joven, ¿nos puedes traer una jarra de limonada fresca y una canasta de papas fritas?

    -Con mucho gusto señora, con su permiso- El mesero se alejó de la mesa.

    -Wow, creí que la gente de... su edad se cuidaba de la comida frita y esas cosas

    -Mira hijito, cuando tienes mi edad sabes que cualquier día puede ser tu último y no lo quieres acabar comiendo pura lechuga y tomates, ¿verdad?

    Tom volvió a reírse- Usted es una señora intrépida, ¿no es así?

    -Intrépida, feliz, solo vivo el segundo muchacho

    Vive el segundo... las tres palabras favoritas de Tom, su lema, Carpe Diem y también... una canción de la banda de su hermano. Su hermano... recordó lo feliz que se sintió la noche anterior, y lo triste esta mañana, escribiendo su carta de despedida. No sabía por qué, pero su hermano le provocaba algo y él sabía lo que era, pero tenía miedo de admitirlo, y de aceptar que lo que había pensado desde hace ya bastante tiempo era mentira. En ese momento, su expresión reflejaba lo que sentía, arrepentimiento. Por alejarse de ese nuevo sentimiento que apeas florecía con su hermano.

    -Tom... ¿te encuentras bien?

    -Sí, sí, solo pensaba en...

    -¿En Bill?

    -Si en... ¡Oiga! ¿Cómo sabe usted quien es Bill?

    -Acabas de susurrar ese nombre

    -Lo... ¿lo hice?

    -Si, lo hiciste. Entonces Bill, el es tu... ¿hermano?

    -Ahh, si, el es mi hermano

    -Pues por la forma en la que piensas en el, parece ser algo mas

    -Euhmm...

    -Tranquilo, soy una mujer moderna, y todo este rollo que se traen las nuevas generaciones de a quien amar ya me es muy normal

    -Usted es en verdad una gran señora

    -Sí, dile eso a mis nietos.

    Esta vez, Tom se rió de felicidad, esa señora de verdad que le caía bien, se sentía afortunado de haberla encontrado. Sonreía.




    El algún otro punto de Alemania...




    Bill sentía el corazón latiendo muy fuertemente en su pecho, sentía miedo de que al parecer, sus amigos habían descubierto su no tan pequeño secreto.

    -¿A-anoche que?

    -Pues yo... yo vine a buscar mi bajo y pues vi... ehmm a ti y a alguien... euhmm...

    -Oh Dios, no...

    -Si

    -No... no... no, no, no, no, ustedes no pueden haberse enterado de eso.

    -Bill, quiero que sepas que nosotros... los dos, te apoyamos en lo que sea y pues esta no es una excepción

    -P-p-pero...

    -Tranquilo hermano, estamos contigo

    -No se tu Georg- Gustav intervino por primera vez desde que llegaron- pero yo quiero saber lo que pasó exactamente

    -Gustav...

    Pasaron 8 segundos en completo silencio

    -¿Qué?

    -No sabes cómo ser sutil hermano, déjame a mi ser el amigo apoyador de Bill

    Bill no pronunciaba palabra alguna, solo estaba ahí, parado, aun sin poder procesar lo que acababa de escuchar. Sus amigos se enteraron de que él estuvo con un hombre.

    -¿Bi-Bill?

    -...

    -Maldición Georg, creo que lo dejamos paralizado

    -Bill, Bill ven, vamos a sentarnos un segundo

    Georg tomó a Bill de debajo de su brazo y lo llevó hasta el sillón más grande de la sala, donde sentó a Bill y los dos se sentaron a cada uno de sus lados.

    -Ahora sí, Bill, cuéntanos lo que pasó

    -V-verán, yo estaba en... -Bill no sabía que decirles a sus amigos, no sabía si mentirles y decirles que era un completo desconocido o intentar, y decirles que era su hermano. El miedo le ganó, y decidió mentirles - estaba en el club anoche y estaba tranquilo, tomando un whisky y este chico llegó por atrás, comenzamos a hablar y algo hizo click, lo invité a la casa y pues...

    -Lo oigo y no lo creo, ¿escuchaste Georg? Hasta con los hombres, Bill tiene pegue

    -Gus, déjame la parte de hablar a mí, ¿sí? Tu solo... asiente con la cabeza y no digas nada

    -Hum... -Gustav hizo un puchero-

    -¿Decías Bill?

    -Nada, que solo fue algo de una noche, se que jamás debí hacerlo y les prometo que jamás se repetirá

    -Bill, si se repite o no, no es nuestro problema, me hace muy feliz saber que tuviste la confianza y nos quisiste contar

    -Si... -Maldición, ahora la conciencia de Bill esta sucia, sabe que tiene que decirle la verdad a sus amigos, pero ¿tendrá la voluntad suficiente para hacerlo?

    -No, chicos, la verdad es que... él... era...- Lo sabía, su voluntad no era suficiente. Vamos Bill deja de ser tan débil y diles. Una batalla campal se estaba llevando a cabo en la cabeza de Bill-... él era mi hermano.


      Fecha y hora actual: Jue Sep 19, 2024 4:28 pm