Tokio Hotel World

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    Capitulo 14

    Alisson Kaulitz
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    Mensaje  Alisson Kaulitz Miér Jul 20, 2011 1:37 pm

    La semana pasó con rapidez, y antes de que se diera cuenta el cantante se retorcía las manos nerviosamente sentado en la camilla. Ese iba a ser el primer día en que tras tantos pasados pronunciara sus primeras palabras.

    Le habían acompañado su madre y hermano, pero el doctor Kauffman le hizo pasar a él solo. Tras pedirle que se sentara, le examinó la garganta con una pequeña linterna, asintiendo satisfecho ante lo que veía.

    -No está enrojecida ni veo señales de infección alguna-dijo sonriendo-Escuchemos que tal suena tu voz. No quiero que te precipites, toma aire y solo susurra lo que quieras.

    Bill asintió y cogiendo aire pensó en que podría decir, cuales serían sus primeras palabras…

    ” ¿Tom, te amo?”

    Se atragantó de solo pensarlo, rompiendo a toser con suavidad. El doctor Kauffman se movió con rapidez y le tendió un vaso de agua, que se tomó a pequeños sorbos.

    -No tengas prisas-le pidió.

    Asintió de nuevo y cerró los ojos, hasta que le vino a la mente algo que hacía mucho tiempo que no decía. Separó los labios y acordándose de los miles de ensayos que había tenido en su vida, comenzó a susurrar muy bajito.

    -Uno…dos…tres…

    El doctor Kauffman casi aplaudió al escucharle. Su voz sonaba bien.

    -Perfecto, muy bien Bill-le animó-Ahora es mejor que hables poco a poco, no te esfuerces. Tendrás que ir a terapia vocal, allí te enseñarán a cantar de manera que no dañes tu voz y se vuelva a producir un quiste.

    -No, por favor-susurró con miedo.

    -Claro que no. Sigue tomando los analgésicos cuando sientas dolorida la garganta, y en 15 días nos vemos-le despidió con una sonrisa.

    Bill se la devolvió y bajando de la camilla salió del consultorio, corriendo a los brazos de su madre.

    -Mamá-susurró emocionado.

    Simone no pudo articular palabra. Su pequeño estaba al fin curado, el miedo de que se quedara sin voz había pasado.

    Regresaron a la casa muy emocionados, haciendo planes de lo que harían en esos días que aún tenían de “vacaciones”.

    -Podíamos ir a algún sitio de viaje cuando no tengas terapia vocal-decía Simone mientras preparaba la comida-¿A que si, Tom? Tu hermano necesita que le de el aire.

    -Si-murmuró Tom.

    -Y llamad a vuestros amigos, una pequeña celebración para dentro de unos días-siguió con sus planes Simone.

    -Eso me gusta más-susurró Bill.

    Simone sonrió y en vista de que su hijo pequeño ya se encontraba bien, esa noche saldría a cenar con su marido, dejando la casa en manos de sus hijos.

    -Ya los llamo yo, tú debes cuidar tu voz-dijo Tom saliendo de la cocina.

    Simone miró a su hijo mayor sin entender que podía haber pasado para que de la noche a la mañana sus hijos se hubieran distanciado. Lo había notado, el pequeño parecía malhumorado y el mayor en babia.

    Tras hacer las llamadas oportunas, quedaron que a eso de las 7 Andreas y los demás celebrarían el regreso del cantante a los escenarios.

    -Es muy pronto para pensar en eso-dijo Bill tras escucharlo.

    -Bueno, tú siempre consigues lo que te propones…o al menos así era antes-murmuró Tom dándole la espalda.

    -¿Qué quieres decir?-preguntó cogiéndole del brazo.

    Pero Tom se deshizo de su agarre sin contestarle. Que lo meditara un poco, a ver si así se decidía de una maldita vez.

    “¿Me amas o no?”



    Los chicos fueron puntuales y felicitaron al cantante nada más entrar por la puerta.

    -Gracias a todos-susurró Bill sonriendo.

    -Cuida esa voz, vale su peso en oro-bromeó Andreas tras abrazarle.

    -Desde que le dieron permiso para hablar, no hay quien el calle-saltó Tom de repente.

    Dejó que su hermano recibiera más halagos y entró en al cocina a servirse una de las cervezas de Gordon.

    -¿Le pasa algo?-preguntó en voz baja Andreas.

    -No lo sé-susurró Bill.

    -Habla con él…ahora que puedes-le animó Gustav con una sonrisa-Os esperamos en el salón eligiendo la música.

    Les agradeció su gesto con una sonrisa y entró en la cocina, cerrando la puerta tras de sí. Gustav tenía razón en una cosa: hablaría con su hermano, ahora que podía.

    Le vio de pies ante el fregadero, dándole la espala mientras se terminaba una de las cervezas de su padrastro.

    -Te va a caer una buena, Gordon las tiene contada-le dijo en un susurro.

    -Ya me da igual lo que me pase-contestó Tom encogiéndose de hombros-Voy a por otra, ¿quieres?

    -Aún estoy con la medicación, no debo…

    -Vamos Bill, sáltate las normas por una vez-le picó haciendo girar una cerveza delante de su cara.

    -He dicho que no, gracias-repitió más alto.

    -Ssshhh…no te esfuerces demasiado-se burló Tom.

    -¿Se puede saber que te he hecho para que me trates así?-estalló sin poderse contener.

    -Jugar con mis sentimientos-se le escapó a Tom.

    Maldijo por lo bajo cuando se escuchó decirlo. Abrió la botella y casi se bebió el contenido de un solo trago.

    -¿Qué…qué has dicho?-preguntó Bill comenzando a temblar.

    -Nada, estoy bebido no me hagas caso-contestó encogiéndose de hombros.

    Se llevó de nuevo la cerveza a los labios, pero su hermano fue más rápido y de un manotazo se la hizo caer al suelo, donde se hizo añicos.

    -Haz el favor de contestarme-le exigió.

    -No quiero, y suéltame-dijo forcejeando.

    Tras hacerle tirar la cerveza, le había cogido con fuera por las muñecas y no parecía querer soltarle hasta que le dijera cual era el motivo de su estado. No pensaba hacerlo, su hermano se lo había buscado.

    A su parecer, sentía algo muy profundo por él pero se negaba a contárselo. ¿Qué iba hacer? ¿Vivir atormentado toda su vida?

    Porque él sentía lo mismo, y le estaba pudiendo. No podía mirarle sin sentir algo, hablarle sin sentir ganas de gritar muy alto….ver sus labios sin sentir unas ganas inmensas de besarlos…

    -No pienso soltarte-seguía Bill en sus treces.

    -Nunca lo hagas-susurró esa vez Tom.

    Antes de que su hermano pudiera reaccionar, dio un fuerte tirón y se soltó. Levantó las manos y le cogió por las mejillas, acercándose con rapidez hasta poner sus labios en los suyos.

    Comenzó a besarle con suavidad, ahogando cualquier gemido de sorpresa…de protesta…cualquier suspiro de pasión cuando su cuerpo se estremeció…

    Sonrió al sentirle responder a su beso, como subía su manos y las entrelazaba tras su cuello, ladeando al cara para darle un mejor acceso.

    Se besaron hasta que sintieron que les faltaba el aliento, momento en el cual sus labios se separaron. Se quedaron mirando si soltarse, jadeando, sintiendo el cálido aliento que despedía los temblorosos labios de su contrario…

    -¿Y bien?-preguntó Tom entre jadeos.

    -Te amo-contestó Bill cerrando los ojos- Nunca antes te lo había dicho.

    -Claro que sí, me lo escribiste aunque no hacía falta. Lo supe desde la primera noche que pasaste entre mis brazos, sentí que algo crecía dentro de mí….mi amor por ti….

    -Me gusta decirlo…te amo….te amo mucho…

    -Pues dilo las veces que quieras, porque a mi me encanta escucharlo salir de tus dulces labios.

    Y poniendo un dedo en su barbilla le hizo levantar la cara y se apoderó de nuevo de sus labios, que le recibieron entre abiertos. Se besaron con más pasión, gimiendo más alto cada vez, dejando atrás cualquier tipo de remordimiento….

    Atrás quedó todo el dolor y el sufrimiento….atrás quedó el silencio

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