No se podía creer que le estuviera pasando otra vez. A media hora de salir a actuar, y su voz no quería salir. Encerrado en el baño carraspeaba pero nada. Cogía agua con las manos y la bebía con ansia, pero su voz se negaba.
Suspiró resignado dándose por vencido. Había logrado mentir a su hermano y al resto del grupo, cuando tuvieron que acortar el concierto anterior para infelicidad de las miles de fans que gritaron y lloraron, les dijo que no se preocuparan, que con una noche de descanso su voz estaría curada.
Pero fue la peor noche de su vida. En su solitaria cama los pensamientos no le dejaban conciliar el sueño. Estaba nervioso por si no se recuperaba a tiempo y tenían que cancelar otro de sus conciertos, nervioso porque su hermano le había acompañado y arropado, haciéndole prometer que le llamaría si no se sentía bien.
¿Qué podía hacer? ¿Llamarle y decirle que no podía dormir porque no dejaba de pensar en él?
Desde que comenzara a escribir y componer sus canciones, su hermano era su inspiración. Cada frase que escribía lo hacía pensando en él, cada vez que las cantaba lo hacía mirándole solo a él.
La más atrevida era “In die nacht”. La escribió entera una noche en la que su hermano le dijo con un guiño de ojo que procuraría no hacer ruido, marchándose a continuación con una ilusionada fan que colgada de su brazo saltaba emocionada a su lado.
Y le dejó en medio de oscuro pasillo del hotel en el que se alojaban. Les vio perderse en la lejanía y solo entonces corrió a si habitación a desahogarse, secándose por el camino las lágrimas que ya hacían acto de presencia. Porque él no era la persona con la que su hermano disfrutaría esa noche, porque nunca le escogería para pasar con él el resto de su vida.
Se tiró en la cama y sintiendo una gran opresión en el pecho, cogió la libreta que siempre guardaba cerca y un bolígrafo con manos temblorosas, poniendo en papel todos esos sentimientos que le quemaban la piel.
Escribió lo que se le pasaba por la cabeza en esos momentos, solo con la poca iluminación de la lamparilla de su mesilla, que hacía que la habitación se llenara de sombras alargadas que amenazaban con cogerle.
Sentía frío mientras iba escribiendo, pero por nada del mundo se levantaría. Tenía que sacar fuera de él esos sentimientos y si los interrumpía aunque fuera por un solo segundo la realidad se interpondría y se preguntaría qué demonios estaba haciendo.
¡Amar a su hermano en secreto! ¡Escribir una canción que cada vez que la cantara haría que su corazón se rompiera en dos!
Cuando la terminó pudo al fin respirar tranquilo. Se sentía como si le hubieran quitado un gran peso de encima. Dejó la libreta sobre la mesilla y se levantó con pesadez de la cama. Vio la hora que era en el móvil, llevaba casi una hora escribiendo, para entonces su hermano ya habría terminado y estaría durmiendo…o haciéndolo de nuevo.
Maldijo en voz baja y se desnudó para ponerse un pijama, meterse en la cama y dormir hasta que llegar el día en que hallara el valor necesario para declarársele a su hermano.
Cuando les enseñó al grupo la canción, sin atreverse a mirar a su hermano muerto de la vergüenza que sentía en esos momentos, todos la alabaron sin excepción. Era realmente buena, y cuando le preguntaron en que se había inspirado, sus nervios le traicionaron y dijo que en su hermano.
Todos le miraron como si se hubiera vuelto loco. Enseguida se tuvo que retractar inventándose que era sobre esa relación de hermanos tan especial que tenían. Tom le felicitó y le dijo que esa sería su canción, que sentía lo mismo por él y que deberían de tocarla en el escenario solos los dos.
Se negó en rotundo, con la excusa de que antes lo tenían que discutir con el grupo, pero a sus compañeros les pareció una buena idea y no le quedó más remedio que cantarla a solas con su hermano.
Las primeras veces fueron muy difíciles, pero según la cantaba en cada concierto que daban, sentía como el valor crecía en su interior y si antes no se atrevía a mirarle mientras cantaba, ahora no le quitaba los ojos de encima, llegando incluso a darle alguna que otra patada cuando su veía que su hermano se centraba en su guitarra.
El día que le preguntó porque le pegaba en pleno escenario, le recordó sus palabras, le dijo que esa sería su canción y que lo “normal” sería que mientras que él la cantara le estuviera mirando a él y no a su guitarra, que podía tocarla con los ojos cerrados.
Al decir esas palabras, un escalofrío el recorrió la espalda. Ojala le tocara a él de esa manera, con la punta de los dedos, cerrando los ojos porque conocía a la perfección su cuerpo…
Unos golpes en la puerta le sacaron de sus pensamientos. Abrió los ojos que no sabe cuando cerró y se fijó en el reflejo que le mostraba el espejo. Estaba más pálido de lo normal, incluso sentía que tenía algo de fiebre. Se acercaba lo inevitable, había caído enfermo y tenían que cancelar el concierto.
Carraspeó antes de abrir la puerta, sabiendo a ciencia cierta quien estaba al otro lado.
-¿Estás bien?-le preguntó su hermano nada más abrir.
Intentó decirle que sí, pero su voz se negaba a salir. Resopló dándose por vencido y llevándose una mano a la garganta negó con la cabeza mordiéndose el labio inferior que le temblaba sin poderlo impedir.
Tom vio ese gesto y le puso una mano en la frente de inmediato.
-Estás un poco caliente. Ayer te dije que si te sentías mal me llamaras, seguro que llevas todo el día con fiebre y no me has dicho nada-le riñó en voz baja.
-Lo…siento…-susurró con esfuerzo.
-No hables, se lo diré a David y suspenderemos el concierto.
Le sonrió con compasión y cogiéndole del brazo le llevó hasta la pequeña sala en al que se encontraban el resto del grupo y los ayudantes que les acompañaban. Todos le miraron preocupados cuando Tom les explicó lo que había pasado.
En seguida se pusieron en marcha. David se encargó de suspender la actuación mientras que Dunja se le acercó y como ya hiciera su hermano comprobó que tenía algo de fiebre. Silke hizo las llamadas oportunas y les comunicó que un médico llegaría en menos de 10 minutos.
Trató de explicarles que no era necesario, pero un golpe de tos se lo impidió. Enseguida le hicieron sentarse y le ofrecieron una botella de agua, hasta que llegó el médico y le examinó la garganta delante de sus compañeros. Le hizo abrir la boca y la iluminó con una pequeña linterna. Se la palpó con la punta de los dedos, haciéndole gemir por lo bajo cuando le notó los ganglios inflamados.
No le gustó nada su expresión. Arrugó la frente y se puso en pie para hablar a solas con el productor, pero miró a su hermano y le entendió de inmediato.
-Doctor, dígaselo por favor-le pidió Tom.
-Me temo que es más serio de lo que aparenta-comenzó a explicarse-Te he detectado un bulto extraño, puede que no sea nada pero lo mejor sería que regresaras a Alemania y allí te hicieran unas pruebas más completas.
-Te consigo un vuelo para esta misma noche-dijo David muy serio.
Quiso gritar frustrado, pero no pudo. Sintió como los ojos se le llenaron de lágrimas y se maldijo cuando una bajó por su mejilla. Se la secó con rabia, por su culpa iban a dejar de nuevo a miles de fans plantadas.
-Ellas lo entenderán-dijo Tom de repente sentándose a su lado.
Le miró sonriendo. A veces se asustaba, siempre bromeaban diciendo que entre ellos existía una relación especial por ser gemelos, y muchas veces era como si se pudieran leer el pensamiento. Se asustaba porque si eso fuera verdad, su hermano le miraría y vería en sus ojos el amor que crecía por él día a día.
Esperaron en silencio mientras que David hablaba por teléfono. Todas las miradas estaban fijas en él y le hicieron encogerse en el sofá en el que estaba sentado. Se recostó contra el, apoyando la cabeza en el respaldo y cerrando los ojos suspirando.
-¿Te duele algo?-preguntó Tom preocupado.
“El corazón”-quiso gritar bien alto.
Negó con la cabeza, abriendo los ojos de golpe cuando sintió que le cogieron con suavidad una mano. Bajó la mirada y vio emocionado como su hermano entrelazó sus dedos con los suyos, apretándole con fuerza para darle los ánimos que necesitaba.
-Estaré a tu lado, ya verás como todo sale bien-le dijo Tom con una sonrisa.
Asintió con la cabeza y siguiendo un impulso se inclinó hacia él y se apoyó en su hombro, cerrando los ojos suspirando. Nunca podía manifestar sus verdaderos sentimientos delante de los demás. Ni siquiera podía darle un simple beso en la mejilla por si era visto con otros ojos. Ni un abrazo tan necesitado como en esos momentos…
-Todo arreglado-anunció David haciéndole dar un salto-En 2 horas sale un vuelo y te he reservado un asiento.
-Los demás también nos vamos, ¿verdad?-preguntó Tom con miedo.
-Me temo que no. Para empezar hay que anunciar a las fans que el concierto se ha cancelado, pero mañana habrá una rueda de prensa para comunicar los resultados de las pruebas que le hagan a Bill. Tiene derecho a saber si solo será un concierto lo que se cancela o la gira entera.
Esas palabras le hicieron ponerse a temblar. Empezaba a ser consciente de la situación, no era un simple catarro como él pensaba. Empezaba a pensar que su voz estaba en juego, que si las cosas iban mal nunca más volvería a cantar.
-No hay que ponerse en lo peor-intervino Dunja.
-Hasta que no sepamos los resultados de las pruebas es mejor no sacar conclusiones-asintió David.
-Pero yo me voy con él-dijo Tom con firmeza.
-Te he dicho que mañana habrá una rueda de prensa y….
-Es mi hermano, debo estar a su lado-insistió.
-Tom, las fans querrán escuchar las noticias a través de ti-le intentó hacer razonar-Se lo debemos por la desilusión que se van a llevar.
-No es justo-murmuró Tom mirando a su hermano-Te lo he prometido.
Bill le miró y le apretó la mano, dándole a entender que lo comprendía. Antes de que se pudieran arrepentir, David los puso en movimiento. Había conseguido dos billetes de avión, los últimos que quedaban. Silke viajaría con él y se encargaría de que al día siguiente le viera el mejor especialista.
Solo tenían 10 minutos para despedirse. Se puso en pie y estrechó las manos de sus amigos, pero con su hermano se fundió en un abrazo. Cerró los ojos apoyando la cara contra su pecho, suspirando al sentir como le rodeaban con fuerza la espalda y se la acariciaba, sintiendo como le recorría la piel con la punta de los dedos a través de su camiseta.
-Nos vemos mañana-le prometió susurrándole al oído,
Asintió en silencio, maldiciendo cuando escuchó a David decirles que se acabó el tiempo. Se separaron con esfuerzo, y antes de que se fuera con Silke, su hermano hizo algo inesperado. Le cogió de la barbilla con una mano y se inclinó, rozándole la mejilla con sus dulces labios.
Cerró los ojos de nuevo, deseando que el tiempo se detuviera en esos momentos, que hiciera que ese beso fuera eterno.
Pero David les interrumpió también de nuevo y tuvo que abrir los ojos a la cruel realidad. Su hermano le soltó y le ayudó aponerse la cazadora. Cogió la bufanda que siempre llevaba consigo y se al anudó con cuidado al cuello sin dejar de mirarle a los ojos.
Silke cogió su bolsa de mano y agarrándole del brazo le hizo separarse de su hermano. Caminó unos pasos hacia atrás sin dejar de mirarle a los ojos, como si entre ellos hubiera un lenguaje especial. Asintió con la cabeza y levantando una mano le dijo adiós con ella, ya que no podía decirle con su propia voz el miedo que sentía en esos momentos y porque le iba a echar mucho de menos.
Suspiró resignado dándose por vencido. Había logrado mentir a su hermano y al resto del grupo, cuando tuvieron que acortar el concierto anterior para infelicidad de las miles de fans que gritaron y lloraron, les dijo que no se preocuparan, que con una noche de descanso su voz estaría curada.
Pero fue la peor noche de su vida. En su solitaria cama los pensamientos no le dejaban conciliar el sueño. Estaba nervioso por si no se recuperaba a tiempo y tenían que cancelar otro de sus conciertos, nervioso porque su hermano le había acompañado y arropado, haciéndole prometer que le llamaría si no se sentía bien.
¿Qué podía hacer? ¿Llamarle y decirle que no podía dormir porque no dejaba de pensar en él?
Desde que comenzara a escribir y componer sus canciones, su hermano era su inspiración. Cada frase que escribía lo hacía pensando en él, cada vez que las cantaba lo hacía mirándole solo a él.
La más atrevida era “In die nacht”. La escribió entera una noche en la que su hermano le dijo con un guiño de ojo que procuraría no hacer ruido, marchándose a continuación con una ilusionada fan que colgada de su brazo saltaba emocionada a su lado.
Y le dejó en medio de oscuro pasillo del hotel en el que se alojaban. Les vio perderse en la lejanía y solo entonces corrió a si habitación a desahogarse, secándose por el camino las lágrimas que ya hacían acto de presencia. Porque él no era la persona con la que su hermano disfrutaría esa noche, porque nunca le escogería para pasar con él el resto de su vida.
Se tiró en la cama y sintiendo una gran opresión en el pecho, cogió la libreta que siempre guardaba cerca y un bolígrafo con manos temblorosas, poniendo en papel todos esos sentimientos que le quemaban la piel.
Escribió lo que se le pasaba por la cabeza en esos momentos, solo con la poca iluminación de la lamparilla de su mesilla, que hacía que la habitación se llenara de sombras alargadas que amenazaban con cogerle.
Sentía frío mientras iba escribiendo, pero por nada del mundo se levantaría. Tenía que sacar fuera de él esos sentimientos y si los interrumpía aunque fuera por un solo segundo la realidad se interpondría y se preguntaría qué demonios estaba haciendo.
¡Amar a su hermano en secreto! ¡Escribir una canción que cada vez que la cantara haría que su corazón se rompiera en dos!
Cuando la terminó pudo al fin respirar tranquilo. Se sentía como si le hubieran quitado un gran peso de encima. Dejó la libreta sobre la mesilla y se levantó con pesadez de la cama. Vio la hora que era en el móvil, llevaba casi una hora escribiendo, para entonces su hermano ya habría terminado y estaría durmiendo…o haciéndolo de nuevo.
Maldijo en voz baja y se desnudó para ponerse un pijama, meterse en la cama y dormir hasta que llegar el día en que hallara el valor necesario para declarársele a su hermano.
Cuando les enseñó al grupo la canción, sin atreverse a mirar a su hermano muerto de la vergüenza que sentía en esos momentos, todos la alabaron sin excepción. Era realmente buena, y cuando le preguntaron en que se había inspirado, sus nervios le traicionaron y dijo que en su hermano.
Todos le miraron como si se hubiera vuelto loco. Enseguida se tuvo que retractar inventándose que era sobre esa relación de hermanos tan especial que tenían. Tom le felicitó y le dijo que esa sería su canción, que sentía lo mismo por él y que deberían de tocarla en el escenario solos los dos.
Se negó en rotundo, con la excusa de que antes lo tenían que discutir con el grupo, pero a sus compañeros les pareció una buena idea y no le quedó más remedio que cantarla a solas con su hermano.
Las primeras veces fueron muy difíciles, pero según la cantaba en cada concierto que daban, sentía como el valor crecía en su interior y si antes no se atrevía a mirarle mientras cantaba, ahora no le quitaba los ojos de encima, llegando incluso a darle alguna que otra patada cuando su veía que su hermano se centraba en su guitarra.
El día que le preguntó porque le pegaba en pleno escenario, le recordó sus palabras, le dijo que esa sería su canción y que lo “normal” sería que mientras que él la cantara le estuviera mirando a él y no a su guitarra, que podía tocarla con los ojos cerrados.
Al decir esas palabras, un escalofrío el recorrió la espalda. Ojala le tocara a él de esa manera, con la punta de los dedos, cerrando los ojos porque conocía a la perfección su cuerpo…
Unos golpes en la puerta le sacaron de sus pensamientos. Abrió los ojos que no sabe cuando cerró y se fijó en el reflejo que le mostraba el espejo. Estaba más pálido de lo normal, incluso sentía que tenía algo de fiebre. Se acercaba lo inevitable, había caído enfermo y tenían que cancelar el concierto.
Carraspeó antes de abrir la puerta, sabiendo a ciencia cierta quien estaba al otro lado.
-¿Estás bien?-le preguntó su hermano nada más abrir.
Intentó decirle que sí, pero su voz se negaba a salir. Resopló dándose por vencido y llevándose una mano a la garganta negó con la cabeza mordiéndose el labio inferior que le temblaba sin poderlo impedir.
Tom vio ese gesto y le puso una mano en la frente de inmediato.
-Estás un poco caliente. Ayer te dije que si te sentías mal me llamaras, seguro que llevas todo el día con fiebre y no me has dicho nada-le riñó en voz baja.
-Lo…siento…-susurró con esfuerzo.
-No hables, se lo diré a David y suspenderemos el concierto.
Le sonrió con compasión y cogiéndole del brazo le llevó hasta la pequeña sala en al que se encontraban el resto del grupo y los ayudantes que les acompañaban. Todos le miraron preocupados cuando Tom les explicó lo que había pasado.
En seguida se pusieron en marcha. David se encargó de suspender la actuación mientras que Dunja se le acercó y como ya hiciera su hermano comprobó que tenía algo de fiebre. Silke hizo las llamadas oportunas y les comunicó que un médico llegaría en menos de 10 minutos.
Trató de explicarles que no era necesario, pero un golpe de tos se lo impidió. Enseguida le hicieron sentarse y le ofrecieron una botella de agua, hasta que llegó el médico y le examinó la garganta delante de sus compañeros. Le hizo abrir la boca y la iluminó con una pequeña linterna. Se la palpó con la punta de los dedos, haciéndole gemir por lo bajo cuando le notó los ganglios inflamados.
No le gustó nada su expresión. Arrugó la frente y se puso en pie para hablar a solas con el productor, pero miró a su hermano y le entendió de inmediato.
-Doctor, dígaselo por favor-le pidió Tom.
-Me temo que es más serio de lo que aparenta-comenzó a explicarse-Te he detectado un bulto extraño, puede que no sea nada pero lo mejor sería que regresaras a Alemania y allí te hicieran unas pruebas más completas.
-Te consigo un vuelo para esta misma noche-dijo David muy serio.
Quiso gritar frustrado, pero no pudo. Sintió como los ojos se le llenaron de lágrimas y se maldijo cuando una bajó por su mejilla. Se la secó con rabia, por su culpa iban a dejar de nuevo a miles de fans plantadas.
-Ellas lo entenderán-dijo Tom de repente sentándose a su lado.
Le miró sonriendo. A veces se asustaba, siempre bromeaban diciendo que entre ellos existía una relación especial por ser gemelos, y muchas veces era como si se pudieran leer el pensamiento. Se asustaba porque si eso fuera verdad, su hermano le miraría y vería en sus ojos el amor que crecía por él día a día.
Esperaron en silencio mientras que David hablaba por teléfono. Todas las miradas estaban fijas en él y le hicieron encogerse en el sofá en el que estaba sentado. Se recostó contra el, apoyando la cabeza en el respaldo y cerrando los ojos suspirando.
-¿Te duele algo?-preguntó Tom preocupado.
“El corazón”-quiso gritar bien alto.
Negó con la cabeza, abriendo los ojos de golpe cuando sintió que le cogieron con suavidad una mano. Bajó la mirada y vio emocionado como su hermano entrelazó sus dedos con los suyos, apretándole con fuerza para darle los ánimos que necesitaba.
-Estaré a tu lado, ya verás como todo sale bien-le dijo Tom con una sonrisa.
Asintió con la cabeza y siguiendo un impulso se inclinó hacia él y se apoyó en su hombro, cerrando los ojos suspirando. Nunca podía manifestar sus verdaderos sentimientos delante de los demás. Ni siquiera podía darle un simple beso en la mejilla por si era visto con otros ojos. Ni un abrazo tan necesitado como en esos momentos…
-Todo arreglado-anunció David haciéndole dar un salto-En 2 horas sale un vuelo y te he reservado un asiento.
-Los demás también nos vamos, ¿verdad?-preguntó Tom con miedo.
-Me temo que no. Para empezar hay que anunciar a las fans que el concierto se ha cancelado, pero mañana habrá una rueda de prensa para comunicar los resultados de las pruebas que le hagan a Bill. Tiene derecho a saber si solo será un concierto lo que se cancela o la gira entera.
Esas palabras le hicieron ponerse a temblar. Empezaba a ser consciente de la situación, no era un simple catarro como él pensaba. Empezaba a pensar que su voz estaba en juego, que si las cosas iban mal nunca más volvería a cantar.
-No hay que ponerse en lo peor-intervino Dunja.
-Hasta que no sepamos los resultados de las pruebas es mejor no sacar conclusiones-asintió David.
-Pero yo me voy con él-dijo Tom con firmeza.
-Te he dicho que mañana habrá una rueda de prensa y….
-Es mi hermano, debo estar a su lado-insistió.
-Tom, las fans querrán escuchar las noticias a través de ti-le intentó hacer razonar-Se lo debemos por la desilusión que se van a llevar.
-No es justo-murmuró Tom mirando a su hermano-Te lo he prometido.
Bill le miró y le apretó la mano, dándole a entender que lo comprendía. Antes de que se pudieran arrepentir, David los puso en movimiento. Había conseguido dos billetes de avión, los últimos que quedaban. Silke viajaría con él y se encargaría de que al día siguiente le viera el mejor especialista.
Solo tenían 10 minutos para despedirse. Se puso en pie y estrechó las manos de sus amigos, pero con su hermano se fundió en un abrazo. Cerró los ojos apoyando la cara contra su pecho, suspirando al sentir como le rodeaban con fuerza la espalda y se la acariciaba, sintiendo como le recorría la piel con la punta de los dedos a través de su camiseta.
-Nos vemos mañana-le prometió susurrándole al oído,
Asintió en silencio, maldiciendo cuando escuchó a David decirles que se acabó el tiempo. Se separaron con esfuerzo, y antes de que se fuera con Silke, su hermano hizo algo inesperado. Le cogió de la barbilla con una mano y se inclinó, rozándole la mejilla con sus dulces labios.
Cerró los ojos de nuevo, deseando que el tiempo se detuviera en esos momentos, que hiciera que ese beso fuera eterno.
Pero David les interrumpió también de nuevo y tuvo que abrir los ojos a la cruel realidad. Su hermano le soltó y le ayudó aponerse la cazadora. Cogió la bufanda que siempre llevaba consigo y se al anudó con cuidado al cuello sin dejar de mirarle a los ojos.
Silke cogió su bolsa de mano y agarrándole del brazo le hizo separarse de su hermano. Caminó unos pasos hacia atrás sin dejar de mirarle a los ojos, como si entre ellos hubiera un lenguaje especial. Asintió con la cabeza y levantando una mano le dijo adiós con ella, ya que no podía decirle con su propia voz el miedo que sentía en esos momentos y porque le iba a echar mucho de menos.