Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 10

    Thomas Kaulitz
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    Mensaje  Thomas Kaulitz Mar Jul 12, 2011 8:36 pm

    POV TOM


    Mi corazón más despedazado no podía estar, es cierto que se había hecho añicos y quemado con el fuego del amor de mi hermano y hecho cenizas hasta reducirse a un polvo minúsculo. Sobre el cual Bill pasaba y pasaba incesantemente, aplastándolo más si cabía.

    Después de ver semejante escena con ese estúpido. No me quedaron ganas de nada. Ni de vivir.

    Quería morir, tal vez así sufriría menos. La vida es más fácil.

    Pues realmente no vives, Tu corazón ya no late.

    Ya ni me había dado cuenta del número de lágrimas que había derramado el día de hoy, y más aun hace rato. Hace escasos minutos cuando los vi…

    No sé y no me importa, Seguiré llorando. Porque no tengo nada más que perder. Lo eh perdido todo.

    No me importa ya nada. Bill aplastó mi corazón con un solo dedo.

    ¿Por qué?

    ¿Yo qué coño voy a saber?

    ¿Alguna vez han tenido ese sentimiento de amar tanto a alguien y ver como esa persona , por la que darías la vida. Te la arrebataran de tus manos sin ninguna complicación?

    Yo si… Y se siente como una patada en el culo. No, eso y más, lo que siento ahorita no es nada comparado con eso.

    Pues siento como si me estuvieran desgarrando por dentro.

    Otra lágrima. Una más ¿Qué más da?

    Pero si ya lo sabías Tom. Sabías que este amor no era bueno. Al menos no como lo ve Bill.

    Tan enfermizo.

    ¿Y ahora que?. Lo más coherente para pensar…Aunque no podía pensar nada concretamente era que me suicidara. ¿Muy drástico y dramático no? ¿Entonces que se suponía que tenía que hacer?

    Olvídate de Bill.

    Como si fuera fácil…

    Nadie dijo que lo fuera.

    No lo es… No quiero Olvidarme de el

    ¿Entonces como es que ya no quieres sufrir grandísimo Capullo? ¿O es que acaso te dio en la vena masoquista?

    Cállate...

    Eres tu el que está hablando sólo ¡oh gran idiota!... Yo solo soy tu conciencia.

    Bill era un ángel maldito. Vino a destruirme. Después de todo, si era cierto eso de los gemelos malvados. Bill era la misma reencarnación del mal. ¿Por qué? Pues porque me lastimó como nadie jamás en mi puta vida lo había hecho. Porque le valieron una mierda mis sentimientos y se enrolló con ese estúpido rubio, y no solo eso sino que profano ese cuerpo que tenía que ser mío. Sólo mío. Besó esos labios que me decían Un “Te quiero Tom”.

    Pensaba y le daba más vueltas al asunto. Tratando de engañarme patéticamente.

    Lo que vi haya abajo no es real…

    ¡Pero es que si es real coño! Lo es, Bill no es tuyo…Nunca lo fue
    Bill me pertenece desde que estábamos en el vientre de nuestra madre parte de él me pertenece. Bill es mío.

    Eso no es verdad

    ¡Lo es hija de las mil putas!

    Mi conciencia por un momento guardó silencio.

    Creo que realmente ya me estaba volviendo rematadamente loco. Quería escapar por un momento de este mundo oscuro, sumergirme en un mundo irreal y fingir que nada pasó.
    Que nunca me enamoré de Bill…

    O pretender que Bill me ama. Que su corazón es mío y el mío de él.

    Me sumergí en un mundo de un abismo negro. Mucho mejor que la terrible realidad a la que de un momento a otro caería de culo dándome una gran hostia.



    Se oyeron unos golpes en la puerta. No me había dado cuenta de que me había quedado dormido .pero claro después de tanto llorar uno se cansa…

    -¿Tom?

    Oía una voz suave no supe identificarla

    -¿Tom hijo?-preguntó del otro lado mi mamá.

    -Ma…yo ando cansado .Hoy no quiero cenar.

    -Está bien hijo. Es sólo que como tu hermano pidió pizza y…
    Hermano. La palabra maldita. No quería oírla más. No quería saber nada de él.
    -¡Dije que no quiero nada no me hables de él!

    -Tom…¿Otra vez se pelaron tu hermano y tu? No me gusta que se enojen hijo…-Mamá siguió dando pequeños golpecitos a la puerta intentando que yo fuera a abrirla en vano.

    -¡No es eso… es solo que….-Es solo que estoy perdidamente enamorado de mi hermano y me acaba de romper mi corazón en mil pedazos ¿Te parece poco?

    -¿Tom? ¿Qué tienes hijo, estás bien?

    -Si mamá, es sólo que no tengo hambre.

    -Pero Tom necesitas comer estas muy flaco hijo. Ábreme la puerta por favor.

    Ya cansado de tanta insistencia y con mis nervios alterados intenté responderle de la mejor manera a mamá.

    -No mamá en serio no tengo hambre…Sólo quiero descansar.

    -Está bien Tom, sólo no quiero que te me desmayes mañana en la escuela y que me digan que no te alimento bien…

    -No te preocupes, Porque no cene una noche no me voy a morir.- Aunque realmente es lo que más quería en estos momentos.

    -Está bien hijo te dejaré descansar- oí pisadas alejándose en el pasillo. Mamá se había ido y de nuevo la paz volvió a reinar en mi cuarto. Sólo oía los latidos de mi corazón.

    Pum Pum Pum pum

    Sabía que en cualquier momento ese sonido podía apagarse de un momento a otro. Mi corazón inexplicablemente seguía latiendo. A pesar de que yo me sentía muerto en vida.
    Y todo se lo debía a mi precioso verdugo.

    Necesitaba desahogarme necesitaba quitármelo de la cabeza y arrancármelo de una vez por todas de mi corazón.

    Sin pensarlo agarré mi móvil y le di un vistazo a mi numerosa agenda. Toda repleta de tías.

    Hace tiempo que no hacía esto…Hace mucho, mucho tiempo que me dejaron de interesar toda esta bola de zorras. Pero bueno al menos me harían pasar un buen rato y olvidarme un momento, sólo un momento de mi hermanito.

    Reparé mi vista en un nombre que no recordaba que lo tuviera. Un contacto que ya había olvidado desde hace tiempo…

    Anelí…

    Marqué su número y esperé impaciente a que diera un timbrazo….dos timbrazos…

    Se oyó un ruido hueco de otro lado de la puerta. Alguien estaba llamando de nuevo.
    Seguro era mamá, volviéndome a insistir que bajara a cenar.

    Tres timbrazos…


    Mientras esperaba en el móvil a que me contestaran pude oír como seguían golpeando la puerta incesantemente.

    -Mamá ya te dije que no quiero cenar nada.

    -Tom por favor abre-Oí una voz suplicante del otro lado de la puerta.

    “¿Bueno?”-me contestaron en la línea-“¿Quién habla?”

    -Tom por favor ábreme soy Bill..-En ese momento me quedé en shock no supe que hacer. Bill vino a mi cuarto.

    Estaba parado del otro lado de la puerta tocando insistentemente y al lado de la línea tenía a Anelí…

    Lo dudé por un momento así que colgué después de tanto pensarlo sin siquiera responder.

    Prácticamente corrí hasta la puerta y de un salto llegué.

    Pero antes de abrirla me legaron imágenes como si fueran fotografías que se pasaban rápidamente en mi cabeza recordando todo lo sucedido en el piso de abajo

    Bill, desnudo… en brazos de otro Hombre… Y yo, llorando como idiota a los pies de las escaleras.

    ¿Debía abrirle? En realidad no quería hablar con el. Es decir ¿de qué se supone que vamos a hablar? ¿De mis estúpidos sentimientos por él? ¿O de que el se veía tan feliz gozando con ese imbécil?

    No se merecía que le abriera, no se merecía siquiera que le dijera una mísera palabra.
    No se merecía nada. Sólo mi odio y desprecio.

    Mi completo rechazo hacia su persona.

    Es un maldito. Un asesino de corazones. No se merece que le dirija la palabra.

    -Tom por favor ábreme, tenemos que hablar…-Se oía al otro lado de la puerta una respiración agitada, como si le faltara el aire.

    -…-Silencio. No le respondí. No quería hacerlo. Quería recuperar lo que me quedaba de mi ya escasa dignidad.

    En mi fuero interno me debatía en abrirle o no o si quiera abrirle y gritarle unas cuantas cosas

    Algo así como “Vete a la mierda Bill” y después cerrarle la puerta en la cara

    O podía dejarle pasar y después romper su lindo cuellito de porcelana para que viera lo que es sentir dolor.

    Pero el dolor físico desaparece. El ya me quitó un órgano vital. Mi corazón se lo llevó el muy desgraciado hijo de perra.

    Lo hizo trocitos y luego le escupió encima, burlándose de mí, viendo como me desmoronaba viendo cuán feliz era con ese tal Max.

    -Tom por favor… es importante que sepas esto.-Oí esta vez como se le quebró la voz al pronunciar esas palabras. Dando pasos a unos pequeños y suaves hipidos.

    Mi mente no funcionó. En ese momento actué por puro impulso, no pensé simplemente actué.

    Ahí va lo que me quedaba de dignidad.

    Abrí la puerta de un tirón y ahí estaba el ahora dueño de mis pesadillas. Bill

    Llorando y con el maquillaje corrido. Me miró con sus ojos cristalizados por las lágrimas que se avecinaban a aparecer.

    No supe que hacer. Sólo me quedé ahí parado en el umbral de la puerta, esperando a que me dijera algo. Que se pusiera a llorar o lo que sea pero que hiciera algo.

    Por un momento se calmó y se puso serio y rígido y empezó a respirar con normalidad.
    Yo esperaba impaciente a que hiciera algo más pues sólo conseguía ponerme más nervioso si cabía.

    Su semblante cambió de repente a uno de total seriedad y neutralismo que me dejó confundido.

    -¿Y bien?-Pregunté para que me dijera cualquier cosa. Lo que sea menos este silencio incómodo.

    Se quedó ahí parado.

    -¿Puedo pasar?-Preguntó inseguro y yo sólo me le quedé viendo interrogante.

    -¿Por qué?- Me recargué en el marco de la puerta en pose chulesca. Mirándolo seriamente. Con el ceño fruncido.

    -Quiero hablar contigo Tom…

    -Pues yo no tengo nada de qué hablar contigo…hermanito.-Lo miré con ironía Y Bill se puso más serio si cabía.

    Después me miró directamente a los ojos .Tenía una mirada furiosa.

    Sí las miradas mataran…

    -Tom, necesitamos hablar.-dijo ya poniéndose delante de mía empujándome un poco para que lo dejara entrar.

    Lo dejé pasar, resoplando.

    De repente me azotaron todos los momentos antes vividos de un golpe y me quedé estático. Viendo cómo Bill iba y se sentaba a la orilla de la cama.

    -Tom yo…-Bajó la mirada y después me miró.-Lo siento.

    Le sostuve la mierda un par de segundos. Estaba ante mí. La persona con la que no quería hablar nunca más, pidiéndome perdón.

    Entonces recordé la escena, de esos dos cuerpos desnudos en la sala. Uno de ellos era el amor de mi vida…

    Bajé la mirada y me acerqué hasta el marco de la ventana sin siquiera responderle.

    Decir que estaba dolido era poco. Y de nuevo me acompañaron mis fieles amigas, aquellas que a partir del momento en el que empecé a amar locamente a mi hermano me acompañaban a todos lados. Mis lágrimas.

    Sentí como Bill se acercaba hasta mi lado. Se recargó en el marco de la ventana y después me miró.

    -Tom…Yo no quise hacerlo.

    -¡Oh! ¿Entonces te obligaron maldita sea?

    -Tom tu no entiendes-Bill se quedó mirando al cielo y la noche y después suspiró.-Tu no entiendes nada, y no pretendo que lo entiendas…si lo hago es por tu bien.

    -¿¡Estás de coña!?!¿Por mi bien!?-Lo miré furioso y lo acorralé hacia la pared. Poniendo mis dos brazos a cada lado de su cara. Bill me miraba asustado y con los ojos desorbitados.
    Yo lo miraba con la rabia impregnada en todo mi ser.

    -T-tom….

    No le di tiempo a continuar. Lo agarré fuertemente de la boca y lo besé .Sólo lo besé.

    No esperaba que me lo respondiera. Sabía que no lo haría. Que le daba asco. Pero a mí no me importaba eso.

    Lo besé y mis lágrimas empapaban las mejillas de ambos. Sufría por esto, me dolía besarlo…Tal vez sí que era masoquista.

    No me importó, no me importaba nada ahora. Sólo quería probar los dulces labios de mi hermano aunque sea por última vez. Aunque eso me condenara al maldito infierno. Ya no me importaba…ya no.

    Bill no se movió. Y yo seguía besándolo. Al principio con desenfreno. Pero después. Mis besos empezaron a ser más suaves y poco insistentes. Bill en ese momento se tranquilizó, y noté como su cuerpo ya no estaba frígido .seguí besándolo. Pedí paso con mi lengua en su labio inferior para que me dejara entrar.

    Y por muy extraño que parezca Bill abrió su boca con miedo. Me sorprendí bastante y me quedé estático.

    Bill hizo lo mismo y no se movió. Abrí mis ojos y me encontré con los suyos cerrados fuertemente y sus manos a los costados apretados en un puño. Se tensó pero no abrió los ojos. Su boca estaba ligeramente abierta.

    Deseaba besarle más que nada en este mundo .Lo deseaba…

    Volví a juntar nuestros labios, esta vez de manera más suave y Bill se relajó sin decir nada.

    Empecé a besarlo dulcemente. Su labio inferior lo mordí suavemente y Bill jadeó.

    Agarré nuevamente su nuca y enredé mis dedos en su cabello.

    -Te amo Bill…-Jadeé y seguí besándolo suavemente. Adentrando mi lengua en su cavidad, explorándola.-y te odio por eso…

    Bill jadeó un poco y se tensó al oír mis palabras, pero no dijo nada.

    No sé en qué momento pasó, no sé cómo pasó…No quiero despertar de este sueño…Todo era tan irreal, tan perfecto. Pero no quería caer de culo a la realidad, los sueños eran buenos… eran perfectos… aunque eso no quería decir que me hicieran algún bien.

    Porque eso es lo que es ¿cierto?...Un sueño. Bill no puede estar besándome…No puede.

    Abrí mis ojos, sólo para comprobar que esto era real. Y lo vi a él. Tan tierno. Tal dulce recargado en la pared. Acorralado por mi cuerpo y mis brazos. Jadeando suavemente y con los ojos cerrados.

    -Tom…-Habló por fin.- No.

    Se separó de mi boca y me empujó despacio para que lo dejara.

    Me miró con tristeza y sus ojos se me aguaron de inmediato. Negó con la cabeza viéndome fijamente a los ojos.

    -Tom, esto no está bien. Somos hermanos.-Dijo por fin y me acarició la mejilla secándome las lágrimas con sus finos dedos.

    Me separé de él, confuso viendo como se alejaba temeroso hasta la puerta.

    -¿Porqué?-Pregunté más bien para mí que para él.

    -Bill se giró y me miró con melancolía y lastima.

    -Tom, no debimos besarnos…Esto está mal. Siento no poder amarte de otra manera, al menos no como tu quisieras que lo hiciera. Eres mi hermano. Esto está mal, es pecado.

    -¿A quién carajos le importa eso Bill?¡Yo te amo puta madre!-Le grité llorando. Era patético, lo sé, pero ya no tenía dignidad ¿Lo recuerdan?

    Bill se acercó hasta donde yo estaba y me miró furioso.

    -¡Entiende de una puñetera vez que esto no está bien! ¡No debimos besarnos, somos hermanos joder!

    -¡Pero me besaste Bill, y te gustó!¡Me besaste por que sientes algo por mí así como yo por ti! E-esto sólo significa algo Bill. Nos besamos…
    Nos besamos.

    -E-eso no es cierto. Yo…-Dudó por un momento mordiéndose el labio inferior.

    -¿Tu qué?¡Suéltalo ya!-Dije histérico.-¡Me vale una mierda si escucha mamá!


    -¡Yo lo hice por lástima!-Soltó de golpe y sentí como si me hubieran dado un golpe con una tonelada de cemento en la cara.

    Bill no se detuvo a mirarme, salió dando grandes zancadas hasta la puerta.

    Me derrumbé en ese momento. Cayendo de rodillas al piso. Si dolía el golpe no me importó.



    ¿Cómo es que un corazón después de haber sido reducido a cenizas pueda ser destrozado una vez más?





    POV BILL



    ¿¡Que mierdas había hecho!?

    Besé a Tom, no, no esto no puede estar pasando. Besé a Tom a mi propio hermano.
    ¿Por qué lo hice?

    No fue por lástima claro que no. ¿Pero qué más podía decirle? Mi cuerpo actuó solo como si nuestros cuerpos fueran imanes .No lo pensé, simplemente lo besé. Mi cuerpo actuó por si solo ignorando a mi mente y la razón y la ética quedó de lado. No me importó…

    Soy un estúpido. No me importó volverle a despedazar el corazón a mi hermano.

    Oh Tom ¿Por que tuviste que enamorarte de mí?

    Estuvo mal, muy mal.

    Salí del cuarto de Tom casi corriendo como un cobarde, pues eso es lo que soy. Un maldito cobarde que no le importó una mierda como se sentía su hermano. Su otra mitad.

    Pero eso no era cierto. Nada de eso.

    Yo sentía el dolor de Tom, como si fuera el mío propio.

    Sentí como si me hubieran enterrado una estaca en lo más hondo de mi ya podrido corazón.

    Me alejé caminando hasta mi cuarto.

    Me senté en mi cama y saque mi cajetilla de cigarros. Mamá no sabía que yo fumaba, pero poco me importaba ahorita lo que ella pensara o lo que me dijera o si me castigaba.

    Me sentía la mierda más grande del mundo.

    Me recosté en mi cama viendo hacia el techo recordando ese beso que nos dimos Tom y yo. Porque sí, lo admito. Yo había dejado que me besara.

    Tom estaba llorando en su cuarto. Podía sentirlo dentro de mí. Probablemente ahora me odiaría.

    Me lo tenía más que merecido. Yo no me merecía el amor de nadie. No de Tom

    ¿Cómo puede pasarme esto? ¿Por qué yo? ¿Por qué él?

    No quería que Tom sufriera y menos por mí, no me lo merecía.

    Nos habíamos besado, y le dije que esto era de enfermos… que somos hermanos.

    No debí besarle, no debí corresponder a ese beso, tan entregado a mí, tan suyo, tan mío…tan nuestro.

    Me acosté con un solo pensamiento esa noche. Una persona ocupaba mi mente, esa única persona estaba probablemente llorando y odiándome con todo su ser .

    Esa persona estaba a escasos metros de mi habitación, Sufriendo por mis crueles y desalmadas palabras.

    Esa única persona, que me beso como nadie jamás había hecho y probablemente nadie jamás haría.

    Esa persona con la que probablemente iba a soñar, e iba a provocar que me remordiera la conciencia. Esa persona es mi hermano Gemelo, Tom.


    Porque sí, fui un mentiroso, lo admito. Mentí…



    Te mentí Tom, No te besé por lástima...

      Fecha y hora actual: Miér Sep 18, 2024 8:41 pm