Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 31: Revelacion

    Alisson Kaulitz
    Alisson Kaulitz
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    Mensaje  Alisson Kaulitz Mar Jul 19, 2011 5:56 pm

    Capitulo 31: Revelacion Manos_arribas1

    _______________Normal POV_________________




    _____________Cinco años después_____________









    Un chico de cinco años muy guapo estaba afanado en su tarea del pre escolar, hasta que la alarma de su reloj comenzó a hacer bip bip bip. Se paró deprisa y corrió donde su maestra.




    -Señorita Ana, ya es hora. –Le dijo señalando su reloj de Mickey-




    -Ya lo sé pequeño, anda, trae a tu hermano. –El pequeño corrió de nuevo a su puesto y le tomó la mano al chico que tenía los típicos ojitos de una niñito down-




    -Vamos Matías, es hora de tu medicina.




    -Bien. –Obediente, caminó de la mano de su hermano hasta la maestra, que ya tenía lista la píldora y un pequeño vaso con agua-




    -Toma cielo, tu medicina. –Le dijo con dulzura, la verdad es que todos en el jardín adoraban al pequeño Matias, que pese a su discapacidad, era muy amistoso y muy caballero, en especial con las damitas de su clase. El decía que papá Tom le enseñaba a ser así de “educado”-




    -Ya señorita.




    -Bien, vuelvan a trabajar. –Sin soltarse de la mano, regresaron a su mesa, pero sólo entonces, Matías le hizo un comentario a su hermano, trató de hablar bajito para que las chicas que estaban frente a ellos, no los oyeran.




    -Kenshin, tengo un problemita. –Le dijo casi en un susurro, las chicas parecieron darse cuenta y agudizaron el oído-




    -Dime Maty, qué es? –Dijo igual de bajito y acercándose más a su hermano-




    -No me está saliendo la “E” creo que me cuesta seguir los puntos que dejó la maestra.




    -Tonterías. –Le dijo una pequeña rubia muy mona- Escribes mejor que mi hermano y eso que él es dos años mayor que nosotros.




    -Ely tiene razón –Dijo la pelirroja a su lado- No te deprimas Maty, sigue practicando y lo harás mejor.




    -Me han dado una idea, chicas. –Dijo Kenshin, quien se paró y corrió donde la maestra que corregía las tareas de otros niños- Señorita Ana?




    -Dime Kenshin.




    -Necesito su ayuda. –La profesora lo miró mitad sorprendida y mitad divertida ante su postura tan “adulta”-




    -Para eso estoy Kenshin, para ayudarte. Dime.




    -Verá, Maty tiene problemas con el “apresto” le cuesta hacer la “E”, yo quería saber si me podía dar una tarea extra para ayudarlo en casa?.




    -Vaya. –Ahora si que estaba impresionada- pero no será presionarlo mucho, Kenshin. Tus padres no quieren forzarlo, quieren que vaya a su ritmo.




    -Lo sé, por eso le digo que yo lo ayudaré, él a pesar de su discapacidad, quiere hacer todo perfecto.




    -Entiendo. –Ella consideraba lo mismo, el pequeño Matías siempre se esforzaba para estar al nivel de los demás- Está bien. Toma. –Le extendió otra hoja con ejercicios-, pero prométeme que no lo presionaras.




    -Claro que no, es mi hermano, mi deber es cuidarlo y protegerlo.




    -Muy bien dicho. –Y corrió de vuelta a su escritorio-




    -Problema resuelto.




    -Gracias hermanito.




    -Maty, para eso estás los hermanos.




    Después del almuerzo, los pequeños dormían un rato, todos cubiertos por mantas de colores, para pasar el invierno. Como siempre los hermanos Kaulitz Trumper dormían juntos. Todo parecía normal hasta que el pequeño Matías despertó abruptamente. Miró a su alrededor, suspiró y finalmente movió a su hermano.




    -Kenshin.




    -Maty, hace frío, duerme un poco más.




    -Debo decirte algo importante. –El otro se incorporó de inmediato-




    -Te duele algo Maty?




    -No, no es nada de eso. Pero debemos hablar afuera, la maestra no debe saber. Nadie debe saber.




    -Está bien. –Ambos se pusieron de pie-




    -A dónde van niños? –Preguntó la maestra, que leía tranquilamente-




    -Queremos tomar el sol un momento, podemos?




    -Sólo si se ponen sus abrigos.




    -Está bien. –Kenshin se puso el suyo con facilidad y ayudó a su hermano. Tras lo cual salieron en silencio.- Y bien?




    -Kenshin, he hablado con un ángel. –Dijo serio, dejando atrás cualquier rastro de broma-




    -No habrá sido sólo un sueño?




    -Kenshin! Acaso olvidas lo que nos ha enseñado el abuelo, que lo ángeles nos cuidan.




    -Lo siento, continúa.




    -El ángel me dio un mensaje.




    -Cuál es Maty? Me estás poniendo nervioso.




    -Vamos a ser hermanos mayores. –Una enorme sonrisa se dibujo en el rostro de los chicos-




    -Será fabuloso! –Dijo Kenshin abrazando a su hermano- Seremos tres. Y qué será niño o niña?




    -Una niña.




    -Wow, no sabemos mucho de niñas, somos sólo hombres en casa. –Dijo perdiendo la sonrisa-




    -Pero Kenshin las chicas de la Academia nos pueden enseñar.




    -Tienes mucha razón. Te dijo algo más?




    -Que yo me iré.




    -Irte a dónde? No puedes irte solo, te tengo que cuidar, soy tu hermano mayor, recuerda que nací un día antes que tú. No puedes irte solo, quien le recordará a la maestra de tu medicina?




    -Me voy al cielo Kenshin, no necesitaré medicinas ahí. –Los ojos de ambos se llenaron de lágrimas y éstas empezaron a caer rápidamente-




    -No me gustan las bromas así Maty.




    -Por eso el ángel dijo que nadie debía saber. Pero tú eres mi hermano y debía contarte, si no lo hacía era como una traición.




    -Pero por qué Maty?




    -Algo pasa con mi corazón, parece que está lleno de mucho amor y va a reventar. –Los dos pequeños en su inocencia lloraron, sin entender realmente lo que esta separación significaba. Ellos ni nadie. La maestra salió al cabo de un rato a verlos, y los encontró abrazados llorando, se asustó y comenzó a revisar a Matías-




    -Está bien? Se cayeron? Que les pasa?




    -Sólo nos acordamos de la película del Rey león y nos dio mucha pena. –Dijo Kenshin, para salvar la situación, no querían que les informaran a sus padres y tener que contar lo que el ángel dijo.-




    Por la tarde ese mismo día, un guapo pelinegro bajó de un Cadillac Escalade negro y entró al jardín, dejando a todas las madres con la boca abierta por lo atractivo que era.




    -Señorita Ana, vengo por mis hijos. –Dijo gentil y con una enorme sonrisa-




    -Claro. –Sonrió, ella nunca dejaba de maravillarse de lo guapo que eran esos padres y siempre se preguntaban como hombres tan saludables pudieron tener a Matías, aunque el pequeño respondía muy bien a todas las dinámicas de grupo. Parecía casi un niño normal, y bueno Kenshin siempre se encargaba de integrarlo al grupo con los mejores resultados- Aquí están sus pequeños.




    -Hola niños.




    -Papá!!! –Gritaron los pequeños emocionados, estaban felices de que papá Bill viniera solo, generalmente papá Tom era el que manejaba-




    -Qué tal se pasamos por el McDonals? –Los dos lo miraron extrañados-




    -Quieres hamburguesas? –Preguntó Matías- Tú las odias.




    -Si no quieren no importa. –Dijo Bill un tanto apenado- es sólo que se me antojó.




    -Sí papi, queremos hamburguesas contigo. –Dijo Kenshin emocionado-




    -Yo también quiero hamburguesas con papi –Agregó Matías-




    -Entonces vamos. –Completamente felices se subieron todos al auto, y con sumo cuidado Bill manejó por las concurridas calles de la ciudad, hasta llegar al palacio de las hamburguesas. Todos hicieron sus pedidos y fueron a las mesas que dan al patio de juegos. Mientras los niños jugaban, Bill comenzó a comer, devorando todo a su paso-




    -Ya queremos comer -Dijo Maty sentándose-




    -Pues coman, yo pediré una más. –Y el pelinegro se paró de su asiento y fue por otro combo, aun más abundante que el anterior-




    -Todo está delicioso. –Dijo Kenshin al ver que su padre venía con otra bandeja en sus manos-




    -Mmmm –murmuró el pelinegro con la boca llena-




    Después de terminar, la familia volvió a subirse al auto y manejaron lento como siempre hacían con papi Bill, sin embargo con el correr de los minutos, el pelinegro comenzó a ponerse pálido y una capa de sudor perlaba su frente.




    -Papi, no te veo bien, estás enfermo? –Preguntó Kenshin angustiado-




    -No te preocupes, ya estamos por llegar. –Confirmó el moreno, su cabello estaba mucho más largo que antes y se pegaba a su rostro, aumentando su rostro de enfermo. Apenas llegaron, Bill corrió al primer baño que encontró y vació su estómago, varias veces. El pequeño Kenshin muy asustado tomó su celular y marcó a Tom.




    -Papá?




    -Kenshin qué pasa? –Preguntó preocupado al sentir el temor de su hijo-




    -Es papá, no ha parado de vomitar, está muy enfermo, está blanco como un papel.




    -Llama a Eva, yo voy en camino.




    Obediente a lo que se le dijo, el pequeño llamó a la tía Eva, quien en cinco minutos estaba ahí. Bill seguía arrodillado en el baño y los niños a fuera muy asustados.




    -Pequeños, papi sólo tiene dolor de estómago, no es grave.




    -Tiene una bebé. –Dijo de improviso Matías, tanto Bill como Eva abrieron los ojos como platos e intercambiaron miradas-




    -Porque no van a comer algo? –Dijo la señora-




    -Estamos llenos, papi nos llevó al McDonals. –Aclaró Kenshin. Eva miró a Bill y formuló la pregunta-




    -Tuviste un antojo? –El pelinegro asintió- Eso lo explica todo. Vayan a jugar niños, todo está bien.




    -Bill? Bill? –Era Tom que venía corriendo- Eva, qué ha pasado?




    -Creo que vas a ser padre. –Tom inmediatamente sonrió-




    -Es en serio? –Bill asintió desde el suelo-




    -Cariño ven. –Le ayudó a levantarse- Te sientes mejor?




    -Sí cielo.




    -Voy por una prueba de embarazo. La farmacia está cerca, hay que salir de dudas. Y cómo pensaron que era eso?




    -Maty lo dijo.




    -Maty es un genio muack –le plantó un beso en la frente a su esposo- esto es genial.




    -No le veo la genialidad aun cielo. –Dijo sonriendo Bill al ver como su esposo se tomaba las cosas tan felizmente.




    -Gracias Eva, podrías quedarte un arto más mientras por el test de embarazo?




    -No hay problema.




    Realmente ha sido una gran idea unirnos –Pensó el de trenzas saliendo de la casa-




    Hace cinco años, cuando nacieron los pequeños, El de trenzas decidió asociarse con Eva. Remodelaron la mansión de Berlín, que era enorme y tenía mucho espacio y la convirtieron en una nueva Academia. Pero sin duda lo mejor, era que en la parte de atrás estaba el hogar de los Kaulitz, entonces podían salir a trabajar, sin dejar a los niños lejos. Contrataron a una enfermera para que los cuidara cuando ellos no estaban, y así podían tener un control del pequeño Matías, quien sufría un “soplo al corazón”, que no tenía mayor complicación, sólo había que darle la medicina a su hora correspondiente. Los médicos hablaron con el matrimonio y quedaron de acuerdo que le practicarían la operación, cuando el niño fuera más grande y pudiera soportarla sin inconvenientes.




    -Voy a ser papá de nuevo. –Entró Tom feliz a la habitación, donde Bill ya había recuperado los colores-




    -Tomi, cariño, no te hagas ilusiones hasta que estemos seguros, ya?




    -Está bien, pero entiéndeme, el Doctor Jost dijo que tal vez nunca más quedaras embarazado y si lo estás, sería otro regalo especial para nosotros. –No podía ocultar su felicidad-




    -Ok, voy al baño.




    -Te acompaño?




    -No. Tom, puedo orinar solo. –Ambos sonrieron. Después de un momento salió el pelinegro-




    -Y? –Preguntó el de trenzas-




    -Tom, hay que esperar un minuto. –Aclaró Eva-




    -Lo siento.




    -Si sale menos, no hay embarazo, si sale más, estoy embarazado –Dijo el pelinegro leyendo las instrucciones. El tiempo pasó y nadie dijo nada, estaban demasiado ansiosos como para emitir opinión alguna-




    -Ya pasó el minuto Bill. –Dijo sentándose bruscamente el de trenzas. El pelinegro volvió al baño y tomó la muestra-




    -mas, es un mas




    -Estás embarazado. –Gritó Tom- Ven aquí –Lo abrazó fuertemente y lo llenó de besos-




    -Dios mío, felicidades chicos, esto hay que celebrarlo.




    -Tomi, un bebito, otro bebito más. –Decía Bill en el oído de su esposo-




    -Yo llamaré a la familia. –Dijo Eva tomando su celular. Mientras ella hablaba con la familia, la pareja seguía haciéndose arrumacos. Estaban felices-




    Una hora después se hallaba toda la familia reunida, en un coctel realizado por Eva en tiempo récord.




    Los niños corrían por todas partes impresionados por la repentina reunión familiar, hasta que fueron llamados por sus padres.




    -Pequeños –Empezó el de trenzas tomando a Matías en su regazo- tengo una noticia que darles.




    -Dinos papá –Se entusiasmó Kenshin-




    -Papá Bill está embarazado. Lo que significa.




    -Que vamos a tener una hermanita. –Gritó feliz Matías, pero el rostro de su hermano se llenó de tristeza-




    -Mis niños preciosos van a ser hermanos mayores. –Dijo el pelinegro acariciando la cabeza de Kenshin-




    -Qué felicidad. –Mintió el pequeño, hasta ahora el sueño de su hermano había sido real, y si tenían una hermanita, entonces él moriría- podemos volver a jugar?




    -Claro.




    -Vamos Maty. –Y salieron corriendo de ahí-




    -Parece que no se lo tomaron muy en serio. –Dijo el pelinegro-




    -Yo hablaré con ellos. –Se ofreció el reverendo y salió tras los pequeños. Llegó al cuarto de juegos y encontró a Kenshin solo y llorando-




    -Pequeño, por qué lloras?




    -Por nada, lo siento. –Dijo tratando inútilmente de limpiarse las lágrimas que no dejaban de brotar-




    -No debes sentir pena, tú siempre serás un regalo especial.




    -No lloro por eso, mis papás siempre nos han enseñado que somos especiales para ellos, no tengo envidia.




    -Y entonces?




    -Prometí no contarlo. –El abuelo se asustó, pensó que algo realmente malo le pasaba al pequeño-




    -Puedes confiar en mí, soy tu abuelo.




    -Abuelo, crees en los ángeles?




    -Por supuesto.




    -Crees que ellos nos pueden hablar?




    -Sí, ellos se comunican con personas especiales.




    -Lo suficientemente especial como Maty?




    -Maty habló con un ángel?




    -Sí.




    -Y qué le dijo?




    -Que papi Bill tendría una bebita.




    -Pero eso es maravilloso, fue real.




    -Pero hay algo más, algo malo.




    -Dime Kenshin, qué es eso tan malo que el ángel dijo.




    -Que Maty debía irse, porque su corazón explotará de amor. –El rostro del reverendo cambió- y yo no quiero que Maty se vaya, es mi hermano yo lo cuido siempre.




    -Si él se va, no necesitará que nadie lo cuide, sabes?




    -Eso mismo me dijo él, pero de verdad no quiero perder a mi hermano.




    -Entiendo.

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