Tokio Hotel World

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    Capitulo 27: Ocho Meses

    Alisson Kaulitz
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    Mensaje  Alisson Kaulitz Mar Jul 19, 2011 5:43 pm

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    ______________Bill’s POV__________________









    Había pasado un mes completo en que no veía a Andy y estaba realmente emocionado. Tomi completaría unas clases particulares, mientras yo visitara a mi amigo. Me levanté muy temprano y me fui a la cocina a preparar el desayuno. Hoy tenía antojos de waffles y honestamente, me quedaban mejor a mí que a mi esposo. Además hoy… vería a papá, pero prefiero no pensar en eso o me dará un ataque de nervios.




    -Tomi cariño ya está listo. –Le llamé desde la cocina-




    -No quiero levantarme. –me gritó desde la pieza. Fui hacia allí y me arrojé sobre él-




    -No seas flojo, levántate que tienes que trabajar para mantenerme jejejeje. –Me abrazó y me hizo cosquillas-




    -Sabes bien que no necesito trabajar, heredé mucho dinero, recuerdas? –Siguió haciéndome cosquillas-




    -Sí lo sé, pero no quiero un esposo holgazán jejejeje.




    -Por qué mejor no hacemos cositas ricas? –me dijo sensual-




    -Qué es más rico que los waffles?




    -Esto por ejemplo. –Su mano rozó mi entrepierna con descaro-




    -Mmmmmm Tomiiii, no hagas eso.




    -Por qué no? –Lo hizo de nuevo-




    -Aaaahhhh –suspiré- porque estoy muy sensible, por eso.




    -Acaso no te gusta? –se puso sobre mí y rozó su erección con la mía-




    -mmmmmm sabes que sí




    -Entonces? No te reprimas bebé. –Siguió frotándose contra mí y sus manos comenzaron a sacar mi piyama-




    -Aaaa Tomiiii, que travieso eres jejejeje. –le ayudé a quitarse el bóxer que traía-




    -Te deseo panzoncito, estás exquisito. –me lamió el lóbulo de la oreja y me estremecí por completo. Tomó el lubricante y puso un dedo en mi entrada-




    -Aaayyyy!!! –Grité- Tomi me duele.




    -Pero si lo estoy haciendo con cuidado.




    -No, no, para, me duele.




    -Está bien, debe ser porque ya tienes ocho meses, te acuerdas que lo dijo el doctor Jost?




    -Sí, pero qué hago con este problemita? –Le señalé mi erección-




    -Uuuuyyy perverso, aun tienes ganitas? Yo te ayudaré. –Bajó por mi pecho repartiendo besos y lamidas. Besó mi tremendo vientre y bajó hasta mi miembro y comenzó a darle lamidas-




    -Ggrrrrr Tomiiiii aaaaahhhhh. –y siguió así hasta que me corrí en su boca. Luego subió a mi lado y me abrazó- Tomi eres increíble. Ven acá para acariciarte.




    - Cómo me vas a acariciar? –Lo abracé y con una mano comencé a masturbarlo, lentamente y luego más rápido, a medida que sus gemidos se incrementaban, hasta que explotó en mi mano-




    -Te gustó? No fue tan bueno como el tuyo, pero es algo. –le dije besando sus labios, mientras su respiración se acompasaba-




    -Estuvo muy bueno, todo lo que sea contigo es especial Bill. Te amo. Y ahora… me muero de hambre.




    -Seguro los waffles se enfriaron, pero igual quiero comer.




    Fuimos a la cocina en bata y desayunamos. Luego nos dimos una erótica ducha juntos y Tomi manejó a casa de Andy para dejarme allí, no sin antes darle un millón de advertencias a mi amigo. Apenas entramos, Andreas se abalanzó sobre mí acariciando mi pancita._____




    -Cómo se está portando el campeón? –decía feliz-




    -Es muy revoltoso, creo que será igual a Tom.




    -Qué dices?! Acaso no recuerdas cómo eras tú de pequeño?




    -Échame una mano.




    -Yo jugaba contigo, eras un loco.




    -Falso, siempre fui el romántico del grupo, tranquilo como una taza de leche.




    -Eso fue cuando tenías 12, pero antes…puff eras un revoltoso.




    -jajajaja exageras.




    -Tal vez, pero en verdad éramos, yo incluido, éramos los más locos de la parroquia de tu padre.




    -mmm. –me puse triste-




    -Sabes que me estuvo preguntando por ti. –lo miré extrañado-




    -En serio?




    -Tengo que confesarme con él, por lo de John, y este último mes, me ha hecho preguntas.




    -De qué tipo? –me sentí curioso-




    -De si estabas bien de salud, de si ese tal Tom era bueno contigo, cosas así.




    -Y qué le dijiste?




    -Sólo cosas buenas. Creo que te extraña. Tu ausencia en el coro es notable, pero de verdad, creo que te extraña.




    -Pero él no va a aceptar que esté casado con Tom. –Bajé la mirada-




    -Eres su hijo, creo que puede considerarlo.




    -Eso sería un milagro.




    -Oye que los milagros existen, o si no mírate, hombre y embarazado.




    -Tienes razón jajaja.




    Pasamos la mañana conversando de todo y de nada a la vez. Era muy divertido hablar con alguien de mi edad. Yo quería mucho a Gustav y George, pero no podía compararlos con mi amigo de la infancia. Después de un almuerzo abundante. Salimos al frontis de la casa a tomar los rayos del sol que traía la llegada de la primavera. Seguimos riendo, hasta que el bebé comenzó a moverse mucho.______




    -Siente Andy. –Le dije y puse sus manos en mi pancita-




    -Oh Dios mío, sí que era verdad. –Escuché una voz masculina que venía de la entrada. Mi padre estaba ahí con cara de sorpresa viéndome-




    -Papá. –un dolor muy fuerte me hizo gritar-




    -Bill, qué te pasa? –Andy trataba de sostenerme y yo no podía apartar la vista de mi padre-




    -Aaayyy!!!! –El dolor se hacía más intenso en la parte baja de mi espalda-




    -Vamos al hospital. –Dijo mi padre entrando a la casa y ayudándome a ponerme de pie-




    -Reverendo! Al hospital “Le Rose” –le indicó Andy-




    -Me duele. –Dije y luego todo se hizo borroso, hasta que la luz se fue-









    __________________Normal POV____________________









    Jorg y Andreas acomodaron a Bill en el auto y partieron presurosos a la clínica del doctor Jost. El rubio tomó su celular y explicó la situación al médico, quien los esperaría en la entrada del hospital. Entre tanto Andreas trataba de que su amigo recuperara la consciencia, hasta que el pelinegro comenzó a dar señales. Primero arrugando el ceño profundamente.




    -Me duele. –Decía entre gemidos-




    -No te preocupes te llevamos al hospital. –El rubio le secaba el sudor con un pañuelo blanco-




    -Llama a Tom, quiero que esté conmigo.




    -Lo siento, lo había olvidado. –El rubio volvió a tomar el celular y le contó que Bill se sintió mal y lo llevaba al hospital, omitió todos los detalles comprometedores que relacionaban al reverendo.-




    -Aaaaayyyy, tal vez quiere nacer ya. –Gimió el pelinegro- tiene que esperar a Tom, Tom tiene que estar cuando nazca. –gimoteaba-




    Adelante el padre del pelinegro, pese a su nerviosismo, se percataba de lo importante que era el padre del bebé en la vida de su hijo. Y se maldecía mentalmente por haber sido tan ciego y obstinado todo ese tiempo, si tan sólo hubiera sido menos orgulloso, habría disfrutado del embarazo de su hijo, como lo hizo su esposa.




    -Andy, si tú estás conmigo, ¿Quién está conduciendo? –Preguntó de repente el pelinegro-




    -Tu padre. Él decidió traerte de inmediato al hospital.




    -Oh no. Esto es malo.–se lamentó el moreno- Me duele, pobre mamá que pasó por esto 8 veces. AAaaaaayyyyyyy. Tooooommmmmiiiiii dónde estás?




    Nada más llegar al hospital, sacaron a Bill del auto y unos enfermeros lo subieron a una camilla. Lo llevaron rápidamente al pabellón.




    -Cada cuánto son las contracciones? –le preguntó Jost al pelinegro-




    -No lo sé, pero son muy seguidas. Aaayyyy.




    -Una. –miró su reloj, la camilla seguía avanzando-




    -Aaaayyyy!!!!




    -Otra. 2 minutos y medio, estás en trabajo de parto Bill, te llevaremos al quirófano.




    -No, no, no, no, debe llamar a Tom, él debe estar aquí.




    -Tom ya viene, me llamó antes de tu llegada.




    -Bien, lo esperamos entonces Aaaayyyyy.




    -De acuerdo, te pondré la epidural mientras preparamos todo.




    -Cualquier cosa, pero drógueme me duele mucho. –Gimoteaba dramáticamente el moreno-




    Mientras en la sala de espera, Andreas se encontraba llenado la ficha de Bill cuando llega el trenzado rápidamente. Éste al ver al padre Bill se abalanza sobre él y le propina unos buenos golpes en la mandíbula.




    -Fuer por culpa de este maldito! ¿Qué le hiciste a mi esposo? –Otro puñetazo- Te juro que si les pasa algo a cualquiera de los dos, te mato, maldito.




    -Tom! –Gritó el rubio y lo sujetó por detrás- tranquilo, él no hizo nada. –En eso llega una enfermera que se sorprendió de ver a los hombres de esa manera tan agresiva-




    -Quién es Tom Kaulitz? –Preguntó revisando una libreta-




    -Yo, yo soy Tom.




    -Van a operar a su esposo, acompáñeme. –Tom la siguió preocupado y preguntó-




    -Es algo grave? Por qué lo van a operar?




    -Su esposo está en labor de parto. Va a dar a luz.




    -Dios mío, pero aun no completa los nueve meses. –Dijo entrando en estado de pánico-




    -No se preocupe, es normal que los bebés quieran salir antes.




    -Pero, está bien?




    -Tranquilícese. Entre en esta habitación y póngase el traje azul.




    -Está bien. –Hizo como se le mandó. Se sentía como un astronauta. Una vez listo salió por otra puerta y entró a una sala completamente blanca, con mesitas que tenían el instrumental médico. Habías más personas con los trajes ridículos y se abrieron unas puertas que traían una camilla y en ella-




    -Bill? –se acercó inmediatamente. Su pequeño sudaba a mares y se veía muy pálido y adolorido.




    -Tomi, por tu culpa estoy así, me duele horrores.




    -Yo también te amo cielo. –ambos sonrieron-




    -Ya viene amor.-dijo mirándole con dulzura-




    -Bill, Tom, comenzaremos la operación. –Dijo el doctor-









    Afuera.









    El padre de Bill daba vueltas de un lado para otro demasiado nervioso como para pensar en algo coherente o acordarse del dolor que le produjeron los golpes del esposo de su hijo.




    -Reverendo cálmese por favor. –le dijo el chico rubio con un intento de sonrisa, ya que él mismo estaba en la misma condición de nerviosismo-




    -Sólo espero que todo salga bien. No quiero que nada malo le pase a mi hijo ni a mi nieto.




    -Llamemos a su esposa, señor.




    -Tienes razón Adriana debe estar aquí. –Sacó su celular, artilugio que odiaba, pero que sus hijos insistieron que tuviera para casos de emergencia, y este sin duda, era un caso de esas características-




    -Yo hablaré con la señora Eva, estoy segura que me matará si no la llamo. –el joven también se puso a teclear y al cabo de unos segundos los dos hablaban mitad verdad, mitad incoherencias, debido a su alto nivel de estrés- Bien, nos vemos. –terminó el rubio-




    -Te espero. –finalizó el Reverendo- Crees que estén bien? –le preguntó al rubio, sentándose a su lado-




    -Claro, según me dijeron, el doctor David Jost, es el mejor obstetra de la zona, y ha llevado este caso con mucho profesionalismo y ha cuidado mucho a Bill, evitando la mala publicidad.




    -Ya veo, sería muy problemático que quisieran poner a Bill como conejillo de indias.




    -En realidad ya ha habido casos como el de Bill, sólo que no llegaron a concretarse.




    -A qué te refieres?




    -El bebé moría durante el embarazo. Por eso era tan importante cuidar a Bill de los malos ratos y de las caídas.




    -Dios mío. –recordó cuando él mismo provocó que su hijo cayera, fue cuando vio su vientre abultado- Yo, yo estuve a punto de asesinar a mi propio nieto. –Sus ojos se anegaron de culpa y arrepentimiento-




    -Gracias a Dios esa caída no tuvo incidentes o al menos eso creemos? –dijo pensativo el rubio-




    -Por qué? Dime, por mi culpa le ha pasado algo al bebé? –tenía los ojos rojos, pero trataba al máximo de no llorar-




    -No estamos seguros, pero desde aquel día, Tom ha estado actuando extraño cuando hablamos del bebé, está muy emocional y no le dice nada a Bill, siempre asegura que el bebé está en perfectas condiciones, pero la verdad es que hasta el doctor Jost hizo un comentario extraño. Pero como ya le dije, no estamos seguros.




    -Le preguntaré a Tom. –Dijo el reverendo con resolución-




    -No creo que sea una buena idea.




    -Me odia lo sé.




    -Y no cree que tiene razón? Sus encuentros siempre han acabado en desgracias.




    -Confío en Dios, hablaré con él y le haré entender que estoy arrepentido y que quiero a mi familia de vuelta.




    -Sólo, no sea muy autoritario con él. Tom es muy sensible, y si lo ve a usted como una amenaza, lo sacará de su vida. Recuerde que ahora tiene mucho dinero y puede sacar a Bill del país, incluso del continente, si lo quiere.




    -Tienes razón, seré prudente. –Suspiró- Sabes Andy? –El chico lo miró- jamás pensé que estaría recibiendo consejos de un joven loco como tú. –ambos rieron-




    -Después de todo se lo debo reverendo, usted me apoyó cuando más lo necesité.




    -Lamento tanto no haber apoyado a Bill de la misma manera.




    -Pero usted sabe, nada es casualidad. Y gracias a su reacción, Bill conoció a Tom, y ahora serán una hermosa familia.




    -Tienes razón, una vez más.




    -Ahora, a esperar a que nazca el bebé.




    -Sólo nos queda eso.



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