Salió con su madre quien estaba loca por contarle a Gordon la nueva noticia, se despidieron y cada uno tomó un taxi con diferentes direcciones.
Bill no dejaba de mirar la prueba que había respondido todas sus preguntas y pronto respondería las de Tom, estaba nervioso, no sabía cual sería la reacción de Tom al oír la noticia, solo esperaba que su madre tuviera razón y Tom lo aceptara feliz.
Se demoró más de lo habitual gracias al maldito tráfico, finalmente y después de una hora pudo llegar a su destino, tocó el timbre repetidas veces.
-¡¿Quién demoni?!... Bill, ¿qué haces aquí? - dijo Tom sorprendido al ver a su novio parado en su puerta -pasa, no te quedes afuera tomando frío.
-Vine a darte tu respuesta -dijo el pelinegro mostrándole un pequeño objeto de color blanco.
-¿Qué es esto?- pregunta el de rastas tomando el objeto.
-Nuestra respuesta -
-No te entiendo Bill- dijo observando con más detalle el objeto en su mano.
-Estoy esperando un bebé- dijo finalmente con los ojos llorosos.
-¿Hablas en serio?... ¿no es una broma?, por que si lo es...-
-No Tomy...seremos padres... ¿acaso no te pone feliz?- pregunta temeroso.
Tom se acerca a él y le abraza, luego comienza a llorar en su hombro-por supuesto que estoy feliz...esto es maravilloso-
-Oooohh Tomy, un bebé, ¿te imaginas?- suspira el pelinegro.
-Si, cielo...ya lo veo junto a nosotros tomados de la mano en algún parque-
-¿En serio?- pregunta Bill, mirándolo a la cara -es lo mismo que imaginé yo cuando lo supe-
-¿Por eso actuabas así?-
-Creo que si-
-¿Y ya se te pasó?-
-Tomy, no creo que eso se me pase de un momento a otro, te pido que tengas paciencia-
El de rastas lo miró y asintió, luego tomó sus manos y las besó -tendré paciencia, te lo prometo.
Después de solucionar sus problemas Tom llevó a Bill a la cocina, en donde le preparó un delicioso jugo de frutas -¿como supiste lo de tu embarazo?- pregunta Tom expectante.
-Mamá me ayudó, la llamé cuando te fuiste-
-¿Y como reaccionó cuando lo supieron?-pregunta mientras le sirve el jugo.
-No te imaginas, se puso a llorar de emoción está feliz por mi y por ti también-
La pareja hablaba y reía imaginando las cosas que se les vendrían muy pronto, como los llantos, los cambios de pañales, etc. Estaban convencidos de que no sería tan difícil pues con la ayuda de Simone no tendrían tantos problemas.
-Supongo que ya no tienes excusa para seguir trabajando- dice Tom seriamente.
-Aun es muy pronto para pensar en eso, quiero seguir unos meses más para juntar dinero sufi...-
-¿Estás loco?...eso ni pensarlo, renunciarás hoy mismo y lo otro, tu departamento es muy pequeño así que vendrás a vivir conmigo, esta casa es muy grande y es perfecta para una familia -
Bill se levanta notoriamente enojado y sale de la cocina dejando a Tom impresionado con su actitud, se levanta y le sigue en busca de una explicación de su molestia -¿he dicho algo malo?-
-No me gusta que tomes decisiones por mí, yo soy lo suficientemente maduro como para pensar por mi mismo- le gruñe dándole la espalda.
-Pero yo estoy pensando en tu salud y en la del bebé, ese lugar está siempre lleno de humo, y no creo que sea bueno que estés trabajando de madrugada cuando deberías estar descansando, esto cambia muchas cosas Bill ya no podemos hacer lo que se nos antoja, ahora debemos ser más responsables, es por eso que quiero que vivamos juntos...-
-Pero yo...-intenta el pelinegro.
-Pero nada, hoy mismo vamos a comprar una cama nueva...-
-No me mudaré hoy, primero quiero pedir una cita con un medico, necesito saber a que atenerme -
-Tienes razón, mañana pediré cita con un médico, ahora saldremos a comprar nuestra cama-
El pelinegro sonríe y asiente con la cabeza, termina su jugo y saca su bolso para retocarse el maquillaje, después va al baño y sale diez minutos después con el cabello muy bien peinado -estoy listo -
Tom lo mira y hace un gesto de incredulidad -¿seguro?-
-¡Tom no te rías! -dice palmeando su espalda -sabes que soy muy pretencioso, y no lo puedo evitar -
Ambos salen de la casa y caminan rumbo a la camioneta, se montan y salen en dirección al centro, una vez allí recorren muchas tiendas en busca de una reconfortable cama, deciden entrar a una tienda grandísima, con una infinidad de camas en diferente tonos de colores y muchos estilos, algunos demasiado futuristas y otros demasiados anticuados, finalmente se decidieron por las más sencillas en tonos de madera pálidos, buscaron a un vendedor y comenzaron a hacer decisiones -mmm, esta es bonita y se ve muy cómoda ¿que piensas cielo?-
Pregunta el de rastas -si, es bonita... ¿cree que será cómoda...como para una persona embarazada?- pregunta el pelinegro al vendedor -pues claro, ésta es una de las mejores marcas, le aseguro comodidad certificada -le convencía el vendedor.
-Entonces la compramos -decidió Tom.
Mientras caminaban para pagar la cama el vendedor les hizo una pregunta - ¿escuché algo de un embarazo?- la pareja se mira extrañada -si -contesta Bill- es que nos han llegado unas cunas preciosas desde París, por si les interesa verlas-
Bill siente que el corazón le palpita con fuerza, siente emoción y desea ver las cunitas que tarde o temprano tendrá que comprar , asiente y le pide al vendedor que se las enseñe, los guía al departamento de bebés y les muestra una infinidad de cunitas de diferentes tamaños y colores, en donde la pareja no pudo evitar echarle un vistazo a los coches, los muebles y a la ropita de bebé, maravillados por todo eso decidieron comprar de inmediato la cuna para su bebé -esa me gusta -dijo Tom apuntando a una hermosa cuna de madera barnizada al natural -esa viene con el juego de mudador y closet, por si les interesa -decía el vendedor que buscaba cualquier oportunidad de vender lo que fuese -emmm...están bonitos pero -dudaba Tom, pues todo eso más su cama le costaría mucho dinero, Bill le mira y se da cuenta -cariño, no te preocupes lo pagaremos juntos, es nuestro bebé, los dos debemos cooperar - Tom asiente y sonríe
-lo llevamos todo- dice el de rastas, al vendedor que miraba el plano abdomen, de los dos buscando alguna muestra de un embarazo- señor, lo llevamos todo - vuelve a repetir -oh si si, disculpe usted-
Entonces vuelven a la caja en donde Tom entrega su tarjeta de crédito, el vendedor se la devuelve y le dice que al día siguiente recibiría la compra en su casa, la pareja agradece y se despide del triunfante vendedor.
Caminan por la calle tomados de la mano y deciden entrar a un restaurante para calmar el hambre inaguantable de Bill, que ya estaba mareado por la falta de comida, mientras que Tom solo pidió un café con un trozo de pastel, el pelinegro pidió un batido de fresas, pie de limón, pastel de crema y unos cuantos panes con sabores, que bajo la mirada atónita de su novio engullía con gran felicidad, degustándolos y saboreando sus dedos al terminar de comerlos.
Al terminar salieron y se fueron a descansar a un parque cercano, era día libre para Bill, así que no tenían ningún apuro, se sentaron en un banco y observaron los padres y sus hijos que allí se encontraban, los veían jugar y se imaginaban a ellos mismos en esa situación, corriendo detrás de su hijo o hija, alcanzándolo para alzarlo alto y besarlo tiernamente, ambos babeaban ante la maravillosa visión, a pesar de que todo estaba recién comenzando, ya estaban totalmente comprometidos con su bebé, Tom abraza por detrás a su novio y le acaricia el plano abdomen -tenemos que pensar en nombres, decorar su habitación y comprar ropita y accesorios para bebé -
-Tomy, ¿ no crees que es muy pronto?- pregunta sonriendo el pelinegro.
-¿Muy pronto?...pero si ya hemos comprado su cuna, su mudador y su closet...que más tenemos que esperar...cariño, no nos daremos ni cuenta de cuando estés de nueve meses y luego cuando cumpla su primer año y...-parloteaba emocionado el de rastas.
-Ya Tom cálmate...mañana después de ir a ver un médico, pondremos manos a la obra.
Estando de acuerdo, la pareja decide volver al departamento de Bill, en donde de seguro celebrarían la maravillosa noticia. Una vez allí, y después de más de un mes, ambos amantes se encontraban enredados entre las sábanas, haciendo el amor con locura, amándose y entregándose mutuo placer, ambos gemían y sudaban como nunca, pidiendo y dando más, llegando hasta el borde de la lujuria, lo hicieron durante casi una hora en donde se entregaron a los placeres más profundos y deliciosos hasta llegar al éxtasis, cansados y mojados por el calido sudor, después de recuperar el aliento, se abrazaron y se cubrieron con la delgada sábana, para dejarse invadir por un sueño profundo.
Bill no dejaba de mirar la prueba que había respondido todas sus preguntas y pronto respondería las de Tom, estaba nervioso, no sabía cual sería la reacción de Tom al oír la noticia, solo esperaba que su madre tuviera razón y Tom lo aceptara feliz.
Se demoró más de lo habitual gracias al maldito tráfico, finalmente y después de una hora pudo llegar a su destino, tocó el timbre repetidas veces.
-¡¿Quién demoni?!... Bill, ¿qué haces aquí? - dijo Tom sorprendido al ver a su novio parado en su puerta -pasa, no te quedes afuera tomando frío.
-Vine a darte tu respuesta -dijo el pelinegro mostrándole un pequeño objeto de color blanco.
-¿Qué es esto?- pregunta el de rastas tomando el objeto.
-Nuestra respuesta -
-No te entiendo Bill- dijo observando con más detalle el objeto en su mano.
-Estoy esperando un bebé- dijo finalmente con los ojos llorosos.
-¿Hablas en serio?... ¿no es una broma?, por que si lo es...-
-No Tomy...seremos padres... ¿acaso no te pone feliz?- pregunta temeroso.
Tom se acerca a él y le abraza, luego comienza a llorar en su hombro-por supuesto que estoy feliz...esto es maravilloso-
-Oooohh Tomy, un bebé, ¿te imaginas?- suspira el pelinegro.
-Si, cielo...ya lo veo junto a nosotros tomados de la mano en algún parque-
-¿En serio?- pregunta Bill, mirándolo a la cara -es lo mismo que imaginé yo cuando lo supe-
-¿Por eso actuabas así?-
-Creo que si-
-¿Y ya se te pasó?-
-Tomy, no creo que eso se me pase de un momento a otro, te pido que tengas paciencia-
El de rastas lo miró y asintió, luego tomó sus manos y las besó -tendré paciencia, te lo prometo.
Después de solucionar sus problemas Tom llevó a Bill a la cocina, en donde le preparó un delicioso jugo de frutas -¿como supiste lo de tu embarazo?- pregunta Tom expectante.
-Mamá me ayudó, la llamé cuando te fuiste-
-¿Y como reaccionó cuando lo supieron?-pregunta mientras le sirve el jugo.
-No te imaginas, se puso a llorar de emoción está feliz por mi y por ti también-
La pareja hablaba y reía imaginando las cosas que se les vendrían muy pronto, como los llantos, los cambios de pañales, etc. Estaban convencidos de que no sería tan difícil pues con la ayuda de Simone no tendrían tantos problemas.
-Supongo que ya no tienes excusa para seguir trabajando- dice Tom seriamente.
-Aun es muy pronto para pensar en eso, quiero seguir unos meses más para juntar dinero sufi...-
-¿Estás loco?...eso ni pensarlo, renunciarás hoy mismo y lo otro, tu departamento es muy pequeño así que vendrás a vivir conmigo, esta casa es muy grande y es perfecta para una familia -
Bill se levanta notoriamente enojado y sale de la cocina dejando a Tom impresionado con su actitud, se levanta y le sigue en busca de una explicación de su molestia -¿he dicho algo malo?-
-No me gusta que tomes decisiones por mí, yo soy lo suficientemente maduro como para pensar por mi mismo- le gruñe dándole la espalda.
-Pero yo estoy pensando en tu salud y en la del bebé, ese lugar está siempre lleno de humo, y no creo que sea bueno que estés trabajando de madrugada cuando deberías estar descansando, esto cambia muchas cosas Bill ya no podemos hacer lo que se nos antoja, ahora debemos ser más responsables, es por eso que quiero que vivamos juntos...-
-Pero yo...-intenta el pelinegro.
-Pero nada, hoy mismo vamos a comprar una cama nueva...-
-No me mudaré hoy, primero quiero pedir una cita con un medico, necesito saber a que atenerme -
-Tienes razón, mañana pediré cita con un médico, ahora saldremos a comprar nuestra cama-
El pelinegro sonríe y asiente con la cabeza, termina su jugo y saca su bolso para retocarse el maquillaje, después va al baño y sale diez minutos después con el cabello muy bien peinado -estoy listo -
Tom lo mira y hace un gesto de incredulidad -¿seguro?-
-¡Tom no te rías! -dice palmeando su espalda -sabes que soy muy pretencioso, y no lo puedo evitar -
Ambos salen de la casa y caminan rumbo a la camioneta, se montan y salen en dirección al centro, una vez allí recorren muchas tiendas en busca de una reconfortable cama, deciden entrar a una tienda grandísima, con una infinidad de camas en diferente tonos de colores y muchos estilos, algunos demasiado futuristas y otros demasiados anticuados, finalmente se decidieron por las más sencillas en tonos de madera pálidos, buscaron a un vendedor y comenzaron a hacer decisiones -mmm, esta es bonita y se ve muy cómoda ¿que piensas cielo?-
Pregunta el de rastas -si, es bonita... ¿cree que será cómoda...como para una persona embarazada?- pregunta el pelinegro al vendedor -pues claro, ésta es una de las mejores marcas, le aseguro comodidad certificada -le convencía el vendedor.
-Entonces la compramos -decidió Tom.
Mientras caminaban para pagar la cama el vendedor les hizo una pregunta - ¿escuché algo de un embarazo?- la pareja se mira extrañada -si -contesta Bill- es que nos han llegado unas cunas preciosas desde París, por si les interesa verlas-
Bill siente que el corazón le palpita con fuerza, siente emoción y desea ver las cunitas que tarde o temprano tendrá que comprar , asiente y le pide al vendedor que se las enseñe, los guía al departamento de bebés y les muestra una infinidad de cunitas de diferentes tamaños y colores, en donde la pareja no pudo evitar echarle un vistazo a los coches, los muebles y a la ropita de bebé, maravillados por todo eso decidieron comprar de inmediato la cuna para su bebé -esa me gusta -dijo Tom apuntando a una hermosa cuna de madera barnizada al natural -esa viene con el juego de mudador y closet, por si les interesa -decía el vendedor que buscaba cualquier oportunidad de vender lo que fuese -emmm...están bonitos pero -dudaba Tom, pues todo eso más su cama le costaría mucho dinero, Bill le mira y se da cuenta -cariño, no te preocupes lo pagaremos juntos, es nuestro bebé, los dos debemos cooperar - Tom asiente y sonríe
-lo llevamos todo- dice el de rastas, al vendedor que miraba el plano abdomen, de los dos buscando alguna muestra de un embarazo- señor, lo llevamos todo - vuelve a repetir -oh si si, disculpe usted-
Entonces vuelven a la caja en donde Tom entrega su tarjeta de crédito, el vendedor se la devuelve y le dice que al día siguiente recibiría la compra en su casa, la pareja agradece y se despide del triunfante vendedor.
Caminan por la calle tomados de la mano y deciden entrar a un restaurante para calmar el hambre inaguantable de Bill, que ya estaba mareado por la falta de comida, mientras que Tom solo pidió un café con un trozo de pastel, el pelinegro pidió un batido de fresas, pie de limón, pastel de crema y unos cuantos panes con sabores, que bajo la mirada atónita de su novio engullía con gran felicidad, degustándolos y saboreando sus dedos al terminar de comerlos.
Al terminar salieron y se fueron a descansar a un parque cercano, era día libre para Bill, así que no tenían ningún apuro, se sentaron en un banco y observaron los padres y sus hijos que allí se encontraban, los veían jugar y se imaginaban a ellos mismos en esa situación, corriendo detrás de su hijo o hija, alcanzándolo para alzarlo alto y besarlo tiernamente, ambos babeaban ante la maravillosa visión, a pesar de que todo estaba recién comenzando, ya estaban totalmente comprometidos con su bebé, Tom abraza por detrás a su novio y le acaricia el plano abdomen -tenemos que pensar en nombres, decorar su habitación y comprar ropita y accesorios para bebé -
-Tomy, ¿ no crees que es muy pronto?- pregunta sonriendo el pelinegro.
-¿Muy pronto?...pero si ya hemos comprado su cuna, su mudador y su closet...que más tenemos que esperar...cariño, no nos daremos ni cuenta de cuando estés de nueve meses y luego cuando cumpla su primer año y...-parloteaba emocionado el de rastas.
-Ya Tom cálmate...mañana después de ir a ver un médico, pondremos manos a la obra.
Estando de acuerdo, la pareja decide volver al departamento de Bill, en donde de seguro celebrarían la maravillosa noticia. Una vez allí, y después de más de un mes, ambos amantes se encontraban enredados entre las sábanas, haciendo el amor con locura, amándose y entregándose mutuo placer, ambos gemían y sudaban como nunca, pidiendo y dando más, llegando hasta el borde de la lujuria, lo hicieron durante casi una hora en donde se entregaron a los placeres más profundos y deliciosos hasta llegar al éxtasis, cansados y mojados por el calido sudor, después de recuperar el aliento, se abrazaron y se cubrieron con la delgada sábana, para dejarse invadir por un sueño profundo.