Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 10: Preguntas Sin Respuestas

    Jason Von Trumper
    Jason Von Trumper
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    Mensaje  Jason Von Trumper Lun Jul 18, 2011 3:53 pm

    Tom caminó rápidamente y abrió la puerta del baño, en donde encontró a su novio inclinado sobre el inodoro vomitando y llorando, se acercó a él y le ayudó sosteniendo su frente -¿Bill que te pasa?- preguntó asustado, pero él no podía responderle, cuando vio que Bill había terminado de vomitar, le ayudó a levantarse, jaló la cadena y lo llevó al lavabo en donde lavó su boca -ven, te llevaré a la cama- le dijo tomándolo en sus brazos, luego lo apoyó suavemente en la cama, tocó su frente notando que no tenía fiebre -¿desde cuándo estás así?- le pregunta acariciando sus cabeza.

    -Desde ayer... creo que fueron los algodones de azúcar -responde débilmente.

    -¿Quieres que te lleve a ver un doctor?-

    -No...no hace falta, ya me siento mejor...no te preocupes Tomy-

    -Acuéstate, te traeré algo de beber- le dice Tom.

    -No es necesario, ven quédate conmigo- le pide el pelinegro- cuéntame de tu vuelta al trabajo-

    -Bueno, no hay mucho que contar- dice el de rastas recostándose junto a su novio- los niños me recibieron muy contentos, parece que su profesor sustituto no era tan simpático como yo - sonrió - cuando llegué parecían un ejercito militar, todos estaban muy callados y muy rectos sentados en sus sillas, y la verdad es que no me gustó para nada verlos así, son niños-

    -¿Y que hiciste?- preguntó Bill fascinado.

    -Esperé a que el profesor se fuera y les hice saltar y bailar mientras tocaba mi guitarra, de verdad parecía que no habían reído desde que tomé mis vacaciones-

    -Oooh, Tomy eres tan tierno, esos niños te adoran- le dijo acercándose para apoyar su cabeza en el pecho de Tom.

    -Si y yo a ellos...oye ¿y a ti como te fue?, me dices que estás así desde ayer-

    -Oh, fue terrible...tenía un dolor de cabeza horrible y a eso se sumó una desagradable sensación de asco, lo cual me llevó a vomitar, me era insoportable el olor a cigarrillo...en fin fue una noche horripilante, y no estoy exagerando-

    -Debiste llamarme, te hubiera ido a buscar-

    -No era nada grave, cariño...además ya me siento mucho mejor, ¿qué haremos hoy?, tengo día libre-

    -Emmm, no lo sé, no había pensado en nada, bueno hay algo que se me ocurre en estos momentos- dijo guiñándole un ojo, mientras se acercaba para besarlo.

    Bill recibió el beso gustoso, rápidamente las manos de ambos recorrían el cuerpo del otro, sus labios se separaban solo para recobrar el aliento, así continuaron hasta terminar haciendo el amor apasionadamente, después de terminar extasiados y cansados, se quedaron dormidos.

    Dos horas después, Tom se despertaba al oír ruidos provenientes desde afuera de la habitación, se levantó y salió para ver que era, se quedó impactado al ver la cantidad de comida que Bill había preparado, pasta, salchichas, ensaladas, postres, todo sobre la mesa listo para comerlo.

    -¿Bill, tú preparaste todo esto?-preguntó mordiendo un trozo de piña.

    -Si, es la cena-

    -Pe, pero tú no acostumbras a comer tal cantidad de comida, además hace un rato estabas que devolvías hasta tus intestinos-

    -Eso fue hace rato, ahora me siento bien y tengo mucha hambre, ¿me acompañas?-

    Tom asintió y se sentó a la mesa, estaba asombrado por que la comida que había preparado el pelinegro estaba deliciosa, pero lo que más le impactó fue verlo comer a destajo y con la cara llena de risa, de todos modos lo prefería así que verlo enfermo y decaído, se le quedó observando con ternura, viendo como devoraba las fresas con crema del postre, se veía feliz.

    Y otro mes pasó, inexplicablemente, Bill seguía padeciendo esos molestos malestares, mareos, nauseas, vómitos a los cuales extrañamente se le habían sumado un hambre insaciable, insomnio y repentinos cambios de humor que le hacían pasar de la risa al llanto sin explicación, todo esto lo mantenía en el más absoluto secreto, no quería contarle a Tom, para no preocuparlo, pues estaba en época de exámenes y no quería distraerlo, trataba de que no se diera cuenta cuando iba rápidamente al baño para vomitar, haciendo el menor ruido posible, pero había algo que no podía ocultar, y que Tom había notado hace tiempo, ya no dejaba que Tom lo acariciara y se excusaba cada vez que su novio quería hacer el amor, no sabía que le pasaba y el temor lo estaba haciendo su presa.

    -"Ay, no otra vez no" -pesó al salir de vuelo al baño para lo que ya se le había hecho habitual, estaba solo, eran las diez de la mañana y Tom estaba en el trabajo, por suerte le tocaba su día libre, terminó de devolver las casi ocho salchichas que se había comido la noche anterior y tomó una ducha, después ordenó un poco su departamento y limpió el desastre en la cocina, no tenía ganas de cocinar, así que decidió pedir unas pizzas, mientras esperaba a que llegaran se tumbó en el sofá y encendió la televisión, cambió repetidas veces de canal, hasta que encontró uno en donde se mostraba la vida de un bebé dentro del vientre maternal, no supo por que ese programa le llamó la atención, se acomodó y sin distraerse miró con asombro al pequeño ser de solo cinco meses de vida.

    El sonido del timbre le hizo dar un salto de susto, sabía que no era Tom pues él tenia llave, abrió la puerta y recibió las tres pizzas que había pedido, las pagó, dejó dos sobre la mesa y volvió a sentarse en el sofá para seguir viendo el programa, con la tercera pizza.

    Casi veinte minutos después llegó Tom, encontrándolo con un gran trozo de pizza a medio morder.

    -Hola mi amor- le saludó dándole un beso.

    -Hola cielo- le responde sin dejar de mirar el programa.

    El de rastas observa extrañado el programa que parecía deleitar a Bill -¿de qué se trata el programa?- preguntó quitándose la chaqueta.

    -De un bebé dentro del vientre materno- contesta sin distraerse.

    -¿Y esas pizzas?-

    -Las pedí, hoy no tengo ganas de cocinar-

    -Oh, ya veo...dijo quitando la caja de la pizza, para hacerse un lugar junto a Bill- ¿y hoy, tienes ganas de hacer un poco, digamos, excitante?- se acercó para darle un gran beso en la boca, pero por millonésima vez desde hace un mes, Bill se lo negó.

    -¡Bill!, ¡¿por qué me niegas tus besos?!...hace tiempo que lo haces y no sé por que- dijo poniéndose de pies -dime, Bill ¿por qué?-

    Bill no puede contestar, ni el mismo sabe por que actúa así, tiene miedo, pero no quiere preocupar a Tom -no lo sé- responde sin ánimo.

    -Esa no es una respuesta, yo sé que algo te pasa, si me lo dices tal vez pueda ayudarte- le dice sentándose a su lado nuevamente.

    -No es nada-

    Tom lo miró desconcertado- ¿entonces no me vas decir que te pasa?-

    -No se a que te refieres- dijo el pelinegro.

    -Me refiero a los repentinos cambios de humor que has tenido -

    -Eso ni yo me lo explico, Tomy-

    -¿No te explicas por qué no me dejas tocarte ni hacerte el amor?...tal vez hay algo que te está molestando, y si me lo dices...-

    -¡Tom ya te dije, que no sé por que actuó de esa manera, lo siento si te he hecho sentir mal, pero de verdad no sé!...-gritó el pelinegro levantándose del sofá.

    -Bien, entonces no le veo la gracia de quedarme aquí, si ni siquiera puedo acariciarte- dijo el de rastas apenado.

    -No te obligo a estar aquí-

    -¿Quieres que me vaya?-

    -Yo no dije eso-

    -¡Pero tampoco lo negaste!-

    -¡Tom por favor, no pongas palabras en mi boca!, si quieres quedarte hazlo...si quieres irte no te lo impediré...-

    -Entonces me iré...volveré cuando sepas que es lo que te hace actuar así...te amo Bill- caminó hacia la puerta sin escuchar una palabra de su pareja, dio por terminada la discusión y cerró la puerta sin mirar atrás.

    Bill volvió a sentarse en el sofá, tomó un cojín y lo abrazó fuertemente comenzando a llorar descontroladamente, no sabía por que actuaba así, amaba a Tom, sin embargo, el solo pensar en hacer el amor le incomodaba mucho, sentía que su cuerpo no reaccionaba como él quería, tenía miedo de perder a Tom, pero no sabía que hacer, trató de guardar el secreto por que creyó que pronto se le pasaría, pero no fue así, todo seguía igual, y el ocultarlo ya no le funcionaba, entonces sumergido en una gran tristeza, se le ocurrió llamar a la persona que él estaba seguro le ayudaría, su madre.

    -Mamá, ¿puedes venir?-

    -Claro hijo... ¿te pasa algo?... ¿has estado llorando?, tu voz suena ronca-

    -Mamá, ven por favor te necesito- lloró sin poder evitarlo.

    -Voy enseguida mi niño- dijo Simone alarmada.

    Se demoró casi una hora en llegar, subió lo más rápido que pudo las escaleras y golpeó la puerta con desesperación.

    -¡Mi niño... ¿qué te ha pasado?!- exclama al verlo todo demacrado por el excesivo llanto.

    -Tengo problemas con Tom...-

    -¿Qué clase de problemas?- le pregunta abrazándolo.

    -No lo sé...siento rechazo hacia él, no sé que me pasa...-lloró de nuevo.

    -A ver Bill...no entiendo nada, ven sentémonos para que me expliques la situación y le podamos buscar una solución al problema- dijo ella sentándose junto a su hijo en el sofá.

    El pelinegro respiró profundo y le contó todo, incluso le contó de lo mal que se venía sintiendo hace ya más de un mes, su madre le escuchaba con la boca abierta, impactada por las cosas que le contaba su hijo, carraspeó su garganta y decidió hacer una pregunta clave para ella -Bill, contéstame con sinceridad... ¿has tenido sexo sin protección?-

    La seriedad con la que hizo la pregunta, puso nervioso a Bill - eehh - trataba de hacer memoria, hasta que recordó que una vez hicieron el amor en la tina y que se había dado cuenta después de que no habían usado preservativo, pero después se le olvidó y lo dejó en el pasado -una vez - respondió nervioso.

    -Pues una vez es todo lo que vasta-

    Bill la miró sin entender a que se refería, pero ella no perdió el tiempo y le explicó lo que ella con propia su experiencia, creía que le estaba pasando a su hijo.

    -Escúchame y pon mucha atención, por que esto es muy serio...yo he vivido esas experiencias que tú estás viviendo ahora, me refiero tus vómitos, tus cambios de ánimo y esas cosas...-

    -¿Tu también y cuando?- interrumpió alterado.

    -Si...yo también las viví, cuando te estaba esperando a ti-

    Bill la miró directo a los ojos, con una clara expresión de miedo -¿me estás diciendo que yo...-

    -Es lo que yo creo, pero sería mejor y más seguro que te hicieras una prueba de...-

    -¡No lo digas!- gritó el pelinegro.

    -Bill, no te pongas así, tú y Tom fueron irresponsables, ahora debes aceptar las consecuencias- le reclamó su madre.

    -Pero esto no me puede pasar a mí, yo estoy trabajando y además mi relación con Tom está muy mal-

    -Pues ahí está la reconciliación, tienes la respuesta a tus preguntas, debes decírselo-

    -No puedo, solo son suposiciones tuyas-

    -Pues bien, voy a la farmacia para asegurar mis suposiciones- dijo Simone mientras salía del departamento -vuelvo enseguida-

    Bill se quedó de pie, sin hacer nada más que llorar, esperando a que volviera su madre y la prueba le diera la respuesta que él esperaba.

    Media hora después llegó Simone, trayendo en sus manos una pequeña bolsita de cuyo interior sacó una cajita -bien, salgamos de dudas- le dijo tomándolo del brazo para llevarlo al baño, allí abrió la cajita y sacó una pequeña prueba de embarazo, la dejó sobre una mesita y salió para que Bill , depositara un poco de orina en un frasquito, cuando entró tomó un gotero y vertió un poquito de la orina en la prueba, ambos esperaban expectantes el resultado final, después de cinco minutos, Simone miró la prueba y su expresión no fue muy buena para Bill, ella sonreía y sus ojos estaban brillosos, a punto de dejar caer unas lágrimas.

    -¡Vamos mamá...el resultado!- reclama el pelinegro haciéndola soltar la prueba.

    Bill se inclina y la recoge, viendo un clarísimo signo + (positivo), que le hace quedar inmóvil, cierra los ojos y deja resbalar una gruesas lágrimas.

    -¿Por qué lloras hijo?... ¿acaso no te hace feliz la noticia?-

    -No, ¿cómo me va a hacer feliz?, ¡acaso no recuerdas que Tom no quiere hijos, sino hasta dentro de muchos años!-

    -Eso lo decimos todos, pero cuando sabes que vas a tener un hijo, que pronto vendrá al mundo para volverte loco de amor, todo eso se olvida, los pensamientos cambian...estoy segura de que Tom te apoyará, y de que se pondrá feliz cuando le cuentes que van a ser padres...-

    -Pero...-

    -No hay pero que valga- le corta Simone -yo se que estás feliz...vamos reconócelo, es del hombre que amas, ¿eso no te hace feliz?-

    Bill suspira y cierra sus ojos, imaginándose junto a Tom y su bebé jugando en algún parque, la idea le hace recapacitar y una amplia sonrisa se dibuja en su rostro -si estoy feliz...¡ voy a tener un hijo!- exclama abrazando a su madre, quien también le abraza y llora de felicidad junto a él.

    Después de los abrazos y los lloriqueos de Simone, feliz de que será abuela, Bill decide que debe llamar a Tom, pero luego piensa que sería mejor ir a su casa para darle la repuesta que él tanto le pedía.

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