Llovía en la ciudad, hacia días que no paraba la tormenta que entristecía aun más a un muchacho que ya cargaba con una tormenta dentro de su roto corazón.
Hacia un año, que había terminado lo que parecía haber sido una hermosa relación de dos años, apoyado en la ventana de su departamento, el muchacho contemplaba la torrencial lluvia deslizarse por ella, sus lágrimas no tardaron en imitarla al volver a recordar ese día, el día más triste de su vida.
Flashback
-¿Qué es esto? -se preguntaba el muchacho, al leer unas cartas de amor, que obviamente él no había escrito, acababa de llegar de visitar a su abuela en otra ciudad, al llegar su novio no estaba en casa, subió a su habitación y comenzó a guardar su ropa en el armario, mientras colgaba sus chaquetas, se fijó que uno de los bolsillos de una chaqueta de su novio habían unos papeles, los sacó y cuando comenzó a leeros, sintió que su corazón se partía en dos- pero...no, no puede ser él jamás me haría algo así, me ama, ¿ quién se las habrá escrito, y por qué las tiene aquí?...ay no, por favor no...- lloraba el muchacho mientras leía las cartas en donde alguien le agradecía a su novio por noches de amor inigualables ,no podía creer lo que sus ojos leían, eran más de diez cartas, pero solo leyó una, con esa fue suficiente para hacerlo derrumbar y llorar como nunca antes lo había hecho, ahí en el duro suelo dejaba caer sus negras lágrimas de dolor.
-¡Oh, por Dios!-exclamó un muchacho rubio, alto y de ojos azules, que acababa de entrar en la habitación encontrando a su novio tirado en el piso con las cartas esparcidas por el suelo- ¿qué haces ahí, y que son todos estos pape...-no pudo continuar su pregunta, él sabia lo que eran, se dignó a levantar a su novio del suelo, parecía que hubiera llorado por horas- Bill...escúchame, debemos hablar - dijo el rubio apoyando a su novio en la cama.
-¿Hablar...de qué?- susurró el muchacho.
-Creo que ya lo sabes, y es mejor aclarar todo esto de una vez...-.
El muchacho comenzó a llorar nuevamente- ¿Por qué me hiciste esto, quién es?-.
El rubio lo miró dudoso, tal vez decirle quien era la otra persona no era lo mejor en esos momentos- eso no importa, siéntate para que hablemos...-.
-No...yo quiero saber quien es, ¿desde cuándo me engañas?, - preguntó derramando más lágrimas.
-Escúchame, esto comenzó desde hace tiempo, ella me gustó desde el primer momento en la conocí, y se que yo a ella también, pero nunca me atreví a engañarte, mientras estuviste aquí, por que no era justo...-.
-¿No era justo?... ¿y cuándo me fui de viaje...ahí si fue justo?-se puso de pie el muchacho.
-Bill...tu viaje se demoró tanto que creí que jamás volverías -se excusó el rubio.
-¡Mentira!... ¡te llamaba casi todos los días, y sabias que mi abuela estaba mal, por eso me demoré tanto en volver, pensé que ella moriría!- comenzó a gritar Bill, al sorprenderse por el cinismo de su novio.
-¡Bueno, y que querías que hiciera, soy hombre, y no puedo esperar meses para...!-.
-Por supuesto...mientras yo sufría allá por mi abuela, ¡tú gozabas revolcándote con esa puta!- gritó Bill lanzándole las cartas que aun traía en su mano.
-¡No hables así de ella...!-.
-¡Por lo menos pudiste ser más inteligente, y haber escondido las cartas en otro lugar...!-.
-¡Tal vez esto es lo mejor, el que las hayas encontrado, así me ahorré la incomodidad de contarte toda la verdad!- gritó el rubio.
Bill levantó su mano derecha y le dio una fuerte bofetada, logrando que su novio soltara las cartas que había recogido del suelo- eres un desgraciado, no se como puedes hacerme esto si yo nunca te di razones, siempre fui bueno contigo, siempre te di lo que me pediste...-.
-Una cosa por otra, tú me dabas sexo y yo te daba un lugar donde vivir -respondió seriamente el rubio.
Bill lo miró con la tristeza a flor de piel, más y más lágrimas caían por su rostro manchando de negro su blanca chaqueta de terciopelo- Peter...no puedo creer que seas tan malo, todo este tiempo me has mentido, me engañaste y ahora me humillas...-.
-Pues es la verdad, sabes que gracias a mi tienes un techo que te proteja, solo me estabas devolviendo el favor...-.
-¡Cállate!...yo jamás me acosté contigo por devolverte un favor, lo hacia por que te amaba...-.
-¡Eso ya no importa esto se acabó!-gritó el rubio.
Bill se dirigió hasta el armario y comenzó a empacar toda la ropa que hace unos momentos recién había desempacado- me voy -.
-¿Y adonde iras?-.
-Eso no importa, no esperarás que me quede aquí después de lo que me has hecho...-.
-Aunque no lo creas me preocupa lo que vas a hacer, no tienes trabajo, ¿cómo vas a vivir?-.
-No lo se, ya me las arreglaré...-.
-Bill...yo...-.
-¡No me toques!-gritó Bill quitándose las manos de Peter de encima.
Agarró como pudo sus maletas y salió de la habitación, en la sala tomó su celular y llamó a un taxi, cuando de pronto la puerta se abrió para revelar un rostro que le había sido muy querido hasta ese instante.
-¡Peter, mi amor!...ya estoy aquí...traje comida chi... ¡oh Dios mío!- exclamó dejando caer las bolsas con la comida, al darse cuenta de que Bill, su mejor amigo había escuchado cada una de sus palabras.
-¿Tú eres la otra...Dhalia?- preguntó Bill mirándola con odio.
-Bill...yo no sabía...que...-.
-Quería darles una sorpresa, pero la de ustedes me ha superado, nunca pensé que tu fueras capaz de hacerme esto, eras mi amiga-.
-Yo, lo siento...-intentó disculparse Dhalia.
-Supongo que la calentura, superó tu respeto por nuestra amistad de tantos años-.
-Bill...-.
-Me voy, te lo dejo solo para ti, disfrútalo, tal como lo has hecho durante todo este tiempo, a mis espaldas-.
-Escúchame...-suplicó ella liberando su llanto.
-No, escúchame tu a mi, por que es la ultima vez que lo harás, te deseo lo mejor junto a él, y de verdad espero que no te haga lo mismo a ti, por que si aun no lo sabes, él dejó a su novia por mi, aunque yo lo supe un tiempo después, aun así lo pagué caro, el mundo da muchas vueltas, pero creo que tu lo pagarás peor, por que tu si sabias que yo lo amaba...-
-¿Crees que hice todo esto por calentura?..¡.pues no...lo hice por amor...yo también lo amo!-gritó Dhalia llorando a reventar.
-Pues eso no te quita lo zorra que fuiste al...-no alcanzó a decir más por que el taxi ya tocaba la bocina, tomó sus maletas con esfuerzo y salió de la casa cerrando la puerta tras de si.
Fin del flashback
Después de ese doloroso descubrimiento, Bill pidió asilo a su madre, vivió con ella durante cuatro meses, su madre le pedía que se quedara a vivir allí, pero él quería independencia, buscó trabajo por dos meses seguidos sin resultado, pero después de un mes más de búsqueda encontró uno que no era muy de su agrado, pero la paga era buena además con las propinas de los clientes, rápidamente pudo juntar dinero para pagar un departamento, trabajaba muchas horas al día en un bar de regular categoría en donde ejercía de mesero, casi siempre era confundido con una chica por su atuendo, llevaba maquillaje, caballo largo y ropa ajustada, nunca faltaban los machos que querían conquistarle ofreciéndole un poco más de dinero y otros que le faltaban el respeto con sucios toqueteos, pero él nunca aceptó ofertas tan denigrantes como esas, solo hacia su trabajo, que consistía en llevar y traer tragos, solo eso, al terminar su trabajo volvía inmediatamente a su departamento a dormir pues terminaba casi muerto después del trabajo, solo salía a comprar lo necesario para vivir, su vida se había vuelto rutinaria y aburrida, hasta el punto de pensar a veces en quitarse la vida.
Hacia un año, que había terminado lo que parecía haber sido una hermosa relación de dos años, apoyado en la ventana de su departamento, el muchacho contemplaba la torrencial lluvia deslizarse por ella, sus lágrimas no tardaron en imitarla al volver a recordar ese día, el día más triste de su vida.
Flashback
-¿Qué es esto? -se preguntaba el muchacho, al leer unas cartas de amor, que obviamente él no había escrito, acababa de llegar de visitar a su abuela en otra ciudad, al llegar su novio no estaba en casa, subió a su habitación y comenzó a guardar su ropa en el armario, mientras colgaba sus chaquetas, se fijó que uno de los bolsillos de una chaqueta de su novio habían unos papeles, los sacó y cuando comenzó a leeros, sintió que su corazón se partía en dos- pero...no, no puede ser él jamás me haría algo así, me ama, ¿ quién se las habrá escrito, y por qué las tiene aquí?...ay no, por favor no...- lloraba el muchacho mientras leía las cartas en donde alguien le agradecía a su novio por noches de amor inigualables ,no podía creer lo que sus ojos leían, eran más de diez cartas, pero solo leyó una, con esa fue suficiente para hacerlo derrumbar y llorar como nunca antes lo había hecho, ahí en el duro suelo dejaba caer sus negras lágrimas de dolor.
-¡Oh, por Dios!-exclamó un muchacho rubio, alto y de ojos azules, que acababa de entrar en la habitación encontrando a su novio tirado en el piso con las cartas esparcidas por el suelo- ¿qué haces ahí, y que son todos estos pape...-no pudo continuar su pregunta, él sabia lo que eran, se dignó a levantar a su novio del suelo, parecía que hubiera llorado por horas- Bill...escúchame, debemos hablar - dijo el rubio apoyando a su novio en la cama.
-¿Hablar...de qué?- susurró el muchacho.
-Creo que ya lo sabes, y es mejor aclarar todo esto de una vez...-.
El muchacho comenzó a llorar nuevamente- ¿Por qué me hiciste esto, quién es?-.
El rubio lo miró dudoso, tal vez decirle quien era la otra persona no era lo mejor en esos momentos- eso no importa, siéntate para que hablemos...-.
-No...yo quiero saber quien es, ¿desde cuándo me engañas?, - preguntó derramando más lágrimas.
-Escúchame, esto comenzó desde hace tiempo, ella me gustó desde el primer momento en la conocí, y se que yo a ella también, pero nunca me atreví a engañarte, mientras estuviste aquí, por que no era justo...-.
-¿No era justo?... ¿y cuándo me fui de viaje...ahí si fue justo?-se puso de pie el muchacho.
-Bill...tu viaje se demoró tanto que creí que jamás volverías -se excusó el rubio.
-¡Mentira!... ¡te llamaba casi todos los días, y sabias que mi abuela estaba mal, por eso me demoré tanto en volver, pensé que ella moriría!- comenzó a gritar Bill, al sorprenderse por el cinismo de su novio.
-¡Bueno, y que querías que hiciera, soy hombre, y no puedo esperar meses para...!-.
-Por supuesto...mientras yo sufría allá por mi abuela, ¡tú gozabas revolcándote con esa puta!- gritó Bill lanzándole las cartas que aun traía en su mano.
-¡No hables así de ella...!-.
-¡Por lo menos pudiste ser más inteligente, y haber escondido las cartas en otro lugar...!-.
-¡Tal vez esto es lo mejor, el que las hayas encontrado, así me ahorré la incomodidad de contarte toda la verdad!- gritó el rubio.
Bill levantó su mano derecha y le dio una fuerte bofetada, logrando que su novio soltara las cartas que había recogido del suelo- eres un desgraciado, no se como puedes hacerme esto si yo nunca te di razones, siempre fui bueno contigo, siempre te di lo que me pediste...-.
-Una cosa por otra, tú me dabas sexo y yo te daba un lugar donde vivir -respondió seriamente el rubio.
Bill lo miró con la tristeza a flor de piel, más y más lágrimas caían por su rostro manchando de negro su blanca chaqueta de terciopelo- Peter...no puedo creer que seas tan malo, todo este tiempo me has mentido, me engañaste y ahora me humillas...-.
-Pues es la verdad, sabes que gracias a mi tienes un techo que te proteja, solo me estabas devolviendo el favor...-.
-¡Cállate!...yo jamás me acosté contigo por devolverte un favor, lo hacia por que te amaba...-.
-¡Eso ya no importa esto se acabó!-gritó el rubio.
Bill se dirigió hasta el armario y comenzó a empacar toda la ropa que hace unos momentos recién había desempacado- me voy -.
-¿Y adonde iras?-.
-Eso no importa, no esperarás que me quede aquí después de lo que me has hecho...-.
-Aunque no lo creas me preocupa lo que vas a hacer, no tienes trabajo, ¿cómo vas a vivir?-.
-No lo se, ya me las arreglaré...-.
-Bill...yo...-.
-¡No me toques!-gritó Bill quitándose las manos de Peter de encima.
Agarró como pudo sus maletas y salió de la habitación, en la sala tomó su celular y llamó a un taxi, cuando de pronto la puerta se abrió para revelar un rostro que le había sido muy querido hasta ese instante.
-¡Peter, mi amor!...ya estoy aquí...traje comida chi... ¡oh Dios mío!- exclamó dejando caer las bolsas con la comida, al darse cuenta de que Bill, su mejor amigo había escuchado cada una de sus palabras.
-¿Tú eres la otra...Dhalia?- preguntó Bill mirándola con odio.
-Bill...yo no sabía...que...-.
-Quería darles una sorpresa, pero la de ustedes me ha superado, nunca pensé que tu fueras capaz de hacerme esto, eras mi amiga-.
-Yo, lo siento...-intentó disculparse Dhalia.
-Supongo que la calentura, superó tu respeto por nuestra amistad de tantos años-.
-Bill...-.
-Me voy, te lo dejo solo para ti, disfrútalo, tal como lo has hecho durante todo este tiempo, a mis espaldas-.
-Escúchame...-suplicó ella liberando su llanto.
-No, escúchame tu a mi, por que es la ultima vez que lo harás, te deseo lo mejor junto a él, y de verdad espero que no te haga lo mismo a ti, por que si aun no lo sabes, él dejó a su novia por mi, aunque yo lo supe un tiempo después, aun así lo pagué caro, el mundo da muchas vueltas, pero creo que tu lo pagarás peor, por que tu si sabias que yo lo amaba...-
-¿Crees que hice todo esto por calentura?..¡.pues no...lo hice por amor...yo también lo amo!-gritó Dhalia llorando a reventar.
-Pues eso no te quita lo zorra que fuiste al...-no alcanzó a decir más por que el taxi ya tocaba la bocina, tomó sus maletas con esfuerzo y salió de la casa cerrando la puerta tras de si.
Fin del flashback
Después de ese doloroso descubrimiento, Bill pidió asilo a su madre, vivió con ella durante cuatro meses, su madre le pedía que se quedara a vivir allí, pero él quería independencia, buscó trabajo por dos meses seguidos sin resultado, pero después de un mes más de búsqueda encontró uno que no era muy de su agrado, pero la paga era buena además con las propinas de los clientes, rápidamente pudo juntar dinero para pagar un departamento, trabajaba muchas horas al día en un bar de regular categoría en donde ejercía de mesero, casi siempre era confundido con una chica por su atuendo, llevaba maquillaje, caballo largo y ropa ajustada, nunca faltaban los machos que querían conquistarle ofreciéndole un poco más de dinero y otros que le faltaban el respeto con sucios toqueteos, pero él nunca aceptó ofertas tan denigrantes como esas, solo hacia su trabajo, que consistía en llevar y traer tragos, solo eso, al terminar su trabajo volvía inmediatamente a su departamento a dormir pues terminaba casi muerto después del trabajo, solo salía a comprar lo necesario para vivir, su vida se había vuelto rutinaria y aburrida, hasta el punto de pensar a veces en quitarse la vida.