Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 19

    Thomas Kaulitz
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    Mensaje  Thomas Kaulitz Vie Jul 15, 2011 6:39 pm

    No podía parar de reír mientras arrojaba los boxers de Bill por lo alto. Se alejó unos pasos y le observó en todo su esplendor, pasándose la lengua por los labios, llevándose una mano a su entrepierna que sentía ponerse dura y palpitar con fuerza.

    Su objetivo siempre fue Tom, pero podía divertirse mientras esperaba, así lo hizo con Gustav y Andreas, y Bill no sería la excepción. Siempre le tuvo ganas, tuvo que admitirlo. Verle entrar en la tienda cada mañana para visitar a su padre, sonriéndole al pasar por su lado mientras caminaba con paso decidido, haciendo que su larga melena se moviera al compás de su cadera…haciendo que su culito respingara con cada paso que daba…

    Gimió por lo alto y sonrió más la verle tratar de incorporarse. Se movió con rapidez y se tumbó encima de él, haciéndose un hueco entre sus piernas que separó con violencia.

    -Ssshhh…..no te muevas-siseó en su oído.

    Separó los labios y pasó lentamente la lengua desde su oído hasta su clavícula, bajando por su dulce cuello, sintiéndole ponerse tenso…

    -Siempre me has puesto cachondo, Bill-susurró de nuevo-Era verte y desear follar contigo todas las noches mientras esperaba a que Tom regresara….pero fuiste tú quien se lo llevó, dejándome a mi con las ganas…

    Gritó esa última frase al tiempo que llevaba una mano abajo y cogía su miembro en ella, apretando hasta que un grito salió de sus labios. Rió en voz alta y le soltó de inmediato.

    Bajó la cara y empezó a besar su agitado pecho, bajando hasta llegar a su vientre y luego más abajo…

    Cerró los ojos cuando sintió que le lamía el miembro de arriba abajo, haciendo que se le revolviera el estómago. No era tan delicado como lo fue Tom cuando hicieron por primera vez el amor, pero tampoco podía exigir demasiado si iba a ser violado…

    Quería hacer algo por impedirlo, pero sus manos estaban atadas y solo podía arañar el frío metal. Se sentía aturdido por el golpe, la cabeza se le iba y no tenía fuerzas en las piernas. Solo podía rezar para que Tom le rescatara de un momento a otro…

    Sin dejar de chupar y succionar, David le alzó las caderas con brusquedad y coló las manos bajo sus nalgas, separándolas y entrando en su cuerpo con dos dolorosos dedos.

    Le escuchó soltar un grito de dolor intenso, pero no paró de torturarle mientras que le sentía ponerse duro en su boca. Era inevitable, lo que le estaba haciendo no se podía pasar por alto y al final iba a disfrutar y pasar un buen rato.

    Llevó una mano a su miembro y tras separar los labios empezó a masturbarlo con fiereza mientras jugaba con su entrada, escuchándole gemir por lo bajo sin poder evitarlo. Sonrió cuando alzó las caderas por instinto, arqueó la espalada y soltando un fuerte grito se derramó contra su cara.

    Se levantó de inmediato pasándose una mano por los labios. Había estado atento a cualquier ruido que le llegase del exterior y supo que había llegado Tom…en el momento preciso.

    -¿Has escuchado ese grito?-preguntó volviéndose.

    Tom se hallaba de pies a la entrada del viejo cobertizo, mirando incrédulo lo que pasaba ante sus ojos. Vio a su Bill tumbado en el suelo y desnudo del todo, con David encima suyo haciéndole sufrir….y gemir…

    -Pasa, pasa….no te quedes en la entrada-invitó David riendo.

    Divisó su pistola en el suelo y se apresuró a recogerla, encañonando a Tom para que no hiciera ninguna tontería. El muy idiota, había acudido solo. No tenía escapatoria, ni Bill tampoco.

    -Ya me tienes a mí, deja que Bill se vaya-exigió Tom.

    -De eso nada. Se queda, tiene que verlo con sus propios ojos-dijo David sonriendo con lujuria.

    Le hizo una señal para que se moviera, al tiempo que se llevaba una mano a los pantalones y se los desabrochaba. Rió más alto cuando vio el gesto que le cruzó la cara.

    -Esto es lo que siempre he deseado, follarte una vez al menos-explicó David sin dejar de reír como un loco-Y quiero que Bill lo vea, que te oiga gemir de la misma manera que tú le has oído a él.

    -Estás enfermo-estalló Tom-¿Qué sacas con esto?

    -Lo mismo que él-gritó David señalando a Bill-Un poco de placer.

    -Has matado a dos chicos inocentes-señaló Tom con dolor-No te habían hecho nada…

    -Te tocaron, y con eso bastaba. Y Bill….él es el peor, porque encima te ama.

    Dejó de hablar, jadeaba por el esfuerzo….y las ganas. Se había estado masturbando mientras hablaba, ya estaba duro desde que sus labios tocaron a Bill pero fue ver a Tom y empezar a sentir unas ganas inmensas de estallar en su interior.

    -No lo haré-se negó Tom en redondo.

    -…l morirá-dijo David señalando a Bill con la pistola.

    -Vamos a morir los dos de todas formas-dijo Tom poniéndose en medio-No pienso darte una satisfacción para que te vayas al infierno con una sonrisa en los labios.

    -Hazlo y Bill vivirá, te lo prometo-murmuró David.

    -Tom…no…-susurró Bill con esfuerzo.

    Se giró al escucharle, mordiéndose los labios para no gritar. Bill le miraba desde el suelo con los ojos llenos de lágrimas y un miedo intenso. Sus manos aretaban la cadena que las mantenía atadas a la pared, desde donde estaba veía pequeñas gotas de sangre correr por sus muñecas, señal de que había tirado de ellas con fuerza y había acabado hiriéndose.

    -Suéltale, le haces daño-murmuró Tom mirando a David.

    -¡No!-gritó David.

    -Lo haré, lo prometo. Pero suéltale primero. Átame a mí en su lugar, no me moveré mientras….me haces el amor-dijo tragando con esfuerzo.

    Eso le hizo cambiar de opinión. Dejó de masturbarse y sacó una pequeña llave que llevaba en su bolsillo trasero del pantalón. Se la lanzó a Tom, que la cogió en el aire y se apresuró a soltar a Bill.

    Rozó sus muñecas con suavidad, maldiciendo al escucharle gemir de dolor. Le liberó y antes de enfrentarse a su destino se quitó la sudadera que llevaba y tapó con cuidado el tembloso cuerpo de Bill.

    -En cuanto esté David distraído…conmigo-susurró tragando de nuevo con esfuerzo-Sal de aquí, corre lo más lejos que puedas. Tengo la moto aparcada con las llaves puestas, vete y no vuelvas…

    -No puedo dejarte solo, más cuando te esté…-sollozó Bill negando con la cabeza.

    -No quiero que veas como me viola. Por favor, vete-suplicó Tom llorando también.

    Asintió solo para tranquilizarle. Si encontraba una manera de salvarle, no se iría dejándole en manos de ese loco desalmado.

    Tom suspiró aliviado y le besó brevemente en los labios antes de incorporarse y darle la espalda. David les miraba con una amplia sonrisa en los labios. Le hizo una señal con la mano y se le acercó con paso lento, llevándose una mano a la mejilla y secándose esa lágrima que se le había escapado….le recordaba tanto a las noches pasadas allá en el reformatorio…

    Cuando el tuvo a su alcance, David estiró una mano y le cogió con fuerza del brazo sin dejar de apuntar a Bill en ningún momento. Le hizo arrodillarse en el suelo, se puso a su espalda y con la misma mano le desabrochó y bajó los pantalones, arrastrando con ellos su ropa interior.

    Jadeaba con esfuerzo, se sentía a punto de explotar de un momento a otro, más escuchando los sollozos de Bill mientras se cubría el cuerpo con la sudadera de Tom. Veía sus muslos desnudos, con su esencia aún derramándose por ellos, la misma que sintió en sus labios y saboreó…

    Soltó un pequeño grito y se empezó a mover con rapidez. Puso la mano en la espalda de Tom, haciéndole apoyar los codos en el suelo inclinando la cabeza. Se acomodó tras su espalda, llevando esa misma mano a su pelo, tirando de sus trenzas para escucharle gemir por lo bajo.

    Eso era lo que necesitaba, algo más para calentarse. Se pasó la lengua por los labios y se acercó a sus nalgas, pero con una mano no podía hacer nada. Alzó la mirada, Bill lloraba cubriéndose la cara con ambas manos mientras negaba y negaba. Sonrió y dejó la pistola en el suelo por un segundo.

    O eso creía él, porque fue soltarla para dirigir su erección a la entrada de Tom y ver como Bill se lanzaba a por su arma, cogiéndola en sus temblorosas manos y apuntando a ciegas.

    El disparo sonó como un relámpago que iluminó la estancia, los ojos de Tom se abrieron como platos y de sus labios salió un gemido llevándose el último aliento que le quedaba….

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