Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 14

    Thomas Kaulitz
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    Fecha de inscripción : 11/07/2011
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    Mensaje  Thomas Kaulitz Vie Jul 15, 2011 6:30 pm

    Esa noche se hizo muy larga para los habitantes de la casa. Gordon sabía que su mujer no estaba dormida, la sentía dar vueltas en la cama resoplando por lo bajo, hasta que se cansó y estrechándola en sus brazos le pidió que se calmara, que su hijo sabía lo que hacía.

    En su habitación, Bill no podía dormir. Le costó dejar los fuertes brazos de Tom, que tan dulcemente le consolaron cuando rompió a llorar en ellos sin poder evitarlo. No quería hacerlo, era la primera vez que le veía llorar pero él era de lágrima fácil. Todo le emocionaba y en ese día había vivido una experiencia traumática.

    Aparte de lo mal que se sentía por la muerte de Andreas, en lo que a Tom le concernía, ver como le arrestaba delante de sus ojos sin poder hacer nada por evitarlo fue un gran palo. Nadie le hacía caso, lloraba explicándoles que Tom era un buen muchacho incapaz de hacer daño a nadie.

    Todo se lo debía a su padre, si no le hubiera permitido ir a contar la verdad, esa noche Tom la pasaría en una celda acusado injustamente de algo que era incapaz de hacer: arrebatar una vida de esa manera tan cruel…

    Y en otra habitación, Tom no podía pensar que su mejor amigo de la infancia hubiera muerto asesinado tal vez por la misma persona que mató al pobre Gustav. Era como si alguien quisiera quitar de en medio todo lo que se interponía entre su camino hacia él. Y el siguiente podía ser Bill…

    Eso era lo que más rabia le daba. No permitiría que muriera nadie más, era capaz de matar por Bill si veía que alguien le iba a hacer el más mínimo daño….




    Al día siguiente Gordon se levantó a la hora de siempre. Bajó a la cocina y se sorprendió de ver a Tom de pie ante la encimera preparando una cafetera.

    -La vamos a necesitar-murmuró poniéndose a su lado.

    Tom asintió y le pasó una taza recién hecha. Llevaba ya casi una hora levantado, se había duchado y arreglado, aunque no sabía para que. No creía que le dejara volver a trabajar en la tienda más que nada por el que dirán, solo irían curiosos a ver al asesino con sus propios ojos, nadie se creería que no fue él y que alguien había mentido para librarle de la cárcel una segunda vez.

    -¿Va a abrir hoy la tienda?-preguntó Tom en voz baja.

    -Si, pero no hace falta que vengas. Entre David y yo nos las arreglaremos-dijo Gordon tratando de sonreír.

    Tom asintió de nuevo y se sentó a su lado para desayunar en silencio, preguntándose donde se había metido la madre de Bill…

    -Mi mujer no se siente bien-dijo Gordon de repente, como si le hubiera leído el pensamiento-Se ha tomado una pastilla para dormir y no creo que se levante en todo el día.

    “Que raro”-pensó Tom sin poder evitarlo-“¿Me va a dejar toda la mañana a solas con Bill?”

    -Buenos días…

    Se dio la vuelta de inmediato y sonrió al recién llegado. Era pensar en él y que apareciera de repente a su lado. Se le veía muy hermoso, con su pijama aún puesto, una camiseta blanca de manga corta, descalzo y el pelo revuelto.

    Pero al mirarle a la cara no tuvo más remedio que morderse los labios y dejar de sonreír. Tenía unas grandes ojeras que enmarcaban sus castaños ojos, señal de que no había podido dormir preocupado por su futuro incierto…

    -Pasa y desayuna, yo me tengo que ir a trabajar-dijo Gordon levantándose-Es mejor que no salgáis de casa, esperad a que regrese a la hora de comer y os cuente si la policía ha averiguado algo más.

    -Si papá-susurró Bill.

    -Y no molestes a tu madre, déjala descansar-le pidió en voz baja.

    Se despidió de su hijo con un beso en la mejilla y a Tom le dijo adiós con la mano, saliendo de la casa para abrir la tienda.

    -¿Quieres acompañarme a desayunar?-pidió Tom sonriendo con esfuerzo.

    Bill asintió y se sentó a su lado. Permitió que le preparase una taza de café mientras que se recogía el pelo en una coleta baja.

    -¿Has podido dormir? ¿Estás bien?-preguntó sin poderse ya contener.

    Esperó su respuesta poniendo una mano sobre la de Tom, acariciándosela con suavidad hasta que Tom entrelazó sus dedos con los suyos y suspiró.

    -No….y lo estaré-contestó a sus preguntas por orden.

    -No sé que decir o hacer-susurró Bill-Andreas no es que me cayera bien, pero sé lo unidos que estabais…erais muy amigos….

    -Con estar a mi lado es más que suficiente-cortó Tom apretando su mano.

    Eso hizo sonreír a Bill. Se quedaron desayunando en silencio y luego fregaron los platos y tazas usados. Teniendo todo el día libre por delante y no queriendo desafiar a su madre, Bill llevó a Tom al salón y le hizo acostase en el sofá poniendo la cabeza en su regazo.

    Le escuchó suspirar con los ojos cerrados cada vez que su mano le cogía una trenza y se la acariciaba. Pero eso no era lo que Tom quería, le cogió la mano y la llevó a su mejilla, besándole la punta de los dedos cuando los sintió sobre sus labios, sonriendo sin poder evitarlo cuando a través de la fina tela del pijama que los separaba sintió como su entrepierna “despertaba”.

    Se acomodó mejor, no quería empezar nada que no pudieran terminar, estando donde estaban y tras lo que había pasado. Se quedó pensando con los ojos cerrados, hasta que sin darse cuenta cayó en un profundo sueño, vigilado por los tristes ojos de Bill….





    Pensó en poner el cartel de cerrado cuando “echó” al décimo cliente que solo fue a molestar. Solo querían saber donde estaba el asesino y porque andaba suelto. Con su infinita paciencia les explicó que no había pruebas suficientes para arrestarlo y que tenía una buena coartada, ocultando que era su hijo quien se la había proporcionado.

    Cuando escuchó de nuevo la campanita de la puerta, a punto estuvo de tirar la guitarra que llevaba en sus manos. Se giró con rapidez con cara de malos amigos, que cambió de inmediato cuando vio que era su ayudante.

    -Vale, sé que llego algo tarde, tampoco es para que me fulmines con la mirada-bromeó David cerrando la puerta tras él.

    -Perdona, es que no ves que mañana llevo-se disculpó Gordon suspirando.

    -¿Qué ha pasado?-preguntó David ya preocupado.

    -Ah, es verdad. No estabas en el pueblo y aún no te has enterado…ha aparecido muerto Andreas-le explicó Gordon.

    -¿Andreas?-gritó David sin poder evitarlo-¿Y ya se han llevado a Tom?

    -…l no lo hizo-contestó Gordon enojado.

    -¿Estás seguro?

    -Lo estoy, créeme-le aseguró con firmeza.

    David asintió. Si él lo decía….

    -¿Y dónde está ahora?-preguntó de nuevo.

    -Está bajo mi custodia, así que me lo llevé a casa-contestó Gordon.

    -¿Le has dejado a solas con Bill?-gritó de nuevo sin poder remediarlo.

    -No le va a hacer nada-respondió Gordon con cansancio-

    -Mira, si es un problema para ti, Bill o tu mujer, deja que se venga conmigo. Prometo tratarle bien y no decir nada incorrecto-se ofreció David.

    -Muchas gracias, pero no hace falta-negó Gordon-Además, Bill y él se han hecho… muy amigos…

    -¿Amigos?-repitió David arrugando la frente-Ah….amigos…pero pensaba que Bill estaba con Georg.

    -Pues ya no-dijo simplemente Gordon.

    -Ya veo-murmuró David.

    Pasó a su lado y entró en el almacén dejando su mochila en el. Sobre una estantería estaban bien colocadas las guitarras con las que Tom había estado trabajando. Cogió una que ya estaba afinada y pasó la mano por el mástil suspirando sin poder evitarlo….





    Escuchó el timbre de la puerta y maldijo por lo bajo. Tom llevaba casi media hora dormido y no sabía quien iba a molestarlos. Cogió con suavidad la cabeza de Tom y la apartó de su regazo dejándole de nuevo acostado en el sofá.

    Cogió una manta y le tapó con cuidado de no despertado. Luego echó a andar hacia la puerta, abriéndola sin importarle estar aún con el pijama puesto.

    -Georg…-saludó atragantándose.

    -¿Estás bien?-preguntó Georg entrando de todo en la casa-Me acabo de enterar y estaba muy preocupado.

    -Estoy bien-contestó Bill resoplando.

    No quería dejarle pasar más del vestíbulo, si se asomaba al salón vería a Tom en el sofá dormido y se pondría echo una furia.

    -No me creo eso de que Tom no lo haya hecho-empezó a decir Georg-El que le ha proporcionado la coartada ha mentido, ha sido él y no hay nada más que hablar.

    -Fui yo-dijo Bill cuando terminó de hablar.

    -¿Qué fuiste tú?-gritó Georg sin poderlo evitar.

    -Si, y baja la voz-susurró enfadado Bill-Mi madre está arriba descansando.

    -Lo siento… ¿qué demonios hacías con Tom…?

    Dejó la frase sin terminar. Viendo como Bill se sonrojaba y se mordía los labios nerviosamente.

    -¡Por Dios! ¿No podéis pasar una hora sin follar?-estalló Georg.

    -No estábamos…haciendo el amor-contestó Bill corrigiendo sus vulgares palabras.

    -No me lo creo, Tom te tiene a solas en una habitación y se conforma con mirarte…vamos eso no se lo traga nadie-dijo Georg negando con la cabeza.

    -No sabes nada de él-estalló Bill esa vez-Es muy dulce y se preocupa por mí. No quiso hacer nada porque sabía que estaría resentido y se portó como un caballero.

    -No me des detalles-pidió Georg levantando una mano.

    Resopló desviando la mirada, le dolía ver delante de él a la persona a la que seguía amando con toda su alma, esperando a que abriera los ojos de una vez y viera que esa relación que mantenía en esos momentos no llevaba a nada.

    Miró por encima del hombro de Bill, arrugando la frente al ver que había una persona tumbada en el sofá del salón, reconociéndole de inmediato cuando se dio la vuelta suspirando en sueños y pudo ver una cascada de trenzas negras.

    -¿Está ahí?-preguntó señalando con el dedo.

    -Si, y no levantes la voz-le riñó Bill de nuevo-Si no tienes nada más que decirme, te agradecería que salieras de mi casa.

    -¿Así termina nuestra relación? ¿Me echas de casa dándome una patada?-estalló de nuevo Georg.

    -Estás imposible de tratar, me estás gritando y no me lo merezco. Vuelve cuando estés más calmado, pero si dices algo que moleste a Tom entonces si que dejaré de ser tu amigo-le dejó bien claro Bill.

    -Nunca hemos sido amigos-murmuró Georg dando media vuelta.

    Salió de la casa maldiciendo por lo alto. Por el camino vio que se acercaba el coche del padre de Bill, que le pitó nada más verle. Levantó una mano y le saludó, siguiendo su camino. Así que ya habían cerrado la tienda…eso o que no se fiaba de que su hijo estuviera a solas con Tom en su propia casa…

    Bueno, ese no era ya su problema. Si a Bill le daba la gana acostarse con una persona que podía ser un asesino en serie, allá él. Ya le había advertido más de una vez, no podía hacer nada más.


    Caminó sin rumbo fijo, maldiciendo cuando se vio delante de la tienda. Efectivamente, estaba abierta, por lo que dedujo que Gordon no se fiaba de su propio hijo. Vio a David desde el escaparate, entrando en el almacén a por alguna cosa.

    No se lo pensó dos veces y entró en la tienda. Al momento le vio salir al escuchar la campanilla que hizo sonar cuando la golpeó con suavidad con la puerta.

    -Georg, ¿querías algo?-preguntó David sonriendo ampliamente.

    -Si, devolver el bajo que me compré hace unos días-respondió malhumorado.

    -¿Por qué? ¿Hay algún problema?-preguntó David preocupado.

    “Es muy caro, ya tengo uno, ¿para qué coño quiero dos?....Solo lo compré para que mi ahora ex novio pudiera acercarse a Tom y así poder follar mientras que yo quedo como el imbécil del pueblo….”-pensó Georg riendo.

    -¿Estás bien?

    David se le acercó, preocupado por el gesto del muchacho.

    -Si, no es nada. ¿Lo puedo descambiar?-suplicó suspirando.

    -Claro, no creo que Gordon ponga ninguna pega. Tráelo cuando quieras y te devuelvo el dinero, a no ser que veas otra cosa que te interese-dijo David señalando la tienda con una mano.

    -Prefiero el dinero…si no te importa. Es que se me salió del presupuesto-explicó Georg por encima.

    David le miró arrugando la frente. Sabía más o menos por donde iba la cosa. Solo lo compró para darle una razón a Bill de entrar en la tienda cuando su padre expresamente se lo prohibió, para que pudiera hablar con Tom…

    -Se hacen muchas locuras por amor, ¿eh?-dijo sonriendo.

    -Bueno, eso ya se terminó-murmuró Georg.

    -Si, eso he oído-dijo David suspirando-¿Qué pasó?

    -Tom-dijo Georg simplemente-Aparece de repente en el pueblo y todo se revoluciona….me ha dejado sin motivo alguno, y eso que le dije que no le convenía y que…

    -Pero… ¿no estaba Tom con Andreas?-le interrumpió David.

    -Para mi que se lo montaba con los dos, este Tom es un cabrón-escupió Georg.

    Levantó una mano y se despidió de David. Salió de la tienda y pensó en regresar a su casa, para tratar de poner en orden sus pensamientos. ¿Qué iba a hacer a partir de ese momento? Le habían dejado, y nada menos que por una escoria…

    -¡Georg!

    Se volvió al escuchar que le llamaban, pero nada más girar la cabeza un puñetazo en su sien izquierda le hizo caer pesadamente al suelo perdiendo la inconsciencia...

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