Los chicos llegaron a la casa hogar donde fueron recibidos por una amable monjita.
- Disculpe señora me gustaría hablar con el señor Jörg tengo entendido que es quien hace la limpieza en este lugar –
- Así es don Jörg es un señor muy eficiente aquí le hemos tomado mucho cariño, pero quien eres tu –
- Soy su hijo Tom. ¿Puedo hablar con él? –
- Por supuesto, siéntense en estas bancas mientras voy a llamarlo –
- Gracias madrecita – Agrego cariñosamente Tom.
Mientras esperaban en el jardín veían a los niños de esa casa hogar reír y jugar con toda la felicidad que evoca la inocencia de su edad. Cuando apareció Jörg quien al ver a su mas grande orgullo sin decir palabra se acerco y lo abrazo fuertemente.
- Papá te he extrañado tanto –
- Y yo a ti hijo quiero que por favor me perdones por haber actuado como lo hice, debí apoyarte y no juzgarte. Perdóname Tom –
- Padre yo no tengo nada que perdonarte. Sabes que te amo y jamás te guardaría rencor por nada –
- Hijo que felicidad verte, te ves muy bien, hasta pareces de esos muchachos de dinero (mira a Bill) y él quien es hijo –
- El es mi jefe papá (acercándosele al oído le susurro), el chico del que te hable –
- Oh ahora entiendo, no me digas que son no… -
- No papá eso no, solo es mi jefe –
- De que hablan Tom, creo que están refiriéndose a mí –
- De nada mi ángel, mira él es mi papá Jörg –
- Mucho gusto don Jörg, yo soy Bill –
- Gusto en conocerte Bill, mi hijo ya me había hablado un poco de ti, del día cuando se conocieron –
- Espero que haya hablado algo bueno y no que le salí grosero –
- Para nada, todo lo que dijo fue bueno –
- Me alegro – Respondió el pelinegro un poco ruborizado.
- Papá necesitamos que nos ayudes con algo, mas bien Bill necesita tu ayuda –
- Claro muchacho dime en que puedo ayudarte – Dijo Jörg al pelinegro.
- Le contare mi historia. Yo hace 18 años fui adoptado junto con mi hermano gemelo en una casa hogar para niños huérfanos pero mi hermano fue abandonado en un camión mientras éste se encontraba estacionado en una gasolinera, me gustaría saber si usted conoce o conoció a alguien que haya encontrado a un niño en un camión pues ese niño es mi hermano –
- ¡Por Dios! No puede ser esto que estoy pensando –
- Que pasa don Jörg –
- La única persona que coincide con lo que tú me has dicho soy yo. Yo encontré hace 18 años a Tom en mi camión cuando me encontraba en una gasolinera y ahora que los veo bien ustedes son idénticos. Ustedes son hermanos –
- No eso no puede ser – Exclamo inmediatamente el de rastas.
- Esta claro hijo, Bill y tú son hermanos –
- No puedo creerlo, como no nos habíamos dado cuenta Tom, de veras nuestro rostro es igual, tu eres mi hermano, eres mi hermano – Expreso el pelinegro abrazando con fuerza al de rastas que sufría en silencio por darse cuenta que ahora ya no podría amarlo como hombre sino solo como hermano. Soltándose de su hermano el de rastas exclamo:
- No esto no puede ser –
- Pero porque no Tom, esto ya se ha resuelto, somos hermanos –
- No lo creo –
- Para que salgan de dudas pueden hacerse una prueba de sangre en la que les confirmaran lo que a simple vista es evidente –
- Muy buena idea don Jörg eso haremos –
- Yo no puedo ir a hacerme ninguna prueba, debo ir a trabajar –
- Pues llegaras tarde Tom porque iremos a hacernos esa prueba de sangre –
- Bueno pero y que no trabajas con Bill pues –
- Si papá pero mientras él va a la universidad trabajo como chofer en una escuela de modelos para pagarme mis estudios, estoy estudiando papá y me va muy bien –
- Que me alegro hijo –
- Dime papá eres feliz aquí, porque me gustaría que volviéramos a vivir juntos, he ahorrado lo suficiente para que compremos nuestra casa, junto con lo que ya teníamos del camión. ¿Aun lo tienes? –
- Si hijo lo tengo guardado. Pero tú en donde vives –
- Vivo en casa de Bill, ahí tengo mi habitación. Pero si tú me dices que volvamos a vivir juntos me voy contigo –
- Tom piensas dejarme – Expreso el pelinegro con la voz quebrada.
- No mi ángel siempre trabajaría para ti, pero ya no viviría en tu casa –
- Pero yo no quiero que te vayas de mi casa, yo te quiero ahí conmigo. Don Jörg puede irse a vivir a la casa con nosotros puedo emplearlo como jardinero, usted seria una agradable compañía para Tobi y Saki –
- Papá eso seria excelente, dime que aceptas irte a vivir con nosotros –
- Hijo yo estoy muy contento en este trabajo, las monjitas y los niños son encantadores conmigo. No quiero dejarlos –
- Pero papá yo te quiero a mi lado –
- Yo también hijo, pero aquí estos pequeños me necesitan mucho mas que tu, ellos no tienen un papá y tu me tienes a mi y a tu hermano, ellos me dicen de cariño papito Jörg yo los quiero mucho. Compréndeme hijo y no te resientas. Ven a verme siempre que puedas con Bill que los recibiré con los brazos abiertos –
- Papá te amo tanto, mi viejo –
- Yo te amo a ti Tom. Mi gran orgullo –
El pelinegro al ver tan conmovedora escena comenzó a llorar y entre sollozos dijo:
- Don Jörg yo no tengo un papá pero usted es el padre de mi hermano, será que puede ser el mío también –
- Claro que si pequeño, ven dame un abrazo – Expreso Jörg extendiéndole sus brazos al pelinegro quien con mucho cariño le correspondió.
- Debo irme a trabajar papá, mira aquí tienes este dinero para que compres lo que quieras es con lo que íbamos a comprar nuestra casa –
- Tú ya no necesitas comprar ninguna casa Tom, mi casa y todo lo mío te pertenece a ti también, eres mi hermano y tienes iguales derechos que yo –
- No Bill, tu no eres mi hermano – Dijo Tom dándole el dinero a Jörg quien se despidió de él con un fuerte abrazo, luego sin decir mas el de rastas se fue hacia la limosina dejando al pelinegro al lado de su padre.
- No entiendo que ocurre con Tom, no lo veo feliz por saber que somos hermanos –
- No es fácil para él Bill, debes comprenderlo, a mi hijo se le nota el amor que siente por ti, esta enamorado y sufre por saber que lleva tu misma sangre –
- No había pensado en eso, tienes razón papá. Debo ser muy comprensivo con él –
- Pero dime algo pequeño, tú también amas a mi hijo verdad –
- Si como mi hermano, como no podría amarlo –
- Bien sabes a lo que me refiero, no rehuyas mi pregunta por favor –
- Si papá, yo amo a Tom, lo amo como nunca había amado a nadie antes, pero ahora nuestro amor debe terminar y solo vernos como lo que somos, hermanos –
- Eso es lo que deben hacer, amarse con todo su corazón –
- Y eso será lo que haremos. Bueno lo dejo porque sino Tom me va a dejar, cuídese mucho –
- Cuídate tú también hijo y por favor cuida mucho de mi Tom –
- Lo haré papá no lo dudes –
Bill salio de la casa hogar y vio que el de rastas lo esperaba. Caballerosamente como siempre lo hace éste le abrió la puerta a su amado pelinegro.
- Ya no debes hacer esto Tom –
- Mi ángel me gusta hacerlo y continuare haciéndolo –
- Ya no lo harás pues tú también tendrás chofer, tu vida como mi empleado ha terminado –
- Pero yo no le he dado fin Bill, soy feliz así. Por favor te pido que continuemos igual, que nadie se entere que tú y yo somos hermanos, si es que en verdad lo somos –
- No lo dudes Tom, es así y debes aceptarlo –
- No quiero y no lo voy a hacer. Te amo Bill y no puede verte como solo mi hermano, perdóname pero no puedo –
- Pero Tom –
- Por favor Bill, prométeme que todo seguirá igual como si no nos hubiésemos enterado de nada –
- No puedo prometerte eso Tom –
- Entonces si no puedo amarte, no vale la pena seguir a tu lado –
- Que quieres decir con eso Tom –
- Que si no continuara igual todo entre nosotros, me iré lejos de ti –
- No Tom, eso no. No te quiero perder Tommy no me dejes, eres lo único que tengo –
- Entonces por favor no insistas en querer cambiar las cosas –
- Esta bien Tommy, si así lo quieres, así será. Llévame a casa por favor –
- En seguida mi ángel –
Bill en el fondo de su corazón agradecía que Tom prefiriera no querer cambiar las cosas, pues él tampoco quiere negarse a seguirlo amando. Lo ama de tal manera que no puede ni quiere verlo como solo su hermano.
- Te amo Tom –
- Y yo a ti mi ángel – Respondió el rastudito viendo a su amado a través del espejo de la limosina mientras maneja de regreso a casa.