Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Parte I: Capitulo 11

    Alisson Kaulitz
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    Mensaje  Alisson Kaulitz Vie Ago 19, 2011 7:59 pm

    Les trajeron sus pedidos y empezaron a cenar como si nada, a todos se les había olvidado que faltaba uno de sus acompañantes. A todos menos a Tom, que pensaba que a lo mejor su amigo se había colado por la taza. ¿No quedó en llamarle? AL principio le pareció una jugarreta hacerle eso a Chantelle, más si la acababa de conocer. Pero tras 2 minutos escuchando el calvario por el que pasó hasta dar con el color de pelo deseado, no hacía más que mirar el móvil como si de esa manera se pusiera a sonar milagrosamente.

    -¿Esperas una llamada?-preguntó Chantelle cansada de escuchar solo sus monosílabos.

    -Si....digo no-se corrigió Tom carraspeando.

    En ese momento su móvil sonó y tiró el tenedor para contestarlo.

    -Qué casualidad-murmuró Chantelle resoplando.

    -¿Hallo?-contestó Tom ignorándola-Mamá, habla más despacio... ¿un esguince?

    Todos callaron de repente en la mesa. Veían la cara de preocupación que ponía Tom, señal de que era muy serio lo que estaba escuchando.

    -Claro que voy, estaré en media hora-dijo Tom poniéndose en pie.

    Colgó el móvil y se pasó la mano por la frente.

    -Tom, nos vamos contigo-dijo Mark también levantándose.

    -No por favor, mi madre tropezó y tiene un pequeño esguince, nada más-explicó Tom algo cortado.

    -Pero...-insistió Mark.

    -Oh, mira-cortó Tom viendo quien regresaba del baño-Georg puede acompañarme, vosotros terminad la cena. Siento estropearla.

    Intercambió una mirada con Gustav y éste asintió.

    -Claro, mañana nos cuentas que tal está tu madre-dijo Gustav dando la conversación por finalizada.

    Mark y Michelle asintieron, Gustav y Georg eran los mejores amigos de Tom y si uno de ellos decía que "no importa que mi madre se hubiera hecho un esguince", era por una buena causa.

    -¿Te vas y me dejas plantada?-saltó Chantelle de repente.

    -Cállate, Chantelle -saltó Kate a su vez, cansada ya de su “amiga”.

    Todos hicieron un gran esfuerzo por no reír, más al ver la cara de ofendida que ponía Chantelle.

    -¿Pasa algo?-preguntó Georg, como si no lo supiera.

    -Mi madre, ha tropezado y se ha hecho un pequeño esguince-explicó Tom por encima.

    -¿Quieres que te acompañe?-se ofreció Georg amablemente.

    Tom asintió y tras despedirse de sus amigos fue hacia la barra seguido de Georg. Localizó a Bill en una esquina y se le acercó ofreciéndole la mejor de sus sonrisas.

    -¿Ya te vas?-preguntó Bill al verle.

    -Si, me ha salido una urgencia-explicó Tom por encima.

    -Se ha caído su madre-intervino Georg.

    -Cuanto lo siento, espero que no sea nada grave-dijo Bill con preocupación.

    -No lo es, gracias-murmuró algo cortado Tom-¿Puedes darme la cuenta? Me gustaría pagar la cena, ya que dejo plantado a mis amigos...

    -Claro, entiendo-dijo Bill asintiendo-Aún no habíais pedido el postre, pero hoy Andreas ha hecho tarta de manzana. Muy rica.

    -Eso estará bien-intervino Georg relamiéndose.

    Bill le sonrió y manejando la caja registradora le preparó a Tom la cuenta, que pagó usando su tarjeta.

    -Un minuto en lo que sale el recibo-pidió Bill.

    Dio media vuelta y entró en la cocina mientras que Tom y Georg se ponían sus cazadoras. Miraban a sus amigos desde la barra y Tom se sintió en el deber de dar una explicación. Sacó el móvil y mando el mismo mensaje a Gustav y Mark pidiéndoles perdón por la mentira que había dicho y por dejarles tirados en su cena y con la tal Chantelle.

    Envió los mensajes y esperó a que sus amigos lo leyeran, alzando la mirada y sonriéndole sin rencor alguno.

    -Os he traído algo para el camino-dijo Bill apareciendo de repente.

    Llevaba dos bolsas de cartón que dejó sobre la barra mientras cogía el recibo de Tom y se lo pasaba para que lo firmara.

    -¿Y...eso?-preguntó Tom algo cortado.

    -Oh...gentileza de la casa-murmuró Bill sonrojándose.

    Tom asintió sonriendo, Bill se veía muy arrepentido por haberle pillado en la broma que le había gastado a Chantelle. Dejó el móvil sobre la barra y firmó el recibo al tiempo que Georg husmeaba el contenido de las bolsas.

    -Tarta de manzana y fresas con chocolate-enumeró Bill.

    -Oh, vaya. Las fresas…

    -Me encantan-cortó Tom tendiéndole el recibo -Gracias por todo, Bill.

    -De nada...Tom-contestó Bill devolviéndole la tarjeta de crédito.

    Tom la cogió y se la guardó en la cartera. Se despidió de Bill con una sonrisa y salió del restaurante siguiendo a Georg, que no paraba de oler las bolsas al tiempo que se pasaba la lengua por los labios. Salieron a la calle y se dirigieron al coche de Tom, arrancaron y media hora después disfrutaban del postre que Bill amablemente les había dado.

    -¿Puede hacerte una pregunta?-masculló Georg con la boca llena de tarta de manzana.

    -Dime-murmuró Tom.

    -¿Desde cuándo te gustan las fresas?-preguntó Georg.

    Tom se quedó mirando la pieza de fruta que estaba punto de meterse en la boca, toda ella llena de un chocolate delicioso. No sabía porque pero desde que Bill dijera "fresas con chocolate", y a pesar de que las odiaba con toda su alma, sintió que de repente le encantaban. Más si estaban acompañadas con chocolate.

    -No...no lo sé-murmuró Tom.

    -Pensaba que eras alérgico a ellas, o algo así-comentó Georg.

    -No, solo que...antes no me gustaban, y ahora sí-dijo Tom encogiéndose de hombros.

    Se metió la fresa en la boca y la saboreó con deleite. A su lado, Georg se acomodó en el sofá y siguió con su ración de tarta de manzana.

    -¿Puedo hacerte yo otra pregunta?-dijo Tom de repente, viendo como su amigo asentía-¿Por qué tardaste tanto en hacerme la segunda llamada?

    -Estaba...ocupado en el baño-contestó Georg carraspeando.

    -Vaya tío, acabas de aguarme el postre-rió Tom tragando con esfuerzo.

    -No, no me refería a eso-se apresuró a rectificar Georg sonriendo.

    Tom se le quedó mirando sin entender hasta que minutos después su cerebro le mandó una imagen que jamás deseo ver. Debió poner una cara de lo más rara, Georg rompió a reír a verla y se apresuró a quitarle importancia.

    -Tranquilo, recuerda que no debes llevarte impresiones fuertes-dijo entre risas.

    -Perdona mi reacción-se apresuró a decir Tom-No quiero que pienses que te juzgo por lo que eres...o por hacer lo que haces...

    Resopló y dejó de hablar, sentía que dijera lo que dijera iba a meter la pata aún más.

    -No pasa nada, y puedes preguntar lo que quieras-dijo Georg guiñándole un ojo.

    -Tampoco quiero que entres en detalles-aclaró Tom muy nervioso-Solo que...no sé, que me cuentes si te ves con alguien. Ya sabes, como siempre hemos hecho. Nos contábamos si una chica nos gustaba y tal...

    -No, no me veo con nadie-empezó a decir Georg-Desde que asumí que los chicos me gustaba mucho más que las chicas, he tenido solo algún encuentro esporádico. Pero nada serio.

    -Encontrarás a alguien especial-afirmó Tom asintiendo.

    -Bueno, tampoco es que tenga mucha prisa-dijo Georg encogiéndose de hombros-Y mientras...me divierto.

    -¿Eso hacías en el baño?-preguntó Tom riendo.

    -Tenías que haberlo visto-contestó Georg babeando-Alto, moreno, ojos castaños....le vi entrar y me puse duro al momento.

    -¿Y cómo fue?-preguntó Tom muy interesado-Quiero decir, que como sabías que él también era gay... ¿y si te lanzas y resulta que no lo es?

    -Es cuestión de lanzarse-dijo Georg sonriendo-Y el que él se me quedara mirando con la boca abierta, ayudó mucho. Nos encerramos en una de las cabinas y empezamos a comernos la boca antes de que se pusiera de rodillas y...

    Dejó de hablar al escuchar a su amigo toser. Se apresuró a pasarle un vaso de agua y darle suaves palmaditas en la espalda.

    -Perdona-susurró Tom sonrojándose-Se me fue un trozo de fresa por otro lado.

    -Perdóname tú a mi por pervertirte-dijo Georg riendo-Creo que me pasé dándote detalles.

    Tom resopló y bebió otro sorbo de agua. Decidieron cambiar de tema y pasaron el resto de la velada criticando a la arpía de Chantelle y compadeciéndose de la pobre Kate. Les había caído muy bien a los dos y estaban seguros de que Gustav y ella hacían muy buena pareja.

    “Como Bill y yo”-pensó suspirando Tom…

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