Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 16: El Comienzo De Una Pesadilla

    Jason Von Trumper
    Jason Von Trumper
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    Capitulo 16: El Comienzo De Una Pesadilla Empty Capitulo 16: El Comienzo De Una Pesadilla

    Mensaje  Jason Von Trumper Mar Jul 19, 2011 12:23 pm

    En casa de los G's las cosas no estaban mejorando, tras la vergüenza que les hizo pasar su hija Georg reprendía a Gustav por no haber puesto de su parte para controlar a su pequeña. Apenas cruzaron el umbral, el castaño castigó a su hija y le prohibió ver la tele por una semana, luego la llevó a su habitación bombardeado de llantos y patadas.

    Gustav, a quien no le gustaba nada escuchar a su princesa llorar, corre tras él y le pide que deje en paz a la niña, que solo es eso, una niña. El castaño no le toma en cuenta y termina de acostar a Ambar, se despide de ella sin darle el beso de las buenas noches y camina para cerrar la puerta tras de si, pero el rubio la detiene con un pie y pasa por el lado de su esposo, se acerca a su hija y le da un cariñoso abrazo, le da el beso de la buenas noches y la arropa muy bien antes de salir de la habitación. Camina hacia la suya y ve a Georg semi desnudo, a punto de ponerse el pijama, se le acerca despacio y le abraza por la espalda, pero el castaño le rechaza y vuelve a lo que estaba haciendo.

    -¿Aun estás enfadado conmigo?- pregunta el rubio, sin recibir respuesta -te hice una pregunta Georg-

    -Si, lo estoy...buenas noches - le corta metiéndose en la cama y tapándose hasta la cabeza.

    Pero el rubio no quiere quedarse así, detesta dormir enfadado con su esposo, por que no le deja abrazarlo mientras duermen, se sienta en la cama y busca su atención susurrándole al oído -gatito...hablemos-

    -Ahora no, tengo sueño- le corta nuevamente.

    -No esas así, quiero solucionar este asunto, ahora-

    El castaño se incorpora y se cruza de brazos, apoyándolos sobre su pancita abultada

    -Este asunto nunca se solucionará si no me ayudas a controlar a nuestra hija-

    -¿Controlarla?...estás exagerando, solo es un poco traviesa, no le veo lo malo-

    -Gustav, date cuenta de una vez, está fuera de si, por todo hace un escándalo y es muy grosera...ha cambiado tanto y no se porque, solía ser tan dulce y ahora...-unas lágrimas se asoman en los verdes ojos del castaño y comienzan a caer, de inmediato Gustav le arrima en sus brazos y trata de consolarle -ha cambiado tanto nuestra princesa-

    -¿Cariño, no has pensado que talvez está celosa del bebé?...desde que supo que tendría un hermanito ha actuado así...-

    -¿Tu crees?- pregunta separándose y secando sus lágrimas con el dorso de su mano.

    -Puede ser, he leído algo de eso por ahí-

    Ambos se quedaron hablando del asunto largo rato, si era eso lo que le pasaba a su hijita, tendrían que medirse cuando Gustav le hablara al bebé, y le dijera lo mucho que lo ama, e invitarla a participar de todo y explicarle que nada ni nadie cambiarían el amor que sentían por ella, por que ella era de verdad especial, era la razón de su felicidad.

    Un mes después.....

    -¡Mira Tomy...éste me gusta!- exclama el pelinegro mostrándole un pequeño trajecito de color blanco.

    -¿Tan pequeñito?-

    -Por su puesto, es para recién nacido... ¿te gusta?-

    -Está muy lindo y es tan suave...-dice tocando el diminuto traje.

    Se pasean por la tienda para bebés, eligen, compran y pagan, para salir cargados de bolsas con ropita y accesorios para su futuro hijo o hija, cuando llegan a casa suben de inmediato a la habitación que ocupará el bebé, abren el armario y comienzan a ordenar

    la pequeña ropita.

    -¿Cuándo decoraremos la habitación?- pregunta el de rastas observando detenidamente el lugar, que como nadie ocupaba estaba muy falto de una remodelación, pues la pintura ya estaba oscurecida y el alfombrado bastante gastado.

    -Más adelante, cuando sepamos el sexo del bebé, tengo en mente unas decoraciones preciosas-

    ¿Y cuando lo sabremos?-

    -No lo se, el lunes le preguntaré sobre eso en mi cita, mientras tanto...he pensado que podríamos disfrutar un ratito de intimidad, hace mucho calor y quiero quitarme la ropa -dice el pelinegro caminando seductoramente hacia Tom, quien traga con dificultad al sentirse inmediatamente cautivado por esa sonrisa pícara, cuyos labios han dejado de sonreír para fundirse junto a los suyos y hacerle estremecer con el solo contacto de sus lenguas, Tom se deja hacer, se deja llevar por Bill, quien sin demora comienza a quitarse la ropa rápidamente y luego comienza a despojar de la suya a Tom.

    Completamente desnudos, no dejan de besarse y acariciarse por todas partes, Bill quien ya está ansioso por sentir a Tom, lo toma de la mano y lo lleva a su alcoba sin dejar de besarlo, lo empuja suavemente sobre la cama y se sube sobre él para volver a capturar sus labios y luego bajar hasta su erguido miembro dejando deliciosos y húmedos besos en el camino, Tom se medio incorpora y vuelve a caer tras sentir su miembro envuelto por la calida boca de su amante, se estremece y gime al sentir la presión que Bill ejerce alrededor de su miembro y el pelinegro hace lo mismo al sentir que cada vez se pone más duro dentro de su boca, entonces lo deja y escala de nuevo por el cuerpo bien formado de su Tomy, se posiciona sobre su miembro y comienza a bajar lentamente, pero es detenido por Tom, quien asombrado se incorpora y le pide que se detenga.

    -Bill, ¿que haces?-

    -¿No se nota?- le dice en un susurro mientras trata de seguir bajado.

    -Pero, te harás daño, ni siquiera te he...-

    -No hace falta cielo, ya estoy preparado...-y deja que el miembro de Tom, suavemente

    le penetre.

    -Bill...-

    El seductor cuerpo del pelinegro sube y baja a un ritmo enloquecedor, los gemidos aumentan conforme aumentan las penetraciones más profundas, cada vez se mueve más rápido, arrancándole sonoros gritos de placer a su agitado amante quien se retuerce bajo él y le suplica por más, está completamente sorprendido, nunca Bill había actuado así, estaba tan excitado que creía que se desvanecería en el momento del éxtasis, sus ojos estaban pequeños y velados, señalando que pronto llegaría el momento más sublime del placer.

    Y así es, llega primero Bill lanzado un grito mientras echa su cabeza hacia atrás, le sigue Tom gimiendo alto cerrando sus ojos para sentir el orgasmo en toda su intensidad, después de eso el pelinegro se apoya en el pecho de Tom y deja que el miembro, ya flácido salga lentamente de su interior, los siguientes minutos fueron para recuperar el aliento y descansar.

    Tres días después....

    Lunes en la mañana, el sol ya comenzaba a colarse por la ventana y como siempre los calidos rayos le daban en el rostro a Bill, despertándolo al instante, abre los ojos lentamente y se incorpora apoyando su cabeza en el respaldo de la cama, mira a su lado y le observa dormir, siempre tan hermoso se inclina un poco y le besa en la mejilla, sonríe y se levanta para ir a darse una ducha, cuando está a punto de desnudarse, el teléfono suena, va a contestar extrañado pues eran recién las 7: 30, y nunca recibían llamadas tan temprano en la mañana, contesta y se estremece la sentir un fuerte respiración al otro lado de la línea.

    -¿Quién es?- pregunta con miedo, pero nadie responde, esa respiración jadeante se vuelve a escuchar, -¿dime quién eres?... ¿hallo?- pero nadie contesta y se corta la llamada.

    Deja el auricular en su sitio, y con miedo y extrañeza camina de vuelta al baño, se da esa ducha que le relaja y sale después de diez minutos, entra a su alcoba y se viste aun temblando, esa respiración había quedado grabada en su cerebro y no podía dejar de escucharla.

    Después de vestirse, va a la cocina a preparar el desayuno, mientras el café se calienta sale a recoger el periódico como todas las mañanas y allí, de nuevo y por tercera vez, encuentra otro obsequio coge la pequeña bolsita de papel y saca una hermosa gargantilla de su interior, mira a su alrededor y trata de encontrar algo o a alguien que le diga o le de alguna pista de quien podría ser la persona que le acosa tan insistentemente, pero no hay nada ni nadie, la calle está completamente vacía, retrocede y entra en la casa y corre a esconder la gargantilla en el mismo lugar en donde ocultó el anillo, un bolso que no usaba hacía tiempo y que estaba guardado en el último lugar de su armario, el ruido que hizo al guardar el bolso hace a Tom salir de su sueño, se despierta silenciosamente y llama a Bill de repente, asustándolo.

    -¿Estás bien cariño?- pregunta el de rastas al ver que Bill se había exaltado ante su llamado.

    El pelinegro voltea y trata de sonreír, pero le cuesta un poco disimular el miedo que ya estaba drenando sus venas, mientras le sonríe forzadamente piensa si debe contarle o no

    lo que sucede, pero tiene miedo, pues la vez anterior Tom había dudado de él, pensaba si sería capaz de creerle nuevamente, pues ya era tercera vez, y la segunda no se lo había contado.

    -¿Bill, estás bien?- pregunta incorporándose rápidamente en la cama al verle un tanto pálido -contéstame-.

    -Nada, no me pasa nada cielo -articula por fin - te traeré el desayuno enseguida-

    -¿Estás seguro?... ¿le pasa algo al bebé?- le pregunta poniéndose de pie junto a él.

    -El bebé está bien, yo estoy bien...no te preocupes, voy por el desayuno -termina la conversación y sale de la alcoba, dejando a Tom sin haberle creído una sola palabra.

      Fecha y hora actual: Jue Nov 21, 2024 11:59 am