Casi corría tras su hermano. Desde que abandonaran el jacuzzi Bill se hizo la firme promesa de contarle a Tom todo lo que había hecho. Se sentía realmente mal, por hacerle pasar por eso y encima él sin saberlo.
Suspiró y sin apartar los ojos de la espalda de su hermano le siguió hasta el bungalow que compartían. Una vez dentro se ocupó de él en cuerpo y alma. Le ayudó a caminar hacia la cama y a tumbarse en ella.
-¿Quieres comer algo?-preguntó cogiendo el teléfono que había sobre una de las mesillas-Llamaré al servicio de habitaciones.
-Tengo el estómago revuelto-contestó Tom negando con la cabeza.
-Un té, seguro que te sienta bien-insistió Bill.
Tom asintió para complacerle. Se le veía tan preocupado por él que le conmovió.
-Te pediré un sándwich también-explicó Bill-Y otro para mi. Comeremos los dos juntos.
No esperó a que Tom le contestara, se sentó en su cama dándole la espalda y pidió que les llevaran la comida al bungalow. De paso cogió el móvil y mandó un mensaje a los chicos, pidiéndoles perdón por no comer con ellos. Les explicó que Tom no se sentía bien y que se verían a la hora de cenar.
Mientras, Tom cogió la sábana y se cubrió con ella. Aún llevaba el bañador puesto y estaba mojado de la piscina. Se deshizo de el bajo la sábana y lo tiró a una silla que había al otro lado del dormitorio.
-Georg y Gustav te mandan recuerdos-dijo Bill volviéndose.
Sus ojos volaron al bañador que había colgado del respaldo de la silla, y de allí a la fina tela que cubría la desnudez de su hermano. Tragó con esfuerzo al tiempo que carraspeaba.
-Han dicho que…que han quedado para tomar algo con los chicos de la playa, pero que si no estás bien…pues que…
-¿Con los chicos de esta mañana?-preguntó Tom resoplando.
-Si, con Logan…y sus amigos-contestó Bill desviando la mirada.
“¡Díselo ya!”-le gritó una voz.
Sabía que tenía que hacerlo, no debía hacer pasar a Tom por lo mismo de ese día. Logan y sus amigos se habían pasado con él tres pueblos y no se lo merecía. Tarde o temprano se enteraría y mejor que fuera por sus labios.
-Tom, puedo… ¿puedo contarte algo?-preguntó con voz temblorosa.
Tom asintió e incorporándose en la cama dio unos golpecitos en el colchón para que se sentara.
Y así lo hizo Bill. Se sentó todo lo lejos que pudo de su hermano, no fuera que tras contarle toda la historia le agarrase por el cuello y apretase….¡no! sabía que Tom Nunca le levantaría la mano, aunque se lo merecería si lo hacía.
Pero no sabía por donde empezar, sentía la cabeza a punto de estallar. Y no se atrevía a mirar a su hermano, sentía sus ojos fijos en él y no podía estar más nervioso.
Levantó una mano y se la pasó por el pelo distraído, pensando bien las palabras que elegiría para no hacer más daño a su hermano del que ya le había hecho.
Conociéndole tan bien como lo hacía, Tom le prestó toda su atención. Su hermano quería decirle algo muy importante, o pedirle un gran favor. Reconocía todas las señales que le mandaba. La voz le temblaba, cogía en sus dedos y retorcía un mechón de pelo, y le miraba con unos ojos tan...
Suspiró sin poder evitarlo, o empezaba a hablar ya su hermano o le estrechaba sin más en sus brazos.
-Tom...-empezó Bill a decir.
-Dime lo que sea, sabes que entre nosotros no hay ningún secreto-le animó Tom sonriendo.
-Lo sé, por eso creo que ha llegado el momento de decirte una cosa-dijo Bill cogiendo aire con fuerza.
Se había pasado el tiempo que estuvo Tom nadando pensando seriamente en lo que estaba haciendo, y lo que le gustaría que pasase. Quería que Logan se fijara aún más en él, quería darle celos para que no pudiera apartar la mirada de él...quería hacerle sufrir un poco antes de darle todo lo que planeaba darle.
Nunca ante había jugado con los sentimientos de nadie, pero que un chico tan guapo como Logan se fijara en alguien como él...le hacía sentirse deseado. Y muy sexy, y quería que Logan lo pensara. Quería dejar a un lado su timidez, dejar de pensar que a sus 17 años era aún virgen porque le daba mucho miedo acercarse a alguien y mostrarle lo que albergaba su corazón. Tenía mucho miedo de abrirse y que le rechazaran o se rieran en su cara. Logan era mayor que él y si le confesaba el miedo que le daba, fijo que le llamaba niño y le pedía que volviera a su casa a jugar con los de su edad.
Pero no, él le demostraría que era muy maduro para su edad, y lo único que tenía que hacer era dejarse aconsejar por un maestro en el tema de amar. Y su hermano era el indicado. Sabía que perdió su virginidad a los 15 años escasos, él mismo se lo contó la primera vez que le hizo el amor a una chica. Sabía más del tema y podía enseñarle...aparte de ayudarle...
-Bill-llamó Tom esa vez.
"Muy importante debe ser porque que se lo piensa demasiado"-pensó suspirando.
Vio como su hermano alzaba la mirada y la clavaba en él. No se lo pensó dos veces y tendiendo una mano cogió la suya y la apretó con suavidad, viéndole sonreír con timidez.
-Tom...yo...-empezó a decir Bill.
-¿Sí?-le animó sonriendo él también.
-Antes que nada debes saber que…que soy gay-musitó Bill.
La sonrisa murió en sus labios, no era eso precisamente lo que creía que le iba a decir su retorcida mente. Por un momento llegó a pensar que su hermano le iba a confesar lo mucho que le amaba en secreto y que al igual que él ya no podía ocultarlo más. Pero no, su hermano solo le estaba contando algo que ya sabía desde hacía mucho tiempo.
Sabía de las inclinaciones sexuales de su hermano, no había más que verle. Y lo celoso que le ponía cada vez que le veía hablar con un chico pensando que su hermano tonteaba con todos y cada uno de ellos con el mismo resultado: nada.
Hasta el momento, sabía que con Logan había pasado lo que debía pasar y su hermano había sido muy feliz.
Pero…también sabía de sus miedos, pues eran los mismos que los suyos. Miedo al rechazo, a confesar sus más íntimos sentimientos y ver que no eran correspondidos...miedo a que le rompieran el corazón en mil pedazos...
Bill no podía soportar más ese frío silencio, ni sentirse observado por su hermano, que le miraba como si fuera la primera vez que le veía, como si fuera un completo extraño, como….como si le hubiera…
-Te he decepcionado-susurró Bill tirando de su mano.
-¡No!-gritó Tom sin querer sin soltarle-Perdóname por favor...es que me has pillado desprevenido...no esperaba que me dijeras eso en estos momentos...
-¿Y qué esperabas?-preguntó Bill con curiosidad.
-¿Eh..? ¡Oh! Nada-murmuró Tom carraspeando.
Tuvo que conformarse con esa respuesta, a pesar de que su instinto de gemelo le decía que su hermano le ocultaba algo. Y eso le dolió, no había entre ellos ninguna clase de secretos, de ahí que le confesara al fin su homosexualidad aunque sospechaba que siempre lo supo y solo esperaba que él estuviera preparado para contarlo.
Y lo estaba...pero por un egoísta plan que su mente maquinaba y que era hora que Tom lo supiera, fueran cuales fueran las consecuencias. Tomó aire profundamente y aferrándose a esa mano que aún sostenía la suya separó los labios y empezó a hablar.
-Tom, si te lo he contado en estos momentos es porque he hecho algo horrible-susurró a punto de llorar- Tienes que perdonarme…necesito que lo hagas.
-Bill, me estás asustando-dijo Tom apretando más su mano.
-Hoy a sido un día muy raro-empezó a explicar Bill.
-Si, tu amiguito Logan ha estado poco simpático-se burló Tom resoplando- ¿Qué demonios he hecho para que me tratasen de esa manera? Ha ido directo por mí, un poco más y me acribilla a balonazos.
Soltó una pequeña risa. No, si en el fondo lo encontraba gracioso. Y más cuando Logan se enterara de que eran hermanos, ya le veía arrastrándose tras él para pedirle perdón por haberse portado como un cabrón.
-Es que le dije que…-susurró Bill tragando con esfuerzo.
La sonrisa de Tom se borró de inmediato. Miró con firmeza a su hermano para que siguiera hablando, pero solo le vio morderse el labio al tiempo que una lágrima bajaba por su mejilla. Odiaba verle así pero tenía que mantenerse firme. No debía dejar que unas lágrimas le ablandaran.
-¿Qué has hecho?-preguntó ya con voz dura.
-Yo…he dicho unas cosas horribles de ti-susurró Bill-Le he hecho creer a un buen chico que tú…que me has…
No podía decirlo, se sentía horrible. Se levantó de la cama y se cubrió la cara con las manos y sollozó con más fuerza tras ella.
-Dije que eras mi novio para llamar su atención-soltó entre sollozos.
-¿Cómo?-gritó Tom sin poderse contener.
-Por favor, no me hagas repetirlo-susurró Bill-Ha sido horrible…yo he sido horrible…
-¿Por qué demonios has dicho una cosa así?-siguió gritando Tom desde la cama.
-Para que se fijara en mí-sollozó Bill.
-¡Joder! Y vaya si lo ha hecho-bufó Tom-No ha tardado en llevarte a una playa solitaria para echarte un polvo esta mañana. Buen trabajo, hermanito.
Bill no podía hablar, las lágrimas se lo impedían. Y el odio que sentía que emanaba de Tom…era como una mano aferrada con fuerza a su garganta. Pero tenía que contarle todo, y eso había sido solo la punta del iceberg.
-Eso…eso no es lo peor-susurró.
-Ah… ¡qué hay más!-rió Tom cruzándose de brazos.
Bill asintió mientras se limpiaba las mejillas de lágrimas. Tenía que ser valiente, contarlo todo y pedirle perdón. Incluso se olvidaría de Logan si su hermano se lo pedía, todo con tal de que volvieran a ser los buenos hermanos que antes eran.
-Fui un idiota, quise que Logan se fijara en mí y empecé a soltar una mentira tras otra-relató odiándose a sí mismo-Todo fue un mal entendido, pensó que eras mi novio y no le saqué del error. Luego una cosa llevó a otra…y le dije que tú…que me tratabas mal y…
-¿Qué?-gritó Tom más enfadado que nunca-Estás enfermo, ¿en qué demonios estabas pensando para decir esas barbaridades? ¿No te has parado a pensar en las consecuencias?
-No, en su momento no…pero no quiero verte sufrir…
-Ya es muy tarde Bill-dijo Tom levantándose de la cama-Me has hecho mucho daño y…y ahora no quiero hablar contigo, es que no puedo ni verte…
Cogió con fuerza la sábana y tirando de ella se la enroscó alrededor del cuerpo. Se encerró en el baño dando un sonoro portazo y se sentó en el suelo apoyando la espalda contra la puerta, enterrando la cabeza entre las manos.
Su hermano estaba enfermo… ¿y qué pasaba con él? Le amaba, soñaba con acostarse juntos, y si Bill un día se enteraba… ¿le daría la espalda tal y como había hecho él? ¿O le ayudaría en todo lo que podía?
¿Y qué iba a hacer él? ¿Ayudarle a conseguir al tal Logan? ¿Hacerse pasar por su novio para que al final se lo llevase el otro?
Alzó la cabeza de golpe, una loca idea empezaba a formarse en su cabeza. Hacerse pasar por el novio de su hermano…Logan tendría que verlos en situaciones comprometidas. Paseando de la mano, abrazados, sonriendo, mirándose a los ojos… ¿besándose?
…l y su hermano se harían pasar por novios delante de un extraño que no tenía ni idea de quienes eran y del lazo de parentesco que los unía.
Se puso de pie de un salto, sus ojos se fijaron en el espejo que tenía delante. Ya no estaba tan pálido como cuando salieron de la piscina, ni había rastro del enfado de minutos anterior. Todo lo contrario, en sus labios había una fea sonrisa que le dio miedo.
Suspiró y sin apartar los ojos de la espalda de su hermano le siguió hasta el bungalow que compartían. Una vez dentro se ocupó de él en cuerpo y alma. Le ayudó a caminar hacia la cama y a tumbarse en ella.
-¿Quieres comer algo?-preguntó cogiendo el teléfono que había sobre una de las mesillas-Llamaré al servicio de habitaciones.
-Tengo el estómago revuelto-contestó Tom negando con la cabeza.
-Un té, seguro que te sienta bien-insistió Bill.
Tom asintió para complacerle. Se le veía tan preocupado por él que le conmovió.
-Te pediré un sándwich también-explicó Bill-Y otro para mi. Comeremos los dos juntos.
No esperó a que Tom le contestara, se sentó en su cama dándole la espalda y pidió que les llevaran la comida al bungalow. De paso cogió el móvil y mandó un mensaje a los chicos, pidiéndoles perdón por no comer con ellos. Les explicó que Tom no se sentía bien y que se verían a la hora de cenar.
Mientras, Tom cogió la sábana y se cubrió con ella. Aún llevaba el bañador puesto y estaba mojado de la piscina. Se deshizo de el bajo la sábana y lo tiró a una silla que había al otro lado del dormitorio.
-Georg y Gustav te mandan recuerdos-dijo Bill volviéndose.
Sus ojos volaron al bañador que había colgado del respaldo de la silla, y de allí a la fina tela que cubría la desnudez de su hermano. Tragó con esfuerzo al tiempo que carraspeaba.
-Han dicho que…que han quedado para tomar algo con los chicos de la playa, pero que si no estás bien…pues que…
-¿Con los chicos de esta mañana?-preguntó Tom resoplando.
-Si, con Logan…y sus amigos-contestó Bill desviando la mirada.
“¡Díselo ya!”-le gritó una voz.
Sabía que tenía que hacerlo, no debía hacer pasar a Tom por lo mismo de ese día. Logan y sus amigos se habían pasado con él tres pueblos y no se lo merecía. Tarde o temprano se enteraría y mejor que fuera por sus labios.
-Tom, puedo… ¿puedo contarte algo?-preguntó con voz temblorosa.
Tom asintió e incorporándose en la cama dio unos golpecitos en el colchón para que se sentara.
Y así lo hizo Bill. Se sentó todo lo lejos que pudo de su hermano, no fuera que tras contarle toda la historia le agarrase por el cuello y apretase….¡no! sabía que Tom Nunca le levantaría la mano, aunque se lo merecería si lo hacía.
Pero no sabía por donde empezar, sentía la cabeza a punto de estallar. Y no se atrevía a mirar a su hermano, sentía sus ojos fijos en él y no podía estar más nervioso.
Levantó una mano y se la pasó por el pelo distraído, pensando bien las palabras que elegiría para no hacer más daño a su hermano del que ya le había hecho.
Conociéndole tan bien como lo hacía, Tom le prestó toda su atención. Su hermano quería decirle algo muy importante, o pedirle un gran favor. Reconocía todas las señales que le mandaba. La voz le temblaba, cogía en sus dedos y retorcía un mechón de pelo, y le miraba con unos ojos tan...
Suspiró sin poder evitarlo, o empezaba a hablar ya su hermano o le estrechaba sin más en sus brazos.
-Tom...-empezó Bill a decir.
-Dime lo que sea, sabes que entre nosotros no hay ningún secreto-le animó Tom sonriendo.
-Lo sé, por eso creo que ha llegado el momento de decirte una cosa-dijo Bill cogiendo aire con fuerza.
Se había pasado el tiempo que estuvo Tom nadando pensando seriamente en lo que estaba haciendo, y lo que le gustaría que pasase. Quería que Logan se fijara aún más en él, quería darle celos para que no pudiera apartar la mirada de él...quería hacerle sufrir un poco antes de darle todo lo que planeaba darle.
Nunca ante había jugado con los sentimientos de nadie, pero que un chico tan guapo como Logan se fijara en alguien como él...le hacía sentirse deseado. Y muy sexy, y quería que Logan lo pensara. Quería dejar a un lado su timidez, dejar de pensar que a sus 17 años era aún virgen porque le daba mucho miedo acercarse a alguien y mostrarle lo que albergaba su corazón. Tenía mucho miedo de abrirse y que le rechazaran o se rieran en su cara. Logan era mayor que él y si le confesaba el miedo que le daba, fijo que le llamaba niño y le pedía que volviera a su casa a jugar con los de su edad.
Pero no, él le demostraría que era muy maduro para su edad, y lo único que tenía que hacer era dejarse aconsejar por un maestro en el tema de amar. Y su hermano era el indicado. Sabía que perdió su virginidad a los 15 años escasos, él mismo se lo contó la primera vez que le hizo el amor a una chica. Sabía más del tema y podía enseñarle...aparte de ayudarle...
-Bill-llamó Tom esa vez.
"Muy importante debe ser porque que se lo piensa demasiado"-pensó suspirando.
Vio como su hermano alzaba la mirada y la clavaba en él. No se lo pensó dos veces y tendiendo una mano cogió la suya y la apretó con suavidad, viéndole sonreír con timidez.
-Tom...yo...-empezó a decir Bill.
-¿Sí?-le animó sonriendo él también.
-Antes que nada debes saber que…que soy gay-musitó Bill.
La sonrisa murió en sus labios, no era eso precisamente lo que creía que le iba a decir su retorcida mente. Por un momento llegó a pensar que su hermano le iba a confesar lo mucho que le amaba en secreto y que al igual que él ya no podía ocultarlo más. Pero no, su hermano solo le estaba contando algo que ya sabía desde hacía mucho tiempo.
Sabía de las inclinaciones sexuales de su hermano, no había más que verle. Y lo celoso que le ponía cada vez que le veía hablar con un chico pensando que su hermano tonteaba con todos y cada uno de ellos con el mismo resultado: nada.
Hasta el momento, sabía que con Logan había pasado lo que debía pasar y su hermano había sido muy feliz.
Pero…también sabía de sus miedos, pues eran los mismos que los suyos. Miedo al rechazo, a confesar sus más íntimos sentimientos y ver que no eran correspondidos...miedo a que le rompieran el corazón en mil pedazos...
Bill no podía soportar más ese frío silencio, ni sentirse observado por su hermano, que le miraba como si fuera la primera vez que le veía, como si fuera un completo extraño, como….como si le hubiera…
-Te he decepcionado-susurró Bill tirando de su mano.
-¡No!-gritó Tom sin querer sin soltarle-Perdóname por favor...es que me has pillado desprevenido...no esperaba que me dijeras eso en estos momentos...
-¿Y qué esperabas?-preguntó Bill con curiosidad.
-¿Eh..? ¡Oh! Nada-murmuró Tom carraspeando.
Tuvo que conformarse con esa respuesta, a pesar de que su instinto de gemelo le decía que su hermano le ocultaba algo. Y eso le dolió, no había entre ellos ninguna clase de secretos, de ahí que le confesara al fin su homosexualidad aunque sospechaba que siempre lo supo y solo esperaba que él estuviera preparado para contarlo.
Y lo estaba...pero por un egoísta plan que su mente maquinaba y que era hora que Tom lo supiera, fueran cuales fueran las consecuencias. Tomó aire profundamente y aferrándose a esa mano que aún sostenía la suya separó los labios y empezó a hablar.
-Tom, si te lo he contado en estos momentos es porque he hecho algo horrible-susurró a punto de llorar- Tienes que perdonarme…necesito que lo hagas.
-Bill, me estás asustando-dijo Tom apretando más su mano.
-Hoy a sido un día muy raro-empezó a explicar Bill.
-Si, tu amiguito Logan ha estado poco simpático-se burló Tom resoplando- ¿Qué demonios he hecho para que me tratasen de esa manera? Ha ido directo por mí, un poco más y me acribilla a balonazos.
Soltó una pequeña risa. No, si en el fondo lo encontraba gracioso. Y más cuando Logan se enterara de que eran hermanos, ya le veía arrastrándose tras él para pedirle perdón por haberse portado como un cabrón.
-Es que le dije que…-susurró Bill tragando con esfuerzo.
La sonrisa de Tom se borró de inmediato. Miró con firmeza a su hermano para que siguiera hablando, pero solo le vio morderse el labio al tiempo que una lágrima bajaba por su mejilla. Odiaba verle así pero tenía que mantenerse firme. No debía dejar que unas lágrimas le ablandaran.
-¿Qué has hecho?-preguntó ya con voz dura.
-Yo…he dicho unas cosas horribles de ti-susurró Bill-Le he hecho creer a un buen chico que tú…que me has…
No podía decirlo, se sentía horrible. Se levantó de la cama y se cubrió la cara con las manos y sollozó con más fuerza tras ella.
-Dije que eras mi novio para llamar su atención-soltó entre sollozos.
-¿Cómo?-gritó Tom sin poderse contener.
-Por favor, no me hagas repetirlo-susurró Bill-Ha sido horrible…yo he sido horrible…
-¿Por qué demonios has dicho una cosa así?-siguió gritando Tom desde la cama.
-Para que se fijara en mí-sollozó Bill.
-¡Joder! Y vaya si lo ha hecho-bufó Tom-No ha tardado en llevarte a una playa solitaria para echarte un polvo esta mañana. Buen trabajo, hermanito.
Bill no podía hablar, las lágrimas se lo impedían. Y el odio que sentía que emanaba de Tom…era como una mano aferrada con fuerza a su garganta. Pero tenía que contarle todo, y eso había sido solo la punta del iceberg.
-Eso…eso no es lo peor-susurró.
-Ah… ¡qué hay más!-rió Tom cruzándose de brazos.
Bill asintió mientras se limpiaba las mejillas de lágrimas. Tenía que ser valiente, contarlo todo y pedirle perdón. Incluso se olvidaría de Logan si su hermano se lo pedía, todo con tal de que volvieran a ser los buenos hermanos que antes eran.
-Fui un idiota, quise que Logan se fijara en mí y empecé a soltar una mentira tras otra-relató odiándose a sí mismo-Todo fue un mal entendido, pensó que eras mi novio y no le saqué del error. Luego una cosa llevó a otra…y le dije que tú…que me tratabas mal y…
-¿Qué?-gritó Tom más enfadado que nunca-Estás enfermo, ¿en qué demonios estabas pensando para decir esas barbaridades? ¿No te has parado a pensar en las consecuencias?
-No, en su momento no…pero no quiero verte sufrir…
-Ya es muy tarde Bill-dijo Tom levantándose de la cama-Me has hecho mucho daño y…y ahora no quiero hablar contigo, es que no puedo ni verte…
Cogió con fuerza la sábana y tirando de ella se la enroscó alrededor del cuerpo. Se encerró en el baño dando un sonoro portazo y se sentó en el suelo apoyando la espalda contra la puerta, enterrando la cabeza entre las manos.
Su hermano estaba enfermo… ¿y qué pasaba con él? Le amaba, soñaba con acostarse juntos, y si Bill un día se enteraba… ¿le daría la espalda tal y como había hecho él? ¿O le ayudaría en todo lo que podía?
¿Y qué iba a hacer él? ¿Ayudarle a conseguir al tal Logan? ¿Hacerse pasar por su novio para que al final se lo llevase el otro?
Alzó la cabeza de golpe, una loca idea empezaba a formarse en su cabeza. Hacerse pasar por el novio de su hermano…Logan tendría que verlos en situaciones comprometidas. Paseando de la mano, abrazados, sonriendo, mirándose a los ojos… ¿besándose?
…l y su hermano se harían pasar por novios delante de un extraño que no tenía ni idea de quienes eran y del lazo de parentesco que los unía.
Se puso de pie de un salto, sus ojos se fijaron en el espejo que tenía delante. Ya no estaba tan pálido como cuando salieron de la piscina, ni había rastro del enfado de minutos anterior. Todo lo contrario, en sus labios había una fea sonrisa que le dio miedo.