Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 13: Ataque De Rabia

    Thomas Kaulitz
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    Capitulo 13: Ataque De Rabia Empty Capitulo 13: Ataque De Rabia

    Mensaje  Thomas Kaulitz Lun Ago 01, 2011 10:41 pm

    El estudio de grabación, lleno de viejas pancartas de bandas que ahora han quedado en el olvido, se llenaba ahora de notas nuevas. Notas y acordes perfectamente armonizados, sin prisa. Lentos, llenos de sentimientos.

    Dos hombres fuera del cuarto de grabación, sentados frente a una mesa de control, sonreían impresionados. Impresionados de lo bien que ese nuevo guitarrista sonaba con los demás integrantes.

    La canción se acabó, y con ella el silencio en la sala de control.

    -¡Bravo, bravo! -Gordon, el padrastro de los gemelos, aplaudía extasiado, orgulloso de su muchacho.

    El vocalista dejó salir una sonrisa de vergüenza y felicidad. Mientras que el aspirante a guitarrista sonreía de puro gozo, no cabía en sí de emoción.

    -¿Qué tal estuvo Tom? -Bill le hablaba al micrófono, ya que las paredes eran aprueba de ruido.

    Tom se vio forzado a sonreír. Patético. Esa de seguro ha sido la sonrisa más falsa que jamás haya hecho.

    -Estuviste brillante, Ethan-David, el representante de la banda le sonreía al novato con verdadera admiración.

    -Euhmm... ¿Gordon?

    Aunque ya llevaba años siendo su padrastro, Bill jamás se atrevía a llamarle "papá", siempre le decía por su nombre.

    -¿Si?

    -Creo que Ethan debería quedarse... con nosotros.

    La sonrisa que Gordon llevaba le desapareció de la cara. Ton pudo verle apretar las manos en un puño frente a su cara, pensativo, lo que lo alegró, figurándose como le diría a Bill que era una mala idea dejarlo entrar. Pero no lo hizo.

    -Bienvenido, Ethan-Volvió a sonreír, ahora, mas alegre.

    Bill casi daba un salto de alegría hacia su padrastro al oír su aceptación.

    -Gracias, gracias, gracias, gracias.

    Tom hizo una mueca con la boca, llena de desprecio camuflajeado por un intento de fingir estar pasándose la lengua por los dientes inferiores.

    -No me agradezcas a mí, agradécele a Ethan.

    -Ethan, ¿te gustaría ir a mi casa a celebrar?

    -C-claro-"¿solos?" se preguntó Ethan, haciéndose ilusiones.

    -¡Perfecto! Georg, ¿nos llevas en tu coche?

    -Sin problemas, pero tu invitas las bebidas.







    El plato que se encontraba en el centro de la mesa, antes repleto de patatas fritas, se encontraba vacío en estos momentos. A su alrededor, botellas vacías de refresco y una que otra cerveza.

    -¿Es enserio? -Bill se llevó a los labios la botella de refresco y pasó su lengua por ellos al bajarla.

    -¡Sí! Y yo le decía "La verdad estás muy buena, pero simplemente no quiero bailar contigo, no sé quién seas"

    Tom miraba poco entretenido a Ethan contar su historia. Sin dejar de reír, Ethan contaba sus aventuras con quien sabe cuántas chicas.

    -¿Qué edad dices que tienes? -Georg se asomó al plato de patatas fritas, sin encontrar mucho como recompensa.

    -Cumplo diecinueve en Marzo.

    -Vaya, no pareces ser mucho mayor que cualquiera de nosotros. Tom y yo tenemos diecisiete.

    -Son... ¿mellizos?

    -Gemelos-Aclaró Tom, un poco indignado por el poco interés que hasta ahora había mostrado en él.

    -Increíble, no se parecen en nada.

    -Sí, nos lo dicen mucho.

    -Bill, ya es...-Tom miró la hora en su reloj de mano. Quince minutos para las once de la noche. -Ya es tarde-Que raro, jamás se había preocupado de que fuera tarde mientras hablaba con gente. Generalmente, se quedaba hablando o haciendo lo que fuera hasta altas horas de la noche, sin llevar la cuenta del tiempo.

    -Cielos, si...

    -Creo que es hora de que se vayan, chicos. -Se levantó del sillón, haciendo ademán de ir a abrirles la puerta, cosa que tampoco hacía jamás.

    -Tom, ¿de cuándo a acá tan preocupado por la hora? -Bill se preguntó.

    -No me preocupa a mí, me preocupan ellos que llegarán tarde a casa-Mintió, sintiéndose el más estúpido de los estúpidos.

    -Cierto, mi perro no ha comido en todo el día-Gustav se levantó del sillón-¿Me llevas a casa, Georg?

    -Consíguete un coche, hermano-Gustav le lanzó una mirada asesina a su amigo, que se retractó de inmediato-Vale, te llevo. ¿Quieres un aventón, Ethan?

    -Sí, muchas gracias.

    -Que alegría que vinieras, Ethan.

    -El placer fue mío. -Ethan se acercó a Bill, listo para darle su abrazo de despedida.

    Rodeó con sus brazos el cuello de Bill, quien le respondió rodeándole el torso. Se separó de él y besó un poco su mejilla, cerca de los labios. Muy cerca.

    -A-adiós Ethan.

    -Nos vemos. Y ya quedamos-dijo refiriéndose al encuentro que prepararon para dentro de dos días.

    -S-si.

    Salieron del apartamento. Más bien, Tom los empujó fuera y cerró la puerta fuertemente tras sí.

    -Que buen chico, ¿no, Tom?

    -Si, muy bueno.

    -¿Te... te pasa algo?

    -¿Quien le da a él el derecho de abrazarte, eh?

    Bill no aguantó mucho la risita floja, descojonándose frente a su hermano.

    -¿Qué? -Tom se molestó.

    -Te delatan los celos, Tom.

    -¿Celos? ¿De un marica como Ethan? -Exclamó un sarcástico «¡Ja!»

    -Si, Tom. Celos.

    -Bill, si no lo recuerdas, tengo una novia en suiza.

    Otra vez, Tom jugaba con ese cuchillo ya enterrado en el pecho de Bill.

    -Si, una novia a la cuál engañas con migo-Soltó Bill como una bofetada.

    -¿Engañar? ¡Fueron solo un par de polvos, joder!

    Un par de polvos. Lo sabía, no debió de haberse hecho ilusiones tan prontas.

    -Igual, lo hiciste.

    -Bill, cállate.

    -No Tom, no.

    -Cállate.

    -¡No! Esta es mi casa, esta es mi vida y tu solo eres un--

    Tom lo interrumpió, Antes de que pudiera decir lo que ya tenía planeado, ya lo tenía enredado entre sus brazos.

    Lo pegó contra la pared junto a la entrada y acercó su cara mucho a la de Bill. Lo miró por un poco más de un segundo, antes de que el menor se lanzara a por sus labios. Tom destensó su boca, dejando a su hermano adentrarse en ella. Abrían y cerraban sus labios con la rudeza de una pelea, se mordían entre sí los labios y casi llegaban a hacerse daño. Pronto, Tom ya tenía su mano en la entrepierna de su hermano.

    -Ng...-Jadeó Bill.

    Tom cerró su mano fuertemente sobre el miembro de Bill, que comenzaba a ponerse duro con su simple contacto.

    Bill elevó una rodilla y la presionó sobre la entrepierna de su gemelo. Pudo sentir como se le ponía dura en menos de dos segundos.

    Tom jadeó con voz ronca y acercó a Bill aun más a él. Sin darse cuenta, habían acabado sobre la cama del cuarto de Bill.

    El menor estaba abajo, con su hermano sobre él. Tom se separó de la boca de Bill por solo unos segundos para quitarse la chamarra y camisa. Bill le observó con cuidado, antes de imitarle. Ahora estaban los dos desnudos de cintura para arriba.

    Tom descendió de la boca de Bill hasta su cuello, delineando sus huesos con la punta de la lengua. Bill se estremeció, arqueando un poco la espalda cuando la boca de su hermano descendía aún más. Pasó su boca por el abdomen plano de Bill, hasta llegar un poco más arriba de su tatuaje de estrella.

    Bill acariciaba los hombros de Tom y los rasguñaba al sentir la presión de sus pantalones sobre su miembro duro.

    -T-Tom...

    Tom se desabrochó el pantalón y se los sacó de un tirón, igual que hizo con los de Bill. Ahora, estaban los dos con solo los bóxers puestos. Tom volvió a subir, rozando la punta de su miembro con la de su hermano.

    Bill jadeó, excitado.

    -Tom... quiero que entres.

    -¿Seguro? -Su voz era áspera.

    -S-si.

    Tom sonrió con malicia, mientras les bajaba a los dos los bóxers, dejando al descubierto sus obvias erecciones. Volteó a su hermano sobre la cama mientras recorría su entrada con los dedos.

    Uno dentro.

    -¡Ah! -A Bill le dolió, hermoso dolor...

    Dos dentro.

    Bill solo logró apretar los dientes, derritiéndose de dolor.

    El tercero.

    -¡Ya!

    Tom tomó eso como señal de ataque. Sacó sus dedos con cautela de dentro de Bill y rozó su entrada con la punta de su miembro. Bill gimió. Entró.

    Tom lo embestía con furia, mordiéndose el labio inferior. El continuo vaivén de Tom hacía chillar los resortes de la cama.

    -Mas...más fuerte.

    Tom aceleró el paso mientras agarraba el miembro de su hermano y lo acariciaba con la misma rapidez.

    Bill gimió.

    -¡Tom, que me corro!

    -Aguanta.

    Bill notó la punta de su miembro húmeda, al igual que su interior.

    -¡Tom!

    Y ambos se corrieron al mismo tiempo.

    Tres embestidas lentas acompañaron fuera de Bill al miembro de Tom. Exhausto, cayó en la cama, junto a Bill.

    -No pudiste aguantar, ¿eh?

    -Cállate.

    El silencio reinó el lugar por unos minutos, dejando escuchar solo el sonido de sus jadeantes respiraciones. Pudieron haberse quedado dormidos ahí, pero ninguno de los dos lo habría notado.

    -¿Tom?

    -¿Mmm?

    -¿Solo haremos esto cuando te enojes conmigo?

    -Mmm...

    No hubo respuesta. Y, quien sabe, puede que jamás la haya.


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