Pegó un fuerte portazo y maldijo por lo alto. Estaba furioso, y nada ni nadie podía impedir que se sintiera de esa manera, y mucho menos reprochárselo.
Salió al pasillo y lo recorrió de arriba abajo resoplando todo el rato, contando hasta diez. Necesitaba estar lo suficientemente calmado para cuando saliera a ver que le pasaba su hermano. Le conocía a la perfección, si veía que estaba mal, o pasaba al revés, no pasaban más de 5 minutos sin que el otro corriera a consolarle.
-David, no has debido hablar así a mi hermano-riñó Bill a su productor cruzándose de brazos.
David le miró y le imitó. Llevaba casi una hora encerrado con los cuatro muchachos que componían el grupo de moda, tratando de hacerles comprender que no debían entrar en el juego, que era muy peligroso.
Desde hacía unos días, un grupo de chicas se dedicaba a perseguirlos y molestarles, siendo lo ocurrido la tarde anterior lo peor. Habían seguido al guitarrista hasta una gasolinera y cuando paró una de ellas trató de sacarle una foto, y lo único que consiguió fue que se bajara del coche hecho una furia y la tomase con ella.
La golpeó y la dejó tirada en el suelo cuando bajó la ventanilla y le tiró un cigarrillo, que la chica recogió y apagó en el cristal de la ventanilla. Luego se dio a la fuga, dejándola tirada con un ojo morado.
La reacción no se hizo esperar. La chica llamó a la policía y le demandó, y la prensa se hizo eco de tan jugosa noticia. Pero no fue la única, miles de fans se solidarizaron con el grupo y les apoyaron al cien por cien.
-Bill, ve a por él, por favor-le pidió tratando de mantener la calma.
Solo le obedeció porque en el donde deseaba correr a su lado y ver que tal estaba. Asintió y salió del despacho del productor, encontrándose a su hermano paseando como un león enjaulado.
-Tom-le llamó en voz baja.
El aludido se giró y le miró. Se cruzó de brazos y se apoyó en la pared mientras esperaba a que su hermano llegara a su altura.
-Tom, vuelve al despacho-pidió Bill parándose a su lado-David aún no ha terminado de hablar.
-Pues yo si-dijo con furia-No pienso pedir perdón por algo que esa tía se merecía.
-Tom, por favor-le suplicó poniendo una mano en su brazo-La policía está tras de ti, te quieren tomar declaración y la prensa nos va a comer vivos a los 4.
-Solo creeran su versión, a mi me pintarán como un maltratador-estalló-Nadie sabrá que esas piradas vienen tras nosotros desde hace unos días. Han amenazado a mamá, Bill, no lo olvides.
-No lo he hecho, y tengo mucho miedo-susurró a punto de llorar.
Tom lo notó y bajó la mirada a esa mano que aún seguía sobre su brazo, que comenzaba a temblar sin poder evitarlo. Sin darle tiempo para reaccionar a su hermano, se giró y le acogió entre sus brazos, abrazándole con fuerza y besando su mejilla con suavidad.
-No dejaré que nadie haga daño a mamá-murmuró contra su piel-Ni a ti tampoco.
Le sintió estremecer entre sus brazos, no pudiendo evitar sonreír con los ojos cerrados. Su hermano pequeño era muy vulnerable, todo le afectaba y se echaba a temblar de miedo por nada.
Pero eso era bien serio. Un grupo de fans locas quería, según ellas, saber todo acerca de ellos. Donde vivían, que hacían en su tiempo libre, como sería pasar un día entero con ellos,…si hasta un día les persiguieron con el coche cuando iban en el autobús, pudiendo provocar un accidente de tráfico.
Si algo le llegase a pasar a su madre, o a su hermano, no respondía de sus actos. Si volvía a tener delante de sus ojos a una de esas locas, no se andaría por las ramas y correría a estrangularla co sus propias manos.
-Tom, tengo miedo-confesó Bill contra su pecho.
-Y yo-murmuró de nuevo.
Miedo de lo que estaba sintiendo. Con su hermano tan cerca, abrazándolo con fuerza. Miles de escalofríos le recorrían el cuerpo y el hacían ver cosas que no debiera.
Le estrechó con más fuerza y enterró la cara en su sedoso pelo, aspirando su tierno aroma.
-Bill…yo te….-comenzó a decir.
-Te necesito-terminó la frase Bill por él.
Vaya…eso no era precisamente lo que le pensaba decir. Más bien,…”te amo”…
-Regresemos al despacho-interrumpió Bill sus pensamientos-David aún no había terminado.
Se separó con esfuerzo y le dirigió una tímida sonrisa a su hermano, quien se la devolvió de inmediato. ¿Cómo no hacerlo, si su cara se iluminó al momento?
-Ve tú delante, enseguida te alcanzo-le dijo soltándolo.
-¿A dónde vas?-preguntó sin moverse Bill.
-Al baño, quiero refrescarme la cara-contestó sin dejar de sonreír.
Bill asintió y guiñando un ojo, se despidió de su hermano.
Tom le vio partir de su lado, y de repente sintió un gran vacío. Le vio alejarse de él, como movía su estrecha cadera, y en pelo se le agitaba al compás de sus pasos.
Suspiró y corrió al baño, necesitaba refrescarse de inmediato….
-Enseguida viene-anunció Bill entrando en el despacho.
Cerró la puerta tras de sí y se sentó en el sofá al lado de sus compañeros a esperar el regreso de su hermano. Pero media hora después no había vuelto y se levantó como el rayo, sintiendo una opresión en el pecho.
Ignoró las voces que le llamaban y corrió hacia el baño con el corazón en un puño, sintiendo que el mundo se le venía abajo cuando lo encontró vacío y en el suelo la gorra de su hermano junto con unas pisadas ensangrentadas.
Salió al pasillo y lo recorrió de arriba abajo resoplando todo el rato, contando hasta diez. Necesitaba estar lo suficientemente calmado para cuando saliera a ver que le pasaba su hermano. Le conocía a la perfección, si veía que estaba mal, o pasaba al revés, no pasaban más de 5 minutos sin que el otro corriera a consolarle.
-David, no has debido hablar así a mi hermano-riñó Bill a su productor cruzándose de brazos.
David le miró y le imitó. Llevaba casi una hora encerrado con los cuatro muchachos que componían el grupo de moda, tratando de hacerles comprender que no debían entrar en el juego, que era muy peligroso.
Desde hacía unos días, un grupo de chicas se dedicaba a perseguirlos y molestarles, siendo lo ocurrido la tarde anterior lo peor. Habían seguido al guitarrista hasta una gasolinera y cuando paró una de ellas trató de sacarle una foto, y lo único que consiguió fue que se bajara del coche hecho una furia y la tomase con ella.
La golpeó y la dejó tirada en el suelo cuando bajó la ventanilla y le tiró un cigarrillo, que la chica recogió y apagó en el cristal de la ventanilla. Luego se dio a la fuga, dejándola tirada con un ojo morado.
La reacción no se hizo esperar. La chica llamó a la policía y le demandó, y la prensa se hizo eco de tan jugosa noticia. Pero no fue la única, miles de fans se solidarizaron con el grupo y les apoyaron al cien por cien.
-Bill, ve a por él, por favor-le pidió tratando de mantener la calma.
Solo le obedeció porque en el donde deseaba correr a su lado y ver que tal estaba. Asintió y salió del despacho del productor, encontrándose a su hermano paseando como un león enjaulado.
-Tom-le llamó en voz baja.
El aludido se giró y le miró. Se cruzó de brazos y se apoyó en la pared mientras esperaba a que su hermano llegara a su altura.
-Tom, vuelve al despacho-pidió Bill parándose a su lado-David aún no ha terminado de hablar.
-Pues yo si-dijo con furia-No pienso pedir perdón por algo que esa tía se merecía.
-Tom, por favor-le suplicó poniendo una mano en su brazo-La policía está tras de ti, te quieren tomar declaración y la prensa nos va a comer vivos a los 4.
-Solo creeran su versión, a mi me pintarán como un maltratador-estalló-Nadie sabrá que esas piradas vienen tras nosotros desde hace unos días. Han amenazado a mamá, Bill, no lo olvides.
-No lo he hecho, y tengo mucho miedo-susurró a punto de llorar.
Tom lo notó y bajó la mirada a esa mano que aún seguía sobre su brazo, que comenzaba a temblar sin poder evitarlo. Sin darle tiempo para reaccionar a su hermano, se giró y le acogió entre sus brazos, abrazándole con fuerza y besando su mejilla con suavidad.
-No dejaré que nadie haga daño a mamá-murmuró contra su piel-Ni a ti tampoco.
Le sintió estremecer entre sus brazos, no pudiendo evitar sonreír con los ojos cerrados. Su hermano pequeño era muy vulnerable, todo le afectaba y se echaba a temblar de miedo por nada.
Pero eso era bien serio. Un grupo de fans locas quería, según ellas, saber todo acerca de ellos. Donde vivían, que hacían en su tiempo libre, como sería pasar un día entero con ellos,…si hasta un día les persiguieron con el coche cuando iban en el autobús, pudiendo provocar un accidente de tráfico.
Si algo le llegase a pasar a su madre, o a su hermano, no respondía de sus actos. Si volvía a tener delante de sus ojos a una de esas locas, no se andaría por las ramas y correría a estrangularla co sus propias manos.
-Tom, tengo miedo-confesó Bill contra su pecho.
-Y yo-murmuró de nuevo.
Miedo de lo que estaba sintiendo. Con su hermano tan cerca, abrazándolo con fuerza. Miles de escalofríos le recorrían el cuerpo y el hacían ver cosas que no debiera.
Le estrechó con más fuerza y enterró la cara en su sedoso pelo, aspirando su tierno aroma.
-Bill…yo te….-comenzó a decir.
-Te necesito-terminó la frase Bill por él.
Vaya…eso no era precisamente lo que le pensaba decir. Más bien,…”te amo”…
-Regresemos al despacho-interrumpió Bill sus pensamientos-David aún no había terminado.
Se separó con esfuerzo y le dirigió una tímida sonrisa a su hermano, quien se la devolvió de inmediato. ¿Cómo no hacerlo, si su cara se iluminó al momento?
-Ve tú delante, enseguida te alcanzo-le dijo soltándolo.
-¿A dónde vas?-preguntó sin moverse Bill.
-Al baño, quiero refrescarme la cara-contestó sin dejar de sonreír.
Bill asintió y guiñando un ojo, se despidió de su hermano.
Tom le vio partir de su lado, y de repente sintió un gran vacío. Le vio alejarse de él, como movía su estrecha cadera, y en pelo se le agitaba al compás de sus pasos.
Suspiró y corrió al baño, necesitaba refrescarse de inmediato….
-Enseguida viene-anunció Bill entrando en el despacho.
Cerró la puerta tras de sí y se sentó en el sofá al lado de sus compañeros a esperar el regreso de su hermano. Pero media hora después no había vuelto y se levantó como el rayo, sintiendo una opresión en el pecho.
Ignoró las voces que le llamaban y corrió hacia el baño con el corazón en un puño, sintiendo que el mundo se le venía abajo cuando lo encontró vacío y en el suelo la gorra de su hermano junto con unas pisadas ensangrentadas.