Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 2: Sorpresa En El Colegio

    Alisson Kaulitz
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    Mensaje  Alisson Kaulitz Mar Ago 02, 2011 4:45 pm

    Después de correr rápidamente por las calles obscuras y frías, un joven pelinegro se detuvo frente a una casa blanca y descuidada, estaba indeciso, no sabía si entrar o quedarse afuera esperando a la mañana, sabía que si tomaba alguna de esas dos opciones el trato que recibiría sería igual… No le quedo de otra que ir hacia el jardín trasero y subir por la escalera que siempre usaba en las noches para escapar, comenzaba a subir con rapidez y agilidad, tenía que llegar adentro antes de que las luces se encendieran dando a entender que su padre estaba despierto, lo logró después de unos minutos, dando a la sucia y cuarteada ventana y la deslizo hacia arriba, cuando puso una de sus manos en el borde después de que esta quedo abierta, alguien le tomó del brazo, el rostro del joven se transformó en una mueca de terror indescriptible al ver de quien se trataba, su padre había estado esperándolo.





    - ¡No! ¡Suéltame! – gritaba el pelinegro





    Pero aquel hombre no le hizo caso, lo tomó de sus cabellos y lo arrastró hacia adentro y lo lanzó con fuerza sobre el duro suelo de concreto, estrellando su cara y golpeándose en la nariz fuertemente comenzando a sangrar, se volteó quedando hacia arriba y encarando a aquel hombre viéndolo a los ojos.





    - ¿¿¡¡¡¡Dónde estuviste pedazo de marica!!!?? – le cuestionó, bueno mas bien le gritó





    El pelinegro no dijo absolutamente nada, posó su vista hacia el suelo, como odiaba que le dijera marica, pero el no podía hacer nada, tenía tanto miedo de enfrentarlo el solo, el sabia que era inútil oponerse a lo que el le decía. Al no obtener respuesta aquel sujeto le tomó de la cabeza y le propinó un golpe con la rodilla al joven que le dejó tirado y sangrando aún más de su ya abierta nariz, reventándole el labio de paso. Bill contenía las inmensas ganas de llorar al sentir aquel dolor tan punzante, lloraría, si lo haría pero hasta que el se fuera y no viera su debilidad y fuera a matarlo a golpes por actuar como una nenaza.





    No conforme con la situación tomó por los cabellos al pelinegro y comenzó a halarlos hacia atrás, haciendo que se doblara, ya que estaba boca abajo, podía escuchar como los huesos de la vertebra del pobre chico comenzaban a tronar, más no a quebrarse, el pelinegro hacia hasta lo imposible por resistir ese dolor mordiéndose el labio inferior hasta hacerlo sangrar también, lo soltó violentamente hasta que se escuchó como caía pesado en el suelo, después de allí comenzó a patearlo por todas partes fuertemente y sin ninguna piedad, hasta que se canso y se fue. El joven se quedó inmóvil por unos segundos y después comenzó a encogerse sobre si mismo de forma lenta, para así no sentir tanto el dolor pero era inútil, comenzó a llorar, desgarradoramente y desconsolado, se sentía la peor persona sobre el planeta, su vida era completamente una mierda y el no sabia que hacer para librase de aquello.





    Lloró por varias horas, y sin darse cuenta sus ojos se sentían cada vez mas pesados, cuando se quiso dar cuenta ya había caído dormido. Afortunadamente tenía aún aquella cazadora puesta, sintiendo en sus sueños aquel aroma muy leve a vainilla. Ese era el único lugar donde se sentía libre y feliz, sin maltratos y sin insultos….





    A la mañana siguiente, abrió lentamente sus ojos almendrados, era lunes, día de colegio, comenzó a moverse lentamente y sintió un dolor punzante en su cuerpo, a lo que sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas sin poder evitarlo, caminó lentamente y se dirigió hacia el cuarto de baño después de tomar una toalla y la ropa que llevaría ese día. Cerró la puerta tras suyo y coloco sus cosas sobre el deposito de la taza del baño, comenzó a quitarse su ropa lentamente, mostrando una piel completamente marcada y manchada por moretones y rasguños anteriores, al igual que recientes por los que acababa de recibir ayer, terminó de desnudarse, colocando todo en el cesto de la ropa sucia, corrió la cortina y se metió bajo el grifo de agua en la regadera, lo que no sabia era que no había ni una sola gota de agua caliente y al abrir el grifo ahogo un grito al sentir el frio congelante de el agua helada sobre su piel calientita.





    se duchó rápido, no quería seguir allí y resfriarse, salió y se secó completamente después de ponerse su ropa interior negra, se puso una camiseta ajustada de color púrpura con estampado negro, unos pantalones negros algo anchos pero no mucho ni en exceso, unas zapatillas negras, aliso su cabello y se puso una correa del mismo color que la camiseta con algunos estoperoles, unas pulseras negras y una muñequera del mismo color, varias cadenas plateadas con varias formas colgando de su cuello y al final la cazadora de aquel chico, su maquillaje fue de lo más sencillo, solo polvo y rímel, no delineador por el día de hoy, lo que quería hacer era cubrir las lastimaduras y golpes de su rostro, tomó su morral y salió de su casa rápidamente sin ver hacia atrás.





    emprendió rumbo hacia su nuevo colegio, caminó despacio, aun era demasiado temprano para que hubiera personas fuera, consultó su móvil y vió la hora 5:30, así que se detuvo un momento en el parque, se dirigió hasta la ultima banquilla recordando la noche pasada, no la parte de los golpes, sino a esa persona que le ofreció aquella taza de café, suspiró antes de irse rumbo a la parada donde tomaría el autobús, tuvo que esperar unos 30 minutos para que este llegara (que suerte tiene u_u aquí tarda como una hora y media) abordó y pagó su pasaje tomando asiento al lado de un joven de cabellos castaños, largos y lacios que llevaba audífonos, no le tomó mucha importancia y se fijó a la ventana.





    Luego de minutos de viaje, hizo una parada en una esquina y bajó, aquel joven castaño también le siguió, el pelinegro caminaba algo dificultoso por el dolor de aquellos golpes, después de que llegó a la entrada del colegio, perdió de vista a aquel chico que le iba siguiendo, entre tanta multitud y se sintió aliviado aunque no le estuviera siguiendo a él. Caminó nervioso por los pasillos una vez que estuvo dentro, buscando el aula que le tocaba, tomó un papelito el cual desdobló nervioso y miro el número 18-b, suspiró antes de empujar la puerta de madera que tenía un cuadro de cristal cortado por unos rombos, dio un paso adentro y fue visto por todas y todos





    - ¡Ah tu debes ser el chico nuevo! – Dijo con asombro y felicidad – ven pasa





    Todos vieron con interés al “bicho raro” que era el chico según para los demás, pero uno en especial captó toda su atención. Cuando el profesor se acercó a recibirlo, caminó junto al él hacia donde estaba el escritorio.





    - muy bien chicos, el es su nuevo compañero tu nombre es…. – incitó al pelinegro a presentarse





    - Bill Trumper – respondió después de unos minutos





    - Muy bien Bill, pasa y siéntate al lado del señor Kaulitz – dijo el profesor – por favor Thomas levántese para que el joven pueda verlo





    Y así lo hizo, Tom se levanto de su asiento dejando ver al joven donde se situaba, siendo este visto por el pelinegro y comenzó a caminar en dirección hacia el. El joven de trenzas se quedo petrificado mirando al joven pelinegro… ¡si era él! ¡El joven que le había robado el corazón en el café! , de lejos pensaba que solo era un simple parecido pero al tenerlo cerca todas sus sospechas desaparecieron, Bill llegó a el que seria su nuevo asiento y se quito el morral y se sentó, toda la clase el de trenzas se la paso mirando al pelinegro y este se sintió observado pero no decía ninguna palabra. Luego de tantas clases estresante se escuchó el sonido de la campana que anunciaba el receso, todos salieron exceptuando a él que se esperó a que todos salieran.





    Luego de que el aula se quedara vacía se dispuso a salir rumbo a la cafetería donde se sentó en una de las mesas cerca de la ventana, solitario, a unas cuantas mesas de allí estaba la mesa de Tom y su grupillo, conformado por Georg, Andreas, Gustav y él, todos comían y hacían un escándalo hablando de cosas sin sentido, Tom buscaba al chico con la mirada en todas las mesas y en todos los lugares, esquinas y grupitos de personas allí reunidas, pero no fue después de un rato que lo localizó sentado en una mesa, sin nadie que le acompañara, se quedo mirándolo por varios minutos, el sonido a su alrededor había desaparecido, ahora solo estaban el y Bill.





    - ¿Tu que piensas Tom? – La voz de uno de sus amigos lo saco de su trance





    -¿el qué? – dijo después de parpadear un poco y deshacerse de esa ilusión





    - Parece que estas en otro mundo ejejeje – dijo un castaño riendo por la actitud que había tomado su amigo – te decía que si querías ir al cine conmigo y Andreas, pero queríamos preguntarte a ti porque el deseaba invitarte. – finalizó


    - mmm… bueno creo que si – dijo mientras volvió a mirar al pelinegro





    Hablaron de cosas mientras duraba el receso y después todos volvieron a sus aulas, la siguiente clase era cálculo integral y diferencial, materia odiada por los dos pequeños protagonistas, al igual que la vez anterior, el joven de trenzas casi ni prestaba atención a la clase, mejor prefería ver al pelinegro, el cual se encontraba garabateando en su cuaderno con la mirada perdida. Hasta que por fin, después de las tres últimas horas la campana indico que era hora de salir, todos se apresuraron a abandonar el aula menos el pelinegro y un joven de trenzas que se quedo sentado en su silla.





    Bill se proponía a juntar sus cosas, pero una voz lo saco de sus pensamientos.





    - Hola Bill – dijo amistoso el de trenzas





    El pelinegro no dijo nada y siguió en su labor, después se colgó el morral y volteo a verlo





    - hola Tom – dijo serio





    - Dime ¿porque siempre estas triste? no me gusta verte así





    Bill lo miró





    - ¿tienes algún problema? ¿Déjame ayudarte si? – le dijo con voz dulce





    - No… No puedes…. Nadie puede…. – sus ojos comenzaban a acuarse





    Después de eso comenzó a llorar, no le importaba que Tom lo viera, se sentía tan vulnerable cuando estaba junto a él, el era fuerte y con voluntad, no como el, débil y roto…. Tom lo tomó en un abrazo que el moreno correspondió, hundió su cara en su cuello mientras desahogaba su alma, se sentía seguro en sus brazos, sensación que probó la primera vez que le abrazó.





    Después se echo a correr, rompiendo el abrazo y Tom lo siguió, el camino era dificultoso pero intento no perderlo de vista, hasta que lo vio detenerse y entrar a una casa presuroso, le siguió y ya no pudo ver mas, lo mejor seria volver a casa y tratar de arreglar las cosas mañana en el colegio, cualquier cosa que quisiera saber la aclararía con lujo de detalles

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