La luz del sol le daba directo a la cara a Bill, y se podía llegar a ver sus mejillas bastante ruborizadas, pero Tom no lo podía ver porque le daba la espalda.
-¿Que quieres?-Bill sonaba como un niño pequeño cuando le dicen que no tendrá postre por maleducado.
Tom seguía sin poder creer que ese cantante fuera su hermano, y peor aún, su hermano GEMELO. Con razón le llamaba tanto la atención cuando lo veía en revistas o lo escuchaba en la radio, era esa "conexión de gemelos".
-Vamos, hombre. No entiendo tu enojo.
-Mira, HOM-BRE-Bill pronunció esta palabra con especial acentuación para imitarlo, mientras iba hablando, se fue volteando para verlo, pero en el momento en que lo vio, y se fijó en como movía su piercing con la punta de su lengua, se volteó inmediatamente para que no se diera cuenta de su pena.
-¿Qué?
-N-nada, solo déjame
Suspiro. -Yo solo quiero que seamos amigos Bill, a fin de cuentas, estuvimos encerrados juntos por 9 meses, vamos... -Tom se iba acercando cada vez más a la cama para poder hablar bien con Bill.
-¿Pero y si yo no quiero conocerte mejor?
-Dame la oportunidad- Bill pudo notar como el peso del cuerpo de Tom hundía la cama, entonces, asustado, se levantó de golpe. Los dos se vieron a los ojos por unos segundos, en los ojos de Bill se podía ver algo de enojo, confusión y otro sentimiento, no muy bien definido. Y en los ojos de Tom solo se encontraba la esperanza de poder llevarse bien con el cantante.
-Bien, aceptaré tu oportuna aparición
Tom se levantó de golpe de la cama mientras gritaba. -¡Perfecto! Sé que nos llevaremos muy bien-Se iba acercando lentamente a Bill.
-tchi-tchi-tchi-tchi-tchi- Bill hizo ese ruidito extendiendo su mano hacia Tom y poniéndola en su pecho advirtiéndole que no se acercara más.
-Wo diva, tranquilo, no te voy a hacer nada
-Si, si lo sé solo que tu simple presencia me pone nervioso, ¿no te han dicho que luces un poco como... criminal? - Esa no era la razón por la que Bill no dejaba a Tom acercársele, pero no podía decirle la verdad, no le podía decir que lo ponía nervioso y hacía que se ruborizara y temblara.
-Correcto, bueno entonces... ¡Ah sí! Yo venía a preguntarte algo...
El corazón de Bill se aceleró, sus ojos se abrieron como platos.
-¿Q-que?
-Pues... dice Simonne que no me podría quedar aquí porque no hay espacio en-entonces...- Miró a Bill e intentó verse lo más inocente que podía. Bill captó la indirecta
-¿Qué? No, no, no, no, no y no, no te quedarás con migo.
-Pero no tengo donde quedarmeeee- Puchero.
-P-pero, ¿porqué con migo?
-Dice Simonne que tu apartamento es grande y...
-Sí, pero es mío
-Mj- una pequeña risita se le escapó al mayor
-¿Ahora qué?
-Nada es que eres como un bebito
-¿Y así quieres que te comparta mi apartamento?
-No, no ya perdón, pero entiende, no tengo donde quedarme- Esta vez Tom no intento nada, no puso cara de inocencia precoz, pero Bill no soportó más, esa mirada penetrante le llegó al alma y como inconscientemente comenzó a hablar.
-Sí, y-yo entiendo, puedes quedarte- Los ojos del pelinegro no se apartaron ni un segundo de los de Tom.
No, ¿porqué estoy diciendo eso?, no quiero que un vago se quede en mi casa... no resistiría tanta tentación... ¿Qué estoy diciendo? Jamás me he imaginado a mi mismo con-con un hombre pero porqué llega este diciendo ser mi gemelo y lo empiezo a imaginar... no puedo contra esto, maldición...
-O-oye, ¿estás bien? -La voz de su hermano lo sacó de sus pensamientos.
-Sí, sí estoy bien amm discúlpame- Bill bajó la mano que todo este tiempo había estado en el pecho de Tom y se dirigió al baño. Tenía que calmar su mente. Abrió el grifo del lavamanos y espero a que se llenara para sumergirse en el agua esperando que se fueran con ella sus angustias.
Tom solo se quedó ahí parado, sorprendido por la rara actitud de su recién descubierto hermano. Repentinamente, recordó que tenía que avisarle a Amy que ya había llegado. El movimiento de sus dedos al escribir el mensaje era bastante rápido, tenía mucha experiencia. "Amy ya llegué a casa de mi madre, es una gran persona. Espero verte pronto, te extraño. Tom". Por algún motivo Tom no mostró ni la mínima sonrisa al escribir el mensaje, como lo haría cualquier otra pareja de su edad.
Bill salió del baño frotando su cara con una toalla, al salir, miró a Tom, pero ya no con esa mirada de antes, se había relajado.
El mayor pudo sentir ahora confianza en su mirar.
-Ah, vamos, te mostraré donde vivo. -Una sonrisa de tranquilidad adornó el rostro del Bill.
-Gracias.
Los dos chicos salieron de la habitación de Simonne, dirigiéndose al piso de abajo, donde se encontraron de nuevo a Simonne.
-Si-mamá, Bill me dejó quedarme con él.
-Que bueno hijos, me alegra que se puedan llevar bien.
Los gemelos sonrieron levemente al mismo tiempo, su conexión se hacía más fuerte con cada segundo que pasaban juntos.
El pequeño coche de Bill le pareció muy gracioso al de rastas al compararlo con su camioneta.
-Lindo auto.
-Gracias-Bill no pudo notar su sarcasmo.
Los dos subieron al Audi del cantante y se dirigieron a su apartamento.
Un alto edificio blanco los esperaba al final del camino, estacionaron el auto y bajaron la maleta. Una recepción alta y moderna los recibió. Un señor alto, maloliente y de cejas tupidas saludó a Bill y se ofreció a llevar la maleta de su hermano hasta su piso.
Paredes blancas y vacías, una mesa de vidrio y una pequeña escultura eran en sí, todo el apartamento.
-Es un poco grande para una sola persona, ¿no lo crees? -Tom escucho asombrado el eco que su voz producía en aquella casa.
-Sí, lo dicen mucho.
-Bueno, dime, ¿Qué haces aquí para divertirte? -Tom se sentó en el sillón más grande de la sala.
-Pues... aquí nada, pero puedo llevarte al club, ya es de noche.-Efectivamente, era de noche. Tom volteó a ver hacia la ventana y lo atrajo mucho el hermoso empedrado de estrellas que adornaba el cielo, haciéndolo sonreír.
-Pues, no se diga más, vámonos.
--Más tarde esa noche...--
En la entrada del pub 2 hombres altos y musculosos revisaban las identificaciones de cada persona que entraba, hasta que llegó el turno de los gemelos. El más alto de los hombres observaba la identificación de Tom mientras este sonreía de oreja a oreja, sin poder evitar unos ligeros nervios innecesarios.
-Jajaja, parecías un delincuente entrando a una iglesia. No me digas que la identificación es falsa eh...
-N-no, no es eso, es que el tío me ponía nervioso
-Seh, claro.
-Bueno ya, mira vamos a la barra ¿si?
-Mmm ¿lo dices por las dos rubias que están allí paradas?
-No como crees, tengo novia
Un ligero escalofrío recorrió la espalda de Bill. Una novia...
-Ah... pues entonces ¿qué hacemos? ¿Tomamos algo?
-Sí, vamos
Se dirigieron a la barra y pidieron un vodka cada quién.
-entonces... -Tom ya estaba ligeramente borracho-Dime Billy, ¿tú tienes novia también?
Una sonrisa de quinceañera enamorada se dibujo en el dulce y alcoholizado aliento, como una droga que tenía ganas de consumir. La boca de Bill tembló mientras se acercaba a la de Tom, pero al final, sus labios se posaron sobre los de él, despertando en Bill una infinidad de sensaciones, todas nuevas. Era un hombre, pero se sentía como un amor correspondido, como un beso de verdad. Aunque tenía bien en claro que era un beso contra su voluntad. Bill solo mordía suavemente el labio inferior de su gemelo, hasta que Tom reaccionó y terminó el beso, pero seguía dormido. Bill abrió los ojos que el placer obligó a cerrar y vio con dulzura a su hermano, sabiendo que seguía dormido, hasta que éste murmuro algo... un nombre.
-Amy.
-¿Que quieres?-Bill sonaba como un niño pequeño cuando le dicen que no tendrá postre por maleducado.
Tom seguía sin poder creer que ese cantante fuera su hermano, y peor aún, su hermano GEMELO. Con razón le llamaba tanto la atención cuando lo veía en revistas o lo escuchaba en la radio, era esa "conexión de gemelos".
-Vamos, hombre. No entiendo tu enojo.
-Mira, HOM-BRE-Bill pronunció esta palabra con especial acentuación para imitarlo, mientras iba hablando, se fue volteando para verlo, pero en el momento en que lo vio, y se fijó en como movía su piercing con la punta de su lengua, se volteó inmediatamente para que no se diera cuenta de su pena.
-¿Qué?
-N-nada, solo déjame
Suspiro. -Yo solo quiero que seamos amigos Bill, a fin de cuentas, estuvimos encerrados juntos por 9 meses, vamos... -Tom se iba acercando cada vez más a la cama para poder hablar bien con Bill.
-¿Pero y si yo no quiero conocerte mejor?
-Dame la oportunidad- Bill pudo notar como el peso del cuerpo de Tom hundía la cama, entonces, asustado, se levantó de golpe. Los dos se vieron a los ojos por unos segundos, en los ojos de Bill se podía ver algo de enojo, confusión y otro sentimiento, no muy bien definido. Y en los ojos de Tom solo se encontraba la esperanza de poder llevarse bien con el cantante.
-Bien, aceptaré tu oportuna aparición
Tom se levantó de golpe de la cama mientras gritaba. -¡Perfecto! Sé que nos llevaremos muy bien-Se iba acercando lentamente a Bill.
-tchi-tchi-tchi-tchi-tchi- Bill hizo ese ruidito extendiendo su mano hacia Tom y poniéndola en su pecho advirtiéndole que no se acercara más.
-Wo diva, tranquilo, no te voy a hacer nada
-Si, si lo sé solo que tu simple presencia me pone nervioso, ¿no te han dicho que luces un poco como... criminal? - Esa no era la razón por la que Bill no dejaba a Tom acercársele, pero no podía decirle la verdad, no le podía decir que lo ponía nervioso y hacía que se ruborizara y temblara.
-Correcto, bueno entonces... ¡Ah sí! Yo venía a preguntarte algo...
El corazón de Bill se aceleró, sus ojos se abrieron como platos.
-¿Q-que?
-Pues... dice Simonne que no me podría quedar aquí porque no hay espacio en-entonces...- Miró a Bill e intentó verse lo más inocente que podía. Bill captó la indirecta
-¿Qué? No, no, no, no, no y no, no te quedarás con migo.
-Pero no tengo donde quedarmeeee- Puchero.
-P-pero, ¿porqué con migo?
-Dice Simonne que tu apartamento es grande y...
-Sí, pero es mío
-Mj- una pequeña risita se le escapó al mayor
-¿Ahora qué?
-Nada es que eres como un bebito
-¿Y así quieres que te comparta mi apartamento?
-No, no ya perdón, pero entiende, no tengo donde quedarme- Esta vez Tom no intento nada, no puso cara de inocencia precoz, pero Bill no soportó más, esa mirada penetrante le llegó al alma y como inconscientemente comenzó a hablar.
-Sí, y-yo entiendo, puedes quedarte- Los ojos del pelinegro no se apartaron ni un segundo de los de Tom.
No, ¿porqué estoy diciendo eso?, no quiero que un vago se quede en mi casa... no resistiría tanta tentación... ¿Qué estoy diciendo? Jamás me he imaginado a mi mismo con-con un hombre pero porqué llega este diciendo ser mi gemelo y lo empiezo a imaginar... no puedo contra esto, maldición...
-O-oye, ¿estás bien? -La voz de su hermano lo sacó de sus pensamientos.
-Sí, sí estoy bien amm discúlpame- Bill bajó la mano que todo este tiempo había estado en el pecho de Tom y se dirigió al baño. Tenía que calmar su mente. Abrió el grifo del lavamanos y espero a que se llenara para sumergirse en el agua esperando que se fueran con ella sus angustias.
Tom solo se quedó ahí parado, sorprendido por la rara actitud de su recién descubierto hermano. Repentinamente, recordó que tenía que avisarle a Amy que ya había llegado. El movimiento de sus dedos al escribir el mensaje era bastante rápido, tenía mucha experiencia. "Amy ya llegué a casa de mi madre, es una gran persona. Espero verte pronto, te extraño. Tom". Por algún motivo Tom no mostró ni la mínima sonrisa al escribir el mensaje, como lo haría cualquier otra pareja de su edad.
Bill salió del baño frotando su cara con una toalla, al salir, miró a Tom, pero ya no con esa mirada de antes, se había relajado.
El mayor pudo sentir ahora confianza en su mirar.
-Ah, vamos, te mostraré donde vivo. -Una sonrisa de tranquilidad adornó el rostro del Bill.
-Gracias.
Los dos chicos salieron de la habitación de Simonne, dirigiéndose al piso de abajo, donde se encontraron de nuevo a Simonne.
-Si-mamá, Bill me dejó quedarme con él.
-Que bueno hijos, me alegra que se puedan llevar bien.
Los gemelos sonrieron levemente al mismo tiempo, su conexión se hacía más fuerte con cada segundo que pasaban juntos.
El pequeño coche de Bill le pareció muy gracioso al de rastas al compararlo con su camioneta.
-Lindo auto.
-Gracias-Bill no pudo notar su sarcasmo.
Los dos subieron al Audi del cantante y se dirigieron a su apartamento.
Un alto edificio blanco los esperaba al final del camino, estacionaron el auto y bajaron la maleta. Una recepción alta y moderna los recibió. Un señor alto, maloliente y de cejas tupidas saludó a Bill y se ofreció a llevar la maleta de su hermano hasta su piso.
Paredes blancas y vacías, una mesa de vidrio y una pequeña escultura eran en sí, todo el apartamento.
-Es un poco grande para una sola persona, ¿no lo crees? -Tom escucho asombrado el eco que su voz producía en aquella casa.
-Sí, lo dicen mucho.
-Bueno, dime, ¿Qué haces aquí para divertirte? -Tom se sentó en el sillón más grande de la sala.
-Pues... aquí nada, pero puedo llevarte al club, ya es de noche.-Efectivamente, era de noche. Tom volteó a ver hacia la ventana y lo atrajo mucho el hermoso empedrado de estrellas que adornaba el cielo, haciéndolo sonreír.
-Pues, no se diga más, vámonos.
--Más tarde esa noche...--
En la entrada del pub 2 hombres altos y musculosos revisaban las identificaciones de cada persona que entraba, hasta que llegó el turno de los gemelos. El más alto de los hombres observaba la identificación de Tom mientras este sonreía de oreja a oreja, sin poder evitar unos ligeros nervios innecesarios.
-Jajaja, parecías un delincuente entrando a una iglesia. No me digas que la identificación es falsa eh...
-N-no, no es eso, es que el tío me ponía nervioso
-Seh, claro.
-Bueno ya, mira vamos a la barra ¿si?
-Mmm ¿lo dices por las dos rubias que están allí paradas?
-No como crees, tengo novia
Un ligero escalofrío recorrió la espalda de Bill. Una novia...
-Ah... pues entonces ¿qué hacemos? ¿Tomamos algo?
-Sí, vamos
Se dirigieron a la barra y pidieron un vodka cada quién.
-entonces... -Tom ya estaba ligeramente borracho-Dime Billy, ¿tú tienes novia también?
Una sonrisa de quinceañera enamorada se dibujo en el dulce y alcoholizado aliento, como una droga que tenía ganas de consumir. La boca de Bill tembló mientras se acercaba a la de Tom, pero al final, sus labios se posaron sobre los de él, despertando en Bill una infinidad de sensaciones, todas nuevas. Era un hombre, pero se sentía como un amor correspondido, como un beso de verdad. Aunque tenía bien en claro que era un beso contra su voluntad. Bill solo mordía suavemente el labio inferior de su gemelo, hasta que Tom reaccionó y terminó el beso, pero seguía dormido. Bill abrió los ojos que el placer obligó a cerrar y vio con dulzura a su hermano, sabiendo que seguía dormido, hasta que éste murmuro algo... un nombre.
-Amy.