Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    A Solas Con La Tentacion

    Elizabeth Listing
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    Mensaje  Elizabeth Listing Dom Jul 17, 2011 8:14 pm

    Capitulo 1: Lo Que Te Estas Perdiendo

    -Vamos Bill….llevas casi una hora…

    La voz de su hermano le hace pestañear y salir de sus pensamientos. Fija la mirada en el espejo del baño en donde llevaba ya mucho tiempo encerrado, desnudo de cintura para abajo y sin dejar de observarse y estudiarse.

    Pero nada más.

    Con las manos apoyadas en su estrecha cadera miraba su flácido miembro, que colgaba sin vida entre sus piernas, como si le suplicara que hiciera algo.

    Pero…. ¿el qué?

    El nunca se había masturbado, a pesar de sus años. Tenía casi 17 pero en su mente era aún inocente. Ni se había estrenado ni pensaba en tocarse solo para aliviarse.

    …l no era su hermano, que desde los 13 probó lo que era el sexo y ya no paró. Todas las noches iba a su cama a contarle lo bien que se lo había pasado. Y él le escuchaba con los ojos cerrados, imaginando cosas que no debiera, como que era a él a quien le tocaba o besaba….

    Y ni entonces, a oscuras, con el cuerpo de su hermano al lado del suyo, sintiendo ese calor que casi le abrasaba,….ni entonces se tocaba. Le parecía mal hacerlo…solo porque le ponía que su hermano le hablara…

    -¡BILL!

    Vale, ese grito no le puso nada.

    Mordiéndose los labios, se vuelve a vestir y mira en el espejo como se ha sonrojado. Respira hondo y contando hasta 10 descorre el cerrojo y se enfrenta a su malhumorado hermano.

    -¿Qué hacías tanto tiempo aquí encerrado?-pregunta Tom invadiendo el baño.

    -Yo…pues… ¿me peinaba?-balbucea sin poder pensar con claridad.

    El tono usado por su hermano hace que Tom se gire y se le quede mirando muy fijamente.

    -Te estabas tocando-afirma con seriedad.

    -¡Tom! ¡Que cosas dices!-ríe nervioso.

    -Te tocabas, y me da igual-afirma encogiéndose de hombros.

    Se gira y sin mediar palabra comienza a desnudarse dándole la espalda a su hermano, quien solo puede apoyarse en la pared del baño para dejarle espacio.

    -Vamos Bill, no es malo-continúa diciendo mientras se sujeta el pelo en un moño alto.

    Pero los labios de Bill continúan bien juntos, no los separa ni para respirar, conteniendo el aliento y algo más, como ese gemido que siente subir por su garganta cuando su hermano se baja el boxers y le enseña las nalgas.

    -Yo lo hago siempre que puedo-le dice volviéndose.

    ¡Lo que faltaba! ¿Por qué le hacía eso?

    Desvía la mirada al techo, mordiéndose más los labios hasta sentir sangre en ellos.

    -No seas niño-le dice Tom golpeándole el pecho con un dedo-Los dos tenemos lo mismo, no hay que avergonzarse de ello.

    Pero la cabeza de Bill se mantiene bien alta, rezando para que en ese momento ninguno de sus amigos entrara y les pillara en esa incómoda situación. ¿Qué explicación les podrían dar? ¿Qué se iban a duchar juntos para ahorrar agua?

    -Nos vamos en media hora, si ya has terminado de observar el techo, me meto en la ducha y te dejo libre el espejo-dice Tom sacándole de sus pensamientos de nuevo.

    Solo asiente con la cabeza. Nota la garganta reseca y ni tragar saliva puede. Oye a su hermano moverse, descorrer la cortina y abrir el grifo de la ducha, bajo la cual se mete lanzando un grito de sorpresa ante el agua fría.

    -Como te iba diciendo-grita para hacerse escuchar-Lo hago siempre que puedo.

    ¿Todavía seguía con eso?

    Sacude la cabeza y abriendo el primer cajón del baño que compartía con su hermano, saca su neceser de maquillaje y trata de arreglarse sin pensar en que había un chico desnudo en el baño…y que era ni más ni menos que su propio hermano.

    -Sobretodo en la ducha-continúa gritando.

    -¡Joder!

    -¿Decías?-asoma la cabeza Tom por la cortina con una sonrisa.

    -Me ha entrado rimel en un ojo-le explica enojado.

    Fue escuchar sus palabras y ponerse nervioso, más de lo que ya estaba. El pulso le temblaba y el resultado fue casi quedarse sin un ojo.

    Tom ríe al verle lavarse la cara de nuevo y corriendo la cortina continúa con la ducha…y lo que se traía entre manos. Separa los labios y no puede controlar el gemido que sale de ellos, que es oído por su atónito hermano que tras secarse la cara arroja la toalla al lavabo.

    -¿T-tom?-pregunta con un hilo de voz.

    -Vete…o quédate…si quieres….pero….cállate…-gime más alto cada vez.

    No se lo tiene que repetir dos veces. Cogiendo su neceser echa a correr sin importarle perder la mitad del contenido por el camino, no parando hasta llegar a su habitación y encerrarse en ella de un sonoro portazo.

    Tom ríe al escucharlo y aumentando el ritmo suelta un profundo gemido cuando se corre entre las manos….

    -Bill…. ¡lo que te estás perdiendo!-susurra sonriendo.


    Capitulo 2: En El Fondo Lo Deseas

    Se apoya contra la puerta, sujetando contra su pecho lo poco que le queda dentro del neceser. Jadea tratando de recobrar el aliento, de no pensar en lo que estaba haciendo su hermano en el baño con él dentro.

    ¿Es que no se podía cortar ni delante de él? Era su hermano, había ciertas cosas que no debería ver…o escuchar…por mucho que en el fondo lo deseara…

    Se separa de la puerta y decide terminar de arreglarse en la habitación. Se pone delante del espejo que tiene encima de la cómoda y coge la sombra de ojos, arrugando la frente al ver que es una azul.

    Quería ponerse la negra habitual, pero por nada del mundo iba a salir a ver si la encontraba tirada en mitad del pasillo. Solo faltaba que se cruzara con su hermano por el camino y se abriera la toalla delante de sus atónitos ojos.

    Se maquilla y pone cacao en sus labios, pasando la lengua por ellos para hacerlos brillar más. Sonríe satisfecho ante el resultado. Decide cambiarse de ropa antes de que sus amigos le metieran prisa para no variar. Siempre tardaba milenios en escoger el conjunto adecuado.

    Abre el armario y se queda mirando con los brazos cruzados. Piensa en que se puede poner que no haya llevado ya….

    ¿Esa camiseta negra con un estampado tribal?...No, la llevó en el concierto del lunes…. ¿Los pantalones con cremalleras?...No, los llevó en los MTV…

    ¿Esa camiseta roja que tanto le gustaba a su hermano? ¡Perfecta!

    Un momento, ¿se estaba vistiendo para que su hermano le viera guapo?

    -Eres idiota, Bill Kaulitz-se riñe en voz alta.

    -¿Idiota?-repite Georg asomándose a la puerta.

    -¿No te han enseñado a llamar?-le grita enojado.

    -Perdona, he visto esto tirado en mitad del pasillo y como eres el único de nosotros que te maquillas más que una puerta, pues…

    -Trae-le ordena de malas maneras.

    Pero Georg no se mueve del marco de la puerta, lo que le obliga a andar hacia ella y arrancarle de las manos sus lápices de ojos y unas tijeras pequeñas que siempre llevaba en el neceser.

    -¡Auch!-grita de dolor.

    -¿Te rompiste una uña?- ríe Georg.

    -Me he cortado, idiota-le explica mirándose el dedo.

    Ve un pequeño corte sin importancia en el, de donde comienza a salir un poco de sangre. Se lleva el dedo a los labios y lo chupa mientras con una mano lleva sus perdidas pertenencias.

    -¿Ocurre algo?-pregunta Tom al ver al bajista parado ante la puerta.

    -Tu hermano, se ha cortado y se está desangrando-le explica riendo.

    -Pues me duele-se queja con el dedo en la boca.

    Tom se asoma para verle…y eso es un error…

    Sus ojos se dirigen a los labios de su hermano, cerrados en torno a su dedo índice, chupándolo, succionando….

    -Qué animado estás-dice de repente Georg carraspeando.

    Los gemelos le miran sin saber a quien se refiere, pero una débil señal del bajista al bulto que sobresalía en la toalla que el guitarrista llevaba ajustada a la cadera les hace salir de dudas.

    Apartando con esfuerzo la mirada de su hermano, la dirige a su cuerpo, abriendo la boca sorprendido por haberse puesto duro con solo ver de esa manera a su hermano.

    Bill también lo ve y no puede evitar gemir contra el dedo que acaricia en su boca con la punta de la lengua….

    -En fin, si has terminado con el baño…-comienza a decir Georg.

    -Pues…yo creía que si, pero ya veo que no-le contesta Tom con una forzada sonrisa.

    Otro gemido procedente del cantante, esta vez más alto, hace que todas las miradas recaigan en él, lo que le hace ponerse más rojo que un tomate.

    -¡Deja de pervertir a tu hermano pequeño!-riñe Georg al guitarrista dándole una colleja.

    Eso hace que Tom rompa a reír a carcajadas, sin inmutarse ante la mirada asesina que le dirige su muy avergonzado hermano.

    -¡Iros los dos a la mierda!-grita Bill cerrando la puerta de su habitación con otro portazo.

    Camina furioso por la habitación, tratando de hacer oídos sordos a las carcajadas que escucha en el pasillo. Se para ante el armario y resoplando enojado pasa con furia las perchas una a una.

    -Así que a Tom le gusta mi camiseta roja-farfulla entre dientes-Pues directa a la basura…

    Tira de ella y haciéndola una bola la arroja a la papelera que hay en su habitación.

    -No sé para que tengo tanta ropa de diferentes colores, si siempre voy de negro-continúa riñéndose-Debería tirar todas las demás, vestirme siempre de negro, como si fuera de luto….debería….. ¡DEBERIAS DE DEJAR DE HABLAR SOLO!

    Gritando la última frase tira de una camiseta rasgándola por la mitad, gimiendo al ver que era la ideal para esa noche.

    -Estupendo…muchas gracias Tom…gracias por hacerme desdichado de nuevo…



    -Bueno, ahora en serio-dice Georg dejando de reír y señalándole de nuevo con el dedo-¿Puedo entrar en el baño o necesitas arreglar eso?

    -Todo tuyo, no te preocupes por mi-le contesta con ironía.

    Da media vuelta y entra en su habitación sin dar un portazo como hiciera su hermano. Se quita la toalla y respira hondo tranquilizándose un poco, calmándose lo suficiente para que le erección bajase.

    Se viste corriendo tratando de no pensar en lo sucedido. Salió de la ducha muy relajado, pero fue ver la manera en la que su hermano se llevaba el dedo a los labios y succionaba…

    -¡JODER!

    Se sienta de golpe en la cama y cruza las piernas respirando hondo. No podía evitar pensar en su hermano y sentirse así… ¿qué le estaba pasando?



    Media hora. Ese era el tiempo que llevaba Gustav paseando por el recibidor del apartamento, esperando a que al menos uno de sus amigos se dignara a ser puntual.

    Mira el reloj una vez más y maldice por lo bajo. Se suponía que los esperaban a las 8:30 y ya eran casi las 9.

    -Ya estoy-grita Georg bajando las escaleras de dos en dos.

    -¿Y los demás?-pregunta Gustav mirando sobre su hombro.

    Pero su amigo solo se encoge de hombros como respuesta. Mira hacia las escaleras y pone un pie en el primer escalón, pero no hace falta que suba a por ellos, como si lo tuvieran planeado las puertas de sus habitaciones se abren a la vez y los hermanos salen, mirándose extrañados.

    -No os quedéis parados, que se ha hecho tarde-les llama Gustav desesperado.

    Bajan juntos las escaleras y cogen sus cazadoras del perchero. Salen del apartamento con sus compañeros y una vez en la calle Tom le quita las llaves al batería.

    -Prefiero conducir yo, lo necesito-le dice como explicación.

    Gustav asiente y se monta a su lado, dejando que los otros se sentaran atrás, una vez puestos los cinturones, el coche arranca derrapando un poco al llegar a la esquina.

    -¿Te sientes bien para conducir?-pregunta Gustav agarrándose con las uñas al asiento.

    -Perdona, me distraje-se disculpa en voz baja.

    Solo alzó los ojos para mirar por el retrovisor, cruzándose con los de su hermano, quien como si nada se volvía a llevar un dedo a los labios y lo chupaba, mordisqueando esa uña negra larga….

    -¡TOM!-gritan tres voces asustadas.

    Maldice por lo bajo y da un volantazo. No se había tragado una farola de milagro. Se acomoda en el asiento y conduce con la vista al frente en lo que dura el trayecto.




    Llegan a la discoteca donde se celebra la fiesta y apaga el motor ignorando las protestas del batería.

    -Has aparcado a kilómetros de la discoteca-le dice señalando la zona del solitario parking en el que se encontraban.

    -Así es mejor-le dice como respuesta.

    -¿Mejor? ¿Para qué?-pregunta Gustav confuso.

    -Ya sabes-contesta sonriendo mientras hace girar las llaves del coche en un dedo-Vemos una chica guapa…bailamos un poco….empezamos a….

    -Ya me hago una idea, gracias-le corta quitándole las llaves-Solo te pido que no me manchéis la tapicería.

    Echan a andar hacia la lejana puerta, procurando no pisar un charco en el embarrado y poco iluminado parking. Una vez dentro corren a la barra y piden cervezas para todos.

    Coge la suya y casi se la bebe de un trago. Con la mirada recorre la pista de baile, en busca de una preciosa chica para que le sacase a su hermano de la cabeza.

    Sonríe al ver a la afortunada, y apurando su bebida de un trago, se gira y deja el vaso en la barra, cruzando una mirada con su hermano antes de volverse y echar a andar a la pista de baile.

    -Uno que ya está servido-ríe Georg levantando su bebida.

    Bill le mira arrugando la frente. Coge su bebida y decide alejarse de sus amigos, que ni se dan cuenta de que se va, pues siempre parecía que era invisible cuando su hermano no estaba a su lado.

    Encuentra un solitario y oscuro rincón y se aposenta en el, apoyando la espalda contra la pared mientras observa a su hermano en acción sin poder evitarlo.

    Ve como se acerca a la chica y le saluda, acercándose y susurrándole al oído por lo alta que era la música. Siente que se le pone la piel de gallina, imaginando como sería que su piel fuera rozada por el cálido aliento de su hermano.

    Se estremece y sigue observando. Ve como la chica imita a su hermano y se inclina para susurrarle ella también. La música da paso a una más melodiosa y sin pensárselo dos veces, ve como su hermano le coge de la cintura y comienza a bailar con ella.

    Se les queda mirando con la boca abierta. Más bien solo mira a su hermano, como si la chica no estuviera, como si bailara solo para él moviendo de esa forma tan sensual las caderas.



    Abrazando fuertemente a la chica, apoya la cabeza en su hombro, aspirando su aroma y sin poder evitarlo piensa en su hermano. Olía igual que él, a esos productos que se echaba en el pelo para mantenerlo perfecto.

    Enseguida sus ojos le localizan, medio escondido en las sombras de un rincón apartado. Estudia con atención su rostro. Tenía los ojos muy abiertos y los labios ligeramente separados.

    En pensar en sus labios le hace soltar un gemido que le pilla desprevenido. La chica le mira sin comprender, y le muestra la mejor de sus sonrisas. Se fija en sus labios, no son como los de su hermano pero le piden a gritos que sean probados.

    Y lo hace. Le pone la mano en su nuca y la atrae hacia él, apoderándose de sus labios…pero con la mirada fija en su hermano….



    Se pone tenso al ver que su hermano se ha dado cuenta de que le miraba. Arruga la frente al ver como coge a la chica con firmeza y la besa delante de sus narices.

    Casi deja caer la bebida. La sujeta con firmeza en su mano, viendo como su hermano besaba profundamente a la chica, pasándole las manos por la espalada incluso más abajo…

    Y más abajo comienza a sentir algo. Baja una mano con disimulo y se frota por encima del pantalón, sintiendo que comienza a ponerse duro….nunca se había sentido de esa manera, claro que nunca antes se había tocado…




    Sin despegar los labios de la chica, baja más las manos por su espalda, llegando al borde de su minifalda y colando una debajo, acariciando sus nalgas mientras no le quita los ojos a su hermano,…espera…

    ¡Se estaba tocando! ¡Qué fuerte! Delante de la gente,…y lo hacia por él… ¿lo hacía por él?

    -¡IROS A UN HOTEL!

    El grito del bajista interrumpe el beso bruscamente. Y no solo eso. Ve que su hermano pega un bote y del susto se le resbala el vaso y cae al suelo mientras retira la mano de donde estaba como si hubiera tocado fuego.

    -Muy gracioso tu amigo-ríe la chica fulminando al bajista con la mirada.

    Solo consigue asentir con la mirada fija en su hermano, sin dejar de abrazar a la chica, y de sentir como se vuelve a poner duro sin poder remediarlo.

    -Podemos seguir el consejo de tu amigo-le susurra la chica al oído al sentirle contra su muslo.

    -No creo que aguante…-logra murmurar.

    -Y, ¿qué propones?-le pregunta ella en iguales condiciones.

    Echa una mirada a la barra, viendo como Gustav coqueteaba con la camarera.

    -Espérame en la puerta, voy a por las llaves del coche-le dice a la chica.

    La chica suelta una risa y se apresura a obedecerle, despidiéndose de sus amigas con la mano, quienes la envidian por ser la afortunada de esa noche.

    Tom echa a andar a la barra y sin interrumpir a Gustav mete la mano en su cazadora y le coge las llaves.

    -Tom, que prisas-ríe Gustav girándose.

    -Yo…esto, voy a decirle una cosa a Bill-se excusa caminando hacia donde estaba su hermano.


    Desde su oscuro y solitario rincón, el cantante no ha apartado los ojos de su hermano en ningún momento. Le vio como le dijo algo a la chica, quien casi corrió hasta la salida. Sabe que ha quedado con ella afuera, y también el motivo de su prisa.

    -Corre, no la hagas esperar….-murmura enojado.

    Le ve dirigirse a la barra y hablar con Gustav….¡lo iban a hacer en el coche!

    Cuando lo dijo al aparcarlo tan alejado no le creyó, pensó que era una broma, pero ve que estaba muy equivocado. Jura no subirse a ese coche, prefiere regresar al apartamento andando.

    Se pone rígido al verle caminar hacia él. No se puede resistir y se pasa una mano para comprobar que todo estaba bien, que nada delataba que se había estado tocando.

    -Bill-le llama cuando llega a su lado.

    Le mira sin decir nada, apretando las manos en dos fuertes puños por los nervios.

    -Me voy al coche-le dice sin más.

    -¿Y a mi que me cuentas?-pregunta enojado.

    Tom ríe al ver su reacción. No se le había pasado por alto como apretaba las manos. Se le acerca más y con la excusa de que la música estaba muy alta, apoya una mano en la pared contra la que estaba apoyado su hermano, evitando que huyera de él.

    Se inclina hasta que su aliento le acaricia la piel y cierra los ojos mientras le susurra al oído.

    -Te lo digo…por si quieres seguir mirando…

    Tras decirlo se separa solo un poco, lo suficiente para ver que su hermano se ha puesto colorado.

    -N-no sé de que me hablas-logra decir con voz temblorosa.

    -Mi pequeño Bill…que inocente eres a veces-ríe dando un paso atrás.

    No puede evitarlo y le recorre el cuerpo con los ojos de arriba abajo, parándose en esa zona que veía abultarse como si tuviera vida propia.

    -Vamos Bill…-le anima-En el fondo….lo estás deseando…

    No puede evitar separar los labios al escuchar a su hermano, evitar gemir cuando le ve marcharse andando hacia atrás, tendiéndole una mano invitándole a seguirle….

    Niega con la cabeza, ve que su hermano ríe y asiente, se da la media vuelta y anda hacia la salida silbando por el camino.

    Le ve desaparecer entre la gente. Trata de respirar hondo, pero le falta el aire. Siente que se ahoga si no sale de la discoteca.

    Con esa excusa en su cabeza, se separa de la pared que si no estuviera allí ya se hubiera caído al sentir como su hermano le rozaba la piel con su cálido aliento.

    Pasa al lado de la barra, pero no se despide de sus amigos, pues era como si fuera invisible para ellos…

    Y ojala lo pudiera ser. Así podría ir donde quisiera, nadie le vería….nadie notaría que estaba espiando a su hermano por la ventanilla del coche en donde le hacía el amor a una chica sabiendo que él le estaba mirando…


    Capitulo 3: ¿Solo Vas a Mirar?

    No quiere hacerlo, pero parece que sus pies tienen vida propia y pueden más que él. Le llevan corriendo hasta el apartado lugar en el que su hermano dejó el coche tan estratégicamente aparcado.

    Frena de golpe al llegar a el, resbalando en el pavimento y cayendo al suelo emitiendo una maldición por lo bajo. Se incorpora y se mira las palmas de las manos que sentía arder tras el fuerte impacto. Pero eso no le iba a impedir hacer lo que pensaba hacer.

    Echa un vistazo a su alrededor, observando que nadie había sido testigo de su tonta caída, y que nadie lo sería de lo que ib a suceder a continuación, si reunía el valor necesario, claro…

    Porque aún se lo estaba pensando. ¿De verdad iba a espiar a su hermano? ¿De verdad se iba a masturbar de paso?

    Pensar en ello le hace sentir un escalofrío. Sería su primera vez, y ocurriría en mitad del oscuro parking viendo como su hermano se tiraba a una chica en el asiento trasero del coche.

    Coche que tenía a escasos metros en esos momentos. Se agacha y conteniendo el aliento se acerca todo lo que puede, quedando escondido tras el coche de al lado, desde el que tenía una buena vista y agudizando el oído podía escuchar cualquier gemido.



    Le costó lo suyo no tomar a la chica nada más entrar en el coche, pero tenía que darle tiempo a su hermano. ¿Y si se lo estaba pensando? Tal vez le pareció ver que se tocaba mientras la besaba, pero esa mano tan bien colocada…solo podía significar algo.

    -¿Me estás escuchando?

    La voz de la chica le hace volver a la realidad. Sentados los dos en el asiento de atrás, se miraban y esperaban, o la meno eso era lo que él hacía, pues al fijarse mejor en la chica descubre que ya no lleva la camiseta puesta y lucía un sostén de seda negra que le llamaba la atención, tanto como ese pezón que se le escapaba por encima de la copa.

    Escucha un ruido y gira la cabeza, sonriendo de inmediato. Acababa de divisa a su hermano, o al menos por unos segundos antes de verle aterrizar en el suelo cual largo era.

    -Empecemos-anuncia de improvisto.

    Se lanza encima de la chica, que grita por la sorpresa y rompe a reír a carcajadas al sentir como su escasa minifalda es subida de improvisto, dejando a la vista su oscuro tanga a juego con el sostén que esa noche llevaba.

    Siente como los labios del guitarrista se posan sobre sus pechos, bajando con los dientes la tela que impedía que su lengua se los recorriera. Ahoga otro grito al sentir colar las manos en su tanga, arrastrarlo rodillas abajo y maldice por lo bajo la escuchar como se rasgaba.

    -Perdona-murmura Tom con la cara enterrada en sus pechos.

    Alza la cara para coger un poco de aire, momento que aprovecha para echar un vistazo por la ventanilla, pendiente de cualquier movimiento de su hermano, quien agazapado tras el coche de al lado le miraba con los ojos abiertos como platos y los labios separados.

    “Acércate más, no te quedes ahí parado”-le quiere gritar.


    Pero no es necesario, era como si el cantante le hubiera escuchado, porque se levanta con cuidado y se acerca más a ese coche en el que su hermano pasaba un buen rato.

    Se pone de rodillas en el suelo, asomando la cabeza y mirando con cuidado por la ventanilla que tenía más cerca. Pone las dos manos en la puerta y apoyándose en ella observa sin pestañear lo que ocurría en tan reducido espacio.


    Le ve moverse, y él también lo hace. Se sentía a punto de explotar, y quería hacerlo cuando los ojos de su hermano estuvieran fijos en los suyos.

    Suelta a la chica que se tenía entre manos y mete una de ellas en el bolsillo trasero de sus pantalones, sacando un envoltorio que se pone entre los dientes mientras se desabrocha y baja los pantalones.

    Una vez que su miembro erecto está al aire libre, abre el envoltorio con los dientes y saca de él un preservativo que se pone con dedos temblorosos.

    -¿Te ayudo?-pregunta la chica con voz melosa mientras se incorpora.

    -No te muevas-casi le grita.

    Solo faltaba que viera a su hermano y se escandalizara, dando por finalizado ese acto de amor. O más bien de sexo, porque el amor no haría acto de presencia, a no ser que fuera con su hermano al lado….

    Termina de colocarse el preservativo y alzando las caderas de la chica con ambas manos, ladea a un lado la fina tira del tanga y la penetra con fuerza, oyendo su gemido de protesta.

    Lo ignora y sigue avanzando sin apartar la mirada de esos ojos que estaban fijos en la ventana. Sonríe con deleite y acelera el ritmo de las embestidas, si apartar la mirada y sin que desapareciera la sonrisa de sus labios.


    No podía creer que estuviera sucediendo. Su hermano tirándose a una chica en el asiento trasero, sabiendo que le estaba espiando….y tocándose si poder evitarlo.

    Fue ver como su hermano alzaba las caderas a la chica, escuchar su gemido de dolor y meterse la mano por el pantalón. Comenzó a frotarse por encima de la tela de su ropa interior, buscando un hueco hasta que sus dedos tocaron su miembro que se estaba poniendo duro y tieso.

    Aumenta el ritmo al ver a su hermano hacerlo, jadeando al mismo tiempo que él, separando los labios a la par y dejando escapar el aliento que empañaba el cristal por el que miraba.

    Levanta la mano que aún estaba apoyada en la puerta, limpiando lo empañado.
    No quería perderse ningún detalle, y si su hermano estaba a punto de correrse como él, quería verlo con sus propios ojos, y sentirlo en sus propios dedos.



    Ve como su hermano suspira y empaña el cristal de la ventanilla, lo que parece darle alas. Acelera más el ritmo, sin aparatar la mirada de los ojos que fijamente lo observaba todo, sin querer perderse cualquier detalle por muy pequeño que fuera.



    Se cansa de estar de rodillas. Se levanta con cuidado de no ser observado, retrocediendo un paso sin dejar de masturbarse con los labios fuertemente apretados.


    Le ve levantarse y se fija muy bien en donde tiene metida la mano, y en el bulto que sobresalía de los pantalones de su hermano. Aprieta él también los labios y con una última embestida se corre dentro de la chica con los ojos fijos en los de su hermano, que los abre como platos y separa los labios suspirando.



    Ver la expresión de su hermano, saber que hay había terminado le hace a él imitarle. Pasa sus largos dedos por toda la longitud de su miembro, separando los labios al sentir como una calidez le llenaba la mano y le hacía suspirar.

    Se apresura a salir de allí, solo faltaba que alguien le estuviera mirando, preguntándose que demonios hacía en mitad del parking y con una mano metida en sus pantalones.

    Saca la mano y entra de nuevo en la fiesta, sin dejar de correr hasta que da con el baño y se encierra en él. Abre el grifo y se lava las manos sin dejar de jadear por lo ocurrido. Alza la cara y se mira en el espejo, no pudiendo reprimir la sonrisa al ver su estado.

    Tenía las mejillas sonrosadas y un brillo especial en los ojos.




    -Tom…..-gime la chica.

    El aludido sale de ella y se incorpora con esfuerzo. Había visto salir pitando a su hermano, volver a la fiesta y desear echar a correr tras él. Quería preguntarle si le había gustado, o si quería más.

    -Has estado estupendo-le dice la chica acomodándose la ropa.

    -Si, tú también-responde automáticamente.

    Se deshace del condón usado, tirándolo por la misma ventanilla a la que estaba asomado su hermano hacía segundos escasos. Se sube y abrocha los pantalones, saliendo del coche y ayudando a la chica a imitarle.

    -Necesito agua-suspira la chica estirándose.

    -Vamos, que te invito-contesta cogiendo su mano.

    Tira de ella y la lleva a la fiesta a la carrera. Llega ala barra y se reúne con sus amigos, entregando las llaves a su dueño que le mira con una expresión resignada en la cara.

    -¿Se salvó la tapicería?-pregunta Gustav sin muchas esperanzas.

    -Que sí, no seas pesado-contesta de malas maneras-¿Y mi hermano?

    -Le vi entrar en el baño corriendo, le habrá dado un apretón-ríe Georg de su broma.

    Tom le ignora y tras pedir una bebida para su conquista y despedirse de ella hasta la próxima vez que la viera, que sabía que sería nunca, se dirige al baño y llama a la puerta.

    Espera pacientemente y cuando es abierta ofrece su mejor sonrisa.

    -¿Qué? ¿Has visto algo interesante?-pregunta a su sonrojado hermano.

    Bill no sabe donde meterse. No se esperaba que le siguiera hasta el baño y que encima le preguntara. Pasa por su lado tratando de mantener la calma, a pesar de sentir las piernas como gelatinas.

    Llega a la barra seguido por su hermano, que no dejaba de sonreír y silbar por el camino. Deciden irse una vez reunidos los 4, al día siguiente tenían ensayo y ya se les había hecho tarde.

    Decide conducir Gustav, era el único que no había bebido y ya no dejaría jamás su preciado coche en manos del guitarrista.

    Sentado en el asiento de atrás al lado de su callado hermano, Tom disfrutaba recordando lo bien que se lo había pasado. Mira de reojo a su hermano, quien de cara a la ventanilla se mordía los labios y se retorcía nervioso las manos.

    -¿Qué? ¿Hay algo interesante que ver?-repite la misma pregunta de antes.

    Y nuevamente obtiene su silencio como respuesta.


    Llegan al apartamento y cada uno va derecho a su habitación.

    Entra en la suya y se desnuda evitando pensar en lo que había pasado esa noche. Ya no era el hecho de haber espiado a su hermano, si no el haberse masturbado por primera vez.

    Le había gustado, tras hacerlo se sintió mucho mejor que al principio, con fuerzas de comerse el mundo entero.

    Pasea en boxers por su habitación, recogiendo la ropa que se había quitado y dejado caer al suelo de cualquier manera.

    Abre la puerta cuando llaman a ella y se sorprende de ver a su hermano de pies en el pasillo y con los ojos velados. Estaba en boxers, al igual que él y no puede evitar recorrerle el cuerpo de arriba abajo.

    -¿Solo vas a mirar?-pregunta Tom en un susurro,

    No el entiende. Va a preguntarle a que se refiere cuando da un paso adelante y entra del todo en su habitación, cerrando la puerta tras de sí y apoderándose de sus temblorosos labios.


    Capitulo 4: Cayendo En La Tentacion

    Sin separar los labios de los de su hermano, Tom camina en dirección a la cama, sobre la que le acuesta con suavidad, dejándole de espaldas y él cómodamente recostado sobre su pecho, que sube y baja nervioso por ese profundo beso.

    Sin separar los labios, baja las manos por el cuerpo de su contrario, recorriéndolo con las yemas de los dedos y provocando miles de escalofríos que hacen que se le revuelva bajo su cuerpo y alce por instinto las caderas.

    Sonríe contra sus labios y baja más las manos, hasta colarlas dentro de sus boxers y tirar de ellos hacia abajo.

    Eso hace que el cuerpo de su hermano se ponga tenso, y expulse su lengua de su boca con esfuerzo.

    -Tom….para….ay, por favor…para un momento…-dice entre gemidos y jadeos.

    Le obedece y saca las manos, que sube por su cuerpo acariciando su agotado pecho.

    -Esto…no podemos hacerlo-susurra Bill sin atreverse a mirar su hermano a los ojos.

    -¿No?-repite Tom confuso.

    -Claro que no-repite con firmeza-Somos hermanos.

    -Te he visto, espiándome-le dice besándole en el pecho-En la ducha (beso)….en la fiesta (beso)…en el coche (beso)….

    -En la ducha….noooo…-le aclara con un gemido.

    -Te quedaste casi hasta que me corrí, y eso cuenta mucho-le dice sonriendo.

    Se le queda mirando sin devolverle la sonrisa, mordiéndose los labios para que de ellos no se escapara ningún otro gemido descontrolado. Sentir en su cuerpo los labios de su hermano, besándole, dejando su cálido aliento que le quemaba y atravesaba la piel…

    Quiere levantarse, apartarle de su lado antes de hacer algo que no debieran, hacer algo de lo que luego se arrepintieran…hacerlo y quedarse hambrientos…

    Tom ve la indecisión en los ojos de su hermano, que no se atreve a fijarlos en los suyos. Suspira y se acomoda mejor entre las separadas piernas de su hermano, haciendo que sus entre piernas se frotaran a posta.

    -No haremos nada que tú no quieras-le dice con un susurro moviendo contra su hermano las caderas.

    Sentirle frotarle de esa manera le hace alzar la cabeza y soltar un hondo suspiro a la vez que alza de nuevo las caderas. Levanta las manos y las apoya en el fuerte pecho de su hermano, tratando de frenarle en vano.

    -Si hay algo que no te gusta, me lo dices y paro-le explica Tom sin perder la sonrisa de sus labios.

    Sabía que no le iba a decir que no, que por mucho que le tratara de parar con las manos, su cabeza y corazón le decía todo lo contrario.

    “Déjate llevar….cae en la tentación….”

    -¿Te gusta lo que te hago?-pregunta bajando una mano.

    La vuelve a meter por sus boxers, cogiendo su miembro y rozándolo con la punta de los dedos, lo que le arranca un grito esa vez. Que se apresura a callar poniendo sus labios encima de los de su hermano, besándole con suavidad sin dejar de meterle mano.

    -Si….me gusta….-logra susurrar como respuesta a su anterior pregunta.

    Aleja las manos del pecho de su hermano, las deja a ambos lado de su cuerpo, cogiendo la sábana y retorciéndola entre los dedos al sentir como los de su hermano le acariciaba el miembro de arriba abajo.

    Cierra los ojos y alza la cabeza sin perder la sonrisa de sus labios, que se ensancha cada vez más cuando su hermano baja por su cuerpo dejando a su paso un rastro de húmedos besos. Por su pecho…por su estómago….más abajo..

    Cuando quiere darse cuenta, sus boxers se ha bajado y su miembro es apresado por los dulces labios de su hermano, que se lo besa y lame con rapidez, sin darle tiempo a pensar en lo que le hacía y dar marcha atrás.

    ¿Cómo podría hacerlo si se sentía como en el cielo?

    Sin parar de succionar el miembro de su hermano, Tom se pone de rodillas entre sus piernas, bajando del todo esa prenda que quedó bajo su cadera. Se levanta lo suficiente para despojar a su hermano de ella, quien sin abrir los ojos ni alzar la cabeza, le ayuda levantando primero una pierna y luego la otra.

    Lo tira al aire sin ver ni importarle donde cae. Se despoja del suyo con un hábil y aprendido movimiento, acomodándose de nuevo sobre ese palpitante miembro que sus labios han puesto duro y tieso.

    Deshace el camino que ya hiciera con húmedos besos, subiendo por el cuerpo de su hermano y apoderándose de sus labios le alza las caderas con cuidado y cuela un dedo dentro.

    -Ssssshhhhh…..-pide contra su boca-solo te estoy preparando.

    Se relaja de nuevo y se concentra en el beso que le estaban dando, alejando de su pensamiento cualquier rastro de cordura.

    Lo iba a hacer por primera vez…lo iba a hacer con su propio hermano…..y… ¡cómo estaba disfrutando!

    Levanta las piernas y rodea con ellas la cintura de su hermano, alzando más las caderas y dejándole espacio para que colara más dedos y le preparara. Necesitaba sentirlo dentro, en esos mismos momentos. Necesitaba sentirse lleno, alejar la soledad en la que había estado viviendo por miedo.

    A experimentar el amor. A dejarse llevar…..a estar con su hermano….a amarle de verdad….

    Sabe que el momento ha llegado. Siente como su entrada está dilatada y el miembro de su hermano le frota con insistencia el estómago, le siente contra su piel, duro y preparado…listo como él…

    -¿Bill?-llama Tom sin aliento.

    -Vamos….ahora no pares….-le suplica con los ojos velados.

    Asiente con la cabeza y se acomoda mejor entre sus piernas. Le alza más las caderas con una mano y con la otra dirige su erección a la entrada de su hermano, que traspasa con suavidad. Avanza poco a poco, sin apartar los ojos de su cara, viendo como le cambiaba la expresión de miedo a una más relajada.

    Hasta que queda dentro y no puede avanzar más. Solo entonces se separan los labios de su hermano y emite un suspiro por lo bajo, rozándole los suyos con su cálido aliento.

    Se queda quieto el tiempo necesario para que se acomode el cuerpo de su hermano a su miembro. Le siente relajarlo y apresarle más entre sus piernas, como si temiera que se fuera a salir para no volver a entrar.

    Comienza a retirarse, pero no se sale del todo. Comienza a embestirle con suavidad, lentamente hasta que las caderas de su hermano se alzan y marcan el compás. Le sigue el ritmo, aumentando el suyo, embistiéndole con más rapidez sin dejar de jadear.

    Y sin despegar sus labios de los de su hermano, le hace rodar y quedar él abajo. Le coge las caderas con ambas manos y marca el ritmo de las embestidas, al mismo tiempo que su hermano se incorpora y sentado sobre su cuerpo mueve las caderas de atrás a adelante con las manos apoyadas en su agitado pecho, echando la cabeza hacia atrás y mordiéndose los labios para no gritar.

    Siente que está a punto de terminar, y que su hermano le quiere acompañar. Suelta una mano de su cadera y cogiéndole el miembro que quedó aprisionado contra su estómago, desliza los dedos por toda su longitud, hasta que ve que ve como se tensa el cuerpo de su hermano y una sustancia blanca se esparce sobre su estómago.

    Le da una última embestida y se derrama dentro de él, conteniendo el aliento y gimiendo por lo bajo sin apartar los ojos de los de su hermano, que al sentir esa calidez esparcirse por dentro de su cuerpo fijo la mirada en él.

    Se derraman a la vez, gimen a la vez….y se sienten desfallecer cuando el orgasmo termina y los deja debilitados.

    Soltando un profundo suspiro, el cantante se deja caer sobre su hermano jadeando, entre abriendo los labios y tratando de recobrar el aliento mientras se seca una lágrima que se le ha escapado.

    Descansando sobre su agitado pecho, Tom levanta una mano y le retira el pelo de la cara, sonriendo al ver sus mejillas sonrosadas y la sonrisa que lucían sus labios.

    -¿Estás bien?-logra susurrar.

    Lo más importante en esos momentos, era que su hermano no hubiera sentido dolor alguno, aunque lo dudaba viendo la expresión de su cara.

    Le ve separar los labios y tratar de hablar, pero solo sale de ellos su cálido aliento en forma de suspiro que le roza el pecho. Lo toma como un si y abrazándole con más fuerza sale de su interior con cuidado.

    Coge una esquina de la sábana con una mano y se la echa por encima, tapándolos a ambos.

    -Buenas noches-susurra contra el pelo de su hermano.

    -¿Te vas a quedar a dormir?-pregunta el cantante de la misma manera.

    -Me has dejado agotado-responde sonriendo.

    Le pasa las manos por la espalda, alzando la cara y besándole en la mejilla le desea dulces sueños mientras se acomoda mejor debajo de su hermano.

    Bill sonríe y suspira, recostando la cabeza en el pecho de su hermano, poniendo la cara en la curva de su cuello y dejando en él un húmedo beso. Cierra los ojos y se dispone a dormir sobre el cálido cuerpo de su hermano, entre sus fuertes brazos que no le sueltan por miedo a despertar y ver que no fue real.

    Nunca pensó que su primera vez sería con su hermano. Pero, estando a solas con él… ¿cómo no resistirse y caer en la tentación?

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      Fecha y hora actual: Jue Nov 21, 2024 12:41 pm