Quieres que duerma en tu cama contigo –
- Eso dije Tom. ¿Puedes? –
- Claro mi ángel, porque no habría de poder –
El de rastas se acostó e inmediatamente se cobijo, luego Bill se acostó a su lado y se cobijo con la misma sábana. Mirándole a los ojos le dijo:
- Tom siento mucho miedo será que puedes abrazarme, es que puedo sentir que el ratón vendrá y me morderá –
- Nadie te hará daño si yo estoy contigo mi ángel y menos un peludo ratón. Ven acuéstate en mi brazo –
El pelinegro se acostó en el brazo izquierdo de Tom, luego el de rastas se dio la vuelta poniéndose de frente a Bill y lo abrazo, el pelinegro se sentía seguro entre sus fuertes brazos y Tom completamente dichoso al tener tan cerca a su amado.
- Aun sientes miedo –
- Todo mi temor se ha ido, contigo me siento seguro –
- Duérmete mi ángel, yo te protegeré –
El pelinegro se quedo dormido y Tom tiernamente le dio un beso en la frente y suavemente expreso:
- Como quisiera que todas las noches se te metieran ratones en el cuarto para poder tenerte siempre entre mis brazos, duerme mi ángel, nada malo te pasara si estoy contigo –
A las 5:00 a.m. el pelinegro se despertó y un cosquilleo recorrió todo su cuerpo al sentirse entre los brazos de su chofer.
- Jamás me había sentido tan seguro como ahora, no sé que me pasa contigo Tom pero mi cuerpo es invadido por un sentimiento tan extraño que no puedo explicar cuando estas conmigo, me siento nervioso y a la vez emocionado, me encanta estar contigo, disfruto tanto tu compañía, eres tan agradable a pesar de no tener mis mismos intereses. Porque no naciste en una familia adinerada como yo, porque tu destino tuvo que ser tan diferente al mío. Me gustas, pero jamás podría pensar en tener algo serio contigo, serias uno mas de mi lista, solamente una aventura. Pero ni a eso llegaremos porque estoy seguro que no te gusto, por mas tímido que seas si te gustara ya me lo hubieras dicho pero eres muy reservado, eres un chico centrado en ti mismo y eso no te ha hecho darte cuenta lo mucho que me encantas. Como quisiera que me rogaras un poquito siquiera de lo que Andreas me ruega, me harías tan feliz –
En ese momento el de rastas comenzó a moverse, esta acostumbrado a despertarse temprano, al abrir los ojos vio a su lado al pelinegro que lo miraba detenidamente.
- Buenos días mi bello ángel de la mañana, como amaneciste se te quito el miedo –
- Si Tom, gracias por quedarte conmigo. Creo que no hubiera podido dormir si no te hubieras quedado a mi lado –
- No fue nada, pero ahora si debo dejarte, me tengo que ir a bañar y a arreglar –
- Pero ahora no iré a la universidad puedes seguir durmiendo –
- No mi ángel, soy el chofer no el dueño de la casa, debo estar listo para cuando me necesites, además no quiero que la señora Dunja me encuentre aquí y vaya a pensar mal –
- Te molesta tanto que piense mal de ti –
- Que piense mal de mi no me importa, pero de ti si –
- Tom te preocupas por mi – Expreso el pelinegro emocionado.
- Claro que me preocupas, así como me preocuparía cualquier otra persona –
- Ah si claro, entiendo –
- Te dejo entonces, nos vemos más tarde –
El de rastas se fue a su habitación mientras Bill respiraba el aroma que Tom había dejado impregnado en la almohada y abrazándola contra si, se quedo nuevamente dormido.
- Bill despierta, ya es hora de ir a estudiar –
- Dunja no me molestes, déjame dormir –
- Nada de eso, levántate –
- Ahora no iré, así que déjame en paz y vete –
- Muchos quisieran estudiar pero no pueden y tu que si puedes no quieres hacerlo, es un desperdicio –
El pelinegro se quedo muy pensativo ante las palabras de su nana.
- ¿En que piensas mi niño? –
- En lo que acabas de decir, en eso de que muchos quisieran estudiar y no pueden, me recordaste a Tom –
- ¿A Tom? –
- Si, sabes nana, Tom nunca ha estudiado y desea hacerlo pero no puede. Quiero ayudarlo para que aprenda a leer y escribir –
- Me parece un lindo gesto de tu parte, pero haber dime a que se debe tanta bondad con el chofer –
- Me agrada es todo –
- Mmmm… tanta generosidad me parece muy sospechosa, el rastudito esta muy guapo, no será que te gusta –
- Por Dios nana de donde sacas eso, como crees que yo me fijaría en un simple chofer, eso nunca. Bill Trümper jamás se ha enamorado y no lo hará ahora de un pobre chofer como lo es Tom –
El de rastas que se encontraba afuera de la habitación de Bill para mostrarle lo bien que le había quedado la ropa que le compro, escucho todo lo que éste le dijo a Dunja y cabizbajo con el corazón destrozado regreso a su cuarto. Con lágrimas en los ojos expreso:
- Así que eso soy para ti Bill, un pobre chofer. Te voy a demostrar que puedo ser más que eso. Trabajare mucho para ganar lo suficiente y poder estudiar y dejar de ser un simple chofer. Sé que para ti no soy un buen partido como lo es Andreas, pero lo voy a llegar a ser ya lo veras y cuando lo sea luchare hasta conquistarte. Porque te amo Bill, me he enamorado como un loco de ti pero no te lo voy a decir hasta que esté seguro que tendré una posibilidad contigo y esa posibilidad la tendré hasta que logre superarme y ser alguien tan importante como lo es Andreas –
Mientras tanto Dunja seguía con su interrogatorio al pelinegro.
- Dime Bill como piensas ayudar a Tom –
- Seria maravilloso que recibiera clases particulares aquí en la casa mientras yo estoy en la universidad –
- Eso estaría muy bien –
- Encárgate nana. Consigue al mejor profesor de Alemania para que le de clases a Tom, no importa lo que cobre, encuéntralo –
- Muy bien mi niño, yo me encargare de todo, contratare al mejor –
- Eso quiero nana, para Tom solo lo mejor –
- Iré ahora mismo a realizar unas llamadas para ver quien de tus mejores profesores esta disponible. Dime cuando te gustaría que empiece sus clases –
- Mañana mismo si es posible –
- Muy bien, te dejo entonces iré a ocuparme de eso –
- Nana por favor dile a Tom que venga, le quiero dar la buena noticia –
- Ya te lo mando mi niño –
- Gracias nana –
Dunja se fue hacia la cocina donde Tom se encontraba desayunando y muy contenta se dirigió al de rastas:
- Tom cuando termines de desayunar ve a la habitación de Bill tiene algo muy importante que decirte –
- Si señora – Respondió el de rastas con cierta melancolía, ya tenia planeado lo que iba a hacer.
El pelinegro se baño y se arreglo muy bien para recibir al de rastas, se veía bellísimo, terminando de plancharse el cabello estaba cuando llamaron a la puerta.
- ¿Quién es? –
- Soy Tom –
- Oh Tom pasa –
- Me dijo la señora Dunja que tienes algo importante que decirme –
- Así es, pero mira nada más que bien te queda la ropa, te ves fabuloso Tom –
- Gracias Bill –
- Bueno voy a decirte algo que sé te pondrá muy feliz –
- Yo también tengo algo que decirte Bill, pero no sé como tú lo tomaras –
- Que quieres decirme Tom, habla por favor –
- Quiero pedirte permiso para poder trabajar en otra parte mientras tu estas en la universidad, necesito ganar un poco más de dinero –
- Pero aquí tienes todo para que quieres más dinero, no te es suficiente lo que te pago –
- El sueldo que recibiré de este trabajo es muy bueno pero no es suficiente para lo que quiero hacer –
- Y que quieres hacer Tom –
- Quiero estudiar Bill –
- Oh Tom, no debes preocuparte por eso, yo ya lo tengo resuelto –
- ¿Pero como? –
- Vendrá un excelente profesor a darte clases aquí a la casa mientras yo estudio, posiblemente desde mañana –
- No puedo aceptar eso –
- ¿Pero por qué? –
- Porque quiero hacerlo por mi propio esfuerzo, si yo voy a lograrlo será por mi, no porque tu lo hayas hecho posible. Por favor Bill dejame ir a trabajar a otra parte para poder estudiar de noche –
- No es necesario tanto sacrificio Tom, yo quiero ayudarte –
- Lo agradezco, pero no quiero tu ayuda Bill –
- Pero Tom –
- Por favor, respeta mi decisión –
- Esta bien como tú quieras, tienes mi consentimiento para trabajar en otro lugar solo mientras estoy estudiando –
- Gracias Bill, eh… mi ángel vas a salir a alguna parte –
- No porque –
- Es que te has arreglado muy bien, como si fueras a salir –
- No, solamente quise verme bien y creo que lo he logrado –
- Así es mi ángel te ves… -
- Como me veo Tom, dime –
- Bien, te ves bien – Expreso el de rastas mostrando indiferencia para disimular que estaba extasiado ante tanta belleza.
- Solo eso dirás, que me veo bien –
- No también quiero decirte que si por favor me permites ir ahora mismo a buscar mi otro trabajo –
- Claro Tom puedes ir si ya no tienes nada más que decirme –
- Gracias mi ángel, nos vemos en la noche –
- A las 3:00 p.m. te quiero aquí Tom, ni un minuto mas tarde. ¡Entendiste! –
- Si mi bello ángel, entiendo –
El de rastas se fue en busca de un nuevo trabajo que le permita pagar un profesor que lo eduque y lo convierta en un hombre digno de obtener el amor de su tan adorado pelinegro.