Tokio Hotel World

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^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Buscando Las Llaves

    Thomas Kaulitz
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    Mensaje  Thomas Kaulitz Sáb Ago 20, 2011 10:00 pm

    - Maldita sea Bill, ¿qué hiciste las llaves de la casa?

    Tom estaba muy alterado, tenía más de tres horas buscando las benditas llaves, y no aparecían por ningún lado.

    Su Madre y Gordon los esperaban en casa de sus abuelos, ese fin de semana la pasarían en compañía de ellos, pero a ese paso nunca llegarían.

    - Relájate Tom, estas muy tenso, solo son unas putas llaves, ya aparecerán.

    - Si no buscas, Jamás aparecerán.- le dice a su hermano mientras busca debajo de su cama.

    Bill por su parte estaba en una silla mecedora contemplando sus uñas, y silbando una melodía.

    El gemelo mayor seguía acurrucado en el suelo tratando de encontrar las llaves bajo su cama, había tantas cosas ahí, que cada vez que sacaba algo se quedaba escudriñándolo, o se emocionaba porque ya días no lo veía, pensando que lo había perdido.

    - Si limpiaras más seguido, no tendríamos estos problemas, -le dice Bill, ahora limándose las uñas-. Debajo de tu cama parece la dimensión desconocida – el pelinegro se burla-.

    - Ya cállate Bill, me estas sacando de mis casillas, mejor ve a buscar a tu cuarto, me imagino que esta “más limpio” que el mío, aunque lo dudo.

    El moreno se levanto de la mecedora y le tiró la lima que llevaba en la mano, esta pegó en la frente del de rastas, este solo hizo un gesto de advertencia, y se le antojó descortés.

    Mientras tanto Bill se dirigía a su cuarto, para encontrar “las llaves”.

    - “ Esto es peor que la guerra de las galaxias”-

    Buscó en cada cajón de la cómoda, fracasando en cada una de ellas.

    -“Mi ropa sucia”-

    Hurgó cada bolso de sus pantalones, obteniendo el mismo resultado que en los cajones.

    Solo faltaba un lugar donde buscar, debajo de su cama, se quedo unos minutos observando el zanjo debajo de la cama, hasta que al fin se arrastró hacia él.

    Al igual que su hermano, encontró cosas que ya hacía por perdidas, y se topó con algo que lo dejó pensando.

    - “!El estuche que me regaló Andreas!”- - Rió con picardía- se lo regaló el día que le contó lo que tenía con Tom, el amor que se profesaban desde hace mucho tiempo.

    Quitó el polvo que la cubría y la subió a la cama, para explorarla un poco, y ver si podía extraer algo de ello, quedarse con algunas cosas y botar las inservibles, pero primero necesitaba relajarse. Se tiró en su cama, tomó aire y exhaló con frustración.

    Decidió ir a darse un baño para que su cuerpo se relajara.

    Tom seguía sumido en cada una de las cosas que sacaba, se admiraba de cuantas habían bajo la cama, y pensando en el por qué nunca limpiaba su cuarto.

    -“Espero que Bill encuentre las llaves para largarnos de aquí”-

    Sale del baño solo en bóxer y con una toalla que le colgaba del cuello, el baño había sido gratificante.

    Abre la maleta, y ríe por lo bajo recordando lo que le dijo su amigo cuando se la dio, que la usara en un momento extremadamente aburrido, y eso haría.

    -“Si… ¿Por qué no?”-

    De una patada abrió la puerta del cuarto de Tom, este se estremeció por el susto que se había llevado al escuchar la puerta abrirse con brusquedad, dirigió la mirada hacia ella para ver que había provocado ese escándalo, y se quedo estupefacto por lo que miró.

    Ahí yacía su hermano, con unas botas de amarre negras, las mismas que había usado para los comets, con bóxer negro del cual prendían unos tirantes color plata, su sombra negra en los parpados, y su pelo lacio, en una de sus manos llevaba un látigo y en la otra unas esposas.

    -Que te pasa Bill-. Dice Tom con la respiración entrecortada-. Mein Gott Bill.

    - ¿te gusta mi conjunto?

    De Tom no salía ni una palabra.

    Se acerca poco a poco a él, con malas intenciones reflejadas en su rostro, Tom solo le observa con una mirada incrédula, no podía creer lo que estaba viendo, había soñado muchas veces con Bill vestido así, pero jamás pensó que algún día se haría realidad.

    Lo jaló de la camisa, con brusquedad, haciendo que este cayera de espaldas en la cama, se subió en ella quedando de pie encima de su hermano, desde arriba podía apreciar la mirada de su gemelo, levantó un pie y le acaricio la entrepierna suavemente, esto hizo que Tom jadeara y entreabriera sus labios.

    -¿Estás listo para sufrir?, - hoy es tu día de suerte. – Le decía mientras apretaba mas su pie contra él-, ¡eres mi perra!

    Da un latigazo a la nada, el cual hizo que el cuerpo de Tom se estremeciera, solo había sentido el roce del aire por la fuerza del latigazo.

    -Bill, ah, mmm, deja de hacer eso.

    Se sentía sometido, tenía miedo de lo que su hermano le podía hacer, pero al mismo tiempo, quería que lo tratara muy mal, y le pegara unas cuantas nalgadas.

    - ¿estás duro verdad?, eso quiere decir que te gusta cómo te trato, se arrodillo en la cama quedando su cara cerca de la entrepierna deseada, levantó la camisa dejando el vientre desnudo, lo lamio, lo ensalivó, lo mordió, dejando pequeñas manchas rojas cerca de su vientre bajo.

    Tom solo se dejaba hacer, sentía la humedad de los labios de Bill, cerca de su entrepierna, lo único que quería era que bajara hasta ella y se lo metiera completito a la boca.

    Le quitó la camisa dejando sus bíceps al desnudo, aquellos que solo él podía disfrutar en la intimidad.

    Cuando siente que su camisa lo deja, quiere besar a su hermano pero esto no se deja.

    -No no no!… Niño malo, todavía no es el tiempo.-le contesta el moreno mientras suelta sus rastas. Cuanto amaba aquellas rastas, solo él podía tocarlas olerlas, y hasta jalarlas.

    - Deja que te bese Billa por favor.- Le suplica-

    El cantante vuelve a negar con la cabeza, pero esta vez, garra las esposas y las enlaza en las manos de Tom dejándolas aprisionadas en el respaldar de la cama, imposibilitando a Tom, ahora no podía mover sus manos, ya no podía tocar a Bill.

    -Eres malo, ¿Lo sabías Billa?

    - Shhee Cállate- ¡te quiero en silencio mi perro! – acerca sus labios a los de su hermano, tirándole el aliento en la cara, haciendo que a este se le erice la piel, por la excitación.

    Delinea con su lengua los labios deseados, y siente como de la boca de su hermano sale una lengua a recibirlo, pero solo roza sus labios con los de él, ignorando la bienvenida.

    Quiere soltarse pero cada vez que mueve sus manos, sus muñecas son dañadas por el hierro, un sudor perlado adorna su cara, sintiendo como su erección se hace más fuerte y como su pene palpita y pide a gritos que la atiendan.

    - Billa ya no me hagas sufrir-.

    - Te dije que te callaras-,

    Acerca sus labios a los del guitarrista, haciendo más profundo el beso cuando entra su lengua y le acaricia el paladar, siente como el piercing de su hermano le roza el paladar, haciendo que jadee y gima en su boca, trata de tocar con su lengua la intrusa pero este la sigue ignorando y la empuja para que no se mueva, explora su boca tiernamente, intercambiando fluidos.

    Tras salir de su boca le muerde el labio inferior, dejándoselo parcialmente hinchado por la brusquedad con que se separaron.

    Toma un pañuelo de seda blanco que traía y lo coloca en medio de la boca dejando cada labio separado, e imposibilitándole el habla.

    - Te dije que te callaras tomi, No me has hecho caso, te castigaré por eso.

    Va bajando poco a poco hasta los pezones de Tom, chupa uno haciendo que se ponga duro en su boca, lo muerde y lo jala con fuerza, siente como su gemelo se retuerce bajo él.

    Lo ve a los ojos mientras sigue estrujando con las manos sus pezones, y lamiendo su pecho.

    De la boca de Tom solo salen resoplos parecidos a los gemidos, pero no se llegan a completar.

    Su cuerpo tiembla al sentir la lengua de Bill bajar pasando por sus bíceps bien formados, delineando cada uno de ellos, pasando sus manos por ellos y acariciándolos.

    Baja mas y llega al vientre bajo, le quita el cinturón y tira del pantalón bruscamente, lo único que quiere es alejarlo de su tesoro.

    Pasa la lengua encima de su bóxer sintiendo la erección de su hermano, él también tiene una, pero se tiene que esperar.

    Rompe el bóxer del guitarrista haciendo que este ahogue un grito en el pañuelo, Bill vuelve a pedirle silencio.

    Pasa su lengua por la piel desnuda, hasta que siente que algo le golpea la cara, ahí estaba el miembro deseado, erguido orgullosamente, listo.

    De los ojos de Tom salen lágrimas, su entrepierna sufre y él también, con las piernas trata de agarrar a Bill, pero este lo regaña y le dice que si sigue así, le va dar más duro.

    Saca una vela de su maletín, y un encendedor, los ojos del guitarrista se abren como platos.

    -“Esto no me está gustando, para nada”- piensa Tom.

    Bill le manda una sonrisa y un beso, y le pide que se relaje, para que el dolor se vuelva placer, enciende la vela y deja que se queme un poco la mecha para que pueda derretir la cera.

    Mientras acaricia los testículos de este, Tom no soportaba un momento más, sentía sus pulsaciones más rápidas, quería sentir su húmeda boca alrededor de su miembro antes de terminar ahí, sin hacer nada.

    Con la mano agarra la vela, y ve que tiene suficiente cera derretida, la deja deslizarse para que caiga sobre la ingle de su hermano, el guitarrista arqueó la espalda a causa del dolor por la quemadura, sentía el liquido caliente pasearse por su vientre bajo.

    Bill cerró sus labios entorno al miembro de Tom, chupándolo acariciándolo con su lengua, pasando su piercing por la cabeza de su pene, con una mano le acariciaba los testículos y con la otra le seguía echando cera caliente en su piel desnuda.

    Estaba al borde de la locura, como dos cosas tan diferentes podían hacer que se sintiera así, el placer mezclado con el dolor, ya no sabía que lo excitaba mas, si la cera caliente cayendo sobre su piel o los labios de Bill haciendo bien su trabajo, su mente se quedo en blanco unos segundos, cuando los espasmos le atacaron y sintió una ráfaga de placer recorrer desde su ano hasta la punta de su pene, haciendo que sus muslos se contrajeran.

    Siente como el miembro de su gemelo se va poniendo más tenso en cada chupada, y como la vena madre palpita más de lo que debería, sabe que ya va a terminar, pero no lo saca de su boca, quiere sentir el sabor de su hermano en el, quiere que le llene por completo, y saborear su esencia.

    Un líquido caliente le acaricia la lengua, bajando por sus labios y terminando en su pecho, escucha los sollozos de su hermano, al fin el suplicio terminó en placer.

    Se levanta de donde está y mira a su hermano a los ojos, penetrante, mientras se chupa cada uno de sus dedos donde aun hay restos de ese líquido blanquecino.

    Ve a su hermano saborear cada uno de sus dedos, eso hace que se vuelva a poner duro, y a sentir escalofríos, en su trasero, jamás Bill había hecho semejante cosa, era como que lo había poseído un espíritu lascivo, pero para satisfacción de él, no le importaba en lo absoluto.

    - Sabes delicioso, más de lo que pude pensar, o soñar.

    Se quita el bóxer y los tirantes y decide quedarse con las botas puestas.

    Se sube en el guitarrista quedando a ahorcajadas, casi rosando su trasero con aquella erección que empezaba a formarse.

    Acerca su cara a la de su igual ve que va bajando una gota de sudor, y le lame la cara, ensalivándolo, esto no le molesta al de rastas, solo hace que se ponga más cachondo.

    Con los ojos le pide que le quite el pañuelo, y él le obedece, esta vez quiere que los dos disfruten, ahora quiere escuchar sus gemidos, a pulmón abierto, también le quita las esposas.

    - Gracias. -estee…

    - ¿Quieres que te vuelva a poner el pañuelo?.-

    - No claro que no.

    Se funden en un beso, las manos de Tom no se están quietas esta acariciándole la espalda, baja hasta llegar a su pequeña entrada.

    Bill siente un intruso cerca de su entrada y muerde la lengua de Tom, haciendo que este jadee.

    El Guitarrista agarra con fuerza los brazos de su igual dejándolo boca abajo y él encima. Este solo se ríe, eso es lo que él quiere, que Tom lo trate mal, ahora él quiere ser sometido a los placeres de su hermano, se dejara hacer lo que quiera.

    Se sube en sus nalgas, dejando muy cerca su palpitante miembro, pero no quiere entrar todavía, lo hará sufrir hasta que le pida a gritos que quiere tenerle dentro.

    Le abrió sus nalgas y lubricó su apetitoso agujero con su lengua, y vertió cera en sus nalgas, haciendo que Bill gimiera y jadeara aumentando el volumen.

    - Maldito Tomi, penétrame-

    - Cállate, ahora me toca a mí, disfrutar de tu cuerpecito, “Bill eres una Perra deliciosa”

    Deja de lamer la entrada del moreno y ve en el suelo el pequeño látigo, que su hermanito había llevado.

    Lo azotó como cual caballo en una carrera, Bill solo gritaba, pero en ningún momento pidió que se detuviera, te gusta verdad perra, le agarro de los cabellos y jaló su cabeza hacia atrás y lamio su cuello, haciendo que a este se le saliera una lagrima.

    - Dont Cry Baby- le decía suavemente al oído- pasando su lengua por el-.

    Lo deja caer con dureza en el colchón de la cama, haciendo que rebotara, acerca su erección en el agujero de su gemelo y juega con el, introduce solo la punta de su pene, Bill eleva sus nalgas para poder ayudar a su hermano en la penetración, este las agarra fuertes y abre mas.

    Dejando ir su miembro a lo profundo de su amado Bill, siente la presión de aquel orificio, su estrechez le hace gemir, la calidez de su hermano le hacen volver a sentir escalofríos de placer, le jala de los cabellos dejándolo arrodillado delante de él, con su erección dentro de este.

    Toma el miembro del moreno y empieza a masturbarle mientras sigue embistiéndolo con más fuerza, los gemidos de los gemelos se podían escuchar hasta la primera planta de la casa, sus sudorosos cuerpos se rozaban, y sus fluidos corporales se mezclaban,

    El rechinar de la cama, y los jadeos incontinuos, eran una armoniosa melodía para sus oídos.

    Agarró sus caderas fuertemente, en tres embestidas más se derramó dentro de él.

    Su hermano le llenó por segunda vez, placer paradisiaco, jamás lo había sentido. Pero él aun no terminaba.

    Entonces Tom lo viró dejándolo de espaldas en la cama, y tal como el mismo Bill lo había hecho, se introdujo su miembro y succionó hasta que el pelinegro sintió la ráfagas de placer en su vientre bajo.

    Probó el sabor de su hermano, y lo saboreó, al igual que su hermano lo había hecho.

    Sellaron el acto de amor con un beso apasionado, y caricias corporales, lo habían dado por terminado, por lo menos en esos minutos.

    - Que bueno que se perdieron las llaves. –le dice Tom, mientras le quita un mechón de pelo, de su sudorosa frente.

    - Ahora tendremos el fin de semana para los dos. –

    El de rastas asiente con la cabeza, viendo que ya había obscurecido, dejándose llevar por el cansancio, se quedan dormidos con sus manos entrelazadas.



    *******

    Trata de enfocar los ojos, todo está borroso, pero esa figura la conoce como su palma de la mano.

    - Déjame dormir Bill, por favor. –le suplica-

    - Levántate haragán, vamos que el día esta hermoso, y quiero hacer muchas cosas contigo.

    Gruñe enojado, pero se levanta de la cama, llevándose la mano a su vientre, sintiendo un ardor.

    - Eres muy malo hermanito, esto me arde más que ayer.-

    “¡Claro, que va arder mas, ayer tenía mi poya en la boca de Bill, e ignoraba el dolor!”

    - Ya deja de llorar como niño, tú me quemaste mis nalgas y no digo nada.

    Esa mañana se bañaron juntos, añoraban ese tiempo juntos, con tantos conciertos y tanta gente alrededor, su Madre, Gordon, nunca les dejaban unos minutos solos.

    Como dos niños en pleno verano, juegan a atraparse, las miradas y las sonrisas de complicidad llenan la casa.

    Bajan las escaleras y se disponen a ver la tele, cuando Bill mira la mesa donde se ponen las llaves de la casa y la de los carros.

    - Tom ven un momento-

    Toscamente llega hasta donde su hermano, y una sonrisa de dibuja en su boca, ahí estaban las llaves de la casa, debajo de las de su cadillac.

    Lo agarra de las caderas y le da un beso en los labios, cuando el silencio fue interrumpido por el teléfono celular de Bill.

    - ¡Hola!, aquí yo, allá quien?

    Tom ve a su hermano, y disfruta cada expresión de su rostro, era el de un ángel, el amor de su vida, jamás lo cambiaría por otra cosa, siempre estaría con él, hasta el fin de sus días.

    - Mamá, lo que pasa es que no encontramos las llaves por ningún lado.

    Podía escuchar los gritos de su Madre, solo cerraba los ojos tratando de ignorarlos.

    - Quiere hablar contigo-.

    -Conmigo?, No…, -Hola Mamá, no mamá, si, no, está bien, si, mañana en la tarde, si … está bien.

    Cuelga el teléfono y ríe, al ver la cara de susto que tiene Bill.

    - No te preocupes Viene hasta mañana, así que tenemos otra noche más para nosotros.

    - Ahora te toca ponerte las botas y los tirantes. - se echa a reír-

    - No Billa eso no me luce a mí, solo a ti.

    - Te amo Tomi, siempre te amaré.

    Salieron de la casa, a dar un paseo matutino, y llevaron las llaves de la casa consigo, las botaron en el cesto de la basura, así pasarían la noche buscando las llaves.

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