Capitulo 1
Siempre era lo mismo, tenía que estar cuidándole, protegiéndole, no que no supiera cuidarse solo, pero igual siempre habían peligros rondándole y mas para él, aunque fuéramos del mismo clan, el lucía un poco más frágil que yo, y temía que su inocencia lo llevara a lugares peligrosos alejándolo de mí.
Al notar su ausencia había salido corriendo a buscarle, por varios kilómetros a la redonda, una desconocida aflicción se instala en mi interior, pensado miles de cosas, no puedo seguir su rastro, pues al soplar el viento fuertemente y en direcciones contrarias, se lleva su aroma lejos de mi perceptivo olfato. Cansado decido regresar a nuestra estancia provisional en un claro del bosque, esperando que vuelva allí. Me subo en la alta copa de un árbol, esperando divisarle, hasta que por fin le veo, viene caminando presuroso y después de expulsar el aire al verle a salvo, me siento molesto, por la preocupación que me ha hecho sentir, por orillarme a buscarle, a mi, el príncipe de nuestro clan.
Indignado bajo de la copa y me dirijo al refugio, no quiero verle, estoy demasiado molesto como para soportar su presencia y no golpearlo.
Ha roto nuestro acuerdo tácito, que debe siempre salir solo si es conmigo, que no puede ir por su propia cuenta como si no hubiera peligro alguno a su alrededor, irritado me encierro en este oscuro refugio tallado en las entrañas de la roca, con tinieblas ocultándome, le veo detenerse cuando llega y caminar tímidamente hacia mis aposentos, jugando con sus dedos, con pasos indecisos y mordisqueando su labio inferior, con precaución se acerca a la entrada, vacilante, su mirada pide disculpas silenciosas pero yo estoy demasiado enojado como para perdonarle.
Se para en la entrada, no atreviéndose a avanzar más, puedo ver la suave piel de su hombro dejada al descubierto por su ropa desgarrada, levanta la vista desde el suelo, sus espesas pestañas acompañando el parpadeo de sus delicados ojos, con timidez me mira a través de la oscuridad y mi helado corazón retumba salvajemente dentro de mí. ¿Por qué? no lo sé.
Sin poder contenerme mas, me acerco, bastante irritado por su desobediencia a la figura de autoridad que represento para él, pero aun así no puedo castigarle como se merece, por desobedecer nuestro código, por poner en peligro el secreto de nuestra existencia, lo único que hago es acercarme a él, quien cierra los ojos esperando cualquier cosa, le cojo de los cabellos haciendo su cabeza hacia atrás, olfateando su cuello, con rabia hirviendo en mi interior busco rastros de algún aroma extraño, evidencias de que haya estado con alguien mas, ese solo pensamiento me hace perder la razón, pero no hay nada extraño, sólo aroma de flores silvestres y vegetación, sólo frescura emanando de su tersa piel.
Y le abracé, para impregnarle de mi olor, mi sanguinario olor, para que toda especie viviente y rapaz sepa, que no puede meterse con algo que ha sido marcado por un depredador más letal que cualquiera que haya existido.
-**************----
Desde que llegamos a éste planeta siempre estábamos en desacuerdo, yo más que nadie, ál era mas pacifico.
- Tu solo tienes permitido comerte a las hembras y sus crías, los machos los cazo yo, entiendes?-
Y allí estábamos los dos nuevamente, a la hora de la cacería, yo reprochándole el que hubiera cazado un macho de la especie habitante de este planeta, pero es que no me gusto nada la forma en que lo hizo, cautivando con su belleza a ese humano y cuando fueron tras él, pues hizo lo suyo, estuvo bien, si, pero no, no deseba que nadie lo viera, Aun si fuera para alimentarse, yo era el encargado de proveer alimentos. Siempre lo hacía. Era mi deber como el mayor.
- ¿por qué tú los machos? - cuestiona confuso, con una severa mirada le mando callar, mis decisiones son incuestionables.
-por que soy el mayor-
Como un rey que come lo mejor y a sus súbditos les es dado lo de menor calidad, esa debería ser la razón, pero lo cierto era que la carne de sus tierna crías era mucho mas suave al igual que el de sus madres. Era como un dulce manjar, para una dulce criatura, por eso se la regalaba a él, quedándome a mí la tarea de cazar a los machos, peligrosos para muchas especies, pues portaban extraños artefactos que lanzan extrañas piezas metálicas que perforaban haciendo morir desangrada a su víctima, pero para mí, no suponían ningún obstáculo, y me deleitaba viendo sus atónitos rostros de terror al ver mi cruel mirada y luego verles agonizar escurriendo sus sangre entre mis manos, mis labios manchados también.
Ya se había hecho normal ese tipo de desacuerdos, él siempre intentaba hacer las cosas según su particular forma de concebir las cosas, sin tomar en cuenta nada mas, no hablábamos mucho, yo aún trataba de asimilar la desaparición de nuestro extinto planeta, así que nuestra relación era mas bien distante, solo a veces yo tenía gestos para con él, que le emocionaban como a un chiquillo y se ponía muy efusivo, o como cuando le dejaba cazar sólo, claro, él no sabía que todo el tiempo estaba cuidándolo a una distancia prudente y cuando terminaba yo aparecía en los alrededores, él me miraba contento por esa oportunidad que le regalaba y venía corriendo hacia mí, pero al ver mi implacable semblante se paraba en seco, con un mirada decepcionada.
Entonces me acercaba a él, y él bajaba la mirada, tomaba con una de mis manos su mentón, elevándolo y acercándome a su rostro, lamia sus labios, limpiándole de toda la sangre que les ensuciaba, y mientras mi húmeda lengua recorría cada milímetro de su piel, inconcientemente cerraba los ojos.
- debes limpiarte siempre los restos de comida al terminar- ordenaba seriamente para darle después la espalda y continuar caminando, le oía seguirme después, y cuando no me veía, chupaba mis labios que aun conservaban el sabor de la sangre.. y el suyo propio, su sabor, aun mas exquisito que cualquier cosa que haya probado antes, un extraño latido dentro de mi pecho me sobresaltaba.
[***]
-bañarte dices?- pregunto con mi usual frío tono de voz - si querías hacerlo ¡ por que no lo dijiste antes, pudimos pasar a algún río de de camino hacia aquí?- pocas veces intercambiamos palabras pero cuando lo hago, generalmente es para reprocharle sus tontas acciones.
- lo… lo siento- se disculpa haciendo un leve mohín con su boca, un poco avergonzado o apenado por su petición, algo cálido cuza como un rayo mi pecho y siento que no podría negarle cosa alguna.
Con un perforador golpe, clavo en el suelo mi lanza intentando percibir la humedad de algún río cercano, media vez lo localizo, la desentierro y con ella en mano doy la vuelta sin dirigirle ningún gesto que le indique seguirme, él me mira con admiración y yo inevitablemente sonrío, se que vendrá tras mis pasos como siempre lo hace y eso de alguna manera me da tranquilidad.
Le veo corretear vivaz detrás mió persiguiendo algunas mariposas que se cruzan en nuestro camino, pero sin lograr atrapar ninguna. Continuamos caminando e involuntariamente una pequeña sonrisa se plasma en mi rostro al escuchar su vocecilla alegre y vivaracha acompañar nuestros pasos.
al llegar nos encontramos con un paisaje que pocas veces podía apreciarse en éste contaminado planeta, alejada de sus contaminadas ciudades, los árboles altísimos crecían en derredor, el agua era por demás cristalina, dejando ver las redondeadas piedras del fondo, sólo el susurrar de la naturaleza se oía en el ambiente, pero comparado con él, todo el paisaje se volvía monótono y vacío, por lo que era mejor no hacerlo, solo apreciar la delicada escena que se formaba con él metiéndose en la trasparente agua, intentando mitigar su calor.
Fue quitando lentamente cada prenda de su cuerpo, un ligero vientecillo ondeó sus oscuros cabellos, llevando hasta mis fosas nasales su olor, su delicioso aroma, cerré mis ojos intentando captar con más precisión hasta la más minima partícula dentro del viento.
Al abrir mis parpados, mis ojos se encontraron con su fino cuerpo totalmente desnudo y una placentera vibración se instaló e mi vientre, erizando los vellos de mi cuerpo, y arqueando levemente mi espalda cuando volteó a verme con una sonrisilla traviesa entre sus labios, sacudí la cabeza, alejando unas imágenes confusas para mi entendimiento en las que él era protagonista.
Dejando de lado eso, me interné en el agua, solo quitando mi prenda superior, dejando al descubierto mi torso con negros grabados en mi piel, distintivos de nuestra legendaria civilización intergaláctica.
Me sumerjo hasta el fondo, nadando encuentro una brillante piedra roja, transparente como de cristal, debe ser algún diamante, es muy bonito y reluciente, la tomo entre mis falanges y nado de regreso a la superficie, a través del agua diviso sus largas y bonitas piernas y nado hacia él, emergiendo a sus espaldas, voltea sorprendido a verme y le entrego lo que traigo entre mis manos, sus ojos se abren, delicados, brillantes y lo toma entre las suyas, alza su vista hacia mí y se encuentra con mi imperturbable e inexpresivo rostro.
Baja su mirada por mi cuello y torso y eleva una mano, trazando con sus largos dedos las líneas sobre mi piel, para abrazarme después, ese gesto me desconcierta, pero no digo nada, tampoco le correspondo.
Pero, el sentir cada centímetro de su tersa y blanca piel en contacto con la mía me estremece y una ligera presión se instala entre mis piernas. Azorado le alejo bruscamente de mí y con mi semblante sombrío de siempre, salgo del agua y distanciándome un poco del lugar, me siento sobre una enorme roca erosionada en el agua dando tiempo para esperar a que terminara de bañarse, para poder regresar.
Pero las horas pasaron y él nunca regresó.
Retorno mi marcha hacia el lago en el cual se bañaba, pero no hay absolutamente nadie, se fue, se fue sin esperarme pienso amargamente, entonces advierto un destello rojizo en la arena de la orilla, me acerco y lo tomo entre mis manos, es el diamante que le obsequié, tiene una leve fisura, no!, no es una fisura, es un extraño símbolo marcado sobre la superficie, ¡no puedo creerlo! No puede ser verdad, no!!, por que ahora? ¿Por qué con contigo??
Mi pecho se oprime y siento los ojos anegarse.
Ante mis ojos esta los míticos espejos del tiempo y espacio, cada milenio se dispersan alrededor de las galaxias, cayendo en diversos planetas, y en algún momento se abren dando paso a otra dimensión, pero si no sabes utilizarlos, puede absorberte y quedar encerrado en la inexistencia por siempre.
Y yo te lo di con mis propias manos, me siento la escoria más grande del universo.
-*--------
Después de esa espantosa desgracia, de haberte perdido de la mas cruel manera, intento asimilarlo, pero simplemente no puedo, me niego a creer que y no estas mas aquí, todo por mi maldito error.
Trato de continuar , pero sinceramente no se como hacerlo, no sin tu presencia cautivándome silenciosamente, ahora me doy cuenta de lo mucho que me haces falta, siento como todo se ha roto dentro de mí, el corazón escarchado en mi interior que no creí que sirviera para otra cosa mas que para bombear mi gélida sangre a través de todo mi cuerpo, ahora esta siendo desgarrado, desangrándose cruelmente. Mi visión es nublada por una cortina salda que no se que es, silenciosos sollozos escapan de mis labios sin conocer el por qué.
Pero cuando mi alma irremediablemente se evapora de mi ser en cada suspiro y exhalación, finalmente logro comprender algo...
Aunque sea demasiado tarde, por que tú ya no estás...
Por fin lo descubro, la repuesta a todo, ahora sé el por qué de todas esas sensaciones extrañas a mi naturaleza.
Yo... yo...
... te quiero.
Capitulo 2
Caminé sin tregua alguna durante varios días, sin comer, sin dormir, mis pies están sangrantes dentro de mi calzado, la fatiga se apodera de mí, pero no importa el dolor de mi torturado cuerpo, cuando el que mata cada célula dentro de mí es aún mas grande, es insoportable y agónico.
Pero después de éste calvario, finalmente estoy aquí, ante éste imponente lugar de sacrificios, ubicado estratégicamente sobre la esfera terrestre, su contacto directo con un punto de salida al universo, en el que daré mi inmortalidad a cambio de una vida junto a él, ya no como lo que soy, si no como un simple humano, pero no me importa, ni las memorias de nuestros antepasados, ni la conservación de nuestra línea genética, o la extinción definitiva de nuestra milenaria civilización, no importa nada, para mí todo pierde valor, convirtiéndose en superfluo y banal ante la posibilidad de poder volver a tenerle conmigo.
Con la decisión tomada, hago un corte en la palma de mi mano, para que yo pueda ser herido, sólo es con mi lanza y eso es un dolor desgarrador, mi piel y mis músculos cortados intentan regenerarse pero la aleación del metal con el que esta fabricado el artefacto, lo impiden, mi sangre empieza a fluir fuera de mis venas, oscura y espesa, miro hacia el cielo, la constelación de estrellas empieza a aparecer, la sangre mancha lo que sostengo en la mano y entonces resplandece, al igual que los negros grabados sobre mi piel, mi ser entero liberando energía en forma de luz, un aura resplandeciente me envuelve de pies a cabeza y siento mi fortaleza fluir dentro de mí, la intensidad de mi poderes es brutal al ser yo el portador de la mejor línea sanguínea, pero me he acostumbrado a lo largo de mi vida, siempre incrementaba en cada batalla o simplemente con el paso del tiempo.
Con fuerza y precisión, clavo mi lanza en el centro del todo y al instante un chorro de trasparentes aguas emerge del lugar... me acerco y ahuecando mis manos recojo un poco de es vital liquido, rociándolo sobre mi cuerpo, aunque se evapore casi al instante y repitiendo el procesos una y otra vez, limpiando mi cuerpo de todo rastro de polvo que haya en él, purificándome para el ritual.
La luz del atardecer amenaza con extinguirse, los rojizos colores se reflejan en mi pupila, mis sentidos piden a gritos tu presencia y suelto un suspiro. Cuando caiga la noche estaremos nuevamente juntos cariño.
[*****]
- ¡!clamando a las potencias del universo, al espíritu de la naturaleza, a la esencia de la vida, entrego mi ser, mi imperecedera existencia, para que puedan traerlo de regreso a mi lado.!! – con todas las fuerza de mi alma, mi voz declara al infinito, pidiendo con el corazón mi petición me sea concedida.
La tierra comienza a temblar bajo mis pies, sus cimientos estremeciéndose, siendo removidos ante lo poderes del firmamento, el viento sopla frío, y el tiempo parece detenerse.
Un destello de luz aparece frente a mi visión, centellando y haciéndose cada vez mas grande, sonidos ignotos llegan a mis oídos, su fulgor es tan intenso que cierro los ojos por un momento y siento como me envuelve en su calidez, soy elevado del suelo, flotando en el aire, siento corrientes de fuego internarse en mi interior, y salir de mi cuerpo, dejándome mas débil, llevándose mis poderes, transformando mi organismo, cambiando mi apariencia, lo sé, puedo sentirlo, los grabados de la milenaria civilización a la que pertenecí son borradas a fuego de mi piel, quiero gritar de dolor , pero soy incapaz de hacerlo, estoy entre la conciencia y la inconciencia… en algún momento las sensaciones son tantas, el dolor tan fuerte que caigo en un estado de letargo, mi cerebro bloqueando mi sistema nervioso para protegerme de algún daño irreversible.
[*****]
Finalmente tras minutos de tortura, todo empieza a calmarse, disipándose poco a poco… tratando de alejar el dolor… mis sentidos en alerta, siento una presencia frente a mí y emocionado abro los ojos.
...
No estoy preparado par lo que se me es mostrado, mis rodillas tiemblan y todo mi interior es una infinita mezcla de emociones, siento que voy a derretirme.
Frente a mí, está la criatura más hermosa jamás vista, sigue siendo tan perfecto como cuando nos conocimos, completamente desnudo, cual recién nacido que viene al mundo por primera vez.
Sus ojos permanecen cerrados y su rostro es tranquilo.
Mi corazón late salvaje dentro de mí, retumbando sin control, amenazando con dañar mi pecho y salir de mi cuerpo.
En su condición humana, le veo aun más frágil, tan bello y vulnerable, sus negros cabellos se ondean en el viento, embriagándome con su aroma que continúa siendo igual,
Empezamos a descender lentamente a tierra y antes de que toquemos el suelo por completo, salgo de mi embeleso y le atraigo hacia mí, envolviendo con mis brazos su pequeña cintura.
M contacto parece despertarle, como un cautivo esperando ser resucitado de entre los muertos por su salvador, mi corazón late orgulloso y desbocado ante ese pensamiento.
Levanta su vista hacia mí, parpadeando encantadoramente, sus espesas pestañas agitándose y delineando sus brillantes ojitos.
- To…tomi? –
Su tono de voz es dubitativo, tal vez cuestionando la realidad de la situación o tal vez reconociéndome con mi nueva apariencia, nuestra nueva apariencia
- hola mi amor- contesto con la mirada perdida en sus bellos ojos marrones.
Se sonroja ante mis palabras y esconde su preciosa carita entre la curva de mi cuello y mis fuertes hombros.
Le arrullo entre mis brazos, sumergidos en esa tranquilidad y paz formada a nuestro alrededor, el dolor y la preocupación disipados con su sola presencia, como si lo único que necesitara fuera tenerle entre mis brazos, bueno, de hecho es así.
Al cabo de algún tiempo le alejo suavemente de mí y le miro a los ojos, él sonríe encantadoramente, haciéndome el humano mas feliz de la tierra, tomo su rostro entres mis manos y guiado por una atracción superior a mí, acerco mis labios a los suyos entreabiertos.
Sus mejillas se ruborizan y entrecierra los ojos, mis labios prueban los suyos, por primera vez besándole concientemente de que lo hago, delineándolos con precisión, saben a la gloria misma, paso mi mano sobre su nuca, suave despacio, acercándole mas, con mis labios incitándole a abrir los suyos para un contacto mas profundo, gustoso me recibe dentro de su boca y mi lengua ansiosa de su sabor se sumerge en esa húmeda cavidad, pequeños sonidos se producen con nuestros movimientos.
Se abraza a mí, pasando sus brazos por mi cuello, dándole un libre acceso a mis manos sedientas del roce de su tibia y desnuda piel.
En suaves toques recorro su espalda, yendo hacia abajo, acariciando sus caderas posesivamente y bajando aún mas, pegándole a mí, acariciando sus muslos y levantándolo, enredándolo a mi cintura, él deja escapar un sexy gemido dentro del beso al sentir mi dureza palpitar contra su cuerpo, reclamándole como mío, yo solo sonrío cuando jala de mí y muerde mi labio inferior, el pequeño se ha excitado también.
Antes no tenía un propósito mi existencia, solo vivía por el hecho de existir, para matar y destruir, pero ahora, mi propósito será amarle, amarle infinitamente como nadie jamás de esta especie lo ha hecho con su pareja, no importa que no seamos inmortales, lo haré tanto tiempo como mi vida dure hasta apagarse.
…a su lado... por siempre.
Fin
Siempre era lo mismo, tenía que estar cuidándole, protegiéndole, no que no supiera cuidarse solo, pero igual siempre habían peligros rondándole y mas para él, aunque fuéramos del mismo clan, el lucía un poco más frágil que yo, y temía que su inocencia lo llevara a lugares peligrosos alejándolo de mí.
Al notar su ausencia había salido corriendo a buscarle, por varios kilómetros a la redonda, una desconocida aflicción se instala en mi interior, pensado miles de cosas, no puedo seguir su rastro, pues al soplar el viento fuertemente y en direcciones contrarias, se lleva su aroma lejos de mi perceptivo olfato. Cansado decido regresar a nuestra estancia provisional en un claro del bosque, esperando que vuelva allí. Me subo en la alta copa de un árbol, esperando divisarle, hasta que por fin le veo, viene caminando presuroso y después de expulsar el aire al verle a salvo, me siento molesto, por la preocupación que me ha hecho sentir, por orillarme a buscarle, a mi, el príncipe de nuestro clan.
Indignado bajo de la copa y me dirijo al refugio, no quiero verle, estoy demasiado molesto como para soportar su presencia y no golpearlo.
Ha roto nuestro acuerdo tácito, que debe siempre salir solo si es conmigo, que no puede ir por su propia cuenta como si no hubiera peligro alguno a su alrededor, irritado me encierro en este oscuro refugio tallado en las entrañas de la roca, con tinieblas ocultándome, le veo detenerse cuando llega y caminar tímidamente hacia mis aposentos, jugando con sus dedos, con pasos indecisos y mordisqueando su labio inferior, con precaución se acerca a la entrada, vacilante, su mirada pide disculpas silenciosas pero yo estoy demasiado enojado como para perdonarle.
Se para en la entrada, no atreviéndose a avanzar más, puedo ver la suave piel de su hombro dejada al descubierto por su ropa desgarrada, levanta la vista desde el suelo, sus espesas pestañas acompañando el parpadeo de sus delicados ojos, con timidez me mira a través de la oscuridad y mi helado corazón retumba salvajemente dentro de mí. ¿Por qué? no lo sé.
Sin poder contenerme mas, me acerco, bastante irritado por su desobediencia a la figura de autoridad que represento para él, pero aun así no puedo castigarle como se merece, por desobedecer nuestro código, por poner en peligro el secreto de nuestra existencia, lo único que hago es acercarme a él, quien cierra los ojos esperando cualquier cosa, le cojo de los cabellos haciendo su cabeza hacia atrás, olfateando su cuello, con rabia hirviendo en mi interior busco rastros de algún aroma extraño, evidencias de que haya estado con alguien mas, ese solo pensamiento me hace perder la razón, pero no hay nada extraño, sólo aroma de flores silvestres y vegetación, sólo frescura emanando de su tersa piel.
Y le abracé, para impregnarle de mi olor, mi sanguinario olor, para que toda especie viviente y rapaz sepa, que no puede meterse con algo que ha sido marcado por un depredador más letal que cualquiera que haya existido.
-**************----
Desde que llegamos a éste planeta siempre estábamos en desacuerdo, yo más que nadie, ál era mas pacifico.
- Tu solo tienes permitido comerte a las hembras y sus crías, los machos los cazo yo, entiendes?-
Y allí estábamos los dos nuevamente, a la hora de la cacería, yo reprochándole el que hubiera cazado un macho de la especie habitante de este planeta, pero es que no me gusto nada la forma en que lo hizo, cautivando con su belleza a ese humano y cuando fueron tras él, pues hizo lo suyo, estuvo bien, si, pero no, no deseba que nadie lo viera, Aun si fuera para alimentarse, yo era el encargado de proveer alimentos. Siempre lo hacía. Era mi deber como el mayor.
- ¿por qué tú los machos? - cuestiona confuso, con una severa mirada le mando callar, mis decisiones son incuestionables.
-por que soy el mayor-
Como un rey que come lo mejor y a sus súbditos les es dado lo de menor calidad, esa debería ser la razón, pero lo cierto era que la carne de sus tierna crías era mucho mas suave al igual que el de sus madres. Era como un dulce manjar, para una dulce criatura, por eso se la regalaba a él, quedándome a mí la tarea de cazar a los machos, peligrosos para muchas especies, pues portaban extraños artefactos que lanzan extrañas piezas metálicas que perforaban haciendo morir desangrada a su víctima, pero para mí, no suponían ningún obstáculo, y me deleitaba viendo sus atónitos rostros de terror al ver mi cruel mirada y luego verles agonizar escurriendo sus sangre entre mis manos, mis labios manchados también.
Ya se había hecho normal ese tipo de desacuerdos, él siempre intentaba hacer las cosas según su particular forma de concebir las cosas, sin tomar en cuenta nada mas, no hablábamos mucho, yo aún trataba de asimilar la desaparición de nuestro extinto planeta, así que nuestra relación era mas bien distante, solo a veces yo tenía gestos para con él, que le emocionaban como a un chiquillo y se ponía muy efusivo, o como cuando le dejaba cazar sólo, claro, él no sabía que todo el tiempo estaba cuidándolo a una distancia prudente y cuando terminaba yo aparecía en los alrededores, él me miraba contento por esa oportunidad que le regalaba y venía corriendo hacia mí, pero al ver mi implacable semblante se paraba en seco, con un mirada decepcionada.
Entonces me acercaba a él, y él bajaba la mirada, tomaba con una de mis manos su mentón, elevándolo y acercándome a su rostro, lamia sus labios, limpiándole de toda la sangre que les ensuciaba, y mientras mi húmeda lengua recorría cada milímetro de su piel, inconcientemente cerraba los ojos.
- debes limpiarte siempre los restos de comida al terminar- ordenaba seriamente para darle después la espalda y continuar caminando, le oía seguirme después, y cuando no me veía, chupaba mis labios que aun conservaban el sabor de la sangre.. y el suyo propio, su sabor, aun mas exquisito que cualquier cosa que haya probado antes, un extraño latido dentro de mi pecho me sobresaltaba.
[***]
-bañarte dices?- pregunto con mi usual frío tono de voz - si querías hacerlo ¡ por que no lo dijiste antes, pudimos pasar a algún río de de camino hacia aquí?- pocas veces intercambiamos palabras pero cuando lo hago, generalmente es para reprocharle sus tontas acciones.
- lo… lo siento- se disculpa haciendo un leve mohín con su boca, un poco avergonzado o apenado por su petición, algo cálido cuza como un rayo mi pecho y siento que no podría negarle cosa alguna.
Con un perforador golpe, clavo en el suelo mi lanza intentando percibir la humedad de algún río cercano, media vez lo localizo, la desentierro y con ella en mano doy la vuelta sin dirigirle ningún gesto que le indique seguirme, él me mira con admiración y yo inevitablemente sonrío, se que vendrá tras mis pasos como siempre lo hace y eso de alguna manera me da tranquilidad.
Le veo corretear vivaz detrás mió persiguiendo algunas mariposas que se cruzan en nuestro camino, pero sin lograr atrapar ninguna. Continuamos caminando e involuntariamente una pequeña sonrisa se plasma en mi rostro al escuchar su vocecilla alegre y vivaracha acompañar nuestros pasos.
al llegar nos encontramos con un paisaje que pocas veces podía apreciarse en éste contaminado planeta, alejada de sus contaminadas ciudades, los árboles altísimos crecían en derredor, el agua era por demás cristalina, dejando ver las redondeadas piedras del fondo, sólo el susurrar de la naturaleza se oía en el ambiente, pero comparado con él, todo el paisaje se volvía monótono y vacío, por lo que era mejor no hacerlo, solo apreciar la delicada escena que se formaba con él metiéndose en la trasparente agua, intentando mitigar su calor.
Fue quitando lentamente cada prenda de su cuerpo, un ligero vientecillo ondeó sus oscuros cabellos, llevando hasta mis fosas nasales su olor, su delicioso aroma, cerré mis ojos intentando captar con más precisión hasta la más minima partícula dentro del viento.
Al abrir mis parpados, mis ojos se encontraron con su fino cuerpo totalmente desnudo y una placentera vibración se instaló e mi vientre, erizando los vellos de mi cuerpo, y arqueando levemente mi espalda cuando volteó a verme con una sonrisilla traviesa entre sus labios, sacudí la cabeza, alejando unas imágenes confusas para mi entendimiento en las que él era protagonista.
Dejando de lado eso, me interné en el agua, solo quitando mi prenda superior, dejando al descubierto mi torso con negros grabados en mi piel, distintivos de nuestra legendaria civilización intergaláctica.
Me sumerjo hasta el fondo, nadando encuentro una brillante piedra roja, transparente como de cristal, debe ser algún diamante, es muy bonito y reluciente, la tomo entre mis falanges y nado de regreso a la superficie, a través del agua diviso sus largas y bonitas piernas y nado hacia él, emergiendo a sus espaldas, voltea sorprendido a verme y le entrego lo que traigo entre mis manos, sus ojos se abren, delicados, brillantes y lo toma entre las suyas, alza su vista hacia mí y se encuentra con mi imperturbable e inexpresivo rostro.
Baja su mirada por mi cuello y torso y eleva una mano, trazando con sus largos dedos las líneas sobre mi piel, para abrazarme después, ese gesto me desconcierta, pero no digo nada, tampoco le correspondo.
Pero, el sentir cada centímetro de su tersa y blanca piel en contacto con la mía me estremece y una ligera presión se instala entre mis piernas. Azorado le alejo bruscamente de mí y con mi semblante sombrío de siempre, salgo del agua y distanciándome un poco del lugar, me siento sobre una enorme roca erosionada en el agua dando tiempo para esperar a que terminara de bañarse, para poder regresar.
Pero las horas pasaron y él nunca regresó.
Retorno mi marcha hacia el lago en el cual se bañaba, pero no hay absolutamente nadie, se fue, se fue sin esperarme pienso amargamente, entonces advierto un destello rojizo en la arena de la orilla, me acerco y lo tomo entre mis manos, es el diamante que le obsequié, tiene una leve fisura, no!, no es una fisura, es un extraño símbolo marcado sobre la superficie, ¡no puedo creerlo! No puede ser verdad, no!!, por que ahora? ¿Por qué con contigo??
Mi pecho se oprime y siento los ojos anegarse.
Ante mis ojos esta los míticos espejos del tiempo y espacio, cada milenio se dispersan alrededor de las galaxias, cayendo en diversos planetas, y en algún momento se abren dando paso a otra dimensión, pero si no sabes utilizarlos, puede absorberte y quedar encerrado en la inexistencia por siempre.
Y yo te lo di con mis propias manos, me siento la escoria más grande del universo.
-*--------
Después de esa espantosa desgracia, de haberte perdido de la mas cruel manera, intento asimilarlo, pero simplemente no puedo, me niego a creer que y no estas mas aquí, todo por mi maldito error.
Trato de continuar , pero sinceramente no se como hacerlo, no sin tu presencia cautivándome silenciosamente, ahora me doy cuenta de lo mucho que me haces falta, siento como todo se ha roto dentro de mí, el corazón escarchado en mi interior que no creí que sirviera para otra cosa mas que para bombear mi gélida sangre a través de todo mi cuerpo, ahora esta siendo desgarrado, desangrándose cruelmente. Mi visión es nublada por una cortina salda que no se que es, silenciosos sollozos escapan de mis labios sin conocer el por qué.
Pero cuando mi alma irremediablemente se evapora de mi ser en cada suspiro y exhalación, finalmente logro comprender algo...
Aunque sea demasiado tarde, por que tú ya no estás...
Por fin lo descubro, la repuesta a todo, ahora sé el por qué de todas esas sensaciones extrañas a mi naturaleza.
Yo... yo...
... te quiero.
Capitulo 2
Caminé sin tregua alguna durante varios días, sin comer, sin dormir, mis pies están sangrantes dentro de mi calzado, la fatiga se apodera de mí, pero no importa el dolor de mi torturado cuerpo, cuando el que mata cada célula dentro de mí es aún mas grande, es insoportable y agónico.
Pero después de éste calvario, finalmente estoy aquí, ante éste imponente lugar de sacrificios, ubicado estratégicamente sobre la esfera terrestre, su contacto directo con un punto de salida al universo, en el que daré mi inmortalidad a cambio de una vida junto a él, ya no como lo que soy, si no como un simple humano, pero no me importa, ni las memorias de nuestros antepasados, ni la conservación de nuestra línea genética, o la extinción definitiva de nuestra milenaria civilización, no importa nada, para mí todo pierde valor, convirtiéndose en superfluo y banal ante la posibilidad de poder volver a tenerle conmigo.
Con la decisión tomada, hago un corte en la palma de mi mano, para que yo pueda ser herido, sólo es con mi lanza y eso es un dolor desgarrador, mi piel y mis músculos cortados intentan regenerarse pero la aleación del metal con el que esta fabricado el artefacto, lo impiden, mi sangre empieza a fluir fuera de mis venas, oscura y espesa, miro hacia el cielo, la constelación de estrellas empieza a aparecer, la sangre mancha lo que sostengo en la mano y entonces resplandece, al igual que los negros grabados sobre mi piel, mi ser entero liberando energía en forma de luz, un aura resplandeciente me envuelve de pies a cabeza y siento mi fortaleza fluir dentro de mí, la intensidad de mi poderes es brutal al ser yo el portador de la mejor línea sanguínea, pero me he acostumbrado a lo largo de mi vida, siempre incrementaba en cada batalla o simplemente con el paso del tiempo.
Con fuerza y precisión, clavo mi lanza en el centro del todo y al instante un chorro de trasparentes aguas emerge del lugar... me acerco y ahuecando mis manos recojo un poco de es vital liquido, rociándolo sobre mi cuerpo, aunque se evapore casi al instante y repitiendo el procesos una y otra vez, limpiando mi cuerpo de todo rastro de polvo que haya en él, purificándome para el ritual.
La luz del atardecer amenaza con extinguirse, los rojizos colores se reflejan en mi pupila, mis sentidos piden a gritos tu presencia y suelto un suspiro. Cuando caiga la noche estaremos nuevamente juntos cariño.
[*****]
- ¡!clamando a las potencias del universo, al espíritu de la naturaleza, a la esencia de la vida, entrego mi ser, mi imperecedera existencia, para que puedan traerlo de regreso a mi lado.!! – con todas las fuerza de mi alma, mi voz declara al infinito, pidiendo con el corazón mi petición me sea concedida.
La tierra comienza a temblar bajo mis pies, sus cimientos estremeciéndose, siendo removidos ante lo poderes del firmamento, el viento sopla frío, y el tiempo parece detenerse.
Un destello de luz aparece frente a mi visión, centellando y haciéndose cada vez mas grande, sonidos ignotos llegan a mis oídos, su fulgor es tan intenso que cierro los ojos por un momento y siento como me envuelve en su calidez, soy elevado del suelo, flotando en el aire, siento corrientes de fuego internarse en mi interior, y salir de mi cuerpo, dejándome mas débil, llevándose mis poderes, transformando mi organismo, cambiando mi apariencia, lo sé, puedo sentirlo, los grabados de la milenaria civilización a la que pertenecí son borradas a fuego de mi piel, quiero gritar de dolor , pero soy incapaz de hacerlo, estoy entre la conciencia y la inconciencia… en algún momento las sensaciones son tantas, el dolor tan fuerte que caigo en un estado de letargo, mi cerebro bloqueando mi sistema nervioso para protegerme de algún daño irreversible.
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Finalmente tras minutos de tortura, todo empieza a calmarse, disipándose poco a poco… tratando de alejar el dolor… mis sentidos en alerta, siento una presencia frente a mí y emocionado abro los ojos.
...
No estoy preparado par lo que se me es mostrado, mis rodillas tiemblan y todo mi interior es una infinita mezcla de emociones, siento que voy a derretirme.
Frente a mí, está la criatura más hermosa jamás vista, sigue siendo tan perfecto como cuando nos conocimos, completamente desnudo, cual recién nacido que viene al mundo por primera vez.
Sus ojos permanecen cerrados y su rostro es tranquilo.
Mi corazón late salvaje dentro de mí, retumbando sin control, amenazando con dañar mi pecho y salir de mi cuerpo.
En su condición humana, le veo aun más frágil, tan bello y vulnerable, sus negros cabellos se ondean en el viento, embriagándome con su aroma que continúa siendo igual,
Empezamos a descender lentamente a tierra y antes de que toquemos el suelo por completo, salgo de mi embeleso y le atraigo hacia mí, envolviendo con mis brazos su pequeña cintura.
M contacto parece despertarle, como un cautivo esperando ser resucitado de entre los muertos por su salvador, mi corazón late orgulloso y desbocado ante ese pensamiento.
Levanta su vista hacia mí, parpadeando encantadoramente, sus espesas pestañas agitándose y delineando sus brillantes ojitos.
- To…tomi? –
Su tono de voz es dubitativo, tal vez cuestionando la realidad de la situación o tal vez reconociéndome con mi nueva apariencia, nuestra nueva apariencia
- hola mi amor- contesto con la mirada perdida en sus bellos ojos marrones.
Se sonroja ante mis palabras y esconde su preciosa carita entre la curva de mi cuello y mis fuertes hombros.
Le arrullo entre mis brazos, sumergidos en esa tranquilidad y paz formada a nuestro alrededor, el dolor y la preocupación disipados con su sola presencia, como si lo único que necesitara fuera tenerle entre mis brazos, bueno, de hecho es así.
Al cabo de algún tiempo le alejo suavemente de mí y le miro a los ojos, él sonríe encantadoramente, haciéndome el humano mas feliz de la tierra, tomo su rostro entres mis manos y guiado por una atracción superior a mí, acerco mis labios a los suyos entreabiertos.
Sus mejillas se ruborizan y entrecierra los ojos, mis labios prueban los suyos, por primera vez besándole concientemente de que lo hago, delineándolos con precisión, saben a la gloria misma, paso mi mano sobre su nuca, suave despacio, acercándole mas, con mis labios incitándole a abrir los suyos para un contacto mas profundo, gustoso me recibe dentro de su boca y mi lengua ansiosa de su sabor se sumerge en esa húmeda cavidad, pequeños sonidos se producen con nuestros movimientos.
Se abraza a mí, pasando sus brazos por mi cuello, dándole un libre acceso a mis manos sedientas del roce de su tibia y desnuda piel.
En suaves toques recorro su espalda, yendo hacia abajo, acariciando sus caderas posesivamente y bajando aún mas, pegándole a mí, acariciando sus muslos y levantándolo, enredándolo a mi cintura, él deja escapar un sexy gemido dentro del beso al sentir mi dureza palpitar contra su cuerpo, reclamándole como mío, yo solo sonrío cuando jala de mí y muerde mi labio inferior, el pequeño se ha excitado también.
Antes no tenía un propósito mi existencia, solo vivía por el hecho de existir, para matar y destruir, pero ahora, mi propósito será amarle, amarle infinitamente como nadie jamás de esta especie lo ha hecho con su pareja, no importa que no seamos inmortales, lo haré tanto tiempo como mi vida dure hasta apagarse.
…a su lado... por siempre.
Fin