El resto del día transcurrió normal para Bill, pero se sentía angustiado y muy triste, el ocio lo estaba desesperando así que decidió irse de compras a alguna tienda de moda, para tratar de distraerse, pues una de sus pasiones eran la ropa y el maquillaje, siempre estaba muy preocupado por su apariencia, le gustaba verse bien siempre, no importaba la ocasión, se pasó horas recorriendo tienda por tienda y compró lo que más le gustaba, luego se fue a comer a un centro de comida rápida para luego volver a su departamento, le quedaba una hora para irse a trabajar, dejó sus bolsas y salió con dirección al trabajo -cielos, ya son las siete quince, se me pasó el tiempo volando, si no me apresuro llegaré tarde al trabajo- se decía mientras bajaba las escaleras -¡las llaves, las olvidé!...talvez se le ocurra ir por ellas allá- subió de nuevo y fue a buscar las llaves del chico de rastas.
Llegó con quince minutos de retraso a su trabajo, pero nadie se había dado cuenta, o eso creyó él.
-Vaya perece que, el chico que ayudaste anoche te agradeció con creces, porque no encuentro otra razón para tu retraso- le dijo con una sonrisita maliciosa su compañera Katty.
-Pues estás muy equivocada, se me pasó el tiempo por que me fui de compras- responde con el ceño fruncido.
-Pues no te creo nada, vamos cuéntame lo que hicieron...-
-No hables así, yo jamás me acostaría con un hombre al que apenas conozco y además no tengo por que darte explicaciones a ti, ni nadie - le gruñó Bill haciéndola a un lado para poder ir a su casillero.
-¿Estás enojado conmigo por que no quise ayudarte?-le preguntó Katty siguiéndolo.
-No estoy enojado contigo, es que no me gusta que la gente me hable de ese modo, yo no soy así-
-Lo sé, discúlpame, se que sonó mal, pero yo solo estaba bromeando, no te lo tomes en serio-
-No me molestes- dijo Bill cambiándose de ropa.
-Si me disculpas, no te acusaré con el jefe por tu retraso-
-¡Qué, solo fueron quince minutos!-
-¿Me disculpas?- le preguntó ella con una expresión seria.
-Está bien, pero no lo vuelvas a hacer-
-Lo prometo-aseguró Katty con una mano en su corazón.
Bill se cambió de ropa y comenzó con su trabajo, repartía los tragos casi sin quitar la mirada de la entrada, ganándose muchos disgustos de parte de sus compañeros con los cuales chocaba, derramando la mayoría de los tragos - lo siento - repitió cientos de veces, pero volvía a hacer lo mismo, se sentía tonto por esperar en vano a alguien que ni siquiera le había preguntado su nombre.
-¡Bill concéntrate en tu trabajo, por que nos estás arruinando el nuestro!- le gritó un compañero al que había chocado ya tres veces.
-¡Lo siento, no me fijé!- se disculpó.
-¡Pero llevas mucho rato haciendo lo mismo!- le gritó el compañero empujándole.
-¡Ya te dije que lo siento!- le gritó Bill empujándole también.
-¡Chicos ya cálmense!- ordenó el jefe que les vio discutir.
-Pero jefe, Bill está haciendo un desastre, no hace bien su trabajo y nos arruina el nuestro...-alegó su compañero.
Bill no dijo nada, solo miró con rabia a su compañero y con nerviosismo a su jefe.
-Está bien, Bill creo que es mejor que te vayas a la barra, luego hablaremos, es verdad que estás muy distraído- le dijo el jefe muy pacifico.
-Si jefe, gracias-
Estando en la barra las cosas seguían igual, Bill no dejaba de mirar la entrada del bar, tuvo suerte de que fueran pocos los que pedían tragos allí, se sentó en un banco y apoyó su cabeza en sus manos, decepcionado y triste se sirvió un vaso de alcohol y lo bebió sin que nadie se diera cuenta, luego sacó las llaves que le habían dado esperanza y las observó sin distraerse por unos cinco minutos.
Mientras tanto fuera del bar...
-¡Ahí está, mi camioneta adorada!-exclamó Tom corriendo hacia ella y revisando si tenia algún raspón -está bien, sin ningún daño, ya me siento mejor, por fin terminé con mi búsqueda, estoy tan cansado, pero ahora debo buscar a esa muchacha, para pedirle disculpas, espero que no esté enfadada -Tom caminó hacia el bar, y enseguida se puso a buscar a la chica entre la gente, que por suerte no era mucha, y ahí en la barra, por fin la divisó, con la mirada clavada en un par de llaves que él conocía -allí está, cielos...no la recordaba tan hermosa- caminó lentamente y se paró frente a ella -disculpa creo que esas llaves me pertenecen- dijo sorprendiendo a la bella chica.
Bill se puso de pies y lo miró fijamente a la vez que una sonrisa iluminaba el triste rostro que tenía hace solo unos segundos- ¡tú... estás aquí! - exclamó con alegría - te he estado esperando- dijo sin pensar poniéndose rojo de la vergüenza -no, este...por tus llaves- intentó corregirse.
-Si, gracias a Dios que las tienes tú, estoy finalmente aliviado- dijo Tom sonriéndole
-además, venia a otra cosa también, yo quería pedirte disculpas y agradecerte por lo que hiciste por mí, en verdad fuiste muy amable y yo me comporté como un tonto-
-No te preocupes, ya está olvidado- le aseguró Bill.
-¿En serio?, pues gracias, am, bueno debo irme...tengo muchas cosas que hacer-dijo Tom alejándose lentamente de Bill.
Bill se sintió muy desilusionado, lo había esperado con tanta ilusión y cuando llega solo se disculpa, le agradece y se va, se sintió fatal, pero no quería hacer el ridículo, así que tragó saliva y volvió a sentarse, mirándolo salir del bar.
Fuera del bar, Tom se daba con una palma en la frente - ah Tom, ¿solo eso, solo un agradecimiento y una simple disculpa?...eres un tonto... ¿y las llaves?, aun las tiene ella- Tom se volteó y caminó de vuelta al bar, ella aun seguía allí, pero ahora tenia un semblante triste, Tom carraspeó su garganta consiguiendo de nuevo la atención de la chica -mis llaves, aun las tienes tú- habló con suavidad.
-Oh, si toma...-Bill le miraba esperando que su regreso no haya sido solo por sus llaves.
-Gracias de nuevo- dijo Tom y volvió a voltear, pero se arrepintió y dio la vuelta completa - creo que mi agradecimiento no fue suficiente... ¿aceptarías una invitación para cenar conmigo?-
-¿Cómo?- Bill sintió una sensación de alegría que no sentía hacia casi un año.
-¿Qué dices?- preguntó Tom, al no escuchar ningún sonido salir se su boca.
-Me encantaría- respondió Bill sonriendo.
-¿A qué hora sales?-
-Oh, salgo tarde, a las doce de la noche-
-Entonces, lo dejaremos para... ¿mañana?-
-Si, mañana es perfecto, trabajo de noche así que tengo todo el día libre-dijo Bill irradiando alegría.
-¿Cómo nos pondremos de acuerdo?...emmm, oh soy un maleducado, ni siquiera te he preguntado tu nombre, yo me llamo Tom-
-Mucho gusto Tom, mi nombre es Bill- al decir su nombre, Bill vio como la expresión de alegría de Tom cambiaba por una de total confusión.
-¿Dijiste Bill?...pe, pero ese no es un nombre de mujer, debo haber escuchado mal...-dijo Tom retrocediendo unos pasos.
-No, me llamo Bill, y yo... ¿me vas a decir que creíste que era una mujer?-
-Eso cualquiera lo creería, mírate, eres una mujer, bella y...oh por Dios, no lo puedo creer- dijo Tom poniendo sus manos en su cabeza con la intención de querer arrancársela.
-Tom, no te pongas así, espera déjame explicarte...-
-¿Qué me vas a explicar?... ¿el por qué te vistes de mujer y te maquillas como una?-
-Yo no me visto ni me maquillo como una mujer, este se mi estilo, siempre he sido así, y no pretendo parecer una mujer, te lo juro-
-Discúlpame, pero estoy muy confundido...un hombre como yo jamás se vería así-
-¿A que te refieres? -preguntó Bill confuso.
-¿Eres... gay?- preguntó Tom temeroso de la respuesta.
-Si, lo soy- respondió con miedo.
-Pues entonces, creo que la cena se tendrá que cancelar- dice Tom con una expresión de rechazo en su rostro.
-¿Por qué?- preguntó Bill con los ojos brillosos.
-Por que yo no soy gay, y de verdad creo que me sentiría muy incomodo cenando con uno, lo siento...adiós-
Tom salió rápidamente del bar, mientras Bill salía corriendo hacia el baño para llorar hasta librar toda su pena, nunca desde que descubrió el engaño de su novio había sentido una pena tan grande, incluso esta le parecía ser mayor, cerró la puerta del baño y soltó el llanto que oprimía en su garganta.
Katty que le había visto correr, le siguió preocupada -¿Bill estás bien?, contéstame...-
-Déjame solo por favor- le pidió llorando.
-¿Por qué lloras?, ¿qué te ha pasado?... ¿fue ese chico?...te vi hablando con él-
-¡No es de tu incumbencia déjame solo!-
-¡No lo haré!, te oyes muy mal, déjame ayudarte, yo soy tu amiga-
-¡No, yo no tengo amigas!- escupió, recordando que su mejor amiga le había traicionado de la peor manera.
-Escúchame, sal de ahí para que hablemos con calma, si no lo haces llamare a alguien que tire la puerta- le amenazó Katty.
La puerta del baño se abrió lentamente, dejando ver a Bill con todo su maquillaje corrido, por las lágrimas que había derramado.
-Bill, ¿qué pasó con ese tipo?- pregunta Katty tendiéndole un pañuelo.
Él no respondió, solo se dejó caer en los brazos de Katty, ella le abrazó, tratando de consolar su penoso llanto -¿te hizo daño? -preguntó conforme le acaricia el largo cabello negro de Bill.
-No lo sé...-
-No te entiendo - dice ella tomando su cara para mirarle a los ojos.
-Es por que soy gay, él vino a disculparse por ser grosero conmigo, me invitó a cenar, pero cuando le dije que era gay, sintió repulsión, yo se que la sintió, lo vi en sus ojos...-
-Ese tipo es un estúpido...no le hagas caso, él no es nadie-
-Para mí si es alguien- dijo Bill separándose de Katty -me gusta, y por un momento pensé que tal vez la vida me había dado otra oportunidad para ser feliz...pero me equivoqué...yo soy el único estúpido de esta historia-
-No, no lo eres Bill, ya verás que pronto llegará el hombre correcto para ti-
-¿Cuándo?...ya no quiero estar solo, quiero a alguien que me abrace y me diga que me ama- sollozaba el pelinegro.
-Creo que es mejor que te vayas a casa, yo te reemplazaré, tu animo está por los suelos, es mejor que descanses- le dijo ella, sabiendo que no podía hacer mucho más por él.
-¿En serio harías eso por mí?-
-Seguro, es tiempo de que alguien haga algo por ti ¿no crees?- respondió Katty sonriéndole -vete, le explicaré al jefe, se que él entenderá-
-Gracias Katty, eres muy buena...-
-Amiga- continuó ella con una tímida sonrisa.
-Si, eres una buena amiga -dijo finalmente devolviéndole la sonrisa.
Mientras Bill se removía en su cama sin dejar de llorar, Tom se daba de golpes en la cabeza tratando de ordenar su gran confusión, se sentía extraño, realmente no podía creer que la hermosa chica era un hombre, pero lo que más le intrigaba era que ella le había gustado mucho, al verla de nuevo en el bar, sintió como si jamás hubiera pasado por un quiebre amoroso, que lo que había vivido el día anterior era solo un sueño, que nunca había sufrido una pena de amor, al verla a ella ahí sintió que no había nadie en el mundo más que ellos dos, y eso lo estaba volviendo loco - no puede ser, yo no soy gay, no puedo sentir algo por ella, por él quiero decir, estoy tan confundido, además se que le herí, lo vi en sus bellos ojos, ¡Tom que dices!, no lo puedo evitar, me gusta, pero esto no es correcto, tendré que sacarlo de mi cabeza como sea, cueste lo que cueste-.
Llegó con quince minutos de retraso a su trabajo, pero nadie se había dado cuenta, o eso creyó él.
-Vaya perece que, el chico que ayudaste anoche te agradeció con creces, porque no encuentro otra razón para tu retraso- le dijo con una sonrisita maliciosa su compañera Katty.
-Pues estás muy equivocada, se me pasó el tiempo por que me fui de compras- responde con el ceño fruncido.
-Pues no te creo nada, vamos cuéntame lo que hicieron...-
-No hables así, yo jamás me acostaría con un hombre al que apenas conozco y además no tengo por que darte explicaciones a ti, ni nadie - le gruñó Bill haciéndola a un lado para poder ir a su casillero.
-¿Estás enojado conmigo por que no quise ayudarte?-le preguntó Katty siguiéndolo.
-No estoy enojado contigo, es que no me gusta que la gente me hable de ese modo, yo no soy así-
-Lo sé, discúlpame, se que sonó mal, pero yo solo estaba bromeando, no te lo tomes en serio-
-No me molestes- dijo Bill cambiándose de ropa.
-Si me disculpas, no te acusaré con el jefe por tu retraso-
-¡Qué, solo fueron quince minutos!-
-¿Me disculpas?- le preguntó ella con una expresión seria.
-Está bien, pero no lo vuelvas a hacer-
-Lo prometo-aseguró Katty con una mano en su corazón.
Bill se cambió de ropa y comenzó con su trabajo, repartía los tragos casi sin quitar la mirada de la entrada, ganándose muchos disgustos de parte de sus compañeros con los cuales chocaba, derramando la mayoría de los tragos - lo siento - repitió cientos de veces, pero volvía a hacer lo mismo, se sentía tonto por esperar en vano a alguien que ni siquiera le había preguntado su nombre.
-¡Bill concéntrate en tu trabajo, por que nos estás arruinando el nuestro!- le gritó un compañero al que había chocado ya tres veces.
-¡Lo siento, no me fijé!- se disculpó.
-¡Pero llevas mucho rato haciendo lo mismo!- le gritó el compañero empujándole.
-¡Ya te dije que lo siento!- le gritó Bill empujándole también.
-¡Chicos ya cálmense!- ordenó el jefe que les vio discutir.
-Pero jefe, Bill está haciendo un desastre, no hace bien su trabajo y nos arruina el nuestro...-alegó su compañero.
Bill no dijo nada, solo miró con rabia a su compañero y con nerviosismo a su jefe.
-Está bien, Bill creo que es mejor que te vayas a la barra, luego hablaremos, es verdad que estás muy distraído- le dijo el jefe muy pacifico.
-Si jefe, gracias-
Estando en la barra las cosas seguían igual, Bill no dejaba de mirar la entrada del bar, tuvo suerte de que fueran pocos los que pedían tragos allí, se sentó en un banco y apoyó su cabeza en sus manos, decepcionado y triste se sirvió un vaso de alcohol y lo bebió sin que nadie se diera cuenta, luego sacó las llaves que le habían dado esperanza y las observó sin distraerse por unos cinco minutos.
Mientras tanto fuera del bar...
-¡Ahí está, mi camioneta adorada!-exclamó Tom corriendo hacia ella y revisando si tenia algún raspón -está bien, sin ningún daño, ya me siento mejor, por fin terminé con mi búsqueda, estoy tan cansado, pero ahora debo buscar a esa muchacha, para pedirle disculpas, espero que no esté enfadada -Tom caminó hacia el bar, y enseguida se puso a buscar a la chica entre la gente, que por suerte no era mucha, y ahí en la barra, por fin la divisó, con la mirada clavada en un par de llaves que él conocía -allí está, cielos...no la recordaba tan hermosa- caminó lentamente y se paró frente a ella -disculpa creo que esas llaves me pertenecen- dijo sorprendiendo a la bella chica.
Bill se puso de pies y lo miró fijamente a la vez que una sonrisa iluminaba el triste rostro que tenía hace solo unos segundos- ¡tú... estás aquí! - exclamó con alegría - te he estado esperando- dijo sin pensar poniéndose rojo de la vergüenza -no, este...por tus llaves- intentó corregirse.
-Si, gracias a Dios que las tienes tú, estoy finalmente aliviado- dijo Tom sonriéndole
-además, venia a otra cosa también, yo quería pedirte disculpas y agradecerte por lo que hiciste por mí, en verdad fuiste muy amable y yo me comporté como un tonto-
-No te preocupes, ya está olvidado- le aseguró Bill.
-¿En serio?, pues gracias, am, bueno debo irme...tengo muchas cosas que hacer-dijo Tom alejándose lentamente de Bill.
Bill se sintió muy desilusionado, lo había esperado con tanta ilusión y cuando llega solo se disculpa, le agradece y se va, se sintió fatal, pero no quería hacer el ridículo, así que tragó saliva y volvió a sentarse, mirándolo salir del bar.
Fuera del bar, Tom se daba con una palma en la frente - ah Tom, ¿solo eso, solo un agradecimiento y una simple disculpa?...eres un tonto... ¿y las llaves?, aun las tiene ella- Tom se volteó y caminó de vuelta al bar, ella aun seguía allí, pero ahora tenia un semblante triste, Tom carraspeó su garganta consiguiendo de nuevo la atención de la chica -mis llaves, aun las tienes tú- habló con suavidad.
-Oh, si toma...-Bill le miraba esperando que su regreso no haya sido solo por sus llaves.
-Gracias de nuevo- dijo Tom y volvió a voltear, pero se arrepintió y dio la vuelta completa - creo que mi agradecimiento no fue suficiente... ¿aceptarías una invitación para cenar conmigo?-
-¿Cómo?- Bill sintió una sensación de alegría que no sentía hacia casi un año.
-¿Qué dices?- preguntó Tom, al no escuchar ningún sonido salir se su boca.
-Me encantaría- respondió Bill sonriendo.
-¿A qué hora sales?-
-Oh, salgo tarde, a las doce de la noche-
-Entonces, lo dejaremos para... ¿mañana?-
-Si, mañana es perfecto, trabajo de noche así que tengo todo el día libre-dijo Bill irradiando alegría.
-¿Cómo nos pondremos de acuerdo?...emmm, oh soy un maleducado, ni siquiera te he preguntado tu nombre, yo me llamo Tom-
-Mucho gusto Tom, mi nombre es Bill- al decir su nombre, Bill vio como la expresión de alegría de Tom cambiaba por una de total confusión.
-¿Dijiste Bill?...pe, pero ese no es un nombre de mujer, debo haber escuchado mal...-dijo Tom retrocediendo unos pasos.
-No, me llamo Bill, y yo... ¿me vas a decir que creíste que era una mujer?-
-Eso cualquiera lo creería, mírate, eres una mujer, bella y...oh por Dios, no lo puedo creer- dijo Tom poniendo sus manos en su cabeza con la intención de querer arrancársela.
-Tom, no te pongas así, espera déjame explicarte...-
-¿Qué me vas a explicar?... ¿el por qué te vistes de mujer y te maquillas como una?-
-Yo no me visto ni me maquillo como una mujer, este se mi estilo, siempre he sido así, y no pretendo parecer una mujer, te lo juro-
-Discúlpame, pero estoy muy confundido...un hombre como yo jamás se vería así-
-¿A que te refieres? -preguntó Bill confuso.
-¿Eres... gay?- preguntó Tom temeroso de la respuesta.
-Si, lo soy- respondió con miedo.
-Pues entonces, creo que la cena se tendrá que cancelar- dice Tom con una expresión de rechazo en su rostro.
-¿Por qué?- preguntó Bill con los ojos brillosos.
-Por que yo no soy gay, y de verdad creo que me sentiría muy incomodo cenando con uno, lo siento...adiós-
Tom salió rápidamente del bar, mientras Bill salía corriendo hacia el baño para llorar hasta librar toda su pena, nunca desde que descubrió el engaño de su novio había sentido una pena tan grande, incluso esta le parecía ser mayor, cerró la puerta del baño y soltó el llanto que oprimía en su garganta.
Katty que le había visto correr, le siguió preocupada -¿Bill estás bien?, contéstame...-
-Déjame solo por favor- le pidió llorando.
-¿Por qué lloras?, ¿qué te ha pasado?... ¿fue ese chico?...te vi hablando con él-
-¡No es de tu incumbencia déjame solo!-
-¡No lo haré!, te oyes muy mal, déjame ayudarte, yo soy tu amiga-
-¡No, yo no tengo amigas!- escupió, recordando que su mejor amiga le había traicionado de la peor manera.
-Escúchame, sal de ahí para que hablemos con calma, si no lo haces llamare a alguien que tire la puerta- le amenazó Katty.
La puerta del baño se abrió lentamente, dejando ver a Bill con todo su maquillaje corrido, por las lágrimas que había derramado.
-Bill, ¿qué pasó con ese tipo?- pregunta Katty tendiéndole un pañuelo.
Él no respondió, solo se dejó caer en los brazos de Katty, ella le abrazó, tratando de consolar su penoso llanto -¿te hizo daño? -preguntó conforme le acaricia el largo cabello negro de Bill.
-No lo sé...-
-No te entiendo - dice ella tomando su cara para mirarle a los ojos.
-Es por que soy gay, él vino a disculparse por ser grosero conmigo, me invitó a cenar, pero cuando le dije que era gay, sintió repulsión, yo se que la sintió, lo vi en sus ojos...-
-Ese tipo es un estúpido...no le hagas caso, él no es nadie-
-Para mí si es alguien- dijo Bill separándose de Katty -me gusta, y por un momento pensé que tal vez la vida me había dado otra oportunidad para ser feliz...pero me equivoqué...yo soy el único estúpido de esta historia-
-No, no lo eres Bill, ya verás que pronto llegará el hombre correcto para ti-
-¿Cuándo?...ya no quiero estar solo, quiero a alguien que me abrace y me diga que me ama- sollozaba el pelinegro.
-Creo que es mejor que te vayas a casa, yo te reemplazaré, tu animo está por los suelos, es mejor que descanses- le dijo ella, sabiendo que no podía hacer mucho más por él.
-¿En serio harías eso por mí?-
-Seguro, es tiempo de que alguien haga algo por ti ¿no crees?- respondió Katty sonriéndole -vete, le explicaré al jefe, se que él entenderá-
-Gracias Katty, eres muy buena...-
-Amiga- continuó ella con una tímida sonrisa.
-Si, eres una buena amiga -dijo finalmente devolviéndole la sonrisa.
Mientras Bill se removía en su cama sin dejar de llorar, Tom se daba de golpes en la cabeza tratando de ordenar su gran confusión, se sentía extraño, realmente no podía creer que la hermosa chica era un hombre, pero lo que más le intrigaba era que ella le había gustado mucho, al verla de nuevo en el bar, sintió como si jamás hubiera pasado por un quiebre amoroso, que lo que había vivido el día anterior era solo un sueño, que nunca había sufrido una pena de amor, al verla a ella ahí sintió que no había nadie en el mundo más que ellos dos, y eso lo estaba volviendo loco - no puede ser, yo no soy gay, no puedo sentir algo por ella, por él quiero decir, estoy tan confundido, además se que le herí, lo vi en sus bellos ojos, ¡Tom que dices!, no lo puedo evitar, me gusta, pero esto no es correcto, tendré que sacarlo de mi cabeza como sea, cueste lo que cueste-.