Tokio Hotel World

¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

^-^Dediado a todos los Aliens ^-^


    Capitulo 3: La Esperanza De Volverte a Ver

    Jason Von Trumper
    Jason Von Trumper
    Administrador


    Mensajes : 25
    Fecha de inscripción : 11/07/2011
    Edad : 32
    Localización : L.A, California

    Capitulo 3: La Esperanza De Volverte a Ver Empty Capitulo 3: La Esperanza De Volverte a Ver

    Mensaje  Jason Von Trumper Lun Jul 18, 2011 2:00 pm

    Temprano en la mañana el chico de las rastas se encontraba despertando de su pesado sueño, al tiempo que abría los ojos sentía que un rayo le partía la cabeza- ay -se quejó incorporándose en el sofá llevándose las manos a las sienes masajeándolas suavemente.

    Se puso de pies y miró a su alrededor, necesitó de unos minutos para darse cuenta de que no estaba en su casa- ¿pero qué demonios...dónde diablos estoy? - se preguntó mientras observaba en detalle el departamento, - yo nunca he estado aquí antes, ¿y dónde está mi ropa?- se palpó el cuerpo mientras la buscaba por ahí -esto es muy extraño, no recuerdo como llegué aquí -siguió paseándose por el lugar en busca de algo que le diera una pista de cómo había terminado ahí.

    Buscó primero en la cocina, luego en el baño y por último en la única habitación que tenía el departamento, abrió la puerta lentamente solo un poco encontrándose, con lo que le pareció a él, una chica en pantaletas con una camiseta color rojo que estaba de espaldas hacia él tendiendo su cama, le observó por unos segundos pues desde ese ángulo le pareció muy sexy, se fijó en sus largas piernas y su figura delgada y sensual, estudió sus movimientos que eran muy femeninos, se dio cuenta de que voltearía así que cerró la puerta muy despacio para no hacer ruido, regresó al sofá donde pasó la noche y trató de hacer memoria, pero no obtenía ningún resultado, no creía que se hubiera acostado con ella, pues de ser así habría despertado junto a ella en la cama, mientras más pensaba más le dolía la cabeza, se tumbó de nuevo en el sofá y decidió esperar a que la chica saliera y le explicara que demonios hacía allí.

    Estuvo esperando unos quince minutos cuando escuchó que la puerta de la habitación se abría, levantó lentamente su palpitante cabeza y vio a la chica caminar hacia él vestido solo con una bata, sorprendiéndose los dos al mismo tiempo.

    -Ooh, ya estás despierto...- dijo Bill un poco sorprendido.

    -¿Me dirás que demonios hago yo aquí?- preguntó pesadamente el chico de rastas.

    Bill lo miró seriamente, le pareció de muy de mala educación que le preguntara de esa forma tan grosera después de lo que había hecho por él, pero se acordó de que al ayudarlo no estaba en sus cinco sentidos, se acercó más a él para aclarar la situación, pero el chico se le adelantó bombardeándolo con un montón de preguntas.

    -¿Cómo demonios llegué aquí?, ¿dónde está mi ropa?, ¿por qué estoy durmiendo en el sofá?, ¿y quién diablos eres tú?- preguntaba el chico mirándolo con desconfianza.

    Bill se acercó aun más a él- si te calmas te explicaré todo -le dijo mientras se sentaba a su lado - anoche cuando salí de mi trabajo te encontré tirado en la calle muy mal...vomitando -le explicó al ver la expresión de confusión en su cara- y me remordía la conciencia el dejarte ahí tirado, así que decidí traerte aquí, para que pasaras la noche, no sabía que más hacer pues no sabía donde vivías... -

    -¿Y me trajiste aquí sin conocerme?, pues creo que me escondes algo -alegó incrédulo el chico.

    -Oye, no tengo nada que esconder, solo te vi ahí, vomitando tu borrachera y te di mi ayuda, deberías estar agradecido -gruñó Bill levantándose furiosamente del sofá.

    -¿Y mi ropa?-

    -La lavé, estaba manchada con tu vómito, te la traeré en seguida -contestó caminando hacia la cocina- toma - le dijo lanzándole la ropa en la cabeza.

    -Oye, ten más cuidado, me duele mucho la cabeza...-.

    -Por supuesto, con la cantidad de alcohol que bebiste eso es lo más lógico- le sermoneó Bill dirigiéndose al baño.

    -¿Qué es eso?- preguntó el chico dudoso de recibir una pastilla que Bill le estaba ofreciendo junto con un vaso de agua.

    -Es un analgésico, para tu dolor de cabeza-.

    El chico de las rastas lo aceptó dudoso pero aun así lo puso en su boca y lo tragó con un gran sorbo de agua- gracias - le dijo sin mirarlo a la cara.

    -De nada, el dolor se te pasará en unos minutos -le animó Bill lo más amable posible.

    -Bien, te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero debo irme -dijo el chico tomando su ropa y poniéndose de pies para ponérsela.

    Bill no pudo evitar contemplar el cuerpo bien formado del chico, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, hacia tiempo que no veía a otro hombre en ropa interior y tan cerca de él, trató de no ser descubierto así que siguió mirando de reojo, en verdad era muy sexy, se deleitaba observándolo de pies a cabeza, estudiando cada movimiento que hacía, se sentía desfallecer cada vez que sus largas y hermosas rastas sueltas se movían, una pequeña sonrisa apareció en sus labios al imaginarse junto a él en un delicioso juego de seducción , pero su sonrisa se desvaneció cuando el chico le interrumpe con una fea pregunta.

    -¡Hey!, ¿dónde está mi cartera?, ¡yo sabía que aquí había algo raro!-gritó el chico enojadísimo.

    -¿Cómo te atreves?-¡mira a tu alrededor... no tengo necesidad de robar, sal de aquí ahora mismo!- gritó Bill dolido por la forma en que le había tratado.

    -¡Por supuesto que me voy de aquí, pero primero dame mi cartera!- alegaba mientras terminaba de acomodar sus rastas ya amarradas dentro de su gorra.

    -¡Toma tu asquerosa cartera!- le gritó lanzándosela con furia.

    -La revisaré primero, no vaya a ser que falte algo...-.

    Bill no soportó que lo tratara de esa manera, no era justo, sintió unas intensas ganas de llorar, tenia rabia y se arrepentía de haberlo llevado a su departamento- ¡en que rayos pensaba cuando decidí traerte aquí!... ¡eres un mal agradecido, fuera de aquí!- gritó Bill, dejando salir el llanto que tanto trató de contener, corrió hacia la puerta y la abrió para que ese chico se largara de una vez.

    Al terminar de revisar su cartera y darse cuenta de que no faltaba nada, el chico de rastas se sintió avergonzado por su mala acción e intentó disculparse- oye, lo siento es que pensé que tu eras...una ladrona...-.

    -¡Fuera!, ¡ya te lo dije...lárgate de aquí!- le cortó Bill echándolo a empujones y cerrándole la puerta en la cara.

    Fuera del departamento, el chico de las rastas se sentía un estúpido total-¿cómo pude ser tan tonto?, esa chica fue muy amable conmigo y yo le pago de esa manera tan cruel, y ni siquiera le pregunté su nombre- se decía caminando hacia las escaleras.

    Tumbado en el sofá Bill lloraba por haber sido ofendido tan cruelmente, se juraba a si mismo que jamás volvería a ayudar a un borracho en todo lo que le restaba de vida, cansado de llorar se levantó y se fue a duchar, se miró en el espejo y vio que el maquillaje que no se había quitado la noche anterior estaba todo chorreado por su rostro y le causó una extraña sensación de risa- parezco una puta -rió, pero su sonrisa fue remplazada por una mueca de confusión al recordar que el chico antes de marcharse le había llamado ladrona- ¿ladrona?...no puedo creer que haya creído que soy una mujer, bueno eso demuestra lo lindo que soy...ay Bill, que importa que seas lindo si estás solo, sin nadie que te ame, - se decía mientras se metía en la bañera y dejaba que el agua tibia le mojara por completo, disimulando y llevándose las lágrimas que caían por su rostro.

    -No puedo creer que de nuevo estoy llorando por un hombre...y ni siquiera supe su nombre, en fin...ya no importa, pero era tan guapo-

    Bill se imaginó nuevamente junto a ese chico, la simple imagen de recordarlo semi desnudo bastó para que llevara una mano hasta su miembro y lo masajeara suavemente, comenzando asentir los primeros espasmos del placer, mientras el agua tibia caía por su cuerpo, su miembro se iba poniendo más duro y lo frotaba cada vez con más vigor, pensando en el sexy chico de las rastas se apoyó en la pared de la ducha y aceleró el ritmo de su mano- umm, esto se siente tan bien...umm- gemía sintiendo el orgasmo a punto de llegar- aah...delicioso, umm - suspiraba en busca de lo que pronto le daría una exquisita satisfacción, la rápida pero a la vez suave fricción de su mano contra su miembro, le regaló por fin lo que tanto deseaba- aaaah...chico de las rastas...esto fue delicioso- al momento de culminar sus ojos estaban fuertemente cerrados, cuando los abrió sintió que la soledad le embargaba de nuevo el corazón , se dejó caer lentamente resbalando por la pared y se quedó ahí, sentado volviendo a derramar más lágrimas de angustia.

    -¡Oh, ya basta Bill, no llores por él ,de seguro no lo vuelves a ver en toda tu vida!- se regañaba a si mismo, se levantó, cerró la llave del agua y salió envuelto con una toalla, entró en su habitación y buscó ropa limpia, no había desayunado y ya no tenía ganas de hacerlo, en su lugar salió al balcón a fumar un cigarrillo, después de degustar y filtrar todo el feo sabor del cigarrillo, se metió dentro e hizo lo mismo que hacia todos los días, se dirigió hasta su suave sofá en el camino hasta el, sus pies pisaron algo frío y duro, que yacía sobre la paluda alfombra, se inclinó y recogió unas llaves, que parecían ser de un auto, se sentó y las observó con extrañeza- ¿cómo es que llegó esto aquí?, yo no tengo auto...- se tumbó y apoyó la cabeza en la almohada que había usado el cruel chico de las rastas, sintió el rico aroma del shampoo que este usaba al tiempo que una extraña sensacion de esperanza comenzaba a rondarle el corazón - oh, deben ser de ese chico...no encuentro otra respuesta, bueno, de seguro vendrá por ellas, y si no...¡al diablo!, a mi que me importa, él no se merece mi preocupación después de cómo me trató...sin embargo... deseo con todo mi corazón que venga por ellas.

      Fecha y hora actual: Jue Nov 21, 2024 11:42 am